No se disfrazó de Superman . Eso llegaría después. Aquel 3 de mayo de 1989, José María Ruiz Mateos se presentó en los pasillos del Juzgado número 7 de Madrid con un traje, como Víctor de Aldama ayer. Y como el presunto comisionista de la trama Koldo, esperó entre los periodistas y fotógrafos a que el exministro socialista Miguel Boyer terminara de hablar. En su caso, ante el juez, no en una comparecencia sin preguntas en un hotel madrileño como Leire Díez , la supuesta ‘fontanera’ del PSOE. El empresario gaditano no se ocultó hace 36 años. Al contrario. Desplegó con un grupo de personas una pancarta en la que se leía «Boyer, devuélvenos todo lo que nos has robado» y advirtió a quien quisiera oírle de la venganza que tramaba por la expropiación de Rumasa. «Si se atreve a salir, lo más probable es que le dé un puñetazo» , anunció. Y así fue. Cuando el exministro abandonó la sala en la que había declarado, Ruiz Mateos se acercó enfurecido al entonces presidente de Cartera Central. «¡Hasta que no estés en la cárcel no pararé. Eres un cretino, un farsante, un impostor y un culpable de lo que han hecho!», le increpó. Visiblemente nervioso y con la voz entrecortada, Boyer se dirigió a los periodistas: «Ya ven ustedes si no es cinismo el que este individuo me acuse de injurias». Y a Ruiz Mateos y sus acompañantes les dijo que eso era un circo y ellos, unos payasos. «¡No digas mentiras, no digas mentiras!», replicó entonces el empresario, que empujaba a los periodistas y guardaespaldas para acercarse a Boyer . Cuando logró aproximarse lo suficiente, Ruiz Mateos no se limitó a acusar de mentiroso y sinvergüenza al exministro y a proferir amenazas, como Aldama cuando se acercó a Díez al término de su declaración, llamándola «sinvergüenza» y advirtiendo de que «no sabe lo que ha hecho con venir aquí. Se va a enterar ésta, Santos Cerdán y el presidente del Gobierno ». Cuando lo tuvo a tiro, quien fuera el hombre más rico de España hasta que el gobierno de Felipe González expropió su conglomerado de 400 empresas no dudó en cumplir con lo anunciado. Por encima de los hombros de varias personas, y «hablando entre dientes», según el pormenorizado relato de ABC , lanzó un puñetazo al exministro que no le dio de lleno , pero le tiró las gafas al suelo. Escenas de la irrupción de Aldama en la comparecencia de Leire Díez Jaime GarcíaRodeado por sus guardaespaldas, Boyer logró alejarse, mientras Ruiz Mateos le retaba a « pelear como machos » y seguía gritando desde cierta distancia. Aún se encararon una vez más antes de que el fundador de Rumasa tratara de agredir de nuevo al exministro y dijera aquel primer «¡que te pego, leche!» , que se convirtió en su ‘grito de guerra’. Aldama no llegó ayer a las manos y si en algún momento pretendió algo más con su inesperada irrupción , se desconoce. El empresario Javier Pérez Dolset, también imputado en la trama de hidrocarburos, se interpuso entre ambos, dando un empujón a Aldama y enzarzándose con él. Ruiz Mateos, disfrazado de Superman y evocando el gesto del ‘que te pego, leche« ABCLa accidentada comparecencia de Leire Díez se ha tildado de « esperpento », como hace tres décadas ocurrió con los incidentes en el Juzgado madrileño o como con la pelea entre Jesús Gil y José María Caneda en 1996 , que terminó con insultos y puñetazos ante la sede de la Liga de Fútbol Profesional. El peor parado fue José González Fidalgo , entonces gerente del Compostela, que respondió a los insultos del presidente del Atlético de Madrid al dirigente del Compostela y se llevó un puñetazo. Lejos de calmarse, la bronca continuó en las escaleras de la LFP , con Fidalgo tratando de sujetar a Caneda con sus «quieto, presi, quieto» y Gil intentaba despachar al gerente con un «¡tú fuera, que a ti ni te conozco!». La disputa terminó con recordadas frases de los gallegos («¡Calamidad, eres un maldito cobarde!» «¡Montón de mierda!») y entre amenazas de Gil ( «¿Quieres que te pegue otra igual? »). Por algo fue un español quien acuñó el término de esperpento. No se disfrazó de Superman . Eso llegaría después. Aquel 3 de mayo de 1989, José María Ruiz Mateos se presentó en los pasillos del Juzgado número 7 de Madrid con un traje, como Víctor de Aldama ayer. Y como el presunto comisionista de la trama Koldo, esperó entre los periodistas y fotógrafos a que el exministro socialista Miguel Boyer terminara de hablar. En su caso, ante el juez, no en una comparecencia sin preguntas en un hotel madrileño como Leire Díez , la supuesta ‘fontanera’ del PSOE. El empresario gaditano no se ocultó hace 36 años. Al contrario. Desplegó con un grupo de personas una pancarta en la que se leía «Boyer, devuélvenos todo lo que nos has robado» y advirtió a quien quisiera oírle de la venganza que tramaba por la expropiación de Rumasa. «Si se atreve a salir, lo más probable es que le dé un puñetazo» , anunció. Y así fue. Cuando el exministro abandonó la sala en la que había declarado, Ruiz Mateos se acercó enfurecido al entonces presidente de Cartera Central. «¡Hasta que no estés en la cárcel no pararé. Eres un cretino, un farsante, un impostor y un culpable de lo que han hecho!», le increpó. Visiblemente nervioso y con la voz entrecortada, Boyer se dirigió a los periodistas: «Ya ven ustedes si no es cinismo el que este individuo me acuse de injurias». Y a Ruiz Mateos y sus acompañantes les dijo que eso era un circo y ellos, unos payasos. «¡No digas mentiras, no digas mentiras!», replicó entonces el empresario, que empujaba a los periodistas y guardaespaldas para acercarse a Boyer . Cuando logró aproximarse lo suficiente, Ruiz Mateos no se limitó a acusar de mentiroso y sinvergüenza al exministro y a proferir amenazas, como Aldama cuando se acercó a Díez al término de su declaración, llamándola «sinvergüenza» y advirtiendo de que «no sabe lo que ha hecho con venir aquí. Se va a enterar ésta, Santos Cerdán y el presidente del Gobierno ». Cuando lo tuvo a tiro, quien fuera el hombre más rico de España hasta que el gobierno de Felipe González expropió su conglomerado de 400 empresas no dudó en cumplir con lo anunciado. Por encima de los hombros de varias personas, y «hablando entre dientes», según el pormenorizado relato de ABC , lanzó un puñetazo al exministro que no le dio de lleno , pero le tiró las gafas al suelo. Escenas de la irrupción de Aldama en la comparecencia de Leire Díez Jaime GarcíaRodeado por sus guardaespaldas, Boyer logró alejarse, mientras Ruiz Mateos le retaba a « pelear como machos » y seguía gritando desde cierta distancia. Aún se encararon una vez más antes de que el fundador de Rumasa tratara de agredir de nuevo al exministro y dijera aquel primer «¡que te pego, leche!» , que se convirtió en su ‘grito de guerra’. Aldama no llegó ayer a las manos y si en algún momento pretendió algo más con su inesperada irrupción , se desconoce. El empresario Javier Pérez Dolset, también imputado en la trama de hidrocarburos, se interpuso entre ambos, dando un empujón a Aldama y enzarzándose con él. Ruiz Mateos, disfrazado de Superman y evocando el gesto del ‘que te pego, leche« ABCLa accidentada comparecencia de Leire Díez se ha tildado de « esperpento », como hace tres décadas ocurrió con los incidentes en el Juzgado madrileño o como con la pelea entre Jesús Gil y José María Caneda en 1996 , que terminó con insultos y puñetazos ante la sede de la Liga de Fútbol Profesional. El peor parado fue José González Fidalgo , entonces gerente del Compostela, que respondió a los insultos del presidente del Atlético de Madrid al dirigente del Compostela y se llevó un puñetazo. Lejos de calmarse, la bronca continuó en las escaleras de la LFP , con Fidalgo tratando de sujetar a Caneda con sus «quieto, presi, quieto» y Gil intentaba despachar al gerente con un «¡tú fuera, que a ti ni te conozco!». La disputa terminó con recordadas frases de los gallegos («¡Calamidad, eres un maldito cobarde!» «¡Montón de mierda!») y entre amenazas de Gil ( «¿Quieres que te pegue otra igual? »). Por algo fue un español quien acuñó el término de esperpento.
No se disfrazó de Superman. Eso llegaría después. Aquel 3 de mayo de 1989, José María Ruiz Mateos se presentó en los pasillos del Juzgado número 7 de Madrid con un traje, como Víctor de Aldama ayer. Y como el presunto comisionista de la trama Koldo, esperó entre los periodistas y fotógrafos a que el exministro socialista Miguel Boyer terminara de hablar. En su caso, ante el juez, no en una comparecencia sin preguntas en un hotel madrileño como Leire Díez, la supuesta ‘fontanera’ del PSOE. El empresario gaditano no se ocultó hace 36 años. Al contrario. Desplegó con un grupo de personas una pancarta en la que se leía «Boyer, devuélvenos todo lo que nos has robado» y advirtió a quien quisiera oírle de la venganza que tramaba por la expropiación de Rumasa. «Si se atreve a salir, lo más probable es que le dé un puñetazo», anunció.
Y así fue. Cuando el exministro abandonó la sala en la que había declarado, Ruiz Mateos se acercó enfurecido al entonces presidente de Cartera Central. «¡Hasta que no estés en la cárcel no pararé. Eres un cretino, un farsante, un impostor y un culpable de lo que han hecho!», le increpó. Visiblemente nervioso y con la voz entrecortada, Boyer se dirigió a los periodistas: «Ya ven ustedes si no es cinismo el que este individuo me acuse de injurias». Y a Ruiz Mateos y sus acompañantes les dijo que eso era un circo y ellos, unos payasos. «¡No digas mentiras, no digas mentiras!», replicó entonces el empresario, que empujaba a los periodistas y guardaespaldas para acercarse a Boyer.
Cuando logró aproximarse lo suficiente, Ruiz Mateos no se limitó a acusar de mentiroso y sinvergüenza al exministro y a proferir amenazas, como Aldama cuando se acercó a Díez al término de su declaración, llamándola «sinvergüenza» y advirtiendo de que «no sabe lo que ha hecho con venir aquí. Se va a enterar ésta, Santos Cerdán y el presidente del Gobierno». Cuando lo tuvo a tiro, quien fuera el hombre más rico de España hasta que el gobierno de Felipe González expropió su conglomerado de 400 empresas no dudó en cumplir con lo anunciado. Por encima de los hombros de varias personas, y «hablando entre dientes», según el pormenorizado relato de ABC, lanzó un puñetazo al exministro que no le dio de lleno, pero le tiró las gafas al suelo.



Jaime García
Rodeado por sus guardaespaldas, Boyer logró alejarse, mientras Ruiz Mateos le retaba a «pelear como machos» y seguía gritando desde cierta distancia. Aún se encararon una vez más antes de que el fundador de Rumasa tratara de agredir de nuevo al exministro y dijera aquel primer «¡que te pego, leche!», que se convirtió en su ‘grito de guerra’.
Aldama no llegó ayer a las manos y si en algún momento pretendió algo más con su inesperada irrupción, se desconoce. El empresario Javier Pérez Dolset, también imputado en la trama de hidrocarburos, se interpuso entre ambos, dando un empujón a Aldama y enzarzándose con él.
ABC
La accidentada comparecencia de Leire Díez se ha tildado de «esperpento», como hace tres décadas ocurrió con los incidentes en el Juzgado madrileño o como con la pelea entre Jesús Gil y José María Caneda en 1996, que terminó con insultos y puñetazos ante la sede de la Liga de Fútbol Profesional. El peor parado fue José González Fidalgo, entonces gerente del Compostela, que respondió a los insultos del presidente del Atlético de Madrid al dirigente del Compostela y se llevó un puñetazo. Lejos de calmarse, la bronca continuó en las escaleras de la LFP, con Fidalgo tratando de sujetar a Caneda con sus «quieto, presi, quieto» y Gil intentaba despachar al gerente con un «¡tú fuera, que a ti ni te conozco!». La disputa terminó con recordadas frases de los gallegos («¡Calamidad, eres un maldito cobarde!» «¡Montón de mierda!») y entre amenazas de Gil («¿Quieres que te pegue otra igual?»). Por algo fue un español quien acuñó el término de esperpento.
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