La danza vuelve al Teatro Español -un escenario que la acoge en muy contadas ocasiones- de la mano de un ilustre embajador: Federico García Lorca . ‘ Romance sonámbulo ‘ es el título del espectáculo del coreógrafo Antonio Najarro que se estrena este viernes 11 de abril (estará en cartel hasta el día 20) y que parte de una selección de poemas del autor granadino.Alberto Conejero firma la dramaturgia del espectáculo, que se divide en cinco cuadros y busca, dice, «al Lorca más nocturno y más lunar, que es también el menos transitado». Cada uno de los cuadros sirve como marco a un estilo de danza concreto: clásico, flamenco, escuela bolera, danza estilizada, folclore. «Hay partes más narrativas y otras que tienen que ver con la sensación, añade Conejero.El espectáculo cuenta, además, con un equipo artístico que integran José Luis Montón (música), Yaiza Pinillos (vestuario), Nicolás Fischtel (iluminación) y Emilio Valenzuela (vídeoescena). Con el trabajo de todos ellos, dice Najarro, «he querido dar una visión lo más diferente, única y personal posible de un poemario tan visitado y revisitado a través de la danza española y del flamenco en tantas ocasiones».La intención del equipo artístico, sigue el coreógrafo, es dar «dar una visión muy onírica, donde aparecen los jardines nocturnos de Granada, la luna, Lorca, los jinetes heridos, las gitanas con estas coronas de biznagas ofreciendo a la luna a modo de aquelarre… Crear un sueño con una estética y un mensaje lo más diferente posible a la estética terrenal o costumbrista que se suele dar siempre en la danza española y en el flamenco».«En este ballet hemos querido acompañar a este García Lorca más misterioso y lunar -sigue Najarro-. Con el ‘Romance sonámbulo’ en el corazón de la obra, hemos reunido otros poemas nocturnos del autor granadino: desde los versos de juventud en Libro de poemas hasta los de ‘Diván del Tamarit’. Son poemas atravesados por el rumor constante de surtidores, aljibes y pozos, y en los que el deseo aparece como una fuerza indócil».En ‘Romance sonámbulo’, explican sus creadores, está presente la huella de las tres culturas que conformaban la Granada en la que creció García Lorca: la hispanoárabe, la judía y la cristiana. «Esta riqueza nos ha permitido desplegar toda la potencia y la diversidad de todos los estilos de la danza española». Los entornos que envuelven cada uno de los cinco cuadros de la coreografía son cinco jardines.La figura del propio Lorca emerge en este ‘Romance sonámbulo’; «es la hilazón del espectáculo -explica Conejero-. Hay cierta figura que remite al propio Federico, sin que haya intención de contar su vida, sino de mostrar la presencia del creador ante sus criaturas; como si el propio Federico atravesara, también como otro sonámbulo más, su propia creación. Me emociona mucho ese triunfo de la creación sobre el propio tiempo».Completa Antonio Najarro que el elenco lo componen trece bailarines. «El personaje de Federico García Lorca lo va a encarnar Daniel Ramos , que bajo mi punto de vista es uno de los mejores bailarines actuales de danza española, por no decir el mejor. Aparece como un Lorca niño; pasa por un Lorca adolescente y un Lorca ya más maduro…»La palabra de Federico García Lorca es la protagonista, pero solo hay dos poemas recitados, cuenta Antonio Najarro. Uno es el propio ‘Romance sonámbulo, que María Mezcle recita y canta con base de fandangos de Granada y de Zambra, palos flamencos muy vinculados a Granada. El otro es el poema ‘Herido por el agua’, que recita el propio Daniel Ramos. Algunos versos se escuchar en las letras que canta María Mezcle».«Partimos del ‘ Diván del Tamarit ‘ -apunta Alberto Conejero-; ése el disparador, pero inmediatamente pasamos a la noche, la luna, el deseo, la amenaza, esa condición sonámbula de la propia creación; crear, escribir o bailar ha de estar entre la vigilia y el sueño, es una condición fronteriza». La danza vuelve al Teatro Español -un escenario que la acoge en muy contadas ocasiones- de la mano de un ilustre embajador: Federico García Lorca . ‘ Romance sonámbulo ‘ es el título del espectáculo del coreógrafo Antonio Najarro que se estrena este viernes 11 de abril (estará en cartel hasta el día 20) y que parte de una selección de poemas del autor granadino.Alberto Conejero firma la dramaturgia del espectáculo, que se divide en cinco cuadros y busca, dice, «al Lorca más nocturno y más lunar, que es también el menos transitado». Cada uno de los cuadros sirve como marco a un estilo de danza concreto: clásico, flamenco, escuela bolera, danza estilizada, folclore. «Hay partes más narrativas y otras que tienen que ver con la sensación, añade Conejero.El espectáculo cuenta, además, con un equipo artístico que integran José Luis Montón (música), Yaiza Pinillos (vestuario), Nicolás Fischtel (iluminación) y Emilio Valenzuela (vídeoescena). Con el trabajo de todos ellos, dice Najarro, «he querido dar una visión lo más diferente, única y personal posible de un poemario tan visitado y revisitado a través de la danza española y del flamenco en tantas ocasiones».La intención del equipo artístico, sigue el coreógrafo, es dar «dar una visión muy onírica, donde aparecen los jardines nocturnos de Granada, la luna, Lorca, los jinetes heridos, las gitanas con estas coronas de biznagas ofreciendo a la luna a modo de aquelarre… Crear un sueño con una estética y un mensaje lo más diferente posible a la estética terrenal o costumbrista que se suele dar siempre en la danza española y en el flamenco».«En este ballet hemos querido acompañar a este García Lorca más misterioso y lunar -sigue Najarro-. Con el ‘Romance sonámbulo’ en el corazón de la obra, hemos reunido otros poemas nocturnos del autor granadino: desde los versos de juventud en Libro de poemas hasta los de ‘Diván del Tamarit’. Son poemas atravesados por el rumor constante de surtidores, aljibes y pozos, y en los que el deseo aparece como una fuerza indócil».En ‘Romance sonámbulo’, explican sus creadores, está presente la huella de las tres culturas que conformaban la Granada en la que creció García Lorca: la hispanoárabe, la judía y la cristiana. «Esta riqueza nos ha permitido desplegar toda la potencia y la diversidad de todos los estilos de la danza española». Los entornos que envuelven cada uno de los cinco cuadros de la coreografía son cinco jardines.La figura del propio Lorca emerge en este ‘Romance sonámbulo’; «es la hilazón del espectáculo -explica Conejero-. Hay cierta figura que remite al propio Federico, sin que haya intención de contar su vida, sino de mostrar la presencia del creador ante sus criaturas; como si el propio Federico atravesara, también como otro sonámbulo más, su propia creación. Me emociona mucho ese triunfo de la creación sobre el propio tiempo».Completa Antonio Najarro que el elenco lo componen trece bailarines. «El personaje de Federico García Lorca lo va a encarnar Daniel Ramos , que bajo mi punto de vista es uno de los mejores bailarines actuales de danza española, por no decir el mejor. Aparece como un Lorca niño; pasa por un Lorca adolescente y un Lorca ya más maduro…»La palabra de Federico García Lorca es la protagonista, pero solo hay dos poemas recitados, cuenta Antonio Najarro. Uno es el propio ‘Romance sonámbulo, que María Mezcle recita y canta con base de fandangos de Granada y de Zambra, palos flamencos muy vinculados a Granada. El otro es el poema ‘Herido por el agua’, que recita el propio Daniel Ramos. Algunos versos se escuchar en las letras que canta María Mezcle».«Partimos del ‘ Diván del Tamarit ‘ -apunta Alberto Conejero-; ése el disparador, pero inmediatamente pasamos a la noche, la luna, el deseo, la amenaza, esa condición sonámbula de la propia creación; crear, escribir o bailar ha de estar entre la vigilia y el sueño, es una condición fronteriza».
La danza vuelve al Teatro Español -un escenario que la acoge en muy contadas ocasiones- de la mano de un ilustre embajador: Federico García Lorca. ‘Romance sonámbulo‘ es el título del espectáculo del coreógrafo Antonio Najarro que se estrena este viernes … 11 de abril (estará en cartel hasta el día 20) y que parte de una selección de poemas del autor granadino.
Alberto Conejero firma la dramaturgia del espectáculo, que se divide en cinco cuadros y busca, dice, «al Lorca más nocturno y más lunar, que es también el menos transitado». Cada uno de los cuadros sirve como marco a un estilo de danza concreto: clásico, flamenco, escuela bolera, danza estilizada, folclore. «Hay partes más narrativas y otras que tienen que ver con la sensación, añade Conejero.
El espectáculo cuenta, además, con un equipo artístico que integran José Luis Montón (música), Yaiza Pinillos (vestuario), Nicolás Fischtel (iluminación) y Emilio Valenzuela (vídeoescena). Con el trabajo de todos ellos, dice Najarro, «he querido dar una visión lo más diferente, única y personal posible de un poemario tan visitado y revisitado a través de la danza española y del flamenco en tantas ocasiones».
La intención del equipo artístico, sigue el coreógrafo, es dar «dar una visión muy onírica, donde aparecen los jardines nocturnos de Granada, la luna, Lorca, los jinetes heridos, las gitanas con estas coronas de biznagas ofreciendo a la luna a modo de aquelarre… Crear un sueño con una estética y un mensaje lo más diferente posible a la estética terrenal o costumbrista que se suele dar siempre en la danza española y en el flamenco».
«En este ballet hemos querido acompañar a este García Lorca más misterioso y lunar -sigue Najarro-. Con el ‘Romance sonámbulo’ en el corazón de la obra, hemos reunido otros poemas nocturnos del autor granadino: desde los versos de juventud en Libro de poemas hasta los de ‘Diván del Tamarit’. Son poemas atravesados por el rumor constante de surtidores, aljibes y pozos, y en los que el deseo aparece como una fuerza indócil».
En ‘Romance sonámbulo’, explican sus creadores, está presente la huella de las tres culturas que conformaban la Granada en la que creció García Lorca: la hispanoárabe, la judía y la cristiana. «Esta riqueza nos ha permitido desplegar toda la potencia y la diversidad de todos los estilos de la danza española». Los entornos que envuelven cada uno de los cinco cuadros de la coreografía son cinco jardines.
La figura del propio Lorca emerge en este ‘Romance sonámbulo’; «es la hilazón del espectáculo -explica Conejero-. Hay cierta figura que remite al propio Federico, sin que haya intención de contar su vida, sino de mostrar la presencia del creador ante sus criaturas; como si el propio Federico atravesara, también como otro sonámbulo más, su propia creación. Me emociona mucho ese triunfo de la creación sobre el propio tiempo».
Completa Antonio Najarro que el elenco lo componen trece bailarines. «El personaje de Federico García Lorca lo va a encarnar Daniel Ramos, que bajo mi punto de vista es uno de los mejores bailarines actuales de danza española, por no decir el mejor. Aparece como un Lorca niño; pasa por un Lorca adolescente y un Lorca ya más maduro…»
La palabra de Federico García Lorca es la protagonista, pero solo hay dos poemas recitados, cuenta Antonio Najarro. Uno es el propio ‘Romance sonámbulo, que María Mezcle recita y canta con base de fandangos de Granada y de Zambra, palos flamencos muy vinculados a Granada. El otro es el poema ‘Herido por el agua’, que recita el propio Daniel Ramos. Algunos versos se escuchar en las letras que canta María Mezcle».
«Partimos del ‘Diván del Tamarit‘ -apunta Alberto Conejero-; ése el disparador, pero inmediatamente pasamos a la noche, la luna, el deseo, la amenaza, esa condición sonámbula de la propia creación; crear, escribir o bailar ha de estar entre la vigilia y el sueño, es una condición fronteriza».
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