Margaret Atwood empezó a escribir El cuento de la criada en 1984, vivía en la parte occidental de un Berlín aún dividido por el Muro y nada hacía presagiar que ese libro se convertiría en un éxito primero y un fenómeno de masas 33 años después debido a Trump, el Metoo y una serie de televisión. La serie, estrenada en el año 2017, llega a su final con la emisión este martes de su sexta y última temporada y lo hace con Trump de nuevo en la Casa Blanca y el Metoo vigente. “Cuando El cuento de la criada comenzó, en 2017, Donald Trump estrenaba su primer mandato como presidente de Estados Unidos y muchos vieron en esta oscura distopía un pertinente toque de atención de cómo podría terminar siendo la sociedad futura”, explicaba la periodista experta en series Natalia Marcos en su lista de recomendaciones de abril.
La nueva serie tendrá continuidad televisiva gracias a ‘Los testamentos’ de Margaret Atwood, una adaptación que trascurre quince años después de los hechos de la primera entrega
La nueva serie tendrá continuidad televisiva gracias a ‘Los testamentos’ de Margaret Atwood, una adaptación que trascurre quince años después de los hechos de la primera entrega

Margaret Atwood empezó a escribir El cuento de la criada en 1984, vivía en la parte occidental de un Berlín aún dividido por el Muro y nada hacía presagiar que ese libro se convertiría en un éxito primero y un fenómeno de masas 33 años después debido a Trump, el Metoo y una serie de televisión. La serie, estrenada en el año 2017, llega a su final con la emisión este martes de su sexta y última temporada y lo hace con Trump de nuevo en la Casa Blanca y el Metoo vigente. “Cuando El cuento de la criada comenzó, en 2017, Donald Trump estrenaba su primer mandato como presidente de Estados Unidos y muchos vieron en esta oscura distopía un pertinente toque de atención de cómo podría terminar siendo la sociedad futura”, explicaba la periodista experta en series Natalia Marcos en su lista de recomendaciones de abril.
En realidad Gilead tampoco acaba aquí porque la república ficticia imaginada por Atwood, una teocracia puritana amenazada por el terrorismo islámico y la contaminación, donde la fecundidad escasea y las mujeres son esclavizadas y usadas para procrear, tendrá continuidad televisiva con la adaptación de Los testamentos (2019). La escritora canadiense publicó esa secuela, que explora cómo se derrumban los regímenes opresivos, alentada por el éxito y las reediciones de la novela original publicada en 1985, que escaló poco a poco a las listas de más vendidos en medio mundo y fue traducida a 40 idiomas. Transcurre quince años después de los hechos que incumben a Defred, protagonista y narradora de la primera entrega, e intercala los puntos de vista de otras tres mujeres de la época.
El rodaje de la adaptación, con Bruce Miller al mando, está previsto que comience también este mes de abril y los seguidores de Atwood confían en que recupere su espíritu después de los bandazos que han dado las seis temporadas de El cuento de la criada. Y es que toda la novela se aprovechó para la primera temporada, que arrasó en los Emmy en 2017 y fue alabada por la crítica y el público en unos tiempos en los que el debate sobre el aborto y la gestación subrogada volvían a estar sobre la mesa. La historia y sus personajes se convirtieron en un símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres en Estados Unidos —con la protagonista y productora Elizabeth Moss al frente— pero también en otros países como Argentina, con el movimiento por la legalización del aborto, aprobado en 2020. Contó con una segunda temporada muy criticada por el exceso de brutalidades y tres tandas más alejadas de la novela.
En el prólogo de la edición de 2017 de El cuento de la criada, Atwood cuenta que, durante su estancia en Berlín, todos los domingos escuchaba el sonido de los aviones de la Alemania Oriental, que rompían la barrera del sonido, y que en sus visitas al otro lado del telón de acero experimentó la sensación de ser objeto de espionaje. Todas esas experiencias, asegura, influyeron en la escritura del libro. Nacida en Ottawa en 1939, Atwood forjó su conciencia en la Segunda Guerra Mundial, por lo que siempre ha tenido presente que el orden establecido puede desvanecerse de la noche a la mañana. Según la escritora, todo lo que incluye en el libro ha sucedido en realidad en algún momento de la historia y en algún lugar del mapa. “Cuando escribí El cuento de la criada creía que era ficción. Qué ingenua. Las dictaduras teocráticas no pertenecen solo al pasado remoto, hoy existen varias en el planeta. ¿Qué nos garantiza que EE UU no sea una más?”, escribió en un artículo publicado en EL PAÍS.
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