Annie Leibovitz retrata a los Reyes: un aire vienés

Todo retrato es una representación. Y en casos como estas fotografías de los Reyes , que ha realizado Annie Leibovitz, esa cualidad aporta hoy algo paradójico. La gran fotógrafa estadounidense es una marca viviente del retrato alegórico, representativo, en todas sus posibles combinaciones. Lo ha bordado con la realeza y con las estrellas universales del cine y los deportes. Por tanto es muy lógica la aspiración del Banco de España de realizar un encargo a la celebérrima artista para sus colecciones. No muy lejos de ahí es de donde manan las paradojas. Se impone una lectura cuidadosa de aquello que se ha querido representar. La elección de un entorno palaciego y algunas citas concretas a la tradición de la escuela española (la puerta abierta al fondo o el espejo de la imagen del Rey o la luz que baña desde los ventanales la de la Reina), se han querido conectar con ‘ Las Meninas ‘. Tal vez la referencia es demasiado evidente y el parecido sólo superficial. ‘Las Meninas’ no es un decorado o una luz, sino una atmósfera y una escena cotidiana en palacio, además de un atrevimiento: el de reivindicar la pintura como la más noble de las artes. Y por algo la fotógrafa ha impreso en esta ocasión sus obras en un lienzo, tratando de ‘elevar’ a rango pictórico la instantánea de los Reyes. Pero la fotografía es un arte en plenitud, también en la era digital, y no era necesario el énfasis. El contraste de un Rey vestido de capitán general con los atributos de su dignidad y una Reina vestida con elegancia singular, pero sin la presencia de los rasgos simbólicos: la banda y la diadema, salta a la vista. Esa decisión, puramente artística, no puede desgajarse del contexto, puesto que se hicieron varias tomas con y sin los objetos. Tan lejos ha colocado a los Reyes de su habitual afán de cercanía que cobran peso sus fuentes de inspiración. Una concepción de la Monarquía más a lo británico, y con algo de cuento, de la Viena romántica, resuena en las imágenes. Es llamativa la manera en la que todo ello se aleja del presente y plasma, tal vez, un empeño retardatario, que los responsables del Banco de España no han sabido evitar. La imagen más perfecta es un truco perfecto.Noticia Relacionada estandar Si Leibovitz cobró 137.000 euros: la intrahistoria de un retrato real Angie Calero La sesión fotográfica, que duró unas cinco horas, tuvo lugar el 7 de febrero de este año en el salón de Gasparini del Palacio Real de Madrid. La Reina llegó antes que el ReySusan Sontag registró en ‘Sobre la fotografía’ que quien maneja la cámara se apropia de algún modo del objeto que capta. Annie Leibovitz ha transferido un estilo tan personal que ha cumplido con esa imposición casi mágica. Su mirada se proyecta tanto en el proyecto que ha condicionado nuestra capacidad de mirar. Todo retrato es una representación. Y en casos como estas fotografías de los Reyes , que ha realizado Annie Leibovitz, esa cualidad aporta hoy algo paradójico. La gran fotógrafa estadounidense es una marca viviente del retrato alegórico, representativo, en todas sus posibles combinaciones. Lo ha bordado con la realeza y con las estrellas universales del cine y los deportes. Por tanto es muy lógica la aspiración del Banco de España de realizar un encargo a la celebérrima artista para sus colecciones. No muy lejos de ahí es de donde manan las paradojas. Se impone una lectura cuidadosa de aquello que se ha querido representar. La elección de un entorno palaciego y algunas citas concretas a la tradición de la escuela española (la puerta abierta al fondo o el espejo de la imagen del Rey o la luz que baña desde los ventanales la de la Reina), se han querido conectar con ‘ Las Meninas ‘. Tal vez la referencia es demasiado evidente y el parecido sólo superficial. ‘Las Meninas’ no es un decorado o una luz, sino una atmósfera y una escena cotidiana en palacio, además de un atrevimiento: el de reivindicar la pintura como la más noble de las artes. Y por algo la fotógrafa ha impreso en esta ocasión sus obras en un lienzo, tratando de ‘elevar’ a rango pictórico la instantánea de los Reyes. Pero la fotografía es un arte en plenitud, también en la era digital, y no era necesario el énfasis. El contraste de un Rey vestido de capitán general con los atributos de su dignidad y una Reina vestida con elegancia singular, pero sin la presencia de los rasgos simbólicos: la banda y la diadema, salta a la vista. Esa decisión, puramente artística, no puede desgajarse del contexto, puesto que se hicieron varias tomas con y sin los objetos. Tan lejos ha colocado a los Reyes de su habitual afán de cercanía que cobran peso sus fuentes de inspiración. Una concepción de la Monarquía más a lo británico, y con algo de cuento, de la Viena romántica, resuena en las imágenes. Es llamativa la manera en la que todo ello se aleja del presente y plasma, tal vez, un empeño retardatario, que los responsables del Banco de España no han sabido evitar. La imagen más perfecta es un truco perfecto.Noticia Relacionada estandar Si Leibovitz cobró 137.000 euros: la intrahistoria de un retrato real Angie Calero La sesión fotográfica, que duró unas cinco horas, tuvo lugar el 7 de febrero de este año en el salón de Gasparini del Palacio Real de Madrid. La Reina llegó antes que el ReySusan Sontag registró en ‘Sobre la fotografía’ que quien maneja la cámara se apropia de algún modo del objeto que capta. Annie Leibovitz ha transferido un estilo tan personal que ha cumplido con esa imposición casi mágica. Su mirada se proyecta tanto en el proyecto que ha condicionado nuestra capacidad de mirar.  

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