Afirma Benigno Pendás, hoy presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España, al final de este libro que tiene la «casi certeza» de que este volumen sobre el Barroco «resulta más farragoso que el anterior sobre el Renacimiento». No lo tengo claro. A lo sumo acepto, como humilde lector, la idea de que el «cantus firmus» del período previo al que ahora nos ocupa le haga mas fácil la vida al historiador de las Ideas y de las Formas políticas. Lo que está claro, una vez leído este segundo movimiento de lo que es un proyecto de amplio espectro sobre la conquista de la libertad , también de propuesta cultural incluso económica, que la erudición bien trabada facilita la comprensión de los escenarios en los que se desarrolló ese cambio y evolución, progreso, en l as formas de la gestión de lo humano individual y social. ENSAYO ‘Biografía de la libertad (II). Barroco: el gran libro del mundo’ Autor Benigno Pendás Editorial Tecnos Año 2024 Páginas 496 Precio 43,95 euros 4 Nuestro autor, catedrático de Ciencia Política en la Universidad San Pablo CEU, se adentra en un período de contrastes, en el que se va gestando un mundo nuevo. Un contraste que se podría sintetizar como el de la gravedad del Barroco sobre la alegría del Renacimiento. Nada existe en la historia de la cultura que pretenda surgir de la nada. Es pues tarea del historiador desentrañar esa línea de continuidad y poner en evidencia lo que se va gestando, tanto desde el punto de vista de la aportación de las individualidades como del desarrollo institucional, por no decir estatal. El Barroco, como período histórico, les gustó en exceso a los románticos porque de lo que se trataba es de llevar la contraria a la Ilustración. Ahora somos postmodernos a fuer de tardomodernos. Lo que nos gusta del Barroco no es lo que presenta de macro-relato, sino de arte del Absolutismo, de contrapuntos, una época aparentemente triste, plagada de guerras, «concierto de desconciertos» como diría Gracián , de fin de ciclo y de inicio de nuevos horizontes de pensamiento y gobierno. A esto Américo Castro lo denominó un período inmaduro. El profesor Benigno Pendás apuesta en una lograda visión de conjunto por reconocer que en ese tiempo, el siglo XVII, hay que reconocer «la incongruencia y admitir que hay dos espíritus que conviven sobre un mismo suelo y en una misma época», la doble polarización de una Europa cambiante. La erudición bien trabada facilita la comprensión de los escenarios en los que se desarrolló ese cambioUn contraste que se percibe incluso en la misma estructura del libro. Si comienza este tratado sobre el Barroco con la definición de lo que entendemos por «el» Barroco y «lo» Barroco, y se adentra pronto en lo que fue el Absolutismo, la economía mercantilista y el siglo grande francés, luego se para en el caso España, todavía con los aires de grandeza, en lo germánico, bajo el signo del Sacro Imperio, y, cómo no, lo inglés, además de unas interesantes pinceladas sobre los Países Bajos y la Roma menos eterna. A partir de ahí nos llega lo que me ha parecido un libro dentro de un libro, las descripciones de texto y contexto de las personalidades síntesis : Miguel de Cervantes, William Shakespeare, Diego Velázquez y Johann Sebastián Bach. Teloneros de un movimiento final de cierre dedicado al nuevo rol de la ciencia, incluso como poder social. Todo ello con la libertad como conjugación de lo humano. Afirma Benigno Pendás, hoy presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España, al final de este libro que tiene la «casi certeza» de que este volumen sobre el Barroco «resulta más farragoso que el anterior sobre el Renacimiento». No lo tengo claro. A lo sumo acepto, como humilde lector, la idea de que el «cantus firmus» del período previo al que ahora nos ocupa le haga mas fácil la vida al historiador de las Ideas y de las Formas políticas. Lo que está claro, una vez leído este segundo movimiento de lo que es un proyecto de amplio espectro sobre la conquista de la libertad , también de propuesta cultural incluso económica, que la erudición bien trabada facilita la comprensión de los escenarios en los que se desarrolló ese cambio y evolución, progreso, en l as formas de la gestión de lo humano individual y social. ENSAYO ‘Biografía de la libertad (II). Barroco: el gran libro del mundo’ Autor Benigno Pendás Editorial Tecnos Año 2024 Páginas 496 Precio 43,95 euros 4 Nuestro autor, catedrático de Ciencia Política en la Universidad San Pablo CEU, se adentra en un período de contrastes, en el que se va gestando un mundo nuevo. Un contraste que se podría sintetizar como el de la gravedad del Barroco sobre la alegría del Renacimiento. Nada existe en la historia de la cultura que pretenda surgir de la nada. Es pues tarea del historiador desentrañar esa línea de continuidad y poner en evidencia lo que se va gestando, tanto desde el punto de vista de la aportación de las individualidades como del desarrollo institucional, por no decir estatal. El Barroco, como período histórico, les gustó en exceso a los románticos porque de lo que se trataba es de llevar la contraria a la Ilustración. Ahora somos postmodernos a fuer de tardomodernos. Lo que nos gusta del Barroco no es lo que presenta de macro-relato, sino de arte del Absolutismo, de contrapuntos, una época aparentemente triste, plagada de guerras, «concierto de desconciertos» como diría Gracián , de fin de ciclo y de inicio de nuevos horizontes de pensamiento y gobierno. A esto Américo Castro lo denominó un período inmaduro. El profesor Benigno Pendás apuesta en una lograda visión de conjunto por reconocer que en ese tiempo, el siglo XVII, hay que reconocer «la incongruencia y admitir que hay dos espíritus que conviven sobre un mismo suelo y en una misma época», la doble polarización de una Europa cambiante. La erudición bien trabada facilita la comprensión de los escenarios en los que se desarrolló ese cambioUn contraste que se percibe incluso en la misma estructura del libro. Si comienza este tratado sobre el Barroco con la definición de lo que entendemos por «el» Barroco y «lo» Barroco, y se adentra pronto en lo que fue el Absolutismo, la economía mercantilista y el siglo grande francés, luego se para en el caso España, todavía con los aires de grandeza, en lo germánico, bajo el signo del Sacro Imperio, y, cómo no, lo inglés, además de unas interesantes pinceladas sobre los Países Bajos y la Roma menos eterna. A partir de ahí nos llega lo que me ha parecido un libro dentro de un libro, las descripciones de texto y contexto de las personalidades síntesis : Miguel de Cervantes, William Shakespeare, Diego Velázquez y Johann Sebastián Bach. Teloneros de un movimiento final de cierre dedicado al nuevo rol de la ciencia, incluso como poder social. Todo ello con la libertad como conjugación de lo humano.
CRÍTICA DE:
ENSAYO
El presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas se adentra en un período de contrastes, en el que se va gestando un mundo nuevo
Afirma Benigno Pendás, hoy presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España, al final de este libro que tiene la «casi certeza» de que este volumen sobre el Barroco «resulta más farragoso que el anterior sobre el Renacimiento». No lo tengo … claro. A lo sumo acepto, como humilde lector, la idea de que el «cantus firmus» del período previo al que ahora nos ocupa le haga mas fácil la vida al historiador de las Ideas y de las Formas políticas.
Lo que está claro, una vez leído este segundo movimiento de lo que es un proyecto de amplio espectro sobre la conquista de la libertad, también de propuesta cultural incluso económica, que la erudición bien trabada facilita la comprensión de los escenarios en los que se desarrolló ese cambio y evolución, progreso, en las formas de la gestión de lo humano individual y social.

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Autor
Benigno Pendás -
Editorial
Tecnos -
Año
2024 -
Páginas
496 -
Precio
43,95 euros
Nuestro autor, catedrático de Ciencia Política en la Universidad San Pablo CEU, se adentra en un período de contrastes, en el que se va gestando un mundo nuevo. Un contraste que se podría sintetizar como el de la gravedad del Barroco sobre la alegría del Renacimiento. Nada existe en la historia de la cultura que pretenda surgir de la nada. Es pues tarea del historiador desentrañar esa línea de continuidad y poner en evidencia lo que se va gestando, tanto desde el punto de vista de la aportación de las individualidades como del desarrollo institucional, por no decir estatal.
El Barroco, como período histórico, les gustó en exceso a los románticos porque de lo que se trataba es de llevar la contraria a la Ilustración. Ahora somos postmodernos a fuer de tardomodernos. Lo que nos gusta del Barroco no es lo que presenta de macro-relato, sino de arte del Absolutismo, de contrapuntos, una época aparentemente triste, plagada de guerras, «concierto de desconciertos» como diría Gracián, de fin de ciclo y de inicio de nuevos horizontes de pensamiento y gobierno. A esto Américo Castro lo denominó un período inmaduro.
El profesor Benigno Pendás apuesta en una lograda visión de conjunto por reconocer que en ese tiempo, el siglo XVII, hay que reconocer «la incongruencia y admitir que hay dos espíritus que conviven sobre un mismo suelo y en una misma época», la doble polarización de una Europa cambiante.
La erudición bien trabada facilita la comprensión de los escenarios en los que se desarrolló ese cambio
Un contraste que se percibe incluso en la misma estructura del libro. Si comienza este tratado sobre el Barroco con la definición de lo que entendemos por «el» Barroco y «lo» Barroco, y se adentra pronto en lo que fue el Absolutismo, la economía mercantilista y el siglo grande francés, luego se para en el caso España, todavía con los aires de grandeza, en lo germánico, bajo el signo del Sacro Imperio, y, cómo no, lo inglés, además de unas interesantes pinceladas sobre los Países Bajos y la Roma menos eterna.
A partir de ahí nos llega lo que me ha parecido un libro dentro de un libro, las descripciones de texto y contexto de las personalidades síntesis: Miguel de Cervantes, William Shakespeare, Diego Velázquez y Johann Sebastián Bach. Teloneros de un movimiento final de cierre dedicado al nuevo rol de la ciencia, incluso como poder social. Todo ello con la libertad como conjugación de lo humano.
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