La XXVIII edición de PHotoEspaña nos inunda una vez más de fotos e imágenes, en esta ocasión bajo el título ‘Después de todo’. Sin duda, después de todo era ya necesaria una creciente presencia de mujeres fotógrafas. Como las dos creadoras que ahora nos ocupan. Aunque quizás lo primero que acuda a nuestro imaginario a la hora de recordar y valorar la obra fotográfica de Dora Maar sean sus reconocidos fotomontajes surrealistas, lo cierto es que desarrolló igualmente una muy notable trayectoria dentro de la fotografía de calle, capturando imágenes cargadas de una profunda dimensión política, social y humana.Noticias relacionadas estandar Si ‘El fotógrafo de lo invisible’: los pensamientos emulsionados de Duane Michals Francisco Carpio reportaje Si PhotoEspaña 2025, en diez disparos Natividad PulidoNacida en París en 1907 como Henriette Theodora Markovitch , de ascendencia croata-francesa, se formó como fotógrafa en la capital de Francia, iniciando su andadura en 1930 con diversos trabajos dentro del mundo de la moda y la publicidad. Con posterioridad entraría en contacto con conocidos artistas e intelectuales del círculo surrealista parisino, entre otros el propio Breton, terminando por formar parte de este fundamental movimiento de vanguardia. PHotoEspaña, junto a la Fundación Loewe, presenta en el Museo Lázaro Galdiano ‘Dora Maar. Fotografía y dibujos’, una muestra que incide en aspectos menos conocidos de su multidisciplinar obra, como es el caso de una serie de fotos de terma urbano y social, algunos retratos de figuras destacadas de la cultura, como Jean Cocteau, o, por supuesto, Pablo Picasso, de quien sería pareja durante unos años, así como un archivo de dibujos inéditos, otra vertiente poco expuesta de su actividad artística. Escenas de la vida cotidianaEl punto más interesante lo constituyen unas escenas fotográficas que Maar tomó en la Barcelona de 1933, en un momento social y político altamente convulso, y en las que registró fragmentos de la vida cotidiana en esa ciudad, siempre desde una mirada de empatía hacia los sectores sociales más marginales y menos favorecidos: mendigos, jornaleros, prostitutas, ancianos… Su militancia de izquierdas queda claramente reflejada en estas imágenes, plenas de conciencia social, y también de una sutil atmósfera poética, e incluso irónica, más allá del mero registro documental. Para su captación emplearía ángulos agudos, contrastes intensos de luz y sombra, y una singular ambivalencia entre lo visible y lo oculto, que más tarde iba a aplicar también a sus composiciones surrealistas. Como ya he señalado, ese componente de fotos de calle quizás no es todavía lo suficientemente conocido, por lo que esta muestra supone una excelente oportunidad. Dos miradas. De arriba abajo, fotograma de ‘By Pass’ (1997), de Lotty Rosenfeld; ‘Autorretrato’ de Dora Maar; y ‘Desierto de Atacama. Chie’ (1981), de la autora sudamericana ABCLa propuesta se complementa con un conjunto de dibujos en cuadernos y hojas de trabajo de la época, en su mayoría expuestos por vez primera, que incluyen una notable diversidad de temas y recursos, desde abstracciones cubistas e imágenes de raigambre mitológica, hasta naturalezas muertas y paisajes que nos descubren a una artista de amplias mecánicas expresivas, y que actúan como una suerte de transición hacia su pintura intuitiva y simbólica de postguerra. Por su parte, el Círculo de Bellas Artes, dentro del mismo festival, y coincidiendo con la iniciativa de Chile como país invitado, ha inaugurado ‘By Pass. La frontera del signo’, una exposición que recoge diversos trabajos de Lotty Rosenfeld (1943-2020), una destacada figura pionera del arte político en Sudamérica, así como una de las principales representantes del videoarte latinoamericano, con una importante presencia en distintos eventos como las bienales de Estambul (1997), Shangai (2004) o la Documenta en 2007. Carlota Eugenia ‘Lotty’ Rosenfeld estudió en la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, dedicándose inicialmente al grabado y las artes gráficas. A finales de los setenta su mirada experimentó un cambio hacia el activismo artístico, sobre todo dentro del espacio público. A partir de entonces su práctica ‘artivista’ se diversificó a través de intervenciones urbanas, acciones performáticas, videoarte, grabado y foto. Dentro de esta variedad, la serie de acciones más icónicas y conocidas que realizó gravitaron en torno a la transformación en cruces de las líneas en vías públicas –la cruz en el asfalto como forma cargada de simbolismo– con una voluntad de modificar esas señales urbanas de autoridad, vistas como códigos de poder, para subvertir su simbolismo de control. El objetivo fundamental era el de generar espacios de libertad y resistencia en un contexto –imposible olvidarlo– tan adverso y represivo como el de la dictadura de Pinochet.Dora Maar y Lotty Rosenfeld Dora Maar. ‘Fotografías y dibujos’. Museo Lázaro Galdiano. Madrid. C/ Serrano, 122. Comisaria: María Millán. Hasta el 14 de septiembre. Cuatro estrellas. Lotty Rosenfeld. ‘By Pass. La frontera del signo’. Círculo de Bellas Artes. Madrid. C/ Alcalá, 42. Hasta el 28 de septiembre. Cuatro estrellas.El proyecto se compone de diversas acciones urbanas muy conocidas, en especial ‘Una milla de cruces…’, distintos registros fotográficos y videográficos, y una serie de instalaciones y obras de videoarte, como la también icónica ‘Paz para Sebastián Acevedo’. Una buena oportunidad de conocer más en profundidad la obra de esta artista tan emblemática y sus reflexiones sobre la relaciones y contradicciones entre imagen, poder y territorio. La XXVIII edición de PHotoEspaña nos inunda una vez más de fotos e imágenes, en esta ocasión bajo el título ‘Después de todo’. Sin duda, después de todo era ya necesaria una creciente presencia de mujeres fotógrafas. Como las dos creadoras que ahora nos ocupan. Aunque quizás lo primero que acuda a nuestro imaginario a la hora de recordar y valorar la obra fotográfica de Dora Maar sean sus reconocidos fotomontajes surrealistas, lo cierto es que desarrolló igualmente una muy notable trayectoria dentro de la fotografía de calle, capturando imágenes cargadas de una profunda dimensión política, social y humana.Noticias relacionadas estandar Si ‘El fotógrafo de lo invisible’: los pensamientos emulsionados de Duane Michals Francisco Carpio reportaje Si PhotoEspaña 2025, en diez disparos Natividad PulidoNacida en París en 1907 como Henriette Theodora Markovitch , de ascendencia croata-francesa, se formó como fotógrafa en la capital de Francia, iniciando su andadura en 1930 con diversos trabajos dentro del mundo de la moda y la publicidad. Con posterioridad entraría en contacto con conocidos artistas e intelectuales del círculo surrealista parisino, entre otros el propio Breton, terminando por formar parte de este fundamental movimiento de vanguardia. PHotoEspaña, junto a la Fundación Loewe, presenta en el Museo Lázaro Galdiano ‘Dora Maar. Fotografía y dibujos’, una muestra que incide en aspectos menos conocidos de su multidisciplinar obra, como es el caso de una serie de fotos de terma urbano y social, algunos retratos de figuras destacadas de la cultura, como Jean Cocteau, o, por supuesto, Pablo Picasso, de quien sería pareja durante unos años, así como un archivo de dibujos inéditos, otra vertiente poco expuesta de su actividad artística. Escenas de la vida cotidianaEl punto más interesante lo constituyen unas escenas fotográficas que Maar tomó en la Barcelona de 1933, en un momento social y político altamente convulso, y en las que registró fragmentos de la vida cotidiana en esa ciudad, siempre desde una mirada de empatía hacia los sectores sociales más marginales y menos favorecidos: mendigos, jornaleros, prostitutas, ancianos… Su militancia de izquierdas queda claramente reflejada en estas imágenes, plenas de conciencia social, y también de una sutil atmósfera poética, e incluso irónica, más allá del mero registro documental. Para su captación emplearía ángulos agudos, contrastes intensos de luz y sombra, y una singular ambivalencia entre lo visible y lo oculto, que más tarde iba a aplicar también a sus composiciones surrealistas. Como ya he señalado, ese componente de fotos de calle quizás no es todavía lo suficientemente conocido, por lo que esta muestra supone una excelente oportunidad. Dos miradas. De arriba abajo, fotograma de ‘By Pass’ (1997), de Lotty Rosenfeld; ‘Autorretrato’ de Dora Maar; y ‘Desierto de Atacama. Chie’ (1981), de la autora sudamericana ABCLa propuesta se complementa con un conjunto de dibujos en cuadernos y hojas de trabajo de la época, en su mayoría expuestos por vez primera, que incluyen una notable diversidad de temas y recursos, desde abstracciones cubistas e imágenes de raigambre mitológica, hasta naturalezas muertas y paisajes que nos descubren a una artista de amplias mecánicas expresivas, y que actúan como una suerte de transición hacia su pintura intuitiva y simbólica de postguerra. Por su parte, el Círculo de Bellas Artes, dentro del mismo festival, y coincidiendo con la iniciativa de Chile como país invitado, ha inaugurado ‘By Pass. La frontera del signo’, una exposición que recoge diversos trabajos de Lotty Rosenfeld (1943-2020), una destacada figura pionera del arte político en Sudamérica, así como una de las principales representantes del videoarte latinoamericano, con una importante presencia en distintos eventos como las bienales de Estambul (1997), Shangai (2004) o la Documenta en 2007. Carlota Eugenia ‘Lotty’ Rosenfeld estudió en la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, dedicándose inicialmente al grabado y las artes gráficas. A finales de los setenta su mirada experimentó un cambio hacia el activismo artístico, sobre todo dentro del espacio público. A partir de entonces su práctica ‘artivista’ se diversificó a través de intervenciones urbanas, acciones performáticas, videoarte, grabado y foto. Dentro de esta variedad, la serie de acciones más icónicas y conocidas que realizó gravitaron en torno a la transformación en cruces de las líneas en vías públicas –la cruz en el asfalto como forma cargada de simbolismo– con una voluntad de modificar esas señales urbanas de autoridad, vistas como códigos de poder, para subvertir su simbolismo de control. El objetivo fundamental era el de generar espacios de libertad y resistencia en un contexto –imposible olvidarlo– tan adverso y represivo como el de la dictadura de Pinochet.Dora Maar y Lotty Rosenfeld Dora Maar. ‘Fotografías y dibujos’. Museo Lázaro Galdiano. Madrid. C/ Serrano, 122. Comisaria: María Millán. Hasta el 14 de septiembre. Cuatro estrellas. Lotty Rosenfeld. ‘By Pass. La frontera del signo’. Círculo de Bellas Artes. Madrid. C/ Alcalá, 42. Hasta el 28 de septiembre. Cuatro estrellas.El proyecto se compone de diversas acciones urbanas muy conocidas, en especial ‘Una milla de cruces…’, distintos registros fotográficos y videográficos, y una serie de instalaciones y obras de videoarte, como la también icónica ‘Paz para Sebastián Acevedo’. Una buena oportunidad de conocer más en profundidad la obra de esta artista tan emblemática y sus reflexiones sobre la relaciones y contradicciones entre imagen, poder y territorio.
La XXVIII edición de PHotoEspaña nos inunda una vez más de fotos e imágenes, en esta ocasión bajo el título ‘Después de todo’. Sin duda, después de todo era ya necesaria una creciente presencia de mujeres fotógrafas. Como las dos creadoras que ahora nos … ocupan.
Aunque quizás lo primero que acuda a nuestro imaginario a la hora de recordar y valorar la obra fotográfica de Dora Maar sean sus reconocidos fotomontajes surrealistas, lo cierto es que desarrolló igualmente una muy notable trayectoria dentro de la fotografía de calle, capturando imágenes cargadas de una profunda dimensión política, social y humana.
Nacida en París en 1907 como Henriette Theodora Markovitch, de ascendencia croata-francesa, se formó como fotógrafa en la capital de Francia, iniciando su andadura en 1930 con diversos trabajos dentro del mundo de la moda y la publicidad. Con posterioridad entraría en contacto con conocidos artistas e intelectuales del círculo surrealista parisino, entre otros el propio Breton, terminando por formar parte de este fundamental movimiento de vanguardia.
PHotoEspaña, junto a la Fundación Loewe, presenta en el Museo Lázaro Galdiano ‘Dora Maar. Fotografía y dibujos’, una muestra que incide en aspectos menos conocidos de su multidisciplinar obra, como es el caso de una serie de fotos de terma urbano y social, algunos retratos de figuras destacadas de la cultura, como Jean Cocteau, o, por supuesto, Pablo Picasso, de quien sería pareja durante unos años, así como un archivo de dibujos inéditos, otra vertiente poco expuesta de su actividad artística.
Escenas de la vida cotidiana
El punto más interesante lo constituyen unas escenas fotográficas que Maar tomó en la Barcelona de 1933, en un momento social y político altamente convulso, y en las que registró fragmentos de la vida cotidiana en esa ciudad, siempre desde una mirada de empatía hacia los sectores sociales más marginales y menos favorecidos: mendigos, jornaleros, prostitutas, ancianos… Su militancia de izquierdas queda claramente reflejada en estas imágenes, plenas de conciencia social, y también de una sutil atmósfera poética, e incluso irónica, más allá del mero registro documental.
Para su captación emplearía ángulos agudos, contrastes intensos de luz y sombra, y una singular ambivalencia entre lo visible y lo oculto, que más tarde iba a aplicar también a sus composiciones surrealistas. Como ya he señalado, ese componente de fotos de calle quizás no es todavía lo suficientemente conocido, por lo que esta muestra supone una excelente oportunidad.



De arriba abajo, fotograma de ‘By Pass’ (1997), de Lotty Rosenfeld; ‘Autorretrato’ de Dora Maar; y ‘Desierto de Atacama. Chie’ (1981), de la autora sudamericana
ABC
La propuesta se complementa con un conjunto de dibujos en cuadernos y hojas de trabajo de la época, en su mayoría expuestos por vez primera, que incluyen una notable diversidad de temas y recursos, desde abstracciones cubistas e imágenes de raigambre mitológica, hasta naturalezas muertas y paisajes que nos descubren a una artista de amplias mecánicas expresivas, y que actúan como una suerte de transición hacia su pintura intuitiva y simbólica de postguerra.
Por su parte, el Círculo de Bellas Artes, dentro del mismo festival, y coincidiendo con la iniciativa de Chile como país invitado, ha inaugurado ‘By Pass. La frontera del signo’, una exposición que recoge diversos trabajos de Lotty Rosenfeld (1943-2020), una destacada figura pionera del arte político en Sudamérica, así como una de las principales representantes del videoarte latinoamericano, con una importante presencia en distintos eventos como las bienales de Estambul (1997), Shangai (2004) o la Documenta en 2007.
Carlota Eugenia ‘Lotty’ Rosenfeld estudió en la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, dedicándose inicialmente al grabado y las artes gráficas. A finales de los setenta su mirada experimentó un cambio hacia el activismo artístico, sobre todo dentro del espacio público. A partir de entonces su práctica ‘artivista’ se diversificó a través de intervenciones urbanas, acciones performáticas, videoarte, grabado y foto.
Dentro de esta variedad, la serie de acciones más icónicas y conocidas que realizó gravitaron en torno a la transformación en cruces de las líneas en vías públicas –la cruz en el asfalto como forma cargada de simbolismo– con una voluntad de modificar esas señales urbanas de autoridad, vistas como códigos de poder, para subvertir su simbolismo de control. El objetivo fundamental era el de generar espacios de libertad y resistencia en un contexto –imposible olvidarlo– tan adverso y represivo como el de la dictadura de Pinochet.
Dora Maar y Lotty Rosenfeld
Dora Maar. ‘Fotografías y dibujos’. Museo Lázaro Galdiano. Madrid. C/ Serrano, 122. Comisaria: María Millán. Hasta el 14 de septiembre. Cuatro estrellas.
Lotty Rosenfeld. ‘By Pass. La frontera del signo’. Círculo de Bellas Artes. Madrid. C/ Alcalá, 42. Hasta el 28 de septiembre. Cuatro estrellas.
El proyecto se compone de diversas acciones urbanas muy conocidas, en especial ‘Una milla de cruces…’, distintos registros fotográficos y videográficos, y una serie de instalaciones y obras de videoarte, como la también icónica ‘Paz para Sebastián Acevedo’. Una buena oportunidad de conocer más en profundidad la obra de esta artista tan emblemática y sus reflexiones sobre la relaciones y contradicciones entre imagen, poder y territorio.
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