La sede barcelonesa de la Fundación Mapfre, KBr, presenta dos exposiciones que, desde lenguajes distintos, comparten una preocupación común por el territorio y sus tensiones: ‘A propósito del paisaje’, primera gran retrospectiva del fotógrafo granadino José Guerrero, comisariada por Marta Gili ; y ‘Bravo’, el proyecto con el que el artista colombiano Felipe Romero Beltrán resultó ganador de la segunda edición del KBr Photo Award, un premio bienal que impulsa la creación emergente mediante dotación económica y la producción de una exposición individual. Ambas muestras, una de un consolidado, otra de un emergente, se entrelazan sin proponérselo, desplegando dos formas de pensar el paisaje como construcción política, visual y emocional.Noticias relacionadas estandar No PhotoEspaña 2025 reivindica el poder crítico y transformador de la fotografía ABC estandar Si ARTE Zurbarán ‘superstar’ en el MNAC de Barcelona Isabel LázaroEn ‘A propósito del paisaje’, José Guerrero articula una exploración visual del territorio como artefacto cultural, histórico y simbólico. Su mirada, refinada y paciente, se posa sobre los márgenes: arquitecturas anónimas, campos sembrados hasta el horizonte, ruinas y canteras donde la memoria sedimenta. Lejos de representar lo visible, Guerrero lo interroga, lo fragmenta y lo reordena.Artificios perceptivosLa muestra, comisariada por Marta Gili, se estructura en seis secciones con más de 130 fotografías y una envolvente pieza audiovisual. El recorrido nos lleva desde los tonos ocres de ‘La Mancha’ a la densidad mineral de ‘Carrara’, pasando por la verticalidad de ‘Brechas’ o los artificios perceptivos de ‘BRG’, inspirados en la arquitectura de Luis Barragán. La foto, aquí, se expande a través de una escenificada iluminación: se convierte en prosa poética, en secuencia, en ficción. En su serie más reciente, ‘GFK’, el error digital deviene textura, velo, fantasma de un paisaje ausente que envuelve al espectador.Guerrero concibe el paisaje como una entidad activa, un sujeto atravesado por fuerzas sociales, ecológicas y políticas. La luz, en sus imágenes, no solo revela: también oculta, transforma y sale de la imagen para crear tensiones en la sala adaptándose al circuito creado para la ocasión. Así, su obra se aleja de toda tentación documentalista para situarse en una zona intermedia donde lo real y lo imaginario conviven en un mismo plano.En el límite. De arriba abajo, ‘BRG-331’ (2024), de José Guerrero; ‘Equipo de sonido’ (2021-2024) y ‘Amigo de El Friki y pared rosa’ (2021-2024), las dos de Felipe Romero Beltrán José Guerrero / Felipe R. BeltránEste tránsito entre lo concreto y lo abstracto, entre la transparencia y la opacidad, se convierte en una de las grandes estrategias del artista. Frente a una Modernidad que idealizó la Naturaleza como algo ajeno al ser humano, Guerrero devuelve al paisaje su condición política. Su trabajo, sutil pero rotundo, nos habla de límites: geográficos, perceptivos, simbólicos. Y en esa noción del límite es precisamente donde su exposición conecta con fuerza con la de Felipe Romero Beltrán. Un diálogo posible gracias a la iniciativa del KBr para impulsar nuevas autorías con la creación del KBr Photo Award.En ‘Bravo’, Felipe Romero Beltrán desplaza el foco desde la construcción simbólica del paisaje hacia su vivencia más cruda: la frontera como espacio de espera, tensión y agotamiento. Comisariado por Victoria del Val, el artista colombiano propone un ensayo visual sobre el río Bravo, línea natural entre México y Estados Unidos, donde la geografía se convierte en agente político.A diferencia de Guerrero, que ensaya desde la mirada, Romero Beltrán documenta desde el cuerpo. Las 52 fotografías de ‘Bravo’ no retratan el cruce, sino su antesala de interiores vacíos, muros erosionados, fragmentos de asfalto y rostros detenidos en un umbral que parece eterno. El río aparece como fantasma, como límite que no se muestra. «Existe en cuanto su negación visual», apunta acertadamente el propio autor.Esa estrategia de omisión resulta poderosa y elocuente. Lo que se despliega ante el espectador no es la épica del viaje, sino la extenuación del trayecto. Las imágenes, contenidas y sobrias, rehúyen la espectacularidad para instalarse en un tono bajo, casi silencioso, donde cada textura y cada gesto parecen cargados de historia.José Guerrero y Felipe Romero Beltrán José Guerrero. ‘A propósito del paisaje’. Comisaria: Marta Gili. Cuatro estrellas. Felipe Romero Beltrán. ‘Bravo’. Comisaria: Victoria del Val. Cuatro estrellas. KBr. Fundación Mapfre. Barcelona. Avenida del Litoral, 30. Hasta el 18 de mayoAmbas exposiciones dialogan desde esa noción compartida del borde. Ya sea desde el lenguaje de la abstracción o desde el ensayo documental, ambos artistas invitan a repensar el paisaje no como un fondo neutro, sino como un escenario activo de las tensiones del presente. El territorio, en sus imágenes, no se contempla, se interroga. La sede barcelonesa de la Fundación Mapfre, KBr, presenta dos exposiciones que, desde lenguajes distintos, comparten una preocupación común por el territorio y sus tensiones: ‘A propósito del paisaje’, primera gran retrospectiva del fotógrafo granadino José Guerrero, comisariada por Marta Gili ; y ‘Bravo’, el proyecto con el que el artista colombiano Felipe Romero Beltrán resultó ganador de la segunda edición del KBr Photo Award, un premio bienal que impulsa la creación emergente mediante dotación económica y la producción de una exposición individual. Ambas muestras, una de un consolidado, otra de un emergente, se entrelazan sin proponérselo, desplegando dos formas de pensar el paisaje como construcción política, visual y emocional.Noticias relacionadas estandar No PhotoEspaña 2025 reivindica el poder crítico y transformador de la fotografía ABC estandar Si ARTE Zurbarán ‘superstar’ en el MNAC de Barcelona Isabel LázaroEn ‘A propósito del paisaje’, José Guerrero articula una exploración visual del territorio como artefacto cultural, histórico y simbólico. Su mirada, refinada y paciente, se posa sobre los márgenes: arquitecturas anónimas, campos sembrados hasta el horizonte, ruinas y canteras donde la memoria sedimenta. Lejos de representar lo visible, Guerrero lo interroga, lo fragmenta y lo reordena.Artificios perceptivosLa muestra, comisariada por Marta Gili, se estructura en seis secciones con más de 130 fotografías y una envolvente pieza audiovisual. El recorrido nos lleva desde los tonos ocres de ‘La Mancha’ a la densidad mineral de ‘Carrara’, pasando por la verticalidad de ‘Brechas’ o los artificios perceptivos de ‘BRG’, inspirados en la arquitectura de Luis Barragán. La foto, aquí, se expande a través de una escenificada iluminación: se convierte en prosa poética, en secuencia, en ficción. En su serie más reciente, ‘GFK’, el error digital deviene textura, velo, fantasma de un paisaje ausente que envuelve al espectador.Guerrero concibe el paisaje como una entidad activa, un sujeto atravesado por fuerzas sociales, ecológicas y políticas. La luz, en sus imágenes, no solo revela: también oculta, transforma y sale de la imagen para crear tensiones en la sala adaptándose al circuito creado para la ocasión. Así, su obra se aleja de toda tentación documentalista para situarse en una zona intermedia donde lo real y lo imaginario conviven en un mismo plano.En el límite. De arriba abajo, ‘BRG-331’ (2024), de José Guerrero; ‘Equipo de sonido’ (2021-2024) y ‘Amigo de El Friki y pared rosa’ (2021-2024), las dos de Felipe Romero Beltrán José Guerrero / Felipe R. BeltránEste tránsito entre lo concreto y lo abstracto, entre la transparencia y la opacidad, se convierte en una de las grandes estrategias del artista. Frente a una Modernidad que idealizó la Naturaleza como algo ajeno al ser humano, Guerrero devuelve al paisaje su condición política. Su trabajo, sutil pero rotundo, nos habla de límites: geográficos, perceptivos, simbólicos. Y en esa noción del límite es precisamente donde su exposición conecta con fuerza con la de Felipe Romero Beltrán. Un diálogo posible gracias a la iniciativa del KBr para impulsar nuevas autorías con la creación del KBr Photo Award.En ‘Bravo’, Felipe Romero Beltrán desplaza el foco desde la construcción simbólica del paisaje hacia su vivencia más cruda: la frontera como espacio de espera, tensión y agotamiento. Comisariado por Victoria del Val, el artista colombiano propone un ensayo visual sobre el río Bravo, línea natural entre México y Estados Unidos, donde la geografía se convierte en agente político.A diferencia de Guerrero, que ensaya desde la mirada, Romero Beltrán documenta desde el cuerpo. Las 52 fotografías de ‘Bravo’ no retratan el cruce, sino su antesala de interiores vacíos, muros erosionados, fragmentos de asfalto y rostros detenidos en un umbral que parece eterno. El río aparece como fantasma, como límite que no se muestra. «Existe en cuanto su negación visual», apunta acertadamente el propio autor.Esa estrategia de omisión resulta poderosa y elocuente. Lo que se despliega ante el espectador no es la épica del viaje, sino la extenuación del trayecto. Las imágenes, contenidas y sobrias, rehúyen la espectacularidad para instalarse en un tono bajo, casi silencioso, donde cada textura y cada gesto parecen cargados de historia.José Guerrero y Felipe Romero Beltrán José Guerrero. ‘A propósito del paisaje’. Comisaria: Marta Gili. Cuatro estrellas. Felipe Romero Beltrán. ‘Bravo’. Comisaria: Victoria del Val. Cuatro estrellas. KBr. Fundación Mapfre. Barcelona. Avenida del Litoral, 30. Hasta el 18 de mayoAmbas exposiciones dialogan desde esa noción compartida del borde. Ya sea desde el lenguaje de la abstracción o desde el ensayo documental, ambos artistas invitan a repensar el paisaje no como un fondo neutro, sino como un escenario activo de las tensiones del presente. El territorio, en sus imágenes, no se contempla, se interroga.
La sede barcelonesa de la Fundación Mapfre, KBr, presenta dos exposiciones que, desde lenguajes distintos, comparten una preocupación común por el territorio y sus tensiones: ‘A propósito del paisaje’, primera gran retrospectiva del fotógrafo granadino José Guerrero, comisariada por Marta Gili; y ‘ … Bravo’, el proyecto con el que el artista colombiano Felipe Romero Beltrán resultó ganador de la segunda edición del KBr Photo Award, un premio bienal que impulsa la creación emergente mediante dotación económica y la producción de una exposición individual.
Ambas muestras, una de un consolidado, otra de un emergente, se entrelazan sin proponérselo, desplegando dos formas de pensar el paisaje como construcción política, visual y emocional.
En ‘A propósito del paisaje’, José Guerrero articula una exploración visual del territorio como artefacto cultural, histórico y simbólico. Su mirada, refinada y paciente, se posa sobre los márgenes: arquitecturas anónimas, campos sembrados hasta el horizonte, ruinas y canteras donde la memoria sedimenta. Lejos de representar lo visible, Guerrero lo interroga, lo fragmenta y lo reordena.
Artificios perceptivos
La muestra, comisariada por Marta Gili, se estructura en seis secciones con más de 130 fotografías y una envolvente pieza audiovisual. El recorrido nos lleva desde los tonos ocres de ‘La Mancha’ a la densidad mineral de ‘Carrara’, pasando por la verticalidad de ‘Brechas’ o los artificios perceptivos de ‘BRG’, inspirados en la arquitectura de Luis Barragán. La foto, aquí, se expande a través de una escenificada iluminación: se convierte en prosa poética, en secuencia, en ficción. En su serie más reciente, ‘GFK’, el error digital deviene textura, velo, fantasma de un paisaje ausente que envuelve al espectador.
Guerrero concibe el paisaje como una entidad activa, un sujeto atravesado por fuerzas sociales, ecológicas y políticas. La luz, en sus imágenes, no solo revela: también oculta, transforma y sale de la imagen para crear tensiones en la sala adaptándose al circuito creado para la ocasión. Así, su obra se aleja de toda tentación documentalista para situarse en una zona intermedia donde lo real y lo imaginario conviven en un mismo plano.



De arriba abajo, ‘BRG-331’ (2024), de José Guerrero; ‘Equipo de sonido’ (2021-2024) y ‘Amigo de El Friki y pared rosa’ (2021-2024), las dos de Felipe Romero Beltrán
José Guerrero / Felipe R. Beltrán
Este tránsito entre lo concreto y lo abstracto, entre la transparencia y la opacidad, se convierte en una de las grandes estrategias del artista. Frente a una Modernidad que idealizó la Naturaleza como algo ajeno al ser humano, Guerrero devuelve al paisaje su condición política. Su trabajo, sutil pero rotundo, nos habla de límites: geográficos, perceptivos, simbólicos. Y en esa noción del límite es precisamente donde su exposición conecta con fuerza con la de Felipe Romero Beltrán. Un diálogo posible gracias a la iniciativa del KBr para impulsar nuevas autorías con la creación del KBr Photo Award.
En ‘Bravo’, Felipe Romero Beltrán desplaza el foco desde la construcción simbólica del paisaje hacia su vivencia más cruda: la frontera como espacio de espera, tensión y agotamiento. Comisariado por Victoria del Val, el artista colombiano propone un ensayo visual sobre el río Bravo, línea natural entre México y Estados Unidos, donde la geografía se convierte en agente político.
A diferencia de Guerrero, que ensaya desde la mirada, Romero Beltrán documenta desde el cuerpo. Las 52 fotografías de ‘Bravo’ no retratan el cruce, sino su antesala de interiores vacíos, muros erosionados, fragmentos de asfalto y rostros detenidos en un umbral que parece eterno. El río aparece como fantasma, como límite que no se muestra. «Existe en cuanto su negación visual», apunta acertadamente el propio autor.
Esa estrategia de omisión resulta poderosa y elocuente. Lo que se despliega ante el espectador no es la épica del viaje, sino la extenuación del trayecto. Las imágenes, contenidas y sobrias, rehúyen la espectacularidad para instalarse en un tono bajo, casi silencioso, donde cada textura y cada gesto parecen cargados de historia.
José Guerrero y Felipe Romero Beltrán
José Guerrero. ‘A propósito del paisaje’. Comisaria: Marta Gili. Cuatro estrellas.
Felipe Romero Beltrán. ‘Bravo’. Comisaria: Victoria del Val. Cuatro estrellas.
KBr. Fundación Mapfre. Barcelona. Avenida del Litoral, 30. Hasta el 18 de mayo
Ambas exposiciones dialogan desde esa noción compartida del borde. Ya sea desde el lenguaje de la abstracción o desde el ensayo documental, ambos artistas invitan a repensar el paisaje no como un fondo neutro, sino como un escenario activo de las tensiones del presente. El territorio, en sus imágenes, no se contempla, se interroga.
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