Crítica de teatro Un tranvía llamado deseo Autor Tennessee Williams Dirección y adaptación David Serrano Escenografía Ricardo Sánchez Cuerda Vestuario Ana Llena Iluminación Juan Gómez-Cornejo Composición musical Luis Miguel Cobo Movimiento escénico Carla Diego Luque Intérpretes Nathalie Poza, Pablo Derqui, María Vázquez, Carmen Barrantes, Jorge Usón, Rómulo Assereto, Mario Alonso y Carlos Carracedo Lugares Teatro Español, Madrid 4Han pasado casi ochenta años desde el estreno en Nueva York, en 1947, de ‘Un tranvía llamado Deseo ‘ (‘A Streetcar Named Desire’) -en España la obra se pudo ver apenas tres años después- y se puede hablar sin exageración de una de las obras capitales del teatro contemporáneo. La icónica versión cinematográfica dirigida por Elia Kazan y protagonizada por Marlon Brando y Vivian Leigh no ha hecho más que agrandar la leyenda sobre una historia en la que Tennessee Williams habló de la fragilidad, del deseo, de la ilusión, de la insania, de la violencia, de la identidad, de las emociones… Cuestiones todas que rezumaban en su propia vida, torturada y atormentada, y que volcó en ese personaje trágico y patético que es Blanche Dubois.Precisamente en ella, en Blanche, ha puesto el foco David Serrano , director de la función que se presenta en el Español con una pareja protagonista soberbia y unos acompañantes de primerísimo nivel. Serrano dibuja un espectáculo lleno de sensualidad, con una puesta en escena voluptuosa, desde la escenogafía hasta la música que rodea el caluroso ambiente que plantea el texto, y que es al fin y al cabo casi un personaje más de la obra. Nathalie Poza es la impulsora del proyecto, y su Blanche es conmovedora. Sin histerismos, sin gritos, la actriz muestra a una mujer que está en el lugar equivocado, que trata de vivir una existencia en la que la realidad se diluye en la fantasía; que trata de encontrar refugio en su hermana, Stella, y por su cuidado se enfrenta con su cuñado, Stanley. Nathalie Poza hace que su Blanche se vaya desmoronando conforme avanza la función y no pueda superar el ataque de Kowalski. A éste lo encarna Pablo Derqui , un actor colosal que con el paso de los minutos hace asomar la ‘animalidad’ de su personaje. María Vázquez es una Stella débil y resignada, y lo mejor que puede decirse de Jorge Usón es que parece haber nacido para encarnar a Mitch. Crítica de teatro Un tranvía llamado deseo Autor Tennessee Williams Dirección y adaptación David Serrano Escenografía Ricardo Sánchez Cuerda Vestuario Ana Llena Iluminación Juan Gómez-Cornejo Composición musical Luis Miguel Cobo Movimiento escénico Carla Diego Luque Intérpretes Nathalie Poza, Pablo Derqui, María Vázquez, Carmen Barrantes, Jorge Usón, Rómulo Assereto, Mario Alonso y Carlos Carracedo Lugares Teatro Español, Madrid 4Han pasado casi ochenta años desde el estreno en Nueva York, en 1947, de ‘Un tranvía llamado Deseo ‘ (‘A Streetcar Named Desire’) -en España la obra se pudo ver apenas tres años después- y se puede hablar sin exageración de una de las obras capitales del teatro contemporáneo. La icónica versión cinematográfica dirigida por Elia Kazan y protagonizada por Marlon Brando y Vivian Leigh no ha hecho más que agrandar la leyenda sobre una historia en la que Tennessee Williams habló de la fragilidad, del deseo, de la ilusión, de la insania, de la violencia, de la identidad, de las emociones… Cuestiones todas que rezumaban en su propia vida, torturada y atormentada, y que volcó en ese personaje trágico y patético que es Blanche Dubois.Precisamente en ella, en Blanche, ha puesto el foco David Serrano , director de la función que se presenta en el Español con una pareja protagonista soberbia y unos acompañantes de primerísimo nivel. Serrano dibuja un espectáculo lleno de sensualidad, con una puesta en escena voluptuosa, desde la escenogafía hasta la música que rodea el caluroso ambiente que plantea el texto, y que es al fin y al cabo casi un personaje más de la obra. Nathalie Poza es la impulsora del proyecto, y su Blanche es conmovedora. Sin histerismos, sin gritos, la actriz muestra a una mujer que está en el lugar equivocado, que trata de vivir una existencia en la que la realidad se diluye en la fantasía; que trata de encontrar refugio en su hermana, Stella, y por su cuidado se enfrenta con su cuñado, Stanley. Nathalie Poza hace que su Blanche se vaya desmoronando conforme avanza la función y no pueda superar el ataque de Kowalski. A éste lo encarna Pablo Derqui , un actor colosal que con el paso de los minutos hace asomar la ‘animalidad’ de su personaje. María Vázquez es una Stella débil y resignada, y lo mejor que puede decirse de Jorge Usón es que parece haber nacido para encarnar a Mitch.
Crítica de teatro
Nathalie Poza y Pablo Derqui protagonizan, bajo la dirección de David Serrano, la función escrita por Tennessee Williams
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Autor
Tennessee Williams -
Dirección y adaptación
David Serrano -
Escenografía
Ricardo Sánchez Cuerda -
Vestuario
Ana Llena -
Iluminación
Juan Gómez-Cornejo -
Composición musical
Luis Miguel Cobo -
Movimiento escénico
Carla Diego Luque -
Intérpretes
Nathalie Poza, Pablo Derqui, María Vázquez, Carmen Barrantes, Jorge Usón, Rómulo Assereto, Mario Alonso y Carlos Carracedo -
Lugares
Teatro Español, Madrid
Han pasado casi ochenta años desde el estreno en Nueva York, en 1947, de ‘Un tranvía llamado Deseo‘ (‘A Streetcar Named Desire’) -en España la obra se pudo ver apenas tres años después- y se puede hablar sin exageración de una de las obras … capitales del teatro contemporáneo. La icónica versión cinematográfica dirigida por Elia Kazan y protagonizada por Marlon Brando y Vivian Leigh no ha hecho más que agrandar la leyenda sobre una historia en la que Tennessee Williams habló de la fragilidad, del deseo, de la ilusión, de la insania, de la violencia, de la identidad, de las emociones… Cuestiones todas que rezumaban en su propia vida, torturada y atormentada, y que volcó en ese personaje trágico y patético que es Blanche Dubois.
Precisamente en ella, en Blanche, ha puesto el foco David Serrano, director de la función que se presenta en el Español con una pareja protagonista soberbia y unos acompañantes de primerísimo nivel. Serrano dibuja un espectáculo lleno de sensualidad, con una puesta en escena voluptuosa, desde la escenogafía hasta la música que rodea el caluroso ambiente que plantea el texto, y que es al fin y al cabo casi un personaje más de la obra. Nathalie Poza es la impulsora del proyecto, y su Blanche es conmovedora. Sin histerismos, sin gritos, la actriz muestra a una mujer que está en el lugar equivocado, que trata de vivir una existencia en la que la realidad se diluye en la fantasía; que trata de encontrar refugio en su hermana, Stella, y por su cuidado se enfrenta con su cuñado, Stanley. Nathalie Poza hace que su Blanche se vaya desmoronando conforme avanza la función y no pueda superar el ataque de Kowalski. A éste lo encarna Pablo Derqui, un actor colosal que con el paso de los minutos hace asomar la ‘animalidad’ de su personaje. María Vázquez es una Stella débil y resignada, y lo mejor que puede decirse de Jorge Usón es que parece haber nacido para encarnar a Mitch.
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