¿Será lo más recomendable comenzar el año viajando por las páginas de una novela apocalíptica ? Se supone que no es lo mejor para reponerse de resacas festivas y de la formulación de promesas que ya mismo comienzan a no cumplirse. Pero, visto de otro modo, tal vez la contemplación de un futuro pesadillesco contribuya a soportar un poco mejor nuestros agridulces sueños del presente. Y mejor aún si —compuesta por doce capítulos/relatos autoconcluyentes pero perfectamente enhebrados con diferentes voces a lo largo del tiempo, como ‘Crónicas marcianas’ o lo que suele orquestar David Mitchell — se trata de una novela tan formidable como esta. Y Sequoia Nagamatsu (California, 1982) ya había apuntado impecables maneras con debut/libro de cuentos, ‘Where We Go When All We Were Is Gone’, donde se las arreglaba para fundir/confundir realismo mágico, folclorismo pop japonés , maestría formal (ahí está esa maravilla que es ‘The Passage of Time in the Abyss’) y un cierto perfume a Murakami en sociedad con lo más oscuro de los hermanos Grimm a lo que se añadía una potencia emotiva definitivamente propia. NOVELA ‘Al final de la oscuridad’ Autor Sequoia Nagamatsu Editorial Nocturna Año 2024 Páginas 352 Precio 18,95 euros 5Pero ‘Al final de la oscuridad’ (donde, de nuevo, lo que alguna vez estuvo y ya no está es leitmotiv, especialmente en lo que hace a los pequeños ; Nagamatsu ya anunciado nuevo título, ‘Girl Zero’, donde unos padres reemplazan a su hijita muerta con ‘shape-shifter’ que la evoca y duplica) es algo aún muy superior. Algo que lo pone a la altura de Ted Chiang con una prosa tan deslumbrante como melancólica que recuerda, en su contundente delicadeza, al Sturgeon de ‘Los cristales soñadores’ y de ‘Más que humano’. Y ya lo dije alguna vez: la literatura de ciencia-ficción no es de ideas sino de idea. La propuesta de algo nuevo y nunca anticipado ni predicho es casi obligatoria. Y aquí Nagamatsu —orgulloso dueño de un perro robot bautizado como Calvino — acepta el desafío y cumple con creces. Trama pandémica —pero escrita antes del coronavirus— que se expande y contagia a partir de la exhumación siberiana de virus antiguo en Annie: fósil-niña de 30.000 años.Trama pandémica —pero escrita antes del coronavirus— que se expande y contagia a partir de la exhumación siberiana de virus antiguoLa entonces bautizada como ‘Peste Ártica’ se extiende por todo el planeta en el 2031 con ‘modus operandi’ que, sí, no se le había ocurrido a nadie: ataca principalmente a niños y su síntoma extremo es el de cambiar/mutar lentamente sus órganos internos de lugar hasta producir la más agónica de las muertes. Y lo que cuenta ‘Al final de la oscuridad’ —en tan doloroso como lírico y epifánico detalle— es cómo los adultos lidian con el espanto. Así, ballardianos parques temáticos-eutanásicos y rascacielos fúnebres, un cerdo parlante como sustituto, la metamorfosis de clases sociales y costumbres, pactos suicidas, mascotas eléctricas, mini agujeros negros tumorales, la búsqueda cósmica de la luz y —6000 años después— las vistas desde un nuevo y lejano planeta en el que, cuando se pregunta qué pasó, se responde con cadencia de ‘koan zen’ que «nos convertimos en todo lo que pasamos hasta que somos aquello que creamos». Y lo que aquí hace pasar y ha creado Nagamatsu es un libro tan doloroso y triste como aliviador y optimista. También es una obra maestra. Feliz mundo nuevo. ¿Será lo más recomendable comenzar el año viajando por las páginas de una novela apocalíptica ? Se supone que no es lo mejor para reponerse de resacas festivas y de la formulación de promesas que ya mismo comienzan a no cumplirse. Pero, visto de otro modo, tal vez la contemplación de un futuro pesadillesco contribuya a soportar un poco mejor nuestros agridulces sueños del presente. Y mejor aún si —compuesta por doce capítulos/relatos autoconcluyentes pero perfectamente enhebrados con diferentes voces a lo largo del tiempo, como ‘Crónicas marcianas’ o lo que suele orquestar David Mitchell — se trata de una novela tan formidable como esta. Y Sequoia Nagamatsu (California, 1982) ya había apuntado impecables maneras con debut/libro de cuentos, ‘Where We Go When All We Were Is Gone’, donde se las arreglaba para fundir/confundir realismo mágico, folclorismo pop japonés , maestría formal (ahí está esa maravilla que es ‘The Passage of Time in the Abyss’) y un cierto perfume a Murakami en sociedad con lo más oscuro de los hermanos Grimm a lo que se añadía una potencia emotiva definitivamente propia. NOVELA ‘Al final de la oscuridad’ Autor Sequoia Nagamatsu Editorial Nocturna Año 2024 Páginas 352 Precio 18,95 euros 5Pero ‘Al final de la oscuridad’ (donde, de nuevo, lo que alguna vez estuvo y ya no está es leitmotiv, especialmente en lo que hace a los pequeños ; Nagamatsu ya anunciado nuevo título, ‘Girl Zero’, donde unos padres reemplazan a su hijita muerta con ‘shape-shifter’ que la evoca y duplica) es algo aún muy superior. Algo que lo pone a la altura de Ted Chiang con una prosa tan deslumbrante como melancólica que recuerda, en su contundente delicadeza, al Sturgeon de ‘Los cristales soñadores’ y de ‘Más que humano’. Y ya lo dije alguna vez: la literatura de ciencia-ficción no es de ideas sino de idea. La propuesta de algo nuevo y nunca anticipado ni predicho es casi obligatoria. Y aquí Nagamatsu —orgulloso dueño de un perro robot bautizado como Calvino — acepta el desafío y cumple con creces. Trama pandémica —pero escrita antes del coronavirus— que se expande y contagia a partir de la exhumación siberiana de virus antiguo en Annie: fósil-niña de 30.000 años.Trama pandémica —pero escrita antes del coronavirus— que se expande y contagia a partir de la exhumación siberiana de virus antiguoLa entonces bautizada como ‘Peste Ártica’ se extiende por todo el planeta en el 2031 con ‘modus operandi’ que, sí, no se le había ocurrido a nadie: ataca principalmente a niños y su síntoma extremo es el de cambiar/mutar lentamente sus órganos internos de lugar hasta producir la más agónica de las muertes. Y lo que cuenta ‘Al final de la oscuridad’ —en tan doloroso como lírico y epifánico detalle— es cómo los adultos lidian con el espanto. Así, ballardianos parques temáticos-eutanásicos y rascacielos fúnebres, un cerdo parlante como sustituto, la metamorfosis de clases sociales y costumbres, pactos suicidas, mascotas eléctricas, mini agujeros negros tumorales, la búsqueda cósmica de la luz y —6000 años después— las vistas desde un nuevo y lejano planeta en el que, cuando se pregunta qué pasó, se responde con cadencia de ‘koan zen’ que «nos convertimos en todo lo que pasamos hasta que somos aquello que creamos». Y lo que aquí hace pasar y ha creado Nagamatsu es un libro tan doloroso y triste como aliviador y optimista. También es una obra maestra. Feliz mundo nuevo.
CRÍTICA DE:
Narrativa
Lo que aquí ha creado el autor norteamericano es un libro tan doloroso y triste como aliviador y optimista. También es una obra maestra
¿Será lo más recomendable comenzar el año viajando por las páginas de una novela apocalíptica? Se supone que no es lo mejor para reponerse de resacas festivas y de la formulación de promesas que ya mismo comienzan a no cumplirse. Pero, visto de …
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Volver a intentar
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Sigue navegando
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de cultura