David de Miranda está con la hierba en la boca. Cada vez que se pasa los pitones por la barriga es un acto de subversión ante quienes siguen sin abrirle el paso que se ha ganado. Hoy, en La Línea , aprovechó una sustitución para formar un alboroto que terminó con una rotunda Puerta Grande de cuatro orejas . Una cortó Talavante de un encierro de El Capea que sacó mansedumbre en los primeros tercios. Morante también cuajó una faena con un gran fondo al cuarto, pero el descabello se olvidó del premio, informa Mundotoro .Tuvimos que esperar hasta el sexto para ver torear de capa de salida. David de Miranda evitó que el toro se escapase y lo llevó a los medios por delantales, rematados con una templada larga. También firmó un hierático quite por tafalleras que ligó con un puñado de chicuelinas . Fernando Sánchez puso al público en pie después de un apretado par. ‘Es de lío’, le susurró Ruiz Miguel al oído del onubense que comenzó la faena por ceñidos estatuarios. La verticalidad no se negocia en Miranda. Todo su toreo va en el camino de conseguir la máxima quietud , la máxima cercanía, las máximas apreturas. El toro se aburrió antes que el onubense y ahí fue cuando se metió entre los pitones. Las mondeñinas finales atropellaron la razón. También lo tumbó sin puntilla. La catarsis llegó hasta el punto que le pidieron el rabo. Tarde cumbre.También salió suelto el tercero, bizco del pitón derecho . Manseó durante toda la lidia, incluso barbeó tablas en la muleta buscando una huida. David de Miranda lo siguió hasta la misma puerta de chiqueros donde le formó un gazpacho. Siempre con la muleta puesta, siempre metido en los terrenos del toro. Primero, aprovechó las inercias y, después, pegó la taleguilla a los pitones. Un alarde de valor que remató con unas ajustadas bernadinas. El manso rompió, como tantos, donde él quiso y Miranda aprovechó la sustitución para demandar su sitio. La estocada entera precisó de un descabello y el público, apasionado, pidió las dos orejas que fueron concedidas.Álvaro Montes se hizo presente para parar al quinto. Cuando salen las complicaciones, hay que echar manos de los recursos de siempre . No fue hasta que se quedó solo con Talavante cuando pudo ordenarlo y rompió hacia adelante. Primero le exigió por abajo, doblándose con el toro. Después, basó la faena en la ligazón en tandas donde destacaron los inspirados remates. Mató de una buena estocada y cortó un trofeo.El segundo, también de San Pelayo, salió en otro aire, más cuajado, con morrillo y corniapretado. Apretó en el caballo y a los banderilleros, a los que esperó y achuchó hasta el burladero. Talavante se dobló con el toro para quitarle las manías y, lo que apuntaba a genio, terminó dominado. Talavante basó su toreo en el pitón izquierdo hasta la última tanda, donde exigió al toro en una sobre la derecha. Sonó un aviso antes de atronarlo con el descabello. Ovación. Al cuarto, ya con el hierro de El Capea, lo paró con el capote Curro Javier, que también estuvo sensacional en banderillas. La tarde se echaba en La Línea, pero Morante no tuvo prisa . Maceró la faena poco a poco, con suavidad, sin dejar al toro que se aburriese. Colocándose así, echando los trastos así, meciendo las embestidas así… tiene que salir el fondo del toro. Morante lo cuajó sin ningún alarde, dándole su tiempo, con tandas largas y ceñidas. Terminó con soberanos naturales a pies juntos al hilo de las tablas. La estocada fue hasta la empuñadura, pero tuvo poca muerte y se puso imposible en el descabello.El primero, terciado y cómodo de cara, adoleció de falta de fuerza. A pesar del trato exquisito de Morante, el toro jamás rompió hacia adelante y el sevillano no se entretuvo. Ovación.Plaza de toros de La Línea de la Concepción , Cádiz. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada. Toros de El Capea y San Pelayo (1º, 2º y 3º), desiguales de presentación y juego. Desarrollaron mansedumbre en los primeros. El mejor, el sexto.Morante de la Puebla , ovación y ovación tras dos avisos. Alejandro Talavante , ovación y oreja. David de Miranda , dos orejas tras aviso y dos orejas con petición de rabo. Incidencias: Saludaron tras parear al sexto Fernando Pereira y Fernando Sánchez. David de Miranda está con la hierba en la boca. Cada vez que se pasa los pitones por la barriga es un acto de subversión ante quienes siguen sin abrirle el paso que se ha ganado. Hoy, en La Línea , aprovechó una sustitución para formar un alboroto que terminó con una rotunda Puerta Grande de cuatro orejas . Una cortó Talavante de un encierro de El Capea que sacó mansedumbre en los primeros tercios. Morante también cuajó una faena con un gran fondo al cuarto, pero el descabello se olvidó del premio, informa Mundotoro .Tuvimos que esperar hasta el sexto para ver torear de capa de salida. David de Miranda evitó que el toro se escapase y lo llevó a los medios por delantales, rematados con una templada larga. También firmó un hierático quite por tafalleras que ligó con un puñado de chicuelinas . Fernando Sánchez puso al público en pie después de un apretado par. ‘Es de lío’, le susurró Ruiz Miguel al oído del onubense que comenzó la faena por ceñidos estatuarios. La verticalidad no se negocia en Miranda. Todo su toreo va en el camino de conseguir la máxima quietud , la máxima cercanía, las máximas apreturas. El toro se aburrió antes que el onubense y ahí fue cuando se metió entre los pitones. Las mondeñinas finales atropellaron la razón. También lo tumbó sin puntilla. La catarsis llegó hasta el punto que le pidieron el rabo. Tarde cumbre.También salió suelto el tercero, bizco del pitón derecho . Manseó durante toda la lidia, incluso barbeó tablas en la muleta buscando una huida. David de Miranda lo siguió hasta la misma puerta de chiqueros donde le formó un gazpacho. Siempre con la muleta puesta, siempre metido en los terrenos del toro. Primero, aprovechó las inercias y, después, pegó la taleguilla a los pitones. Un alarde de valor que remató con unas ajustadas bernadinas. El manso rompió, como tantos, donde él quiso y Miranda aprovechó la sustitución para demandar su sitio. La estocada entera precisó de un descabello y el público, apasionado, pidió las dos orejas que fueron concedidas.Álvaro Montes se hizo presente para parar al quinto. Cuando salen las complicaciones, hay que echar manos de los recursos de siempre . No fue hasta que se quedó solo con Talavante cuando pudo ordenarlo y rompió hacia adelante. Primero le exigió por abajo, doblándose con el toro. Después, basó la faena en la ligazón en tandas donde destacaron los inspirados remates. Mató de una buena estocada y cortó un trofeo.El segundo, también de San Pelayo, salió en otro aire, más cuajado, con morrillo y corniapretado. Apretó en el caballo y a los banderilleros, a los que esperó y achuchó hasta el burladero. Talavante se dobló con el toro para quitarle las manías y, lo que apuntaba a genio, terminó dominado. Talavante basó su toreo en el pitón izquierdo hasta la última tanda, donde exigió al toro en una sobre la derecha. Sonó un aviso antes de atronarlo con el descabello. Ovación. Al cuarto, ya con el hierro de El Capea, lo paró con el capote Curro Javier, que también estuvo sensacional en banderillas. La tarde se echaba en La Línea, pero Morante no tuvo prisa . Maceró la faena poco a poco, con suavidad, sin dejar al toro que se aburriese. Colocándose así, echando los trastos así, meciendo las embestidas así… tiene que salir el fondo del toro. Morante lo cuajó sin ningún alarde, dándole su tiempo, con tandas largas y ceñidas. Terminó con soberanos naturales a pies juntos al hilo de las tablas. La estocada fue hasta la empuñadura, pero tuvo poca muerte y se puso imposible en el descabello.El primero, terciado y cómodo de cara, adoleció de falta de fuerza. A pesar del trato exquisito de Morante, el toro jamás rompió hacia adelante y el sevillano no se entretuvo. Ovación.Plaza de toros de La Línea de la Concepción , Cádiz. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada. Toros de El Capea y San Pelayo (1º, 2º y 3º), desiguales de presentación y juego. Desarrollaron mansedumbre en los primeros. El mejor, el sexto.Morante de la Puebla , ovación y ovación tras dos avisos. Alejandro Talavante , ovación y oreja. David de Miranda , dos orejas tras aviso y dos orejas con petición de rabo. Incidencias: Saludaron tras parear al sexto Fernando Pereira y Fernando Sánchez.
David de Miranda está con la hierba en la boca. Cada vez que se pasa los pitones por la barriga es un acto de subversión ante quienes siguen sin abrirle el paso que se ha ganado. Hoy, en La Línea, aprovechó una sustitución para formar un alboroto que terminó con una rotunda Puerta Grande de cuatro orejas. Una cortó Talavante de un encierro de El Capea que sacó mansedumbre en los primeros tercios. Morante también cuajó una faena con un gran fondo al cuarto, pero el descabello se olvidó del premio, informa Mundotoro.
Tuvimos que esperar hasta el sexto para ver torear de capa de salida. David de Miranda evitó que el toro se escapase y lo llevó a los medios por delantales, rematados con una templada larga. También firmó un hierático quite por tafalleras que ligó con un puñado de chicuelinas. Fernando Sánchez puso al público en pie después de un apretado par. ‘Es de lío’, le susurró Ruiz Miguel al oído del onubense que comenzó la faena por ceñidos estatuarios. La verticalidad no se negocia en Miranda. Todo su toreo va en el camino de conseguir la máxima quietud, la máxima cercanía, las máximas apreturas. El toro se aburrió antes que el onubense y ahí fue cuando se metió entre los pitones. Las mondeñinas finales atropellaron la razón. También lo tumbó sin puntilla. La catarsis llegó hasta el punto que le pidieron el rabo. Tarde cumbre.
También salió suelto el tercero, bizco del pitón derecho. Manseó durante toda la lidia, incluso barbeó tablas en la muleta buscando una huida. David de Miranda lo siguió hasta la misma puerta de chiqueros donde le formó un gazpacho. Siempre con la muleta puesta, siempre metido en los terrenos del toro. Primero, aprovechó las inercias y, después, pegó la taleguilla a los pitones. Un alarde de valor que remató con unas ajustadas bernadinas. El manso rompió, como tantos, donde él quiso y Miranda aprovechó la sustitución para demandar su sitio. La estocada entera precisó de un descabello y el público, apasionado, pidió las dos orejas que fueron concedidas.
Álvaro Montes se hizo presente para parar al quinto. Cuando salen las complicaciones, hay que echar manos de los recursos de siempre. No fue hasta que se quedó solo con Talavante cuando pudo ordenarlo y rompió hacia adelante. Primero le exigió por abajo, doblándose con el toro. Después, basó la faena en la ligazón en tandas donde destacaron los inspirados remates. Mató de una buena estocada y cortó un trofeo.
El segundo, también de San Pelayo, salió en otro aire, más cuajado, con morrillo y corniapretado. Apretó en el caballo y a los banderilleros, a los que esperó y achuchó hasta el burladero. Talavante se dobló con el toro para quitarle las manías y, lo que apuntaba a genio, terminó dominado. Talavante basó su toreo en el pitón izquierdo hasta la última tanda, donde exigió al toro en una sobre la derecha. Sonó un aviso antes de atronarlo con el descabello. Ovación.
Al cuarto, ya con el hierro de El Capea, lo paró con el capote Curro Javier, que también estuvo sensacional en banderillas. La tarde se echaba en La Línea, pero Morante no tuvo prisa. Maceró la faena poco a poco, con suavidad, sin dejar al toro que se aburriese. Colocándose así, echando los trastos así, meciendo las embestidas así… tiene que salir el fondo del toro. Morante lo cuajó sin ningún alarde, dándole su tiempo, con tandas largas y ceñidas. Terminó con soberanos naturales a pies juntos al hilo de las tablas. La estocada fue hasta la empuñadura, pero tuvo poca muerte y se puso imposible en el descabello.
El primero, terciado y cómodo de cara, adoleció de falta de fuerza. A pesar del trato exquisito de Morante, el toro jamás rompió hacia adelante y el sevillano no se entretuvo. Ovación.
Plaza de toros de La Línea de la Concepción, Cádiz. Corrida de toros. Tres cuartos de entrada. Toros de El Capea y San Pelayo (1º, 2º y 3º), desiguales de presentación y juego. Desarrollaron mansedumbre en los primeros. El mejor, el sexto
Morante de la Puebla, ovación y ovación tras dos avisos.
Alejandro Talavante, ovación y oreja.
David de Miranda, dos orejas tras aviso y dos orejas con petición de rabo.
Incidencias: Saludaron tras parear al sexto Fernando Pereira y Fernando Sánchez.
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