Para llegar a ser coctelero hay que conocer a los clásicos. Saber de sus orígenes, comprender sus mezclas, dominar sus temperaturas. Sin las bases, no hay creatividad en la copa, pero ¿y esas bases? ¿cuáles son? En el libro Cóctel Códex. Fundamentos. Fórmulas. Evoluciones, de Alex Day, Nick Fauchald y David Kaplan, recientemente editado por NeoPerson Cook, nos proponen la disección de seis básicos de la coctelería: el Old-Fashioned, el Martini, el Daiquiri, el Sidecar, el Whisky Highball y el Flip. “Al diseccionar cada uno de estos seis combinados, aprenderás las mecánicas de una familia de cócteles en concreto y obtendrás información importante sobre la técnica y los ingredientes utilizados, lo que hará que tus habilidades cocteleras den un salto cualitativo”, escriben los autores.
Pero en realidad, ¿qué es un coctel? Básicamente, un combinado de ingredientes “cuando se combinan dan lugar a tres esferas de interés: el núcleo, el equilibrio y el aderezo, que arrojan luz sobre el funcionamiento interno de los combinados”, cuentan los autores. Resumidamente: el núcleo es el componente principal del sabor del cóctel y puede consistir en un solo ingrediente o la combinación de varios; el núcleo es “el corazón de todo combinado. Cada cóctel se equilibra con ingredientes que hacen que esa base sea más agradable al paladar, al aportar dulzor, acidez o ambos”; y el aderezo es ese ingrediente que añade “trama y dimensión”. Si a todo esto le añadimos la mano del bartender que lo elabora, “el arte de hacer cócteles puede resultada sobrecogedor”.
Cóctel Códex es mucha más que un libro de coctelería, es una puerta abierta a la reflexión y el análisis de los orígenes de un combinado. Un manual maravillosamente ilustrado (obra de Tim Tomkinson, autor de las infografías, y Dylan James Ho y Jeni Afuso, las fotografías) dirigido a estudiosos, aficionados y profesionales. En sus páginas descubriremos qué fue primero el Manhattan o el Martini, cuál fue la medicina estrella, el remedio para todos los males, durante la Revolución Industrial, cuáles son los cítricos más comunes en la coctelería o por qué la técnica de los ahumados en los cócteles se ha puesto de moda. También hallaremos cientos de historias que contar sobre cualquiera de estos seis clásicos como que el Flip se remonta a la Inglaterra del siglo XVII, una época en la que se bebía cerveza mezclada con ron y azúcar; o que el Sidecar fue creado en 1920 por un capitán del ejército estadounidenses al que le gustaba pasearse por las calles parisinas subido en una motocicleta con sidercar e ‘irse de bares’ para degustar un cítrico trago a base de Brandy. Así, el libro se convierte en un regalo para curiosos aficionados y profesionales de la coctelería donde, además de enseñarnos a elaborar esos clásicos, nos dan las fórmulas para, partiendo de la base, poder desarrollar otros muchos tragos. “A las personas que no tienen experiencia con los combinados, el mundo de la coctelería puede parecerles intimidante, pero también inspirador (…) Si has sentido la llamada de la inspiración, no la dejes ir, nosotros estamos contigo”, cuenta entre sus páginas.
Si con Códex Cóctel hemos dominado a los clásicos, podríamos seguir agitando nuestra coctelera dejándonos guiar por el voluminoso y precioso libro El Gran Manual del Coctelero, traducido recientemente por Planeta Gastro y escrito por Lucas Tubiana. “A diferencia del mundo de la cocina, donde figuras como Auguste Escoffier sentaron las bases comunes a todo occidente, el mundo del bar nunca ha contado con una obra de referencia”, escribe el autor al comienzo del libro, a lo que añade: “El objetivo de este manual es dar respuestas claras a las preguntas y ofrecer métodos para preparar los cócteles con éxito”. Se trata de un libro ilustrado, gráfico y claro, estructurado en tres partes: las bases, las recetas y los utensilios necesarios. “Sería muy difícil clasificar los cócteles de un modo absoluto”, subraya el autor, “en este libro propongo dividirlos en dos: los tragos crotos y los tragos largos” La búsqueda del equilibrio en el sabor, el acierto a la hora de servirlo en el vaso adecuado, el entendimiento de los cócteles que se hacen con base de vino, de vodka, de ginebra o de ron; el libro es un despliegue de infografías que pretende que el lector entienda de un solo vistazo cómo es la estructura base de los combinados para, después, aventurarse a la creatividad: del White Lady al Mary Pickford, el Champs-Élysées al Appel Martini, del Chicago Fizz al famoso Mojito, así hasta cien combinaciones diferentes que, como dice el autor, “convertirán al lector en un auténtico bartener”. Un gran acierto el haber añadido en las páginas finales del libro los trece gestos que tiene que tener un profesional cuando está elaborando cócteles en un bar. Al libro, no se le escapa detalle.
Para llegar a ser coctelero hay que conocer a los clásicos. Saber de sus orígenes, comprender sus mezclas, dominar sus temperaturas. Sin las bases, no hay creatividad en la copa, pero ¿y esas bases? ¿cuáles son? En el libro Cóctel Códex. Fundamentos. Fórmulas. Evoluciones, de Alex Day, Nick Fauchald y David Kaplan, recientemente editado por NeoPerson Cook, nos proponen la disección de seis básicos de la coctelería: el Old-Fashioned, el Martini, el Daiquiri, el Sidecar, el Whisky Highball y el Flip. “Al diseccionar cada uno de estos seis combinados, aprenderás las mecánicas de una familia de cócteles en concreto y obtendrás información importante sobre la técnica y los ingredientes utilizados, lo que hará que tus habilidades cocteleras den un salto cualitativo”, escriben los autores.Pero en realidad, ¿qué es un coctel? Básicamente, un combinado de ingredientes “cuando se combinan dan lugar a tres esferas de interés: el núcleo, el equilibrio y el aderezo, que arrojan luz sobre el funcionamiento interno de los combinados”, cuentan los autores. Resumidamente: el núcleo es el componente principal del sabor del cóctel y puede consistir en un solo ingrediente o la combinación de varios; el núcleo es “el corazón de todo combinado. Cada cóctel se equilibra con ingredientes que hacen que esa base sea más agradable al paladar, al aportar dulzor, acidez o ambos”; y el aderezo es ese ingrediente que añade “trama y dimensión”. Si a todo esto le añadimos la mano del bartender que lo elabora, “el arte de hacer cócteles puede resultada sobrecogedor”.Cóctel Códex es mucha más que un libro de coctelería, es una puerta abierta a la reflexión y el análisis de los orígenes de un combinado. Un manual maravillosamente ilustrado (obra de Tim Tomkinson, autor de las infografías, y Dylan James Ho y Jeni Afuso, las fotografías) dirigido a estudiosos, aficionados y profesionales. En sus páginas descubriremos qué fue primero el Manhattan o el Martini, cuál fue la medicina estrella, el remedio para todos los males, durante la Revolución Industrial, cuáles son los cítricos más comunes en la coctelería o por qué la técnica de los ahumados en los cócteles se ha puesto de moda. También hallaremos cientos de historias que contar sobre cualquiera de estos seis clásicos como que el Flip se remonta a la Inglaterra del siglo XVII, una época en la que se bebía cerveza mezclada con ron y azúcar; o que el Sidecar fue creado en 1920 por un capitán del ejército estadounidenses al que le gustaba pasearse por las calles parisinas subido en una motocicleta con sidercar e ‘irse de bares’ para degustar un cítrico trago a base de Brandy. Así, el libro se convierte en un regalo para curiosos aficionados y profesionales de la coctelería donde, además de enseñarnos a elaborar esos clásicos, nos dan las fórmulas para, partiendo de la base, poder desarrollar otros muchos tragos. “A las personas que no tienen experiencia con los combinados, el mundo de la coctelería puede parecerles intimidante, pero también inspirador (…) Si has sentido la llamada de la inspiración, no la dejes ir, nosotros estamos contigo”, cuenta entre sus páginas.Si con Códex Cóctel hemos dominado a los clásicos, podríamos seguir agitando nuestra coctelera dejándonos guiar por el voluminoso y precioso libro El Gran Manual del Coctelero, traducido recientemente por Planeta Gastro y escrito por Lucas Tubiana. “A diferencia del mundo de la cocina, donde figuras como Auguste Escoffier sentaron las bases comunes a todo occidente, el mundo del bar nunca ha contado con una obra de referencia”, escribe el autor al comienzo del libro, a lo que añade: “El objetivo de este manual es dar respuestas claras a las preguntas y ofrecer métodos para preparar los cócteles con éxito”. Se trata de un libro ilustrado, gráfico y claro, estructurado en tres partes: las bases, las recetas y los utensilios necesarios. “Sería muy difícil clasificar los cócteles de un modo absoluto”, subraya el autor, “en este libro propongo dividirlos en dos: los tragos crotos y los tragos largos” La búsqueda del equilibrio en el sabor, el acierto a la hora de servirlo en el vaso adecuado, el entendimiento de los cócteles que se hacen con base de vino, de vodka, de ginebra o de ron; el libro es un despliegue de infografías que pretende que el lector entienda de un solo vistazo cómo es la estructura base de los combinados para, después, aventurarse a la creatividad: del White Lady al Mary Pickford, el Champs-Élysées al Appel Martini, del Chicago Fizz al famoso Mojito, así hasta cien combinaciones diferentes que, como dice el autor, “convertirán al lector en un auténtico bartener”. Un gran acierto el haber añadido en las páginas finales del libro los trece gestos que tiene que tener un profesional cuando está elaborando cócteles en un bar. Al libro, no se le escapa detalle. Seguir leyendo
Para llegar a ser coctelero hay que conocer a los clásicos. Saber de sus orígenes, comprender sus mezclas, dominar sus temperaturas. Sin las bases, no hay creatividad en la copa, pero ¿y esas bases? ¿cuáles son? En el libro Cóctel Códex. Fundamentos. Fórmulas. Evoluciones, de Alex Day, Nick Fauchald y David Kaplan, recientemente editado por NeoPerson Cook, nos proponen la disección de seis básicos de la coctelería: el Old-Fashioned, el Martini, el Daiquiri, el Sidecar, el Whisky Highball y el Flip. “Al diseccionar cada uno de estos seis combinados, aprenderás las mecánicas de una familia de cócteles en concreto y obtendrás información importante sobre la técnica y los ingredientes utilizados, lo que hará que tus habilidades cocteleras den un salto cualitativo”, escriben los autores.
Pero en realidad, ¿qué es un coctel? Básicamente, un combinado de ingredientes “cuando se combinan dan lugar a tres esferas de interés: el núcleo, el equilibrio y el aderezo, que arrojan luz sobre el funcionamiento interno de los combinados”, cuentan los autores. Resumidamente: el núcleo es el componente principal del sabor del cóctel y puede consistir en un solo ingrediente o la combinación de varios; el núcleo es “el corazón de todo combinado. Cada cóctel se equilibra con ingredientes que hacen que esa base sea más agradable al paladar, al aportar dulzor, acidez o ambos”; y el aderezo es ese ingrediente que añade “trama y dimensión”. Si a todo esto le añadimos la mano del bartender que lo elabora, “el arte de hacer cócteles puede resultada sobrecogedor”.

Cóctel Códex es mucha más que un libro de coctelería, es una puerta abierta a la reflexión y el análisis de los orígenes de un combinado. Un manual maravillosamente ilustrado (obra de Tim Tomkinson, autor de las infografías, y Dylan James Ho y Jeni Afuso, las fotografías) dirigido a estudiosos, aficionados y profesionales. En sus páginas descubriremos qué fue primero el Manhattan o el Martini, cuál fue la medicina estrella, el remedio para todos los males, durante la Revolución Industrial, cuáles son los cítricos más comunes en la coctelería o por qué la técnica de los ahumados en los cócteles se ha puesto de moda. También hallaremos cientos de historias que contar sobre cualquiera de estos seis clásicos como que el Flip se remonta a la Inglaterra del siglo XVII, una época en la que se bebía cerveza mezclada con ron y azúcar; o que el Sidecar fue creado en 1920 por un capitán del ejército estadounidenses al que le gustaba pasearse por las calles parisinas subido en una motocicleta con sidercar e ‘irse de bares’ para degustar un cítrico trago a base de Brandy. Así, el libro se convierte en un regalo para curiosos aficionados y profesionales de la coctelería donde, además de enseñarnos a elaborar esos clásicos, nos dan las fórmulas para, partiendo de la base, poder desarrollar otros muchos tragos. “A las personas que no tienen experiencia con los combinados, el mundo de la coctelería puede parecerles intimidante, pero también inspirador (…) Si has sentido la llamada de la inspiración, no la dejes ir, nosotros estamos contigo”, cuenta entre sus páginas.

Si con Códex Cóctel hemos dominado a los clásicos, podríamos seguir agitando nuestra coctelera dejándonos guiar por el voluminoso y precioso libro El Gran Manual del Coctelero, traducido recientemente por Planeta Gastro y escrito por Lucas Tubiana. “A diferencia del mundo de la cocina, donde figuras como Auguste Escoffier sentaron las bases comunes a todo occidente, el mundo del bar nunca ha contado con una obra de referencia”, escribe el autor al comienzo del libro, a lo que añade: “El objetivo de este manual es dar respuestas claras a las preguntas y ofrecer métodos para preparar los cócteles con éxito”. Se trata de un libro ilustrado, gráfico y claro, estructurado en tres partes: las bases, las recetas y los utensilios necesarios. “Sería muy difícil clasificar los cócteles de un modo absoluto”, subraya el autor, “en este libro propongo dividirlos en dos: los tragos crotos y los tragos largos” La búsqueda del equilibrio en el sabor, el acierto a la hora de servirlo en el vaso adecuado, el entendimiento de los cócteles que se hacen con base de vino, de vodka, de ginebra o de ron; el libro es un despliegue de infografías que pretende que el lector entienda de un solo vistazo cómo es la estructura base de los combinados para, después, aventurarse a la creatividad: del White Lady al Mary Pickford, el Champs-Élysées al Appel Martini, del Chicago Fizz al famoso Mojito, así hasta cien combinaciones diferentes que, como dice el autor, “convertirán al lector en un auténtico bartener”. Un gran acierto el haber añadido en las páginas finales del libro los trece gestos que tiene que tener un profesional cuando está elaborando cócteles en un bar. Al libro, no se le escapa detalle.

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