Ana Rujas lleva dentro un animal salvaje. Es el mismo que se asomó en ‘La mujer más fea del mundo’ y en ‘Cardo’, sus trabajos más personales hasta la fecha; sin embargo, la fiera ya está suelta. José Martret y Pedro Ayose han sido los encargados de domarla todo lo posible sobre la escena, aunque el principal mérito en dicho control es de su autora, que habla así de su «alter ego»: «Todos llevamos una bestia en el interior que se mueve entre la oscuridad y la luminosidad», explica de la pieza multidisciplinar que protagoniza en Nave 10 (Matadero) y que nace del libro homónimo que publicó hace un año con Aguilar, ‘La otra bestia’.
]]> José Martret y Pedro Ayose dirigen a la actriz en un texto que publicó en 2023 y que ahora pasa de las estanterías de las librerías a las tablas de Nave 10
Ana Rujas lleva dentro un animal salvaje. Es el mismo que se asomó en ‘La mujer más fea del mundo’ y en ‘Cardo’, sus trabajos más personales hasta la fecha; sin embargo, la fiera ya está suelta. José Martret y Pedro Ayose han sido los encargados de domarla todo lo posible sobre la escena, aunque el principal mérito en dicho control es de su autora, que habla así de su «alter ego»: «Todos llevamos una bestia en el interior que se mueve entre la oscuridad y la luminosidad», explica de la pieza multidisciplinar que protagoniza en Nave 10 (Matadero) y que nace del libro homónimo que publicó hace un año con Aguilar, ‘La otra bestia’.
Martret y Ayose dirigen/controlan a esa otra Ana Rujas encima de las tablas que viene «trabajada de antes», dice. De no hacerlo, confiesa la intérprete, «estaríamos locos. Todos hemos aprendido a frenar a esa bestia», afirma de una pieza sobre el autocontrol que se mueve por temas como la fe, la redención, el amor y la importancia de pertenecer a un determinado lugar intelectual. «Y vosotros, ¿también tenéis un tema pendiente con la mediocridad?», reza el texto.
La actriz se imagina ese animal interior como un monstruo de «dos cabezas, como algo antiguo, mitológico», continúa. «Está entre lo espiritual y lo demoniaco». Aun así, Rujas explica que aquella primera fiera del libro se ha ido suavizando. Ya no habla con voz ronca ni tiene el cuchillo entre los dientes a punto de clavárselo a cualquiera por la espalada, sino que se ha convertido en la actual Sara, «una mujer que busca llenar el vacío del derrumbe de su propia familia y del sistema establecido»; protagonista que tendrá al lado a dos compañeros (Joan Solé y Teo Planell o Itzan Escamilla) que «también tratan de alcanzar su propia verdad», añade.
La actriz se imagina a su animal interior como un monstruo de dos cabezas «entre lo espiritual y lo demoniaco»
‘La otra bestia’ es el viaje hacia la soledad y la muerte, pero también hacia el autoconocimiento de una Sara que intenta nadar en el naufragio de su relación sentimental. Así, sumida en una crisis vital y de pareja, ha olvidado quién era hasta que algo terrible empieza a expandirse dentro de ella. Ese algo la convertirá en el vértice central de un triángulo amoroso que involucra a su marido Marc (Solé), un acomodado arquitecto, y a un joven amante (Planell y Escamilla se reparten las funciones). «Cuando Marc regrese a casa tras un viaje de trabajo, descubrirá que Sara es otra mujer, una desconocida con otros sueños, deseos e inquietudes», presentan de una sinopsis que guarda algún lazo común con el ‘Viento fuerte’ de Jon Fosse que se programa estos días en el Teatro Español.
En boca de los directores, ‘La otra bestia’ es «un texto poético sobre las reflexiones de una mujer contemporánea que intenta sobrevivir a su herida. Es una obra existencial en constante búsqueda de sentido». La pareja asegura que necesitan trasladar toda la poética al teatro de Rujas: «Su lenguaje impregna no solo a su personaje, sino también al de los otros dos hombres que la acompañan y lo aterrizamos en un ambiente doméstico: una casa, la casa del matrimonio. Sentimos que hay algo que enlaza con esa poética doméstica de las mujeres andaluzas que Lorca encerraba en sus casas, sobre todo en esa manera de hablar apasionada y poco convencional. También sentimos a Pinter como un gran referente al ir poco a poco desvelando incógnitas para que el espectador viaje con los personajes y vaya descubriendo qué es lo que les sucede, intentando huir de lo explícito», cuentan de un montaje en el que la operadora de cámara Alicia Aguirre graba en directo una película que se proyecta al mismo tiempo en una gran pantalla situada sobre el escenario. «El espectador de teatro asistirá al rodaje en vivo, sin cortes y a una única toma, de la historia que proponemos. Una doble narrativa, teatral y cinematográfica», desarrollan de unas imágenes en blanco y negro influenciadas por Casavettes (‘Faces’) y Bergman (‘Persona’).
«No me interesaba el lenguaje coloquial, ni actual, ni el naturalismo»Ana Rujas
Si bien el libro se generó como una especie de autobiografía, en este nuevo trabajo, Rujas reconoce que ha ampliado sus límites. Para ello, dejó el texto en unas «manos amigas» a las que les dio unas premisas claras: «No me interesaba el lenguaje coloquial, ni actual, ni el naturalismo, quería un camino no habitual y también una historia de época [entre los setenta y los ochenta]. Estaba saturada del libro y quería que mis amigos lo mirasen con sus ojos», comenta la actriz sobre la transformación de un original que, «como siempre, escribí pensando para que se pudiera decir en voz alta». De hecho, puntualiza, «la última parte iba a ser una obra de teatro» y ha terminado convertida en su ópera prima como directora de cine, ‘El desencanto’ (Movistar).
El «yo es otro» de Rimbaud cobra importancia en «la imposibilidad de la escritura, el fracaso de la identidad y la necesidad de encuentro» de un espectáculo que recuerda la urgencia de redención a través del arte «y cómo un espíritu creador puede domesticar la húmeda y monstruosa animalidad que, en ocasiones, nos posee por dentro«, sostiene el equipo.
De este modo evoluciona la carrera de una Rujas que se siente en «crecimiento»: «En ‘La otra bestia’ me empeñé en un personaje que no había hecho y con ‘El desencanto’ doy otro paso. Ya no me interesa lo mismo que cuando hice ‘Cardo’, no lo volvería a hacer. Estoy en otra etapa». Aun así, el imaginario no cambia, como ella misma reconoce. La «intensidad», la «búsqueda de la verdad», «un grado muy alto de espiritualidad» y «mucha víscera encima del escenario» se convierten en las señas de identidad de los trabajos que firma Rujas.
La intérprete regresa a las tablas después de aquella ‘Mujer más fea del mundo’, de 2021, y lo celebra porque «el teatro tiene que ver con una comunión, con algo muy poderoso que sucede con el público».
- Dónde: Nave 10 (Matadero), Madrid. Cuándo: hasta el 2 de febrero. Cuánto: desde 15,75 euros.
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