Cuando la artista norteamericana Barbara Kruger (Newark, Nueva Jersey, 1945) creó ‘Forever’ (Para siempre) en 2017, difícilmente podía adivinar que esa instalación inmersiva, que hoy luce en una de las salas del Guggenheim Bilbao , sería visionaria. A los frentes abiertos en Ucrania y en Gaza, se suma el ataque de Estados Unidos a Irán. La amenaza de una III Guerra Mundial ya no parece un espejismo. En la pared central se alude a guerras de todo tipo: militares, santas, raciales, comerciales… En las paredes laterales, textos distorsionados con una lente de aumento. A un lado, una cita de V irginia Woolf : «Tú ya sabes que las mujeres han servido durante siglos como espejos…». En el suelo, con letras gigantes que cuesta leer, una demoledora frase de George Orwell : «Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano… incesantemente». Con cinco décadas de trabajo a su espalda, una estética depurada, y haciendo gala de una gran agudeza y lucidez, la obra de Barbara Kruger se caracteriza por usar imágenes y textos incisivos, cáusticos , reflexiones que nos hacen pensar: «¿Quién es el dueño de qué?» o «Nuestra gente es mejor que la vuestra». Sus temas recurrentes son el poder y la persuasión , las estructuras de autoridad, los nacionalismos, los derechos humanos, el control, el consumismo, el género, la identidad, el deseo…, que siguen de plena vigencia en la era de Instagram y TikTok. Noticias relacionadas reportaje Si Tarsila do Amaral, la ‘caníbal’ brasileña que devora el Guggenheim de Bilbao Natividad Pulido estandar Si El Guggenheim reivindica a la pintora Hilma af Klint La ‘inventora’ de la abstracción que se llevó el secreto a la tumba Natividad PulidoDio la vuelta al mundo su portada para el ‘New York Magazine’ del 31 de octubre de 2016, en la que aparecía una imagen de un enfurecido Donald Trump , con un letrero estampado en su rostro: ‘ Loser’ (perdedor) . Una semana después, ganó a Hillary Clinton las elecciones presidenciales. La artista tuvo amenazas en internet. Hoy las sufren periodistas, profesores, políticos, abogados… «Apunta a un colapso gradual de lo que pensábamos que era la democracia estadounidense», se lamenta Barbara Kruger. Reticente a antológicas y retrospectivas, y alérgica a que aparezca su imagen en los medios, en los últimos meses ha habido exposiciones en la Serpentine Gallery de Londres y el ARoS Aasrhus Kunstmuseum de Dinamarca. Ahora llega, hasta el 9 de noviembre , al Guggenheim Bilbao bajo el título ‘ Another day. Another night’ (Otro día. Otra noche). Es su primera monográfica en España . La visitamos, durante el montaje, acompañados por su comisaria, Lekha Hileman Waitoller. La artista, que se hallaba en Bilbao y se ha implicado de lleno en el montaje, anuló hace unos días todas las entrevistas que tenía previstas, entre ellas una con ABC. A sus 80 años, el calor que asfixia estos días nuestro país le ha pasado factura.Un campo de batalla Arriba, ‘Camino’, obra ‘site specific’ creada por Barbara Kruger para el Guggenheim Bilbao. Sobre estas líneas, a la izquierda, trabajos de la artista norteamericana en una de las salas de la exposición. A la derecha, ‘Tu cuerpo es un campo de batalla’, icónica obra de Barbara Kruger Efe / Museo Guggenheim BilbaoKruger siempre ha sido consciente del poder de las palabras . Para ella, «el lenguaje es una fuerza poderosa que, además, nos define. Define nuestras posiciones en el mundo. Habla de jerarquías, de devoción y de desdén». Diseñadora gráfica , en sus inicios fue editora en revistas como ‘Mademoiselle’ o ‘House & Garden’. Sus señas de identidad, la Futura Bold Oblique, la negrita tipográfica y los colores blanco, negro y rojo. A veces se cuela el verde. Con esos mimbres ha desarrollado un lenguaje visual único y reconocible. Sus fuentes: discursos políticos, eslóganes publicitarios, doctrinas religiosas, citas de libros… y hasta memes. Su estilo es copiado hasta la saciedad en internet. Consciente de que el flujo de imágenes no se puede controlar, no se plantea presentar demandas por vulneración de derechos de autor. Paga con la misma moneda y reúne imágenes captadas en la web, basadas en el estilo de su obra. Se han apropiado de su obra con fines comerciales, políticos: «Es una de las cosas que pasan cuando irrumpe la viralidad de nuestra cultura», advierte en una conversación con la comisaria. La exposición incluye desde sus tempranos y célebres ‘paste-ups’ hasta sus más recientes trabajos digitales y vídeos. Collages, serigrafías, impresiones digitales… «Las impresiones digitales me han permitido interactuar con espacios arquitectónicos», dice. En este caso, con el creado por Frank Gehry en Bilbao. Kruger revisita y actualiza algunas de sus obras más icónicas, a las que les da una vuelta, usando otras herramientas actuales para infundirles vida. Como ‘ Tu cuerpo es un campo de batalla’ , creada para las manifestaciones a favor del aborto en Washington en los 80 y convertida ahora en escultura digital con leds de gran intensidad. El recorrido comienza con una obra de 1987 que revisitó en 2019 como una instalación led a gran escala con animación y sonido. Un puzle en el que las piezas van encajando y aparecen mensajes ‘descartianos’ como ‘Compro luego existo’, ‘Compro, luego acumulo’, ‘Necesito, luego compro’, ‘Amo, luego necesito’… Frases que se tornan en gestos cargados de significados. Para ella, la imagen es tan importante como la palabra. Una palabra puede valer más que mil imágenes.Poder y persuasión Arriba, una sala de la exposición. Sobre estas líneas, a la izquierda, uno de los trabajos de Barbara Kruger. A la derecha, ‘Untitled’, 2016. Portada de ‘New York Magazine’, 31 de octubre de 2016. Efe y Cortesía ‘New York Magazine’También actualiza ‘Truth’. de 2024, que traduce al español con letras gigantes: VERDAD . La palabra pasa del negro azabache al gris pálido. Es una reflexión sobre la verdad en la era de las ‘fake news’ . ¿La verdad existe? ¿Se va erosionando con el tiempo? Hay piezas sonoras (una voz en off nos susurra «Te quiero», «Lo siento») y obras ‘site specific’, como ‘Camino’ . Un suelo no de baldosas amarillas, sino de palabras en español y en euskera, estampadas en vinilo, que nos conduce de una sala a otra de la muestra. Algunos espacios se tornan inmersivos: paredes y suelos ‘forrados’ con monumentales serigrafías sobre vinilos y los impactantes mensajes de la artista.Barbara Kruger rehúye etiquetas. «Soy mujer, soy feminista, soy artista. Pero no hago un arte de mujeres, ni un arte feminista, ni tampoco un arte político. Yo hago arte », aclara. Ha ilustrado portadas de revistas, libros, discos, camisetas y decorados para el grupo Rage Against the Machine… Sus textos aparecen en tranvías, autobuses o un edificio en la High Line de Nueva York. «Durante décadas, la obra de Barbara Kruger ha formulado mensajes directos mediante textos audaces y asertivos: advertencias, llamadas de atención, afirmaciones que van desnudando al poder hasta mostrar sus más crudos mecanismos», comenta la comisaria. «Su arte sigue siendo una fuerza crítica en un mundo saturado de imágenes, retórica y persuasión. En un momento en que la verdad se impugna , los medios se vuelven omnipresentes y el lenguaje mismo es un campo de batalla, la obra de Barbara Kruger insiste en su invitación a que no nos limitemos a consumir, sino que nos detengamos, reflexionemos y reaccionemos». Cuando la artista norteamericana Barbara Kruger (Newark, Nueva Jersey, 1945) creó ‘Forever’ (Para siempre) en 2017, difícilmente podía adivinar que esa instalación inmersiva, que hoy luce en una de las salas del Guggenheim Bilbao , sería visionaria. A los frentes abiertos en Ucrania y en Gaza, se suma el ataque de Estados Unidos a Irán. La amenaza de una III Guerra Mundial ya no parece un espejismo. En la pared central se alude a guerras de todo tipo: militares, santas, raciales, comerciales… En las paredes laterales, textos distorsionados con una lente de aumento. A un lado, una cita de V irginia Woolf : «Tú ya sabes que las mujeres han servido durante siglos como espejos…». En el suelo, con letras gigantes que cuesta leer, una demoledora frase de George Orwell : «Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano… incesantemente». Con cinco décadas de trabajo a su espalda, una estética depurada, y haciendo gala de una gran agudeza y lucidez, la obra de Barbara Kruger se caracteriza por usar imágenes y textos incisivos, cáusticos , reflexiones que nos hacen pensar: «¿Quién es el dueño de qué?» o «Nuestra gente es mejor que la vuestra». Sus temas recurrentes son el poder y la persuasión , las estructuras de autoridad, los nacionalismos, los derechos humanos, el control, el consumismo, el género, la identidad, el deseo…, que siguen de plena vigencia en la era de Instagram y TikTok. Noticias relacionadas reportaje Si Tarsila do Amaral, la ‘caníbal’ brasileña que devora el Guggenheim de Bilbao Natividad Pulido estandar Si El Guggenheim reivindica a la pintora Hilma af Klint La ‘inventora’ de la abstracción que se llevó el secreto a la tumba Natividad PulidoDio la vuelta al mundo su portada para el ‘New York Magazine’ del 31 de octubre de 2016, en la que aparecía una imagen de un enfurecido Donald Trump , con un letrero estampado en su rostro: ‘ Loser’ (perdedor) . Una semana después, ganó a Hillary Clinton las elecciones presidenciales. La artista tuvo amenazas en internet. Hoy las sufren periodistas, profesores, políticos, abogados… «Apunta a un colapso gradual de lo que pensábamos que era la democracia estadounidense», se lamenta Barbara Kruger. Reticente a antológicas y retrospectivas, y alérgica a que aparezca su imagen en los medios, en los últimos meses ha habido exposiciones en la Serpentine Gallery de Londres y el ARoS Aasrhus Kunstmuseum de Dinamarca. Ahora llega, hasta el 9 de noviembre , al Guggenheim Bilbao bajo el título ‘ Another day. Another night’ (Otro día. Otra noche). Es su primera monográfica en España . La visitamos, durante el montaje, acompañados por su comisaria, Lekha Hileman Waitoller. La artista, que se hallaba en Bilbao y se ha implicado de lleno en el montaje, anuló hace unos días todas las entrevistas que tenía previstas, entre ellas una con ABC. A sus 80 años, el calor que asfixia estos días nuestro país le ha pasado factura.Un campo de batalla Arriba, ‘Camino’, obra ‘site specific’ creada por Barbara Kruger para el Guggenheim Bilbao. Sobre estas líneas, a la izquierda, trabajos de la artista norteamericana en una de las salas de la exposición. A la derecha, ‘Tu cuerpo es un campo de batalla’, icónica obra de Barbara Kruger Efe / Museo Guggenheim BilbaoKruger siempre ha sido consciente del poder de las palabras . Para ella, «el lenguaje es una fuerza poderosa que, además, nos define. Define nuestras posiciones en el mundo. Habla de jerarquías, de devoción y de desdén». Diseñadora gráfica , en sus inicios fue editora en revistas como ‘Mademoiselle’ o ‘House & Garden’. Sus señas de identidad, la Futura Bold Oblique, la negrita tipográfica y los colores blanco, negro y rojo. A veces se cuela el verde. Con esos mimbres ha desarrollado un lenguaje visual único y reconocible. Sus fuentes: discursos políticos, eslóganes publicitarios, doctrinas religiosas, citas de libros… y hasta memes. Su estilo es copiado hasta la saciedad en internet. Consciente de que el flujo de imágenes no se puede controlar, no se plantea presentar demandas por vulneración de derechos de autor. Paga con la misma moneda y reúne imágenes captadas en la web, basadas en el estilo de su obra. Se han apropiado de su obra con fines comerciales, políticos: «Es una de las cosas que pasan cuando irrumpe la viralidad de nuestra cultura», advierte en una conversación con la comisaria. La exposición incluye desde sus tempranos y célebres ‘paste-ups’ hasta sus más recientes trabajos digitales y vídeos. Collages, serigrafías, impresiones digitales… «Las impresiones digitales me han permitido interactuar con espacios arquitectónicos», dice. En este caso, con el creado por Frank Gehry en Bilbao. Kruger revisita y actualiza algunas de sus obras más icónicas, a las que les da una vuelta, usando otras herramientas actuales para infundirles vida. Como ‘ Tu cuerpo es un campo de batalla’ , creada para las manifestaciones a favor del aborto en Washington en los 80 y convertida ahora en escultura digital con leds de gran intensidad. El recorrido comienza con una obra de 1987 que revisitó en 2019 como una instalación led a gran escala con animación y sonido. Un puzle en el que las piezas van encajando y aparecen mensajes ‘descartianos’ como ‘Compro luego existo’, ‘Compro, luego acumulo’, ‘Necesito, luego compro’, ‘Amo, luego necesito’… Frases que se tornan en gestos cargados de significados. Para ella, la imagen es tan importante como la palabra. Una palabra puede valer más que mil imágenes.Poder y persuasión Arriba, una sala de la exposición. Sobre estas líneas, a la izquierda, uno de los trabajos de Barbara Kruger. A la derecha, ‘Untitled’, 2016. Portada de ‘New York Magazine’, 31 de octubre de 2016. Efe y Cortesía ‘New York Magazine’También actualiza ‘Truth’. de 2024, que traduce al español con letras gigantes: VERDAD . La palabra pasa del negro azabache al gris pálido. Es una reflexión sobre la verdad en la era de las ‘fake news’ . ¿La verdad existe? ¿Se va erosionando con el tiempo? Hay piezas sonoras (una voz en off nos susurra «Te quiero», «Lo siento») y obras ‘site specific’, como ‘Camino’ . Un suelo no de baldosas amarillas, sino de palabras en español y en euskera, estampadas en vinilo, que nos conduce de una sala a otra de la muestra. Algunos espacios se tornan inmersivos: paredes y suelos ‘forrados’ con monumentales serigrafías sobre vinilos y los impactantes mensajes de la artista.Barbara Kruger rehúye etiquetas. «Soy mujer, soy feminista, soy artista. Pero no hago un arte de mujeres, ni un arte feminista, ni tampoco un arte político. Yo hago arte », aclara. Ha ilustrado portadas de revistas, libros, discos, camisetas y decorados para el grupo Rage Against the Machine… Sus textos aparecen en tranvías, autobuses o un edificio en la High Line de Nueva York. «Durante décadas, la obra de Barbara Kruger ha formulado mensajes directos mediante textos audaces y asertivos: advertencias, llamadas de atención, afirmaciones que van desnudando al poder hasta mostrar sus más crudos mecanismos», comenta la comisaria. «Su arte sigue siendo una fuerza crítica en un mundo saturado de imágenes, retórica y persuasión. En un momento en que la verdad se impugna , los medios se vuelven omnipresentes y el lenguaje mismo es un campo de batalla, la obra de Barbara Kruger insiste en su invitación a que no nos limitemos a consumir, sino que nos detengamos, reflexionemos y reaccionemos».
Cuando la artista norteamericana Barbara Kruger (Newark, Nueva Jersey, 1945) creó ‘Forever’ (Para siempre) en 2017, difícilmente podía adivinar que esa instalación inmersiva, que hoy luce en una de las salas del Guggenheim Bilbao, sería visionaria. A los frentes abiertos en Ucrania y … en Gaza, se suma el ataque de Estados Unidos a Irán. La amenaza de una III Guerra Mundial ya no parece un espejismo. En la pared central se alude a guerras de todo tipo: militares, santas, raciales, comerciales… En las paredes laterales, textos distorsionados con una lente de aumento. A un lado, una cita de Virginia Woolf: «Tú ya sabes que las mujeres han servido durante siglos como espejos…». En el suelo, con letras gigantes que cuesta leer, una demoledora frase de George Orwell: «Si quieres hacerte una idea de cómo será el futuro, figúrate una bota aplastando un rostro humano… incesantemente».
Con cinco décadas de trabajo a su espalda, una estética depurada, y haciendo gala de una gran agudeza y lucidez, la obra de Barbara Kruger se caracteriza por usar imágenes y textos incisivos, cáusticos, reflexiones que nos hacen pensar: «¿Quién es el dueño de qué?» o «Nuestra gente es mejor que la vuestra». Sus temas recurrentes son el poder y la persuasión, las estructuras de autoridad, los nacionalismos, los derechos humanos, el control, el consumismo, el género, la identidad, el deseo…, que siguen de plena vigencia en la era de Instagram y TikTok.
Dio la vuelta al mundo su portada para el ‘New York Magazine’ del 31 de octubre de 2016, en la que aparecía una imagen de un enfurecido Donald Trump, con un letrero estampado en su rostro: ‘Loser’ (perdedor). Una semana después, ganó a Hillary Clinton las elecciones presidenciales. La artista tuvo amenazas en internet. Hoy las sufren periodistas, profesores, políticos, abogados… «Apunta a un colapso gradual de lo que pensábamos que era la democracia estadounidense», se lamenta Barbara Kruger.
Reticente a antológicas y retrospectivas, y alérgica a que aparezca su imagen en los medios, en los últimos meses ha habido exposiciones en la Serpentine Gallery de Londres y el ARoS Aasrhus Kunstmuseum de Dinamarca. Ahora llega, hasta el 9 de noviembre, al Guggenheim Bilbao bajo el título ‘Another day. Another night’ (Otro día. Otra noche). Es su primera monográfica en España. La visitamos, durante el montaje, acompañados por su comisaria, Lekha Hileman Waitoller. La artista, que se hallaba en Bilbao y se ha implicado de lleno en el montaje, anuló hace unos días todas las entrevistas que tenía previstas, entre ellas una con ABC. A sus 80 años, el calor que asfixia estos días nuestro país le ha pasado factura.

Arriba, ‘Camino’, obra ‘site specific’ creada por Barbara Kruger para el Guggenheim Bilbao. Sobre estas líneas, a la izquierda, trabajos de la artista norteamericana en una de las salas de la exposición. A la derecha, ‘Tu cuerpo es un campo de batalla’, icónica obra de Barbara Kruger
Efe / Museo Guggenheim Bilbao
Kruger siempre ha sido consciente del poder de las palabras. Para ella, «el lenguaje es una fuerza poderosa que, además, nos define. Define nuestras posiciones en el mundo. Habla de jerarquías, de devoción y de desdén». Diseñadora gráfica, en sus inicios fue editora en revistas como ‘Mademoiselle’ o ‘House & Garden’. Sus señas de identidad, la Futura Bold Oblique, la negrita tipográfica y los colores blanco, negro y rojo. A veces se cuela el verde. Con esos mimbres ha desarrollado un lenguaje visual único y reconocible. Sus fuentes: discursos políticos, eslóganes publicitarios, doctrinas religiosas, citas de libros… y hasta memes. Su estilo es copiado hasta la saciedad en internet. Consciente de que el flujo de imágenes no se puede controlar, no se plantea presentar demandas por vulneración de derechos de autor. Paga con la misma moneda y reúne imágenes captadas en la web, basadas en el estilo de su obra. Se han apropiado de su obra con fines comerciales, políticos: «Es una de las cosas que pasan cuando irrumpe la viralidad de nuestra cultura», advierte en una conversación con la comisaria.
La exposición incluye desde sus tempranos y célebres ‘paste-ups’ hasta sus más recientes trabajos digitales y vídeos. Collages, serigrafías, impresiones digitales… «Las impresiones digitales me han permitido interactuar con espacios arquitectónicos», dice. En este caso, con el creado por Frank Gehry en Bilbao. Kruger revisita y actualiza algunas de sus obras más icónicas, a las que les da una vuelta, usando otras herramientas actuales para infundirles vida. Como ‘Tu cuerpo es un campo de batalla’, creada para las manifestaciones a favor del aborto en Washington en los 80 y convertida ahora en escultura digital con leds de gran intensidad.
El recorrido comienza con una obra de 1987 que revisitó en 2019 como una instalación led a gran escala con animación y sonido. Un puzle en el que las piezas van encajando y aparecen mensajes ‘descartianos’ como ‘Compro luego existo’, ‘Compro, luego acumulo’, ‘Necesito, luego compro’, ‘Amo, luego necesito’… Frases que se tornan en gestos cargados de significados. Para ella, la imagen es tan importante como la palabra. Una palabra puede valer más que mil imágenes.

Arriba, una sala de la exposición. Sobre estas líneas, a la izquierda, uno de los trabajos de Barbara Kruger. A la derecha, ‘Untitled’, 2016. Portada de ‘New York Magazine’, 31 de octubre de 2016.
Efe y Cortesía ‘New York Magazine’
También actualiza ‘Truth’. de 2024, que traduce al español con letras gigantes: VERDAD. La palabra pasa del negro azabache al gris pálido. Es una reflexión sobre la verdad en la era de las ‘fake news’. ¿La verdad existe? ¿Se va erosionando con el tiempo? Hay piezas sonoras (una voz en off nos susurra «Te quiero», «Lo siento») y obras ‘site specific’, como ‘Camino’. Un suelo no de baldosas amarillas, sino de palabras en español y en euskera, estampadas en vinilo, que nos conduce de una sala a otra de la muestra. Algunos espacios se tornan inmersivos: paredes y suelos ‘forrados’ con monumentales serigrafías sobre vinilos y los impactantes mensajes de la artista.
Barbara Kruger rehúye etiquetas. «Soy mujer, soy feminista, soy artista. Pero no hago un arte de mujeres, ni un arte feminista, ni tampoco un arte político. Yo hago arte», aclara. Ha ilustrado portadas de revistas, libros, discos, camisetas y decorados para el grupo Rage Against the Machine… Sus textos aparecen en tranvías, autobuses o un edificio en la High Line de Nueva York.
«Durante décadas, la obra de Barbara Kruger ha formulado mensajes directos mediante textos audaces y asertivos: advertencias, llamadas de atención, afirmaciones que van desnudando al poder hasta mostrar sus más crudos mecanismos», comenta la comisaria. «Su arte sigue siendo una fuerza crítica en un mundo saturado de imágenes, retórica y persuasión. En un momento en que la verdad se impugna, los medios se vuelven omnipresentes y el lenguaje mismo es un campo de batalla, la obra de Barbara Kruger insiste en su invitación a que no nos limitemos a consumir, sino que nos detengamos, reflexionemos y reaccionemos».
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