La ciudad alemana de Weimar está celebrando el año temático ‘Fausto 2025’ , que conmemora el 250º aniversario de la llegada a esta ciudad del escritor, filósofo y poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe (Fráncfort, 1749 – Weimar, 1832). Es un año dedicado íntegramente a su obra maestra, ‘ Fausto ‘, con la celebración de exposiciones literarias, debates, instalaciones y eventos. Goethe ya había empezado esta obra universal por excelencia de la literatura alemana en Fráncfort antes de trasladarse al pequeño ducado de Sajonia-Weimar en 1775, y allí le ocuparía toda su vida, pues la terminó en el año de su muerte. Fueron más de sesenta años en los que intercaló su elaboración con la producción de otras muchas piezas. Por tanto, si nos atenemos al tiempo y cuidado con el que su autor se dedicó a esta obra dramática en verso, su lectura nunca debería ser apresurada. Pero tampoco se lo puso fácil al lector. ‘Fausto’ es una obra muy compleja ; no es uniforme, con una estructura tradicional y un hilo argumental, lo cual despista al lector con sus saltos espacio-temporales. Es recomendable dejarse llevar por la belleza estética de las escenas y no tanto por la búsqueda de sentido, sobre todo hasta no haberla terminado. Las ideas van surgiendo como faros en los matices de los profundos diálogos, desde los populares, en las escenas tabernarias o canciones, hasta los más sublimes como los diálogos con el tentador, Mefistófeles. La obra está basada en el personaje de la leyenda alemana medieva l, Fausto, y en el tradicional pacto bíblico entre Dios y el Diablo: Satanás es preguntado por Yahvé: ¿Has reparado en mi siervo Job?, y así mismo el Señor pregunta a Mefistófeles en el ‘Prólogo en el Cielo’ de la obra de Goethe: «¿ Conoces a Fausto ?» La diferencia radica en que, en el caso de Job, Satanás le despojará de todo para probar su fidelidad a Dios, y en el otro caso el Diablo otorgará a Fausto todos los placeres a cambio de su alma, arrebatándosela a Dios. Mefistófeles acabará pactando con Fausto, que no ha encontrado en el conocimiento la verdad ni la satisfacción existencial. «¿Por qué tiene que secarse tan pronto el arroyo y hemos de sufrir una vez más?», arguye Fausto en el Gabinete de estudio. Este tema está siempre muy presente en la obra; la incansable cadena de deseo humana, tras la que, cuando se consigue satisfacer, llega el tedio, como pensaba Schopenhauer, y la máquina de necesidad vuelve a ponerse en marcha para nunca sentir la plenitud. Fausto, un sabio en materias como la Filosofía, la Jurisprudencia, la Medicina, o Teología sufre una crisis existencial que le lleva a pensar en el suicido pues no consigue encontrar el sentido pleno de la vida, y por ello acepta el pacto.InterpretacionesExisten cuantiosas interpretaciones y referencias de esta obra monumental de la literatura, basadas en los análisis de los expertos, que ayudan a comprender mejor su riqueza tanto estilística como filosófica. ‘ Fausto ‘ es un drama en dos tomos, que no guardan continuidad ni unión nítida, pero que se vinculan por los personajes y el pacto entre Fausto y Mefistófeles , en el que subyace toda la filosofía de Goethe en el tiempo. En cada uno de sus episodios se tratan temas tan universales de la condición humana como el amor, la culpa, el deseo de conocimiento, la tentación o la redención, cuestiones universales que hacen que esta obra no haya perdido nunca su vigencia.Pero también observamos crítica social en episodios como la seducción de la inocente Margarita por Fausto, que abarca la primera parte de la tragedia, en la que ella acabará ahogando al hijo que tuvo con Fausto y siendo ajusticiada. Fausto trata de ayudarla a escapar, pero ella la rechaza porque sólo puede ser salvada siendo ajusticiada: «Juicio de Dios, a ti me he encomendado!», clama Margarita. Mefistófeles: «Está condenada». Voz (desde arriba): «Está salvada». Esta primera parte de la obra nos habla sobre la injusticia de la exclusión social a la que eran sometidas las mujeres que se quedaban embarazadas y abandonadas. Goethe, que estudió y ejerció como abogado principiante, había presenciado en 1772 la ejecución de la infanticida Susanna Margaretha Brandt en Frankfurt. Ella insistió en que había actuado bajo la coacción del diablo. Éste será Mefistófeles en el Fausto de Goethe, como relata Rüdiger Safranski en su espléndida y documentada biografía ‘Goethe: la vida como obra de arte’ (Tusquets). Helena de TroyaEn la segunda parte de la tragedia, salta en el tiempo a la Antigua Grecia. Se enamora de Helena de Troya, la belleza inmortal, el arte. También conseguirá el poder político en el Palacio imperial, pero nada de esto producirá su satisfacción plena, aquel momento tan excelente, tan lleno de sentido que se quiera su repetición eternamente. Cuando llegue ese momento pronunciará las palabras: « Detente, eres tan bello ». Será el momento de la entrega al diablo. Se producirá cuando, según Fausto, consiga vivir en una tierra libre, con un pueblo libre, acompañado de la máxima «sólo merece la vida y la libertad aquel que tiene que conquistarlas todos los días». Noticia Relacionada estandar Si Los colegios alemanes ya no leerán a Goethe, pero triunfa en Instagram Rosalía Sánchez El filósofo cumpliría hoy 275 años, el primer aniversario en el que no está ya presente en las aulas alemanas. Pero su obra se abre camino entre los ‘influencers’Considerado un genio por sus contemporáneos, por él mismo, y por la historia, Goethe cierra esta obra con la salvación de Fausto , lo que ha llevado a múltiples interpretaciones. Mefistófeles es seducido por los ángeles y en la distracción le es sustraída la noble alma de Fausto. Su parte inmortal es elevada por los ángeles y redimido. ¿Por qué? «Quien siempre desea, aspira y lucha, merece recibir la salvación». En el principio fue la Acción, y también el modo como debe vivirse la vida. La ciudad alemana de Weimar está celebrando el año temático ‘Fausto 2025’ , que conmemora el 250º aniversario de la llegada a esta ciudad del escritor, filósofo y poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe (Fráncfort, 1749 – Weimar, 1832). Es un año dedicado íntegramente a su obra maestra, ‘ Fausto ‘, con la celebración de exposiciones literarias, debates, instalaciones y eventos. Goethe ya había empezado esta obra universal por excelencia de la literatura alemana en Fráncfort antes de trasladarse al pequeño ducado de Sajonia-Weimar en 1775, y allí le ocuparía toda su vida, pues la terminó en el año de su muerte. Fueron más de sesenta años en los que intercaló su elaboración con la producción de otras muchas piezas. Por tanto, si nos atenemos al tiempo y cuidado con el que su autor se dedicó a esta obra dramática en verso, su lectura nunca debería ser apresurada. Pero tampoco se lo puso fácil al lector. ‘Fausto’ es una obra muy compleja ; no es uniforme, con una estructura tradicional y un hilo argumental, lo cual despista al lector con sus saltos espacio-temporales. Es recomendable dejarse llevar por la belleza estética de las escenas y no tanto por la búsqueda de sentido, sobre todo hasta no haberla terminado. Las ideas van surgiendo como faros en los matices de los profundos diálogos, desde los populares, en las escenas tabernarias o canciones, hasta los más sublimes como los diálogos con el tentador, Mefistófeles. La obra está basada en el personaje de la leyenda alemana medieva l, Fausto, y en el tradicional pacto bíblico entre Dios y el Diablo: Satanás es preguntado por Yahvé: ¿Has reparado en mi siervo Job?, y así mismo el Señor pregunta a Mefistófeles en el ‘Prólogo en el Cielo’ de la obra de Goethe: «¿ Conoces a Fausto ?» La diferencia radica en que, en el caso de Job, Satanás le despojará de todo para probar su fidelidad a Dios, y en el otro caso el Diablo otorgará a Fausto todos los placeres a cambio de su alma, arrebatándosela a Dios. Mefistófeles acabará pactando con Fausto, que no ha encontrado en el conocimiento la verdad ni la satisfacción existencial. «¿Por qué tiene que secarse tan pronto el arroyo y hemos de sufrir una vez más?», arguye Fausto en el Gabinete de estudio. Este tema está siempre muy presente en la obra; la incansable cadena de deseo humana, tras la que, cuando se consigue satisfacer, llega el tedio, como pensaba Schopenhauer, y la máquina de necesidad vuelve a ponerse en marcha para nunca sentir la plenitud. Fausto, un sabio en materias como la Filosofía, la Jurisprudencia, la Medicina, o Teología sufre una crisis existencial que le lleva a pensar en el suicido pues no consigue encontrar el sentido pleno de la vida, y por ello acepta el pacto.InterpretacionesExisten cuantiosas interpretaciones y referencias de esta obra monumental de la literatura, basadas en los análisis de los expertos, que ayudan a comprender mejor su riqueza tanto estilística como filosófica. ‘ Fausto ‘ es un drama en dos tomos, que no guardan continuidad ni unión nítida, pero que se vinculan por los personajes y el pacto entre Fausto y Mefistófeles , en el que subyace toda la filosofía de Goethe en el tiempo. En cada uno de sus episodios se tratan temas tan universales de la condición humana como el amor, la culpa, el deseo de conocimiento, la tentación o la redención, cuestiones universales que hacen que esta obra no haya perdido nunca su vigencia.Pero también observamos crítica social en episodios como la seducción de la inocente Margarita por Fausto, que abarca la primera parte de la tragedia, en la que ella acabará ahogando al hijo que tuvo con Fausto y siendo ajusticiada. Fausto trata de ayudarla a escapar, pero ella la rechaza porque sólo puede ser salvada siendo ajusticiada: «Juicio de Dios, a ti me he encomendado!», clama Margarita. Mefistófeles: «Está condenada». Voz (desde arriba): «Está salvada». Esta primera parte de la obra nos habla sobre la injusticia de la exclusión social a la que eran sometidas las mujeres que se quedaban embarazadas y abandonadas. Goethe, que estudió y ejerció como abogado principiante, había presenciado en 1772 la ejecución de la infanticida Susanna Margaretha Brandt en Frankfurt. Ella insistió en que había actuado bajo la coacción del diablo. Éste será Mefistófeles en el Fausto de Goethe, como relata Rüdiger Safranski en su espléndida y documentada biografía ‘Goethe: la vida como obra de arte’ (Tusquets). Helena de TroyaEn la segunda parte de la tragedia, salta en el tiempo a la Antigua Grecia. Se enamora de Helena de Troya, la belleza inmortal, el arte. También conseguirá el poder político en el Palacio imperial, pero nada de esto producirá su satisfacción plena, aquel momento tan excelente, tan lleno de sentido que se quiera su repetición eternamente. Cuando llegue ese momento pronunciará las palabras: « Detente, eres tan bello ». Será el momento de la entrega al diablo. Se producirá cuando, según Fausto, consiga vivir en una tierra libre, con un pueblo libre, acompañado de la máxima «sólo merece la vida y la libertad aquel que tiene que conquistarlas todos los días». Noticia Relacionada estandar Si Los colegios alemanes ya no leerán a Goethe, pero triunfa en Instagram Rosalía Sánchez El filósofo cumpliría hoy 275 años, el primer aniversario en el que no está ya presente en las aulas alemanas. Pero su obra se abre camino entre los ‘influencers’Considerado un genio por sus contemporáneos, por él mismo, y por la historia, Goethe cierra esta obra con la salvación de Fausto , lo que ha llevado a múltiples interpretaciones. Mefistófeles es seducido por los ángeles y en la distracción le es sustraída la noble alma de Fausto. Su parte inmortal es elevada por los ángeles y redimido. ¿Por qué? «Quien siempre desea, aspira y lucha, merece recibir la salvación». En el principio fue la Acción, y también el modo como debe vivirse la vida.
La ciudad alemana de Weimar está celebrando el año temático ‘Fausto 2025’, que conmemora el 250º aniversario de la llegada a esta ciudad del escritor, filósofo y poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe (Fráncfort, 1749 – Weimar, 1832). Es un año dedicado … íntegramente a su obra maestra, ‘Fausto‘, con la celebración de exposiciones literarias, debates, instalaciones y eventos.
Goethe ya había empezado esta obra universal por excelencia de la literatura alemana en Fráncfort antes de trasladarse al pequeño ducado de Sajonia-Weimar en 1775, y allí le ocuparía toda su vida, pues la terminó en el año de su muerte. Fueron más de sesenta años en los que intercaló su elaboración con la producción de otras muchas piezas. Por tanto, si nos atenemos al tiempo y cuidado con el que su autor se dedicó a esta obra dramática en verso, su lectura nunca debería ser apresurada. Pero tampoco se lo puso fácil al lector.
‘Fausto’ es una obra muy compleja; no es uniforme, con una estructura tradicional y un hilo argumental, lo cual despista al lector con sus saltos espacio-temporales. Es recomendable dejarse llevar por la belleza estética de las escenas y no tanto por la búsqueda de sentido, sobre todo hasta no haberla terminado. Las ideas van surgiendo como faros en los matices de los profundos diálogos, desde los populares, en las escenas tabernarias o canciones, hasta los más sublimes como los diálogos con el tentador, Mefistófeles.
La obra está basada en el personaje de la leyenda alemana medieval, Fausto, y en el tradicional pacto bíblico entre Dios y el Diablo: Satanás es preguntado por Yahvé: ¿Has reparado en mi siervo Job?, y así mismo el Señor pregunta a Mefistófeles en el ‘Prólogo en el Cielo’ de la obra de Goethe: «¿Conoces a Fausto?» La diferencia radica en que, en el caso de Job, Satanás le despojará de todo para probar su fidelidad a Dios, y en el otro caso el Diablo otorgará a Fausto todos los placeres a cambio de su alma, arrebatándosela a Dios. Mefistófeles acabará pactando con Fausto, que no ha encontrado en el conocimiento la verdad ni la satisfacción existencial. «¿Por qué tiene que secarse tan pronto el arroyo y hemos de sufrir una vez más?», arguye Fausto en el Gabinete de estudio. Este tema está siempre muy presente en la obra; la incansable cadena de deseo humana, tras la que, cuando se consigue satisfacer, llega el tedio, como pensaba Schopenhauer, y la máquina de necesidad vuelve a ponerse en marcha para nunca sentir la plenitud. Fausto, un sabio en materias como la Filosofía, la Jurisprudencia, la Medicina, o Teología sufre una crisis existencial que le lleva a pensar en el suicido pues no consigue encontrar el sentido pleno de la vida, y por ello acepta el pacto.
Interpretaciones
Existen cuantiosas interpretaciones y referencias de esta obra monumental de la literatura, basadas en los análisis de los expertos, que ayudan a comprender mejor su riqueza tanto estilística como filosófica.
‘Fausto‘ es un drama en dos tomos, que no guardan continuidad ni unión nítida, pero que se vinculan por los personajes y el pacto entre Fausto y Mefistófeles, en el que subyace toda la filosofía de Goethe en el tiempo. En cada uno de sus episodios se tratan temas tan universales de la condición humana como el amor, la culpa, el deseo de conocimiento, la tentación o la redención, cuestiones universales que hacen que esta obra no haya perdido nunca su vigencia.
Pero también observamos crítica social en episodios como la seducción de la inocente Margarita por Fausto, que abarca la primera parte de la tragedia, en la que ella acabará ahogando al hijo que tuvo con Fausto y siendo ajusticiada. Fausto trata de ayudarla a escapar, pero ella la rechaza porque sólo puede ser salvada siendo ajusticiada: «Juicio de Dios, a ti me he encomendado!», clama Margarita. Mefistófeles: «Está condenada». Voz (desde arriba): «Está salvada». Esta primera parte de la obra nos habla sobre la injusticia de la exclusión social a la que eran sometidas las mujeres que se quedaban embarazadas y abandonadas. Goethe, que estudió y ejerció como abogado principiante, había presenciado en 1772 la ejecución de la infanticida Susanna Margaretha Brandt en Frankfurt. Ella insistió en que había actuado bajo la coacción del diablo. Éste será Mefistófeles en el Fausto de Goethe, como relata Rüdiger Safranski en su espléndida y documentada biografía ‘Goethe: la vida como obra de arte’ (Tusquets).
Helena de Troya
En la segunda parte de la tragedia, salta en el tiempo a la Antigua Grecia. Se enamora de Helena de Troya, la belleza inmortal, el arte. También conseguirá el poder político en el Palacio imperial, pero nada de esto producirá su satisfacción plena, aquel momento tan excelente, tan lleno de sentido que se quiera su repetición eternamente. Cuando llegue ese momento pronunciará las palabras: «Detente, eres tan bello». Será el momento de la entrega al diablo. Se producirá cuando, según Fausto, consiga vivir en una tierra libre, con un pueblo libre, acompañado de la máxima «sólo merece la vida y la libertad aquel que tiene que conquistarlas todos los días».
Considerado un genio por sus contemporáneos, por él mismo, y por la historia, Goethe cierra esta obra con la salvación de Fausto, lo que ha llevado a múltiples interpretaciones. Mefistófeles es seducido por los ángeles y en la distracción le es sustraída la noble alma de Fausto. Su parte inmortal es elevada por los ángeles y redimido. ¿Por qué? «Quien siempre desea, aspira y lucha, merece recibir la salvación». En el principio fue la Acción, y también el modo como debe vivirse la vida.
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