Si hay algo que Asier Etxeandía no quiere vivir en esta vida terrenal es el impacto de la inteligencia artificial. «Me asusta mucho porque creo que va a llegar a un lugar que va a afectar a nuestra sociedad de una manera… Espero morirme antes porque no sé si me gusta hacia dónde se dirige», reconoce el actor a ABC. Es sincero, transparente. Reconoce que le impresiona, pero al mismo tiempo no le conmueve nada. Al actor vasco, además de la interpretación y la música, le van los villanos. Cuando recibió la propuesta para interpretar a Emilio Villegas en ‘Ladrones: La tiara de santa Águeda ‘ no estaba seguro de si el papel iba a encajar con él en ese momento o si iba a confundir a la audiencia. Venía de hacer ‘Sky Rojo’, una serie en la que se convirtió en Romeo, un villano carismático y manipulador, aunque inseguro de sí mismo. Sin embargo, su preocupación se convirtió enseguida en tranquilidad al hablar con Inma Torrente, directora de la serie, al explicarle que el tono era mucho más desenfadado. «Todo era calor, risas, otra energía. Además iba a trabajar con Alex (González), amigo mío y que hacía tiempo que no lo veía», reconoce Asier Etxeandia a ABC. La serie se centra en Amber (Silvia Alonso), que es una de las más brillantes ladronas del mundo que, después de un robo fallido en Las Vegas, prepara su próximo golpe en Isla Esperanza, un paradisiaco lugar perdido en mitad del Pacífico. Su objetivo es la Tiara de Santa Águeda, una joya valorada en 240 millones de dólares, que portará durante su boda la hija del magnate mexicano del petróleo Emilio Villegas (Etxeandia). Pero su milimétrico plan salta por los aires cuando aparece en la isla Rui (Álex González), un ladrón descarado y misterioso, con el que tuvo una complicada relación en Las Vegas.Noticia Relacionada estandar No El adiós de ‘Stranger Things’y el músculo de un 2025 muy seriéfilo Lucía Cabanelas El nuevo año viene cargado de potentes títulos, muchos regresos y vuelta a la fantasía y la comediaEl papel llegó a su vida como agua de mayo. El actor no pasaba por un buen momento personal y su personaje aterrizó precisamente para equilibrar. «Estaba pasando por un momento personal en el que me estaban ocurriendo muchas cosas. Es lo que tiene esta profesión, que te salva. Justo cuando vas a tener la cámara aquí y piensas que estás en el momento más jodido de tu vida y que van a estar observándote, llega esto y te salva y hace que las emociones y tu trabajo sea mejor todavía», asegura con los ojos vidriosos.A Exteandia, la profesión le ha curtido en todos los sentidos. «Cada uno es libre de pensar lo que quiera. Somos libres. Yo creo en la verdadera democracia, no en la que dicen que hay y creo que cada uno puede pensar lo que quiera. Otra cosa es que permita que me afecten las críticas. No podría hacer mi trabajo», indica el actor. Le da el tiempo justo y necesario para que las críticas no le afecten, y con la edad, asegura, ha aprendido a no dar poder a gente que ni siquiera lo conoce y que opina «según se haya levantado ese día». «Hoy en día todo es tan relativo que no puedes estar esperando gustar a los demás o pensar en cómo van a reaccionar. Yo sé que todo lo hago por mi trabajo, por un profundo amor a mi profesión. Entonces, ¿Qué más me da que lo que opina alguien que no conozco?», asegura convencido.Aciertos y erroresSilvia Alonso, en cambio, ni siquiera ofrece un segundo de su vida a leer las críticas. «Hay una serie de personas en mi vida de cuyo criterio me fío. Pero no puede darte todo el mundo su opinión porque, de hecho, la opinión de todo el mundo no es tan importante, para nada», indica la actriz, que reconoce sentir admiración por aquellas personas que se atreven a arriesgar en su trabajo aun sabiendo que las críticas pueden surgir. «Creo que todos hacemos lo que podemos al 100% con lo que tenemos, lo que podemos y lo que nos dejan. Y a veces sale bien y a veces mal. Valoro mucho cuando hay gente a la que un proyecto le sale mal, porque pienso que está arriesgando y eso me da mucha envidia, porque a mí me cuesta mucho arriesgarme y me da miedo que algo esté mal. Creo que a veces para hacer cosas que se salgan un poco de la norma y que estén bien, a veces hay que hacerlo mal». Alex González, en cambio, le da la vuelta a esta cuestión. «Siempre hablamos de las críticas como si no las hiciéramos. Yo también me he encontrado a mí mismo haciendo críticas o pensando. Haciendo autocrítica, creo que a lo mejor es un ejercicio que tenemos que hacer en la sociedad, porque parece que la crítica la hace siempre alguien y no nosotros mismos».Asier Etxeandia acumula a sus espaldas más de cuarenta títulos, premios y dos nominaciones a los Goya. Desde que comenzó en esta profesión, el actor reconoce que siempre han sido «buenos y necesarios» tiempos para la ficción. «Hay cosas muy arriesgadas y se tiene menos miedo. Es lo que el público demanda. Esto que se decía antiguamente de que lo que quiere el público es basura no es verdad. El público no quiere basura. Es a lo que te estás acostumbrando. El público está cansado ya, el público no es tonto, es muy inteligente y merece lo mejor», asegura. Echar la vista atrás no es fácil, aunque Exteandia parece haber sabido encajar los aciertos y errores de su carrera. «Hay cosas que igual veo y pienso lo mal que estaba ahí y que era un error, pero por otro lado son las cosas de las que más he aprendido. No pienso que uno se pueda arrepentir de nada. No podrías dedicarte a esto. Tendrías miedo de dar el siguiente paso también. que no se pueden arrepentir de nada. Cuánto más juzgues al otro, más te vas a juzgar. Hay como algo liviano en decir: ‘No, está todo bien’. El error es maravilloso». Si hay algo que Asier Etxeandía no quiere vivir en esta vida terrenal es el impacto de la inteligencia artificial. «Me asusta mucho porque creo que va a llegar a un lugar que va a afectar a nuestra sociedad de una manera… Espero morirme antes porque no sé si me gusta hacia dónde se dirige», reconoce el actor a ABC. Es sincero, transparente. Reconoce que le impresiona, pero al mismo tiempo no le conmueve nada. Al actor vasco, además de la interpretación y la música, le van los villanos. Cuando recibió la propuesta para interpretar a Emilio Villegas en ‘Ladrones: La tiara de santa Águeda ‘ no estaba seguro de si el papel iba a encajar con él en ese momento o si iba a confundir a la audiencia. Venía de hacer ‘Sky Rojo’, una serie en la que se convirtió en Romeo, un villano carismático y manipulador, aunque inseguro de sí mismo. Sin embargo, su preocupación se convirtió enseguida en tranquilidad al hablar con Inma Torrente, directora de la serie, al explicarle que el tono era mucho más desenfadado. «Todo era calor, risas, otra energía. Además iba a trabajar con Alex (González), amigo mío y que hacía tiempo que no lo veía», reconoce Asier Etxeandia a ABC. La serie se centra en Amber (Silvia Alonso), que es una de las más brillantes ladronas del mundo que, después de un robo fallido en Las Vegas, prepara su próximo golpe en Isla Esperanza, un paradisiaco lugar perdido en mitad del Pacífico. Su objetivo es la Tiara de Santa Águeda, una joya valorada en 240 millones de dólares, que portará durante su boda la hija del magnate mexicano del petróleo Emilio Villegas (Etxeandia). Pero su milimétrico plan salta por los aires cuando aparece en la isla Rui (Álex González), un ladrón descarado y misterioso, con el que tuvo una complicada relación en Las Vegas.Noticia Relacionada estandar No El adiós de ‘Stranger Things’y el músculo de un 2025 muy seriéfilo Lucía Cabanelas El nuevo año viene cargado de potentes títulos, muchos regresos y vuelta a la fantasía y la comediaEl papel llegó a su vida como agua de mayo. El actor no pasaba por un buen momento personal y su personaje aterrizó precisamente para equilibrar. «Estaba pasando por un momento personal en el que me estaban ocurriendo muchas cosas. Es lo que tiene esta profesión, que te salva. Justo cuando vas a tener la cámara aquí y piensas que estás en el momento más jodido de tu vida y que van a estar observándote, llega esto y te salva y hace que las emociones y tu trabajo sea mejor todavía», asegura con los ojos vidriosos.A Exteandia, la profesión le ha curtido en todos los sentidos. «Cada uno es libre de pensar lo que quiera. Somos libres. Yo creo en la verdadera democracia, no en la que dicen que hay y creo que cada uno puede pensar lo que quiera. Otra cosa es que permita que me afecten las críticas. No podría hacer mi trabajo», indica el actor. Le da el tiempo justo y necesario para que las críticas no le afecten, y con la edad, asegura, ha aprendido a no dar poder a gente que ni siquiera lo conoce y que opina «según se haya levantado ese día». «Hoy en día todo es tan relativo que no puedes estar esperando gustar a los demás o pensar en cómo van a reaccionar. Yo sé que todo lo hago por mi trabajo, por un profundo amor a mi profesión. Entonces, ¿Qué más me da que lo que opina alguien que no conozco?», asegura convencido.Aciertos y erroresSilvia Alonso, en cambio, ni siquiera ofrece un segundo de su vida a leer las críticas. «Hay una serie de personas en mi vida de cuyo criterio me fío. Pero no puede darte todo el mundo su opinión porque, de hecho, la opinión de todo el mundo no es tan importante, para nada», indica la actriz, que reconoce sentir admiración por aquellas personas que se atreven a arriesgar en su trabajo aun sabiendo que las críticas pueden surgir. «Creo que todos hacemos lo que podemos al 100% con lo que tenemos, lo que podemos y lo que nos dejan. Y a veces sale bien y a veces mal. Valoro mucho cuando hay gente a la que un proyecto le sale mal, porque pienso que está arriesgando y eso me da mucha envidia, porque a mí me cuesta mucho arriesgarme y me da miedo que algo esté mal. Creo que a veces para hacer cosas que se salgan un poco de la norma y que estén bien, a veces hay que hacerlo mal». Alex González, en cambio, le da la vuelta a esta cuestión. «Siempre hablamos de las críticas como si no las hiciéramos. Yo también me he encontrado a mí mismo haciendo críticas o pensando. Haciendo autocrítica, creo que a lo mejor es un ejercicio que tenemos que hacer en la sociedad, porque parece que la crítica la hace siempre alguien y no nosotros mismos».Asier Etxeandia acumula a sus espaldas más de cuarenta títulos, premios y dos nominaciones a los Goya. Desde que comenzó en esta profesión, el actor reconoce que siempre han sido «buenos y necesarios» tiempos para la ficción. «Hay cosas muy arriesgadas y se tiene menos miedo. Es lo que el público demanda. Esto que se decía antiguamente de que lo que quiere el público es basura no es verdad. El público no quiere basura. Es a lo que te estás acostumbrando. El público está cansado ya, el público no es tonto, es muy inteligente y merece lo mejor», asegura. Echar la vista atrás no es fácil, aunque Exteandia parece haber sabido encajar los aciertos y errores de su carrera. «Hay cosas que igual veo y pienso lo mal que estaba ahí y que era un error, pero por otro lado son las cosas de las que más he aprendido. No pienso que uno se pueda arrepentir de nada. No podrías dedicarte a esto. Tendrías miedo de dar el siguiente paso también. que no se pueden arrepentir de nada. Cuánto más juzgues al otro, más te vas a juzgar. Hay como algo liviano en decir: ‘No, está todo bien’. El error es maravilloso».
La actriz protagoniza junto a Alex González y Asier Etxeandia ‘Ladrones: La tiara de santa Águeda’ y los tres hablan con ABC sobre su carrera
Si hay algo que Asier Etxeandía no quiere vivir en esta vida terrenal es el impacto de la inteligencia artificial. «Me asusta mucho porque creo que va a llegar a un lugar que va a afectar a nuestra sociedad de una manera… Espero morirme antes porque no sé si me gusta hacia dónde se dirige», reconoce el actor a ABC. Es sincero, transparente. Reconoce que le impresiona, pero al mismo tiempo no le conmueve nada. Al actor vasco, además de la interpretación y la música, le van los villanos. Cuando recibió la propuesta para interpretar a Emilio Villegas en ‘Ladrones: La tiara de santa Águeda‘ no estaba seguro de si el papel iba a encajar con él en ese momento o si iba a confundir a la audiencia.
Venía de hacer ‘Sky Rojo’, una serie en la que se convirtió en Romeo, un villano carismático y manipulador, aunque inseguro de sí mismo. Sin embargo, su preocupación se convirtió enseguida en tranquilidad al hablar con Inma Torrente, directora de la serie, al explicarle que el tono era mucho más desenfadado. «Todo era calor, risas, otra energía. Además iba a trabajar con Alex (González), amigo mío y que hacía tiempo que no lo veía», reconoce Asier Etxeandia a ABC. La serie se centra en Amber (Silvia Alonso), que es una de las más brillantes ladronas del mundo que, después de un robo fallido en Las Vegas, prepara su próximo golpe en Isla Esperanza, un paradisiaco lugar perdido en mitad del Pacífico. Su objetivo es la Tiara de Santa Águeda, una joya valorada en 240 millones de dólares, que portará durante su boda la hija del magnate mexicano del petróleo Emilio Villegas (Etxeandia). Pero su milimétrico plan salta por los aires cuando aparece en la isla Rui (Álex González), un ladrón descarado y misterioso, con el que tuvo una complicada relación en Las Vegas.
El papel llegó a su vida como agua de mayo. El actor no pasaba por un buen momento personal y su personaje aterrizó precisamente para equilibrar. «Estaba pasando por un momento personal en el que me estaban ocurriendo muchas cosas. Es lo que tiene esta profesión, que te salva. Justo cuando vas a tener la cámara aquí y piensas que estás en el momento más jodido de tu vida y que van a estar observándote, llega esto y te salva y hace que las emociones y tu trabajo sea mejor todavía», asegura con los ojos vidriosos.
A Exteandia, la profesión le ha curtido en todos los sentidos. «Cada uno es libre de pensar lo que quiera. Somos libres. Yo creo en la verdadera democracia, no en la que dicen que hay y creo que cada uno puede pensar lo que quiera. Otra cosa es que permita que me afecten las críticas. No podría hacer mi trabajo», indica el actor. Le da el tiempo justo y necesario para que las críticas no le afecten, y con la edad, asegura, ha aprendido a no dar poder a gente que ni siquiera lo conoce y que opina «según se haya levantado ese día». «Hoy en día todo es tan relativo que no puedes estar esperando gustar a los demás o pensar en cómo van a reaccionar. Yo sé que todo lo hago por mi trabajo, por un profundo amor a mi profesión. Entonces, ¿Qué más me da que lo que opina alguien que no conozco?», asegura convencido.
Aciertos y errores
Silvia Alonso, en cambio, ni siquiera ofrece un segundo de su vida a leer las críticas. «Hay una serie de personas en mi vida de cuyo criterio me fío. Pero no puede darte todo el mundo su opinión porque, de hecho, la opinión de todo el mundo no es tan importante, para nada», indica la actriz, que reconoce sentir admiración por aquellas personas que se atreven a arriesgar en su trabajo aun sabiendo que las críticas pueden surgir. «Creo que todos hacemos lo que podemos al 100% con lo que tenemos, lo que podemos y lo que nos dejan. Y a veces sale bien y a veces mal. Valoro mucho cuando hay gente a la que un proyecto le sale mal, porque pienso que está arriesgando y eso me da mucha envidia, porque a mí me cuesta mucho arriesgarme y me da miedo que algo esté mal. Creo que a veces para hacer cosas que se salgan un poco de la norma y que estén bien, a veces hay que hacerlo mal». Alex González, en cambio, le da la vuelta a esta cuestión. «Siempre hablamos de las críticas como si no las hiciéramos. Yo también me he encontrado a mí mismo haciendo críticas o pensando. Haciendo autocrítica, creo que a lo mejor es un ejercicio que tenemos que hacer en la sociedad, porque parece que la crítica la hace siempre alguien y no nosotros mismos».
Asier Etxeandia acumula a sus espaldas más de cuarenta títulos, premios y dos nominaciones a los Goya. Desde que comenzó en esta profesión, el actor reconoce que siempre han sido «buenos y necesarios» tiempos para la ficción. «Hay cosas muy arriesgadas y se tiene menos miedo. Es lo que el público demanda. Esto que se decía antiguamente de que lo que quiere el público es basura no es verdad. El público no quiere basura. Es a lo que te estás acostumbrando. El público está cansado ya, el público no es tonto, es muy inteligente y merece lo mejor», asegura. Echar la vista atrás no es fácil, aunque Exteandia parece haber sabido encajar los aciertos y errores de su carrera. «Hay cosas que igual veo y pienso lo mal que estaba ahí y que era un error, pero por otro lado son las cosas de las que más he aprendido. No pienso que uno se pueda arrepentir de nada. No podrías dedicarte a esto. Tendrías miedo de dar el siguiente paso también. que no se pueden arrepentir de nada. Cuánto más juzgues al otro, más te vas a juzgar. Hay como algo liviano en decir: ‘No, está todo bien’. El error es maravilloso».
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