Las primeras impresiones suelen resultar cruciales en ‘First Dates’ . Si dos solteros se gustan al verse es muy probable que acaben dando el ‘sí’ en la decisión final. O viceversa. Aunque en el restaurante del amor de Mediaset todo puede ocurri r, e igual que hay parejas que acaban cociéndose a fuego lento, también hay flechazos cuyo final se tuerce por un comentario o un gesto. Que se lo digan a Jesús (23), quien lo tenía prácticamente hecho con Paula (20) hasta el momento de pagar la cena. Desde Seseña (Toledo), llegó al programa Jesús , un joven que compagina su trabajo de modelo con los estudios de asesor de imagen y estilista. «Eres la elegancia personificada», señaló Carlos Sober a al conocerlo. Al presentador le contó también que en su tiempo libre le gusta jugar al baloncesto y al ajedrez. Como pareja, se definió como «romántico, atento y detallista», y pidió conocer a una chica «muy femenina, que se cuide».Noticia Relacionada First Dates estandar No Dos octogenarios estallan en la decisión final tras una cita de lo más tensa María Robert «Es fea fea». En esos términos se refirió Pablo a la impresión que Josefina le causó. El disgusto al conocerse, eso sí, fue recíprocoPaula , dependienta y estudiante procedente de Madrid, se describió ante las cámaras como una persona súper intensa y súper directa: «Soy como el típico perro chiquitito súper sociable y que le ladra a los perros más grandes, sin darse cuenta de su propio tamaño». Sin conocer a Jesús ya encontraban el primer punto en común: quería un chico que se arregle y se cuide. A él le llamó la atención su forma de vestir. Ella, en cambio, confesó que el pretendiente que le habían buscado no entraba en su prototipo. Pero en la mesa cambió de opinión apenas intercambió unas palabras con Jesús. La pareja descubrió que que tenían muchas cosas en común, empezando por algo fuera de lo normal entre la gente de su edad como el ajedrez, y siguiendo con el cine y el interés por el mundo de la moda. Además, ambos se consideran frikis. «No sabía yo que podía haber encajado tanto con la personalidad suya», determinaba el soltero en los totales. Paula, por su parte, reconocía que era un chico interesante, pero matizaba que «necesito que me atraiga físicamente». Jesús, ¿un chico tradicional? En otro momento dado, describieron a su prototipo ideal de pareja. Otro punto en común. Ambos se reconocieron como dos personas muy exigentes y tradicionales en el amor. «Lo que hay ahora lo entiendo, lo respeto, pero no lo comparto», determinaba la madrileña. «Tenemos una forma de ver las cosas muy distinta a la gente de nuestra edad. A mí me han educado más a la antigua. Y por eso tengo mi forma de pensar y de ver las cosas. Se me hace más cómodo ser detallista y caballero, como eran antes, y que una chica lo acepte y vea que es así, porque me sale», coincidía Jesús . Un comentario premonitorio de lo que vino justo después. Era hora de pagar la cuenta y de demostrar con hechos lo que acababa de decir, pero lo que hizo continuación dejó a su pretendienta anonadada. El momento de la decisión final TelecincoY es que Jesús dejaba sobre el papel solo un billete de 20 euros, un gesto que significaba claramente que no pensaba invitarla a cena. «Me he quedado un poco tiesa. Porque he dicho, ‘¡no entiendo nada!’. Lo que dices y lo que haces no tiene ningún tipo de concordancia, y eso me molesta. Si eres capaz de decirme que eres tradicional, ¿qué entiendes tú por tradicional, entonces? Aunque me haya parecido un chico majo, para mí no tiene concordancia lo que dice y lo que hace y me crea a mí una inseguridad. No sé qué estás intentando transmitir, con lo que realmente estás haciendo. A quién intentas impresionar, ¿a ti mismo o a mí?», sentenciaba. Cualquier duda de aceptar una segunda cita se disipó para ella, a pesar del ‘sí’ de Jesús y de reconocer que se había sentido cómoda durante la velada. «Hay cosas que no he visto claras y que no hemos profundizado, y que son muy importantes a la hora de tener una relación. Y eso me ha hecho tirarme para atrás». Las primeras impresiones suelen resultar cruciales en ‘First Dates’ . Si dos solteros se gustan al verse es muy probable que acaben dando el ‘sí’ en la decisión final. O viceversa. Aunque en el restaurante del amor de Mediaset todo puede ocurri r, e igual que hay parejas que acaban cociéndose a fuego lento, también hay flechazos cuyo final se tuerce por un comentario o un gesto. Que se lo digan a Jesús (23), quien lo tenía prácticamente hecho con Paula (20) hasta el momento de pagar la cena. Desde Seseña (Toledo), llegó al programa Jesús , un joven que compagina su trabajo de modelo con los estudios de asesor de imagen y estilista. «Eres la elegancia personificada», señaló Carlos Sober a al conocerlo. Al presentador le contó también que en su tiempo libre le gusta jugar al baloncesto y al ajedrez. Como pareja, se definió como «romántico, atento y detallista», y pidió conocer a una chica «muy femenina, que se cuide».Noticia Relacionada First Dates estandar No Dos octogenarios estallan en la decisión final tras una cita de lo más tensa María Robert «Es fea fea». En esos términos se refirió Pablo a la impresión que Josefina le causó. El disgusto al conocerse, eso sí, fue recíprocoPaula , dependienta y estudiante procedente de Madrid, se describió ante las cámaras como una persona súper intensa y súper directa: «Soy como el típico perro chiquitito súper sociable y que le ladra a los perros más grandes, sin darse cuenta de su propio tamaño». Sin conocer a Jesús ya encontraban el primer punto en común: quería un chico que se arregle y se cuide. A él le llamó la atención su forma de vestir. Ella, en cambio, confesó que el pretendiente que le habían buscado no entraba en su prototipo. Pero en la mesa cambió de opinión apenas intercambió unas palabras con Jesús. La pareja descubrió que que tenían muchas cosas en común, empezando por algo fuera de lo normal entre la gente de su edad como el ajedrez, y siguiendo con el cine y el interés por el mundo de la moda. Además, ambos se consideran frikis. «No sabía yo que podía haber encajado tanto con la personalidad suya», determinaba el soltero en los totales. Paula, por su parte, reconocía que era un chico interesante, pero matizaba que «necesito que me atraiga físicamente». Jesús, ¿un chico tradicional? En otro momento dado, describieron a su prototipo ideal de pareja. Otro punto en común. Ambos se reconocieron como dos personas muy exigentes y tradicionales en el amor. «Lo que hay ahora lo entiendo, lo respeto, pero no lo comparto», determinaba la madrileña. «Tenemos una forma de ver las cosas muy distinta a la gente de nuestra edad. A mí me han educado más a la antigua. Y por eso tengo mi forma de pensar y de ver las cosas. Se me hace más cómodo ser detallista y caballero, como eran antes, y que una chica lo acepte y vea que es así, porque me sale», coincidía Jesús . Un comentario premonitorio de lo que vino justo después. Era hora de pagar la cuenta y de demostrar con hechos lo que acababa de decir, pero lo que hizo continuación dejó a su pretendienta anonadada. El momento de la decisión final TelecincoY es que Jesús dejaba sobre el papel solo un billete de 20 euros, un gesto que significaba claramente que no pensaba invitarla a cena. «Me he quedado un poco tiesa. Porque he dicho, ‘¡no entiendo nada!’. Lo que dices y lo que haces no tiene ningún tipo de concordancia, y eso me molesta. Si eres capaz de decirme que eres tradicional, ¿qué entiendes tú por tradicional, entonces? Aunque me haya parecido un chico majo, para mí no tiene concordancia lo que dice y lo que hace y me crea a mí una inseguridad. No sé qué estás intentando transmitir, con lo que realmente estás haciendo. A quién intentas impresionar, ¿a ti mismo o a mí?», sentenciaba. Cualquier duda de aceptar una segunda cita se disipó para ella, a pesar del ‘sí’ de Jesús y de reconocer que se había sentido cómoda durante la velada. «Hay cosas que no he visto claras y que no hemos profundizado, y que son muy importantes a la hora de tener una relación. Y eso me ha hecho tirarme para atrás».
Jesús y Paula tenían muchas cosas en común, incluso un pensamiento tradicional en el amor
Las primeras impresiones suelen resultar cruciales en ‘First Dates’. Si dos solteros se gustan al verse es muy probable que acaben dando el ‘sí’ en la decisión final. O viceversa. Aunque en el restaurante del amor de Mediaset todo puede ocurrir, e igual que hay parejas que acaban cociéndose a fuego lento, también hay flechazos cuyo final se tuerce por un comentario o un gesto. Que se lo digan a Jesús (23), quien lo tenía prácticamente hecho con Paula (20) hasta el momento de pagar la cena.
Desde Seseña (Toledo), llegó al programa Jesús, un joven que compagina su trabajo de modelo con los estudios de asesor de imagen y estilista. «Eres la elegancia personificada», señaló Carlos Sobera al conocerlo. Al presentador le contó también que en su tiempo libre le gusta jugar al baloncesto y al ajedrez. Como pareja, se definió como «romántico, atento y detallista», y pidió conocer a una chica «muy femenina, que se cuide».
Paula, dependienta y estudiante procedente de Madrid, se describió ante las cámaras como una persona súper intensa y súper directa: «Soy como el típico perro chiquitito súper sociable y que le ladra a los perros más grandes, sin darse cuenta de su propio tamaño». Sin conocer a Jesús ya encontraban el primer punto en común: quería un chico que se arregle y se cuide. A él le llamó la atención su forma de vestir. Ella, en cambio, confesó que el pretendiente que le habían buscado no entraba en su prototipo. Pero en la mesa cambió de opinión apenas intercambió unas palabras con Jesús.
La pareja descubrió que que tenían muchas cosas en común, empezando por algo fuera de lo normal entre la gente de su edad como el ajedrez, y siguiendo con el cine y el interés por el mundo de la moda. Además, ambos se consideran frikis. «No sabía yo que podía haber encajado tanto con la personalidad suya», determinaba el soltero en los totales. Paula, por su parte, reconocía que era un chico interesante, pero matizaba que «necesito que me atraiga físicamente».
Jesús, ¿un chico tradicional?
En otro momento dado, describieron a su prototipo ideal de pareja. Otro punto en común. Ambos se reconocieron como dos personas muy exigentes y tradicionales en el amor. «Lo que hay ahora lo entiendo, lo respeto, pero no lo comparto», determinaba la madrileña.
«Tenemos una forma de ver las cosas muy distinta a la gente de nuestra edad. A mí me han educado más a la antigua. Y por eso tengo mi forma de pensar y de ver las cosas. Se me hace más cómodo ser detallista y caballero, como eran antes, y que una chica lo acepte y vea que es así, porque me sale», coincidía Jesús.
Un comentario premonitorio de lo que vino justo después. Era hora de pagar la cuenta y de demostrar con hechos lo que acababa de decir, pero lo que hizo continuación dejó a su pretendienta anonadada.
Telecinco
Y es que Jesús dejaba sobre el papel solo un billete de 20 euros, un gesto que significaba claramente que no pensaba invitarla a cena. «Me he quedado un poco tiesa. Porque he dicho, ‘¡no entiendo nada!’. Lo que dices y lo que haces no tiene ningún tipo de concordancia, y eso me molesta. Si eres capaz de decirme que eres tradicional, ¿qué entiendes tú por tradicional, entonces? Aunque me haya parecido un chico majo, para mí no tiene concordancia lo que dice y lo que hace y me crea a mí una inseguridad. No sé qué estás intentando transmitir, con lo que realmente estás haciendo. A quién intentas impresionar, ¿a ti mismo o a mí?», sentenciaba.
Cualquier duda de aceptar una segunda cita se disipó para ella, a pesar del ‘sí’ de Jesús y de reconocer que se había sentido cómoda durante la velada. «Hay cosas que no he visto claras y que no hemos profundizado, y que son muy importantes a la hora de tener una relación. Y eso me ha hecho tirarme para atrás».
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