La sede de Vocento acogió ayer el encuentro ‘El patrimonio arqueológico del viento y el sol’. Con el impulso de Acciona , y moderado por Jesús Gacía Calero, director de ABC Cultural , el evento reunió a representantes del sector privado, la arqueología y las administraciones públicas para reflexionar sobre cómo los proyectos de energía pueden convertirse en un inesperado aliado para la recuperación de los vestigios de nuestro pasado. Un ejemplo de este encuentro entre pasado y futuro es el Cortijo Lobato, yacimiento que data de hace 5.000 años, situado en Almendralejo (Badajoz). Se trata de un recinto fortificado, construido sobre una loma que domina un territorio en el que aparecieron otros once yacimientos. Las obras de la empresa propiciaron el hallazgo.Alicia Lizarraga, gerente de Medio Ambiente en Acciona Energía, lo explicaba así: «En cualquier proyecto, lo primero es contratar a un equipo de expertos en arqueología, a fin de localizar un indicio de que allí pueda haber algo, fundamental para ver si el proyecto es viable o no». Una vez realizado ese estudio inicial, aparecieron nuevos indicios. Lo que puede parecer mala suerte, al no poder usar esos terrenos, deviene en círculo virtuoso, «gracias al compromiso adquirido con la administración, pues la empresa se da cuenta de que con ese trabajo ayuda a aflorar elementos que enriquecen la sociedad», afirma Lizarraga.Noticia Relacionada estandar No De la Antártida al Serengueti: Acciona lleva el liderazgo femenino a África J. G. El programa ha formado ya a 775 mujeres STEMM de 69 países, generando un legado que incluye artículos científicos, grupos de trabajo y premios internacionalesAhí entra la Junta de Extremadura. Adela Montaña Rueda, directora general de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural, comentó: «Queremos que las empresas conozcan los emplazamientos en los que van a trabajar y que no haya sorpresas, pero Extremadura posee muchas páginas de la historia. Es un lujo tener estas empresas que, de alguna manera, son mecenas del patrimonio extremeño». Esta simbiosis funciona muy bien, pues «desde la administración nos comprometemos a cuidarlo y agilizamos los trámites para que el proyecto empiece a generar». Y es que este descubrimiento es sinónimo de puestos de trabajo, de turismo en un futuro, de cultura, de patrimonio…En todo este proceso, la labor de los arqueólogos es fundamental. Montserrat Girón, responsable de la coordinación de equipos arqueológicos en TERA, explicó que se conocían yacimientos localizados por esa zona, pero no de tanta envergadura: «Lobato era un desconocido y es uno de los más grandes del entorno». Con un dron consiguieron tener visión de más de una hectárea, advirtiendo de que se trata de un asentamiento de foso fortificado. «Este yacimiento se construye con un trabajo metódico y planificado en el terreno y buscando su defensa», ya que era prácticamente inexpugnable, por el diseño de los muros, aunque tuvo un tiempo de vida corto, ya que, en cuatrocientos años, decayó y se abandonó. «Vamos a tener gran cantidad de información, de la mano del proyecto fotovoltaico, en tiempo récord», señaló Girón, que denominó a Almendralejo como la nueva capital del calcolítico.Especialmente curioso fue el descubrimiento de un ‘infiltrado’. En las excavaciones encontraron una calavera de un varón enterrado no a mucha profundidad, aunque lo que llamó especialmente la atención fue el hallazgo de una pieza excepcional: un ‘pugio’ romano, puñal de prestigio de quienes formaban parte de la Legión, y en perfecto estado, pues conserva hasta la vaina. «No le corresponde estar ahí, ya que es de los siglos II o III d. C. Está enterrado boca abajo, pues puede tratarse de un enterramiento deshonroso». Además, no tiene pies, pero aún no se puede avanzar si están cortados o se han perdido, aunque sí está claro que «su final fue penoso».Por supuesto, también es necesaria la labor del Ministerio de Cultura. Aunque las competencias en gestión de patrimonio arqueológico están transferidas a las comunidades autónomas, su coordinación «vela por la preservación del patrimonio histórico general y la comunicación con las administraciones públicas y con los planes nacionales», que combinan el patrimonio nacional con el cultural, natural e inmaterial. «Nos ofrece muchas garantías de gestión sostenible», subrayó Carmen Cabrera Lucio-Villegas, subdirectora adjunta de la Subdirección General de Gestión y Coordinación de los Bienes Culturales del Ministerio de Cultura. Hay una creciente defensa del concepto holístico ‘paisaje cultural’. Esta categoría patrimonial no está aún regulada, «pero es una asignatura pendiente que tenemos», que poco a poco se está incorporando a la legislación patrimonial. El Ministerio está presentando nuevos protocolos, adaptándose a estas nuevas realidades, porque «la evolución de la energía eólica es muy rápida».En el cierre, las ponentes subrayaron el proceso de diálogo de las administraciones, la empresa privada y los arqueólogos. Ante la aparición del patrimonio en un proyecto, hay que «conocerlo, darlo a conocer y preservarlo, mientras las placas dan energía. Ese será un camino de éxito para todos», dijo la arqueóloga. Y desde Acciona Energía mostraron su «compromiso con el desarrollo de las energías renovables, haciéndolo de la mejor manera para compatibilizarla con el patrimonio». La sede de Vocento acogió ayer el encuentro ‘El patrimonio arqueológico del viento y el sol’. Con el impulso de Acciona , y moderado por Jesús Gacía Calero, director de ABC Cultural , el evento reunió a representantes del sector privado, la arqueología y las administraciones públicas para reflexionar sobre cómo los proyectos de energía pueden convertirse en un inesperado aliado para la recuperación de los vestigios de nuestro pasado. Un ejemplo de este encuentro entre pasado y futuro es el Cortijo Lobato, yacimiento que data de hace 5.000 años, situado en Almendralejo (Badajoz). Se trata de un recinto fortificado, construido sobre una loma que domina un territorio en el que aparecieron otros once yacimientos. Las obras de la empresa propiciaron el hallazgo.Alicia Lizarraga, gerente de Medio Ambiente en Acciona Energía, lo explicaba así: «En cualquier proyecto, lo primero es contratar a un equipo de expertos en arqueología, a fin de localizar un indicio de que allí pueda haber algo, fundamental para ver si el proyecto es viable o no». Una vez realizado ese estudio inicial, aparecieron nuevos indicios. Lo que puede parecer mala suerte, al no poder usar esos terrenos, deviene en círculo virtuoso, «gracias al compromiso adquirido con la administración, pues la empresa se da cuenta de que con ese trabajo ayuda a aflorar elementos que enriquecen la sociedad», afirma Lizarraga.Noticia Relacionada estandar No De la Antártida al Serengueti: Acciona lleva el liderazgo femenino a África J. G. El programa ha formado ya a 775 mujeres STEMM de 69 países, generando un legado que incluye artículos científicos, grupos de trabajo y premios internacionalesAhí entra la Junta de Extremadura. Adela Montaña Rueda, directora general de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural, comentó: «Queremos que las empresas conozcan los emplazamientos en los que van a trabajar y que no haya sorpresas, pero Extremadura posee muchas páginas de la historia. Es un lujo tener estas empresas que, de alguna manera, son mecenas del patrimonio extremeño». Esta simbiosis funciona muy bien, pues «desde la administración nos comprometemos a cuidarlo y agilizamos los trámites para que el proyecto empiece a generar». Y es que este descubrimiento es sinónimo de puestos de trabajo, de turismo en un futuro, de cultura, de patrimonio…En todo este proceso, la labor de los arqueólogos es fundamental. Montserrat Girón, responsable de la coordinación de equipos arqueológicos en TERA, explicó que se conocían yacimientos localizados por esa zona, pero no de tanta envergadura: «Lobato era un desconocido y es uno de los más grandes del entorno». Con un dron consiguieron tener visión de más de una hectárea, advirtiendo de que se trata de un asentamiento de foso fortificado. «Este yacimiento se construye con un trabajo metódico y planificado en el terreno y buscando su defensa», ya que era prácticamente inexpugnable, por el diseño de los muros, aunque tuvo un tiempo de vida corto, ya que, en cuatrocientos años, decayó y se abandonó. «Vamos a tener gran cantidad de información, de la mano del proyecto fotovoltaico, en tiempo récord», señaló Girón, que denominó a Almendralejo como la nueva capital del calcolítico.Especialmente curioso fue el descubrimiento de un ‘infiltrado’. En las excavaciones encontraron una calavera de un varón enterrado no a mucha profundidad, aunque lo que llamó especialmente la atención fue el hallazgo de una pieza excepcional: un ‘pugio’ romano, puñal de prestigio de quienes formaban parte de la Legión, y en perfecto estado, pues conserva hasta la vaina. «No le corresponde estar ahí, ya que es de los siglos II o III d. C. Está enterrado boca abajo, pues puede tratarse de un enterramiento deshonroso». Además, no tiene pies, pero aún no se puede avanzar si están cortados o se han perdido, aunque sí está claro que «su final fue penoso».Por supuesto, también es necesaria la labor del Ministerio de Cultura. Aunque las competencias en gestión de patrimonio arqueológico están transferidas a las comunidades autónomas, su coordinación «vela por la preservación del patrimonio histórico general y la comunicación con las administraciones públicas y con los planes nacionales», que combinan el patrimonio nacional con el cultural, natural e inmaterial. «Nos ofrece muchas garantías de gestión sostenible», subrayó Carmen Cabrera Lucio-Villegas, subdirectora adjunta de la Subdirección General de Gestión y Coordinación de los Bienes Culturales del Ministerio de Cultura. Hay una creciente defensa del concepto holístico ‘paisaje cultural’. Esta categoría patrimonial no está aún regulada, «pero es una asignatura pendiente que tenemos», que poco a poco se está incorporando a la legislación patrimonial. El Ministerio está presentando nuevos protocolos, adaptándose a estas nuevas realidades, porque «la evolución de la energía eólica es muy rápida».En el cierre, las ponentes subrayaron el proceso de diálogo de las administraciones, la empresa privada y los arqueólogos. Ante la aparición del patrimonio en un proyecto, hay que «conocerlo, darlo a conocer y preservarlo, mientras las placas dan energía. Ese será un camino de éxito para todos», dijo la arqueóloga. Y desde Acciona Energía mostraron su «compromiso con el desarrollo de las energías renovables, haciéndolo de la mejor manera para compatibilizarla con el patrimonio».
La sede de Vocento acogió ayer el encuentro ‘El patrimonio arqueológico del viento y el sol’. Con el impulso de Acciona, y moderado por Jesús Gacía Calero, director de ABC Cultural, el evento reunió a representantes del sector privado, la arqueología y las administraciones públicas para reflexionar sobre cómo los proyectos de energía pueden convertirse en un inesperado aliado para la recuperación de los vestigios de nuestro pasado.
Un ejemplo de este encuentro entre pasado y futuro es el Cortijo Lobato, yacimiento que data de hace 5.000 años, situado en Almendralejo (Badajoz). Se trata de un recinto fortificado, construido sobre una loma que domina un territorio en el que aparecieron otros once yacimientos. Las obras de la empresa propiciaron el hallazgo.
Alicia Lizarraga, gerente de Medio Ambiente en Acciona Energía, lo explicaba así: «En cualquier proyecto, lo primero es contratar a un equipo de expertos en arqueología, a fin de localizar un indicio de que allí pueda haber algo, fundamental para ver si el proyecto es viable o no». Una vez realizado ese estudio inicial, aparecieron nuevos indicios. Lo que puede parecer mala suerte, al no poder usar esos terrenos, deviene en círculo virtuoso, «gracias al compromiso adquirido con la administración, pues la empresa se da cuenta de que con ese trabajo ayuda a aflorar elementos que enriquecen la sociedad», afirma Lizarraga.
Ahí entra la Junta de Extremadura. Adela Montaña Rueda, directora general de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural, comentó: «Queremos que las empresas conozcan los emplazamientos en los que van a trabajar y que no haya sorpresas, pero Extremadura posee muchas páginas de la historia. Es un lujo tener estas empresas que, de alguna manera, son mecenas del patrimonio extremeño». Esta simbiosis funciona muy bien, pues «desde la administración nos comprometemos a cuidarlo y agilizamos los trámites para que el proyecto empiece a generar». Y es que este descubrimiento es sinónimo de puestos de trabajo, de turismo en un futuro, de cultura, de patrimonio…
En todo este proceso, la labor de los arqueólogos es fundamental. Montserrat Girón, responsable de la coordinación de equipos arqueológicos en TERA, explicó que se conocían yacimientos localizados por esa zona, pero no de tanta envergadura: «Lobato era un desconocido y es uno de los más grandes del entorno». Con un dron consiguieron tener visión de más de una hectárea, advirtiendo de que se trata de un asentamiento de foso fortificado. «Este yacimiento se construye con un trabajo metódico y planificado en el terreno y buscando su defensa», ya que era prácticamente inexpugnable, por el diseño de los muros, aunque tuvo un tiempo de vida corto, ya que, en cuatrocientos años, decayó y se abandonó. «Vamos a tener gran cantidad de información, de la mano del proyecto fotovoltaico, en tiempo récord», señaló Girón, que denominó a Almendralejo como la nueva capital del calcolítico.
Especialmente curioso fue el descubrimiento de un ‘infiltrado’. En las excavaciones encontraron una calavera de un varón enterrado no a mucha profundidad, aunque lo que llamó especialmente la atención fue el hallazgo de una pieza excepcional: un ‘pugio’ romano, puñal de prestigio de quienes formaban parte de la Legión, y en perfecto estado, pues conserva hasta la vaina. «No le corresponde estar ahí, ya que es de los siglos II o III d. C. Está enterrado boca abajo, pues puede tratarse de un enterramiento deshonroso». Además, no tiene pies, pero aún no se puede avanzar si están cortados o se han perdido, aunque sí está claro que «su final fue penoso».
Por supuesto, también es necesaria la labor del Ministerio de Cultura. Aunque las competencias en gestión de patrimonio arqueológico están transferidas a las comunidades autónomas, su coordinación «vela por la preservación del patrimonio histórico general y la comunicación con las administraciones públicas y con los planes nacionales», que combinan el patrimonio nacional con el cultural, natural e inmaterial. «Nos ofrece muchas garantías de gestión sostenible», subrayó Carmen Cabrera Lucio-Villegas, subdirectora adjunta de la Subdirección General de Gestión y Coordinación de los Bienes Culturales del Ministerio de Cultura. Hay una creciente defensa del concepto holístico ‘paisaje cultural’. Esta categoría patrimonial no está aún regulada, «pero es una asignatura pendiente que tenemos», que poco a poco se está incorporando a la legislación patrimonial. El Ministerio está presentando nuevos protocolos, adaptándose a estas nuevas realidades, porque «la evolución de la energía eólica es muy rápida».
En el cierre, las ponentes subrayaron el proceso de diálogo de las administraciones, la empresa privada y los arqueólogos. Ante la aparición del patrimonio en un proyecto, hay que «conocerlo, darlo a conocer y preservarlo, mientras las placas dan energía. Ese será un camino de éxito para todos», dijo la arqueóloga. Y desde Acciona Energía mostraron su «compromiso con el desarrollo de las energías renovables, haciéndolo de la mejor manera para compatibilizarla con el patrimonio».
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