Cuando alguien tiene poder, sus opiniones son ideología. Diego Ávalos (Cabo San Lucas, México, 44 años) tiene mucho poder, al menos en la industria audiovisual ibérica: de su visto bueno como vicepresidente de contenidos de Netflix para España y Portugal han salido éxitos como La sociedad de la nieve (12 goyas), series como El cuerpo en llamas, documentales como Nevenka y varias temporadas de Élite y La casa de papel. Su criterio ha sido esencial para definir lo que hoy entendemos por televisión en streaming. Y en sus opiniones, que emite el mismo mes que Netflix cumple 10 años en España, sobre qué es la competencia en la era de TikTok y qué constituye un creador televisivo, cuesta no ver una hoja de ruta para lo que entenderemos por televisión en el futuro.
El ejecutivo de la compañía estadounidense ha dado forma a la televisión en ‘streaming’ en los últimos años y traza el camino para lo que viene por delante
Cuando alguien tiene poder, sus opiniones son ideología. Diego Ávalos (Cabo San Lucas, México, 44 años) tiene mucho poder, al menos en la industria audiovisual ibérica: de su visto bueno como vicepresidente de contenidos de Netflix para España y Portugal han salido éxitos como La sociedad de la nieve (12 goyas), series como El cuerpo en llamas, documentales como Nevenka y varias temporadas de Élite y La casa de papel. Su criterio ha sido esencial para definir lo que hoy entendemos por televisión en streaming. Y en sus opiniones, que emite el mismo mes que Netflix cumple 10 años en España, sobre qué es la competencia en la era de TikTok y qué constituye un creador televisivo, cuesta no ver una hoja de ruta para lo que entenderemos por televisión en el futuro.
Pregunta. ¿La palabra algoritmo qué le hace sentir?
Respuesta. Frustración. ¿Cuántas veces tengo que explicar que no tenemos un algoritmo, que somos personas, humanos con instinto, con experiencia de décadas de ver, leer y escribir, que es que no usamos data?
P. ¿Y qué hacen?
R. Sentarnos en frente de un creador, de una directora y enamorarnos de un proyecto. Esos momentos que se te eriza la piel, que te salen lágrimas. Es literalmente lo que sucede.
P. ¿Hasta qué punto se guía en la experiencia de series previas? “Funciona que en el capítulo 6 haya un giro aquí”.
R. Vamos escribiendo lo que demandan los personajes y la historia, no estamos pensando: “¿Qué giro ponemos al final del episodio?”. Ahorita estamos rodando la segunda temporada de Berlín: Alex Pina va escribiendo la serie conforme la vamos rodando, no tiene todo escrito. Hay finales de episodio que terminan con un cliffhanger, hay otros que no, Cuando más te equivocas en lo que hacemos es cuando tratas de replicar lo que se ha hecho en un sitio. Si dices: “Vamos a hacer el Adolescencia español”, ahí te empiezas de equivocar.

P. ¿Un fracaso que le haya dolido?
R. La noche más larga [serie estrenada en 2022]. Tenía para mí todos los elementos: guiones y diseño de producción increíble, un concepto que nos había conseguido convencer en segundos… Y de repente ves y no conecta con la audiencia que tú creías. Tuvo su fandom, como todas, pero todavía cargo con ella. ¿Qué podríamos haber hecho diferente?
P. ¿Algún éxito que no se viese venir?
R.El desorden que dejas, nuestro thriller gallego. Tenía unos personajes que no sueles tener, no tenía los giros cada tres escenas… Sabíamos que iba a encontrar su audiencia, pero no esperaba este nivel. Sé de gente que empezó a viajar a Galicia por verla. Del lado de las docuseries, Nevenka consiguió una audiencia brutal. No solo el número de espectadores, sino la repercusión que tuvo en otras esferas: no me esperaba que se mencionara en Congreso.
P. Convénzanos de que la televisión en streaming no está tan sujeta a tendencias como otros productos online.
R. Las tendencias son para hoy, para moverte rápido. Nosotros trabajamos con plazos bastante largos, cosas que se van a ver en tres años, cuatro años. Jota Bayona trabajó en La sociedad de la nieve mucho tiempo antes de que se le diera luz verde. Hwang Dong-hyuk, creador de El juego del calamar, estuvo 10 años intentando levantar la serie. Lo que se nota es que el mundo está en un momento psicológico, emocional, socioeconómico, político que hace que ciertas historias hagan más ruido.

P. Cuando llegó Netflix a España, el entonces consejero delegado Reed Hastings me dijo que su competencia no era la televisión en abierto sino las revistas, la cocina, los libros, todo lo que fuera ocio. ¿Netflix compite ahora contra TikTok?
R. El tiempo de consumo en entretenimiento ya no puede ser más alto. Hemos llegado al límite que una persona puede estar conectada consumiendo música, medios, entretenimiento. La batalla ahora es en qué usa ese tiempo, cómo captamos esos momentos de entretenimiento que busca la gente. Y no olvidemos que seguimos siendo muy pequeños. El consumo de televisión en streaming en España sigue siendo un 10% del total. Nos falta mucho todavía por crecer.
P. ¿Cómo compite uno con TikTok o YouTube, buenas succionadoras de atención?
R. El entretenimiento es muy amplio. A veces nos gusta definir a los storytellers o creadores como gente que ha ido, me lo invento, a la ESCAC o al ECAM. Pero en realidad creadores es algo muy amplio. Ms. Rachel en YouTube es una gran creadora que amasa millones de audiencia. Una cosa que tenemos que hacer como industria es ampliar nuestra definición de creador. En TikTok hay grandes creadores. En YouTube hay grandes creadores. Hay que ampliar la definición guiándonos por la calidad.
P. ¿De qué forma?
R. La calidad está en quien interactúa con las historias, no en los que la crean. Como empresa, hay que estar expandiendo. Pero sí, todas las empresas que ha dicho son competencias y nunca habido tanta.
P. ¿Qué lección es la que más sigue en su día a día?
R. Solo pensar en la audiencia. Cuando nos hemos equivocado es cuando contamos los proyectos con los que alguien está apasionado porque sí. ¿Para qué audiencia son?
P. ¿Cuál le gustaría que fuera la primera frase de su Wikipedia dentro de 100 años?
R. [Piensa] ¿Qué ayudó a transformar la industria española? No soy solo yo, esto es toda una empresa, pero hemos logrado inyectar una nueva energía a las producciones locales y atraer inversión. Además, detrás de nosotros viene la competencia viendo lo que hemos logrado. Hace diez años todo mundo sabía que no se podía invertir más de 550.000 euros por episodio. Que o se hacían series de 90 minutos o no se hacían. Ya no existen esas barreras.
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