En agosto de 2021 las tropas estadounidenses abandonaron Kabul ante el empuje de los talibanes y el desconcierto de las embajadas de muchos países, que tuvieron que apresurar su salida entre un tremendo caos y sin apenas garantías de seguridad. España trató ese asunto en ‘La Unidad Kabul’ , una miniserie de Dani de la Torre y Alberto Marini muy descriptiva del terror de aquellos días. Y ahora Francia cuenta su peripecia allí en esos ’13 días, 13 noches’ en los que tuvieron que negociar la salida de cientos de personas que buscaron en su embajada una garantía para sobrevivir a la crueldad e impunidad talibán.La película la ha dirigido Martín Bourboulon, el que ha firmado las dos últimas entregas de los tres mosqueteros, ‘D’Artagnan’ y ‘Milady ‘, que ha escrito también el guion a partir del libro de Mohamed Bida, el comandante en la embajada francesa en Kabul y protagonista de la historia. Lo que antes se ve en ’13 días, 13 noches’ es su poderosa producción, la enorme maquinaria cinematográfica que se despliega para la brillante narración de los hechos, grandes escenarios reales y colosales masas de gente, una tensión continua y un ritmo preciso para una trama que se sigue al milímetro y que mantiene el aliento de la intriga hasta el final.Al personaje de Mohamed Bida lo interpreta Roschdy Zem, un actor poderosísimo que transmite la fuerza y el sentimiento precisos para entender la situación general y los diversos dramas que se apelotonan ante él y a los que tiene que procurar cobijo; y toda su presión, que es enorme, la traslada al espectador, que vive esos momentos como si realmente estuviera también en escena. Hay otros personajes importantes para que funcione la mezcla de realidad y ficción, de hechos brutales y aroma de ‘Hollywood’, como la joven afgana y francesa que interpreta Lyna Khoudri, su madre (Fatima Adoum) o la periodista americana encarnada por Sidse Babett Knudsen.Noticia Relacionada estandar No Eva Green resucita el mito de Milady en ‘Los tres mosqueteros’: «Es una heroína libre, independiente y moderna» La actriz protagoniza la nueva superproducción francesa sobre la obra maestra de Alejandro DumasLa tensión y angustia de las negociaciones con los talibanes, metralleta en mano; las idas y vueltas por una ciudad trastornada por el miedo y la sangre; el tic-tac con el que se agota el tiempo para huir de allí ; el compromiso de Bida con su deber de salvar a toda su gente y a multitud de afganos cuya vida depende de él; la impotencia o esclerosis de los organismos oficiales para reconducir la terrible situación; la organización de un plan de escape, de una vía segura para llevarlos a todos de la embajada al aeropuerto… Son casi dos horas de tensión, de cine que palpita y que utiliza algunos clichés, dramáticos, melodramáticos, trágicos, para hacer digerible una ficción sobre una realidad indigesta. En agosto de 2021 las tropas estadounidenses abandonaron Kabul ante el empuje de los talibanes y el desconcierto de las embajadas de muchos países, que tuvieron que apresurar su salida entre un tremendo caos y sin apenas garantías de seguridad. España trató ese asunto en ‘La Unidad Kabul’ , una miniserie de Dani de la Torre y Alberto Marini muy descriptiva del terror de aquellos días. Y ahora Francia cuenta su peripecia allí en esos ’13 días, 13 noches’ en los que tuvieron que negociar la salida de cientos de personas que buscaron en su embajada una garantía para sobrevivir a la crueldad e impunidad talibán.La película la ha dirigido Martín Bourboulon, el que ha firmado las dos últimas entregas de los tres mosqueteros, ‘D’Artagnan’ y ‘Milady ‘, que ha escrito también el guion a partir del libro de Mohamed Bida, el comandante en la embajada francesa en Kabul y protagonista de la historia. Lo que antes se ve en ’13 días, 13 noches’ es su poderosa producción, la enorme maquinaria cinematográfica que se despliega para la brillante narración de los hechos, grandes escenarios reales y colosales masas de gente, una tensión continua y un ritmo preciso para una trama que se sigue al milímetro y que mantiene el aliento de la intriga hasta el final.Al personaje de Mohamed Bida lo interpreta Roschdy Zem, un actor poderosísimo que transmite la fuerza y el sentimiento precisos para entender la situación general y los diversos dramas que se apelotonan ante él y a los que tiene que procurar cobijo; y toda su presión, que es enorme, la traslada al espectador, que vive esos momentos como si realmente estuviera también en escena. Hay otros personajes importantes para que funcione la mezcla de realidad y ficción, de hechos brutales y aroma de ‘Hollywood’, como la joven afgana y francesa que interpreta Lyna Khoudri, su madre (Fatima Adoum) o la periodista americana encarnada por Sidse Babett Knudsen.Noticia Relacionada estandar No Eva Green resucita el mito de Milady en ‘Los tres mosqueteros’: «Es una heroína libre, independiente y moderna» La actriz protagoniza la nueva superproducción francesa sobre la obra maestra de Alejandro DumasLa tensión y angustia de las negociaciones con los talibanes, metralleta en mano; las idas y vueltas por una ciudad trastornada por el miedo y la sangre; el tic-tac con el que se agota el tiempo para huir de allí ; el compromiso de Bida con su deber de salvar a toda su gente y a multitud de afganos cuya vida depende de él; la impotencia o esclerosis de los organismos oficiales para reconducir la terrible situación; la organización de un plan de escape, de una vía segura para llevarlos a todos de la embajada al aeropuerto… Son casi dos horas de tensión, de cine que palpita y que utiliza algunos clichés, dramáticos, melodramáticos, trágicos, para hacer digerible una ficción sobre una realidad indigesta.
«La pantalla muestra la enorme maquinaria cinematográfica que se despliega para la brillante narración de los hechos, grandes escenarios reales y colosales masas de gente, una tensión continua y un ritmo preciso para una trama que se sigue al milímetro y que mantiene el aliento de la intriga hasta el final»
En agosto de 2021 las tropas estadounidenses abandonaron Kabul ante el empuje de los talibanes y el desconcierto de las embajadas de muchos países, que tuvieron que apresurar su salida entre un tremendo caos y sin apenas garantías de seguridad. España trató ese asunto en … ‘La Unidad Kabul’, una miniserie de Dani de la Torre y Alberto Marini muy descriptiva del terror de aquellos días. Y ahora Francia cuenta su peripecia allí en esos ’13 días, 13 noches’ en los que tuvieron que negociar la salida de cientos de personas que buscaron en su embajada una garantía para sobrevivir a la crueldad e impunidad talibán.
La película la ha dirigido Martín Bourboulon, el que ha firmado las dos últimas entregas de los tres mosqueteros, ‘D’Artagnan’ y ‘Milady‘, que ha escrito también el guion a partir del libro de Mohamed Bida, el comandante en la embajada francesa en Kabul y protagonista de la historia. Lo que antes se ve en ’13 días, 13 noches’ es su poderosa producción, la enorme maquinaria cinematográfica que se despliega para la brillante narración de los hechos, grandes escenarios reales y colosales masas de gente, una tensión continua y un ritmo preciso para una trama que se sigue al milímetro y que mantiene el aliento de la intriga hasta el final.
Al personaje de Mohamed Bida lo interpreta Roschdy Zem, un actor poderosísimo que transmite la fuerza y el sentimiento precisos para entender la situación general y los diversos dramas que se apelotonan ante él y a los que tiene que procurar cobijo; y toda su presión, que es enorme, la traslada al espectador, que vive esos momentos como si realmente estuviera también en escena. Hay otros personajes importantes para que funcione la mezcla de realidad y ficción, de hechos brutales y aroma de ‘Hollywood’, como la joven afgana y francesa que interpreta Lyna Khoudri, su madre (Fatima Adoum) o la periodista americana encarnada por Sidse Babett Knudsen.
La tensión y angustia de las negociaciones con los talibanes, metralleta en mano; las idas y vueltas por una ciudad trastornada por el miedo y la sangre; el tic-tac con el que se agota el tiempo para huir de allí; el compromiso de Bida con su deber de salvar a toda su gente y a multitud de afganos cuya vida depende de él; la impotencia o esclerosis de los organismos oficiales para reconducir la terrible situación; la organización de un plan de escape, de una vía segura para llevarlos a todos de la embajada al aeropuerto… Son casi dos horas de tensión, de cine que palpita y que utiliza algunos clichés, dramáticos, melodramáticos, trágicos, para hacer digerible una ficción sobre una realidad indigesta.
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