La literatura y la vida confluyen en algunos autores. La ficción se vuelve en ocasiones el reflejo de un drama interior o, tal vez, en un instrumento para dar suelta a los demonios del alma. Es el caso de David Goodis , un novelista estadounidense de enorme talento, un hombre que podría haber llegado muy lejos de no haber muerto a los 49 años de un infarto cerebral. Fue un guionista de éxito y un prolífico escritor de relatos cortos, pero, si estamos hablando de él, es por una extraordinaria novela que aparece en todas las antologías del género negro: ‘Disparen sobre el pianista’, publicada en 1956 y llevada al cine por François Truffaut en una adaptación libre. En la película, el papel del protagonista es encarnado por Charles Aznavour.El libro de Goodis narra el ascenso y caída de un brillante pianista, llamado Eddie, que se ve envuelto en una turbia historia cuando toca en un lóbrego local de Filadelfia. La acción comienza cuando un hombre llamado Turley entra en ese bar de mala muerte en una noche de invierno, lo que desencadena una tragedia que, al igual que sucede cuando una bola de billar rueda sobre el tapete, golpeará a otras vidas ajenas por un capricho del destino.Ese hombre busca a Eddie, su hermano, al que lleva años sin ver para que le ayude a escapar de unos mafiosos que quieren acabar con su vida. El pianista se niega, no quiere problemas y no desea restablecer unos lazos que le agobiaron en su infancia. Cuando dos pistoleros entran en el tugurio, derriba unas cajas para que su hermano pueda huir por la puerta de atrás del local.El libro narra el ascenso y caída de un brillante pianista, Eddie, que se ve envuelto en una turbia historia Desde ese momento, Eddie se convierte en objeto de la persecución de esos gánsteres que quieren averiguar el paradero de Turley, que les ha robado 200.000 dólares. En su huida sin rumbo, Eddie encuentra la compañía de Lena, una camarera que es la única persona que conoce su verdadera identidad. Mientras intentan eludir a esos dos criminales, Eddie evoca su pasado. Nadie podría adivinar al ver su declive moral y físico que fue un pianista virtuoso que llegó a ser aclamado en el Carnegie Hall y acogido por la crítica como un genio del teclado.Los mafiosos estrechan el cerco sobre Eddie y Lena, que son conscientes de que no podrán ocultarse en ningún sitio sin que esos criminales les alcancen. Nadie puede eludir su destino, que parece escrito por una mano invisible. Eddie lo sabe porque su existencia quedó marcada por el suicidio de su mujer y la mala suerte que parece perseguirle.‘Disparen sobre el pianista’ está escrita con sobriedad, en un estilo descriptivo y directo, en el que se sugiere más que se enuncia. La narración va subiendo de intensidad dramática hasta llegar a un final en el que el azar arroja los dados en una apuesta fatal. Al llegar a la última página, el lector tiene la impresión de despertar de una pesadilla. Resulta difícil encontrar un relato como el de Goodis, que, como subrayaba el crítico de ‘The New York Times’, reúne todos los ingredientes de la novela negra perfecta. Sin duda, una obra que no ha envejecido, sino que ha ganado casi 70 años después de su publicación.Decíamos que el libro tiene un carácter autobiográfico porque David Goodis vivió en Filadelfia, frecuentó tugurios como el que describe, tuvo un matrimonio infeliz que sólo duró un año, se ocupó de un hermano esquizofrénico y, en su juventud, se vio envuelto en oscuros episodios como los que aparecen en la trama. Se ganaba la vida como escritor y guionista hasta que, en 1951, cuando había cumplido 34 años, publicó ‘Cassidy’s Girl’, una novela que vendió más de un millón de ejemplares. A lo largo de la década siguiente, verían la luz otra decena de títulos suyos, entre ellos, ‘Disparen sobre el pianista’. Su final llegó en 1967 cuando falleció días después de haber sufrido una brutal paliza, un desenlace que bien podría haber servido de conclusión a la desesperada huida de Eddie.Goodis ganó su última batalla después de muerto, ya que demandó en 1965 al canal ABC por la famosa serie ‘El fugitivo’, que, según su punto de vista, se basaba en su novela ‘Dark Passage’. Fue una larga batalla que concluyó cuando los tribunales le dieron la razón, estableciendo una indemnización por la vulneración de sus derechos. El escritor había fallecido tres años antes. Hoy la crítica reconoce unánimemente su talento y le sitúa entre los más grandes del género, a la altura de un Raymond Chandler o un Jim Thompson. La literatura y la vida confluyen en algunos autores. La ficción se vuelve en ocasiones el reflejo de un drama interior o, tal vez, en un instrumento para dar suelta a los demonios del alma. Es el caso de David Goodis , un novelista estadounidense de enorme talento, un hombre que podría haber llegado muy lejos de no haber muerto a los 49 años de un infarto cerebral. Fue un guionista de éxito y un prolífico escritor de relatos cortos, pero, si estamos hablando de él, es por una extraordinaria novela que aparece en todas las antologías del género negro: ‘Disparen sobre el pianista’, publicada en 1956 y llevada al cine por François Truffaut en una adaptación libre. En la película, el papel del protagonista es encarnado por Charles Aznavour.El libro de Goodis narra el ascenso y caída de un brillante pianista, llamado Eddie, que se ve envuelto en una turbia historia cuando toca en un lóbrego local de Filadelfia. La acción comienza cuando un hombre llamado Turley entra en ese bar de mala muerte en una noche de invierno, lo que desencadena una tragedia que, al igual que sucede cuando una bola de billar rueda sobre el tapete, golpeará a otras vidas ajenas por un capricho del destino.Ese hombre busca a Eddie, su hermano, al que lleva años sin ver para que le ayude a escapar de unos mafiosos que quieren acabar con su vida. El pianista se niega, no quiere problemas y no desea restablecer unos lazos que le agobiaron en su infancia. Cuando dos pistoleros entran en el tugurio, derriba unas cajas para que su hermano pueda huir por la puerta de atrás del local.El libro narra el ascenso y caída de un brillante pianista, Eddie, que se ve envuelto en una turbia historia Desde ese momento, Eddie se convierte en objeto de la persecución de esos gánsteres que quieren averiguar el paradero de Turley, que les ha robado 200.000 dólares. En su huida sin rumbo, Eddie encuentra la compañía de Lena, una camarera que es la única persona que conoce su verdadera identidad. Mientras intentan eludir a esos dos criminales, Eddie evoca su pasado. Nadie podría adivinar al ver su declive moral y físico que fue un pianista virtuoso que llegó a ser aclamado en el Carnegie Hall y acogido por la crítica como un genio del teclado.Los mafiosos estrechan el cerco sobre Eddie y Lena, que son conscientes de que no podrán ocultarse en ningún sitio sin que esos criminales les alcancen. Nadie puede eludir su destino, que parece escrito por una mano invisible. Eddie lo sabe porque su existencia quedó marcada por el suicidio de su mujer y la mala suerte que parece perseguirle.‘Disparen sobre el pianista’ está escrita con sobriedad, en un estilo descriptivo y directo, en el que se sugiere más que se enuncia. La narración va subiendo de intensidad dramática hasta llegar a un final en el que el azar arroja los dados en una apuesta fatal. Al llegar a la última página, el lector tiene la impresión de despertar de una pesadilla. Resulta difícil encontrar un relato como el de Goodis, que, como subrayaba el crítico de ‘The New York Times’, reúne todos los ingredientes de la novela negra perfecta. Sin duda, una obra que no ha envejecido, sino que ha ganado casi 70 años después de su publicación.Decíamos que el libro tiene un carácter autobiográfico porque David Goodis vivió en Filadelfia, frecuentó tugurios como el que describe, tuvo un matrimonio infeliz que sólo duró un año, se ocupó de un hermano esquizofrénico y, en su juventud, se vio envuelto en oscuros episodios como los que aparecen en la trama. Se ganaba la vida como escritor y guionista hasta que, en 1951, cuando había cumplido 34 años, publicó ‘Cassidy’s Girl’, una novela que vendió más de un millón de ejemplares. A lo largo de la década siguiente, verían la luz otra decena de títulos suyos, entre ellos, ‘Disparen sobre el pianista’. Su final llegó en 1967 cuando falleció días después de haber sufrido una brutal paliza, un desenlace que bien podría haber servido de conclusión a la desesperada huida de Eddie.Goodis ganó su última batalla después de muerto, ya que demandó en 1965 al canal ABC por la famosa serie ‘El fugitivo’, que, según su punto de vista, se basaba en su novela ‘Dark Passage’. Fue una larga batalla que concluyó cuando los tribunales le dieron la razón, estableciendo una indemnización por la vulneración de sus derechos. El escritor había fallecido tres años antes. Hoy la crítica reconoce unánimemente su talento y le sitúa entre los más grandes del género, a la altura de un Raymond Chandler o un Jim Thompson.
ÁNIMA NEGRA
El autor norteamericano traza en ‘Disparen sobre el pianista’ (1956) el retrato de un hombre desesperado que intenta escapar de la fatalidad que le persigue
La literatura y la vida confluyen en algunos autores. La ficción se vuelve en ocasiones el reflejo de un drama interior o, tal vez, en un instrumento para dar suelta a los demonios del alma. Es el caso de David Goodis, un novelista estadounidense …
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