Los abusos sexuales en la escena musical fueron un secreto a voces durante décadas, hasta que las víctimas comenzaron a levantar la voz. En Argentina, la impunidad de los agresores comenzó a tambalearse en 2016, cuando la irrupción del feminismo hizo que algunas mujeres perdieran el miedo a denunciar y otras, al escucharlas, siguieran su ejemplo. Es lo que ocurrió con el músico Miguel del Pópolo. En abril de 2016, Mailén Frías, de 22 años, acusó al líder de la banda La Ola que Quería Ser Chau de haberla violado. Contó que le suplicó que parara entre lágrimas, pero él le respondió que disfrutaba de su miedo y se negó a detener el abuso. Esta acusación llegó a oídos de otras mujeres que habían pasado por lo mismo y unieron fuerzas en los tribunales. Ocho años después, Del Pópolo acaba de ser condenado a 27 años de cárcel por violación y los jueces han ordenado su detención inmediata. Su condena se suma a la del también músico Cristian Aldana, quien cumple una pena de cárcel de 25 años por abuso sexual y corrupción de menores.
El Tribunal Oral Federal número 25 de Buenos Aires halló culpable a Del Pópolo de abuso sexual cometido con acceso carnal en relación con las tres denunciantes. Debido a la multiplicidad de situaciones, uno de los casos fue calificado como reiterado, según informó el Ministerio Público Fiscal.
“A Del Pópolo le daba placer tener una relación sexual causando dolor y sufrimiento”, subrayó el fiscal Guillermo Pérez de la Fuente durante su exposición ante los jueces. El fiscal pidió analizar los tres casos de forma integrada porque reflejan un modus operandi que empleaba Del Pópolo para perpetrar sus abusos. “¿Cuál es la pena para una persona que, desde una posición de dominio, maltrata, manipula e intimida? ¿Para alguien que objetiviza, que cosifica a jóvenes mucho menores que él, que confiaron en él?”, se cuestionó Pérez de la Fuente en el alegato final.
El tribunal respondió este miércoles en su fallo: 27 años de cárcel, cuatro menos de los que solicitaba la querella. Los jueces consideraron probados los abusos sexuales y declinaron así el pedido de absolución hecho por la defensa tras cuestionar los relatos de las tres víctimas.
Violencia física y sexual
Frías relató que fue violada por el músico el 9 de abril de 2016 en su casa tras un concierto de la banda. Se conocían de antemano, tenían una amiga en común, y nunca imaginó que iba a forzarla a tener relaciones sexuales. “En todo momento yo lloraba y le pedía por favor que no lo hiciera y él me decía que eso le excitaba mucho más, que yo tuviera miedo y que yo llorara”, contó la joven. Se dirigió a ella llamándola “puta” y asegurándole que era suya. La denunciante dijo que logró escapar cuando su agresor se quedó dormido e hizo la denuncia esa misma mañana en una comisaría. Desde allí fue trasladada a un hospital, donde un médico forense le hizo exámenes que corroboraron el abuso.
Además de denunciarlo ante la policía, Frías grabó un vídeo que subió a las redes sociales y aparecieron nuevos testimonios, entre ellos el de una de sus exnovias, Rocío Márquez. “Pensé que me había pasado a mí sola, pero sucede que le ha pasado a más personas, que es un delito y que a un montón de personas le está cagando la existencia”, dijo entonces Márquez. La mujer reveló que cuando intentó poner fin a su relación tras un año y medio, Del Pópolo la golpeó y abusó sexualmente de ella. Una tercera mujer, de identidad reservada, se unió a la denuncia que desencadenó en la condena de este miércoles.
Frías celebró un fallo que le trae alivio tras ocho años de pelea judicial. “Que esto sirva para que pedófilos y violadores, quienes gozan dañando nuestra integridad física y emocional, piensen que no son impunes”, declaró al portal Infobae. “Nosotras organizadas somos capaces de romper con esa impunidad y fortalecernos las unas a las otras para dar la pelea que necesitamos”, aseguró la denunciante. Aldana, que cumple condena desde 2018, pidió su excarcelación a la Corte Suprema semanas atrás y le fue denegada.
Los jueces ordenaron la detención inmediata del líder de la banda de rock La Ola que Quería ser Chau. “Le daba placer causar dolor y sufrimiento”, señaló la fiscal
Los abusos sexuales en la escena musical fueron un secreto a voces durante décadas, hasta que las víctimas comenzaron a levantar la voz. En Argentina, la impunidad de los agresores comenzó a tambalearse en 2016, cuando la irrupción del feminismo hizo que algunas mujeres perdieran el miedo a denunciar y otras, al escucharlas, siguieran su ejemplo. Es lo que ocurrió con el músico Miguel del Pópolo. En abril de 2016, Mailén Frías, de 22 años, acusó al líder de la banda La Ola que Quería Ser Chau de haberla violado. Contó que le suplicó que parara entre lágrimas, pero él le respondió que disfrutaba de su miedo y se negó a detener el abuso. Esta acusación llegó a oídos de otras mujeres que habían pasado por lo mismo y unieron fuerzas en los tribunales. Ocho años después, Del Pópolo acaba de ser condenado a 27 años de cárcel por violación y los jueces han ordenado su detención inmediata. Su condena se suma a la del también músico Cristian Aldana, quien cumple una pena de cárcel de 25 años por abuso sexual y corrupción de menores.
El Tribunal Oral Federal número 25 de Buenos Aires halló culpable a Del Pópolo de abuso sexual cometido con acceso carnal en relación con las tres denunciantes. Debido a la multiplicidad de situaciones, uno de los casos fue calificado como reiterado, según informó el Ministerio Público Fiscal.
“A Del Pópolo le daba placer tener una relación sexual causando dolor y sufrimiento”, subrayó el fiscal Guillermo Pérez de la Fuente durante su exposición ante los jueces. El fiscal pidió analizar los tres casos de forma integrada porque reflejan un modus operandi que empleaba Del Pópolo para perpetrar sus abusos. “¿Cuál es la pena para una persona que, desde una posición de dominio, maltrata, manipula e intimida? ¿Para alguien que objetiviza, que cosifica a jóvenes mucho menores que él, que confiaron en él?”, se cuestionó Pérez de la Fuente en el alegato final.
El tribunal respondió este miércoles en su fallo: 27 años de cárcel, cuatro menos de los que solicitaba la querella. Los jueces consideraron probados los abusos sexuales y declinaron así el pedido de absolución hecho por la defensa tras cuestionar los relatos de las tres víctimas.
Violencia física y sexual
Frías relató que fue violada por el músico el 9 de abril de 2016 en su casa tras un concierto de la banda. Se conocían de antemano, tenían una amiga en común, y nunca imaginó que iba a forzarla a tener relaciones sexuales. “En todo momento yo lloraba y le pedía por favor que no lo hiciera y él me decía que eso le excitaba mucho más, que yo tuviera miedo y que yo llorara”, contó la joven. Se dirigió a ella llamándola “puta” y asegurándole que era suya. La denunciante dijo que logró escapar cuando su agresor se quedó dormido e hizo la denuncia esa misma mañana en una comisaría. Desde allí fue trasladada a un hospital, donde un médico forense le hizo exámenes que corroboraron el abuso.
Además de denunciarlo ante la policía, Frías grabó un vídeo que subió a las redes sociales y aparecieron nuevos testimonios, entre ellos el de una de sus exnovias, Rocío Márquez. “Pensé que me había pasado a mí sola, pero sucede que le ha pasado a más personas, que es un delito y que a un montón de personas le está cagando la existencia”, dijo entonces Márquez. La mujer reveló que cuando intentó poner fin a su relación tras un año y medio, Del Pópolo la golpeó y abusó sexualmente de ella. Una tercera mujer, de identidad reservada, se unió a la denuncia que desencadenó en la condena de este miércoles.
Frías celebró un fallo que le trae alivio tras ocho años de pelea judicial. “Que esto sirva para que pedófilos y violadores, quienes gozan dañando nuestra integridad física y emocional, piensen que no son impunes”, declaró al portal Infobae. “Nosotras organizadas somos capaces de romper con esa impunidad y fortalecernos las unas a las otras para dar la pelea que necesitamos”, aseguró la denunciante. Aldana, que cumple condena desde 2018, pidió su excarcelación a la Corte Suprema semanas atrás y le fue denegada.
EL PAÍS