Lo de colgar los hábitos es asunto que sonará a raro, antiguo, a las actuales generaciones de lectores. También que se expulse a tres novicios de la vida monástica por haber sido sorprendidos jugando al futbol desnudos en una playa. Esos dos anacronismos son punto de partida de la trama ideada por Álvaro Pombo en esta novela, aparecida poco antes de recibir el Premio Cervantes. Pero anacrónico es tener tan presente a Jean-Paul Sartre , no tanto el de ‘La náusea’, como el de ‘El ser y la nada’. Para la generación de Pombo el existencialismo sartreano era casi biblia y su autor un sacerdote laico que oficiaba de modo más claro (aunque lo de claro es un modo de hablar) todo lo que Heidegger había abierto. NOVELA ‘El exclaustrado’ Autor Álvaro Pombo Editorial Anagrama Año 2024 Páginas 232 Precio 17,90 euros 4Porque esta también otro anacronismo, como es Dios, mejor, la conversación sobre Dios, el libre albedrio, la capacidad de elegir o no entre el bien o el mal. Si somos o no criaturas de un teatro del mundo, que oficiamos papeles repartidos por ese demiurgo que es luz pero que ciega a los hombres, y permanece escondido, turbado por una Iglesia de la que abomina el protagonista, Juan Cabrera, el exclaustrado al que Pombo ha prestado muchos de sus atributos (vida solitaria encerrada entre libros, piso en Argüelles, algún paisaje del Oeste madrileño). Pero lo que Pombo presta a Cabrera es principalmente los temas de su conversación, donde la religión y el vivir la congoja de saberse anacrónico en un mundo que ya no entiende pero que se esfuerza en representar, quizá porque sepa que lo fundamental no ha cambiado tanto entre él y los tres jóvenes que comparten reparto de este drama, casi tragedia . Alguna vez escribí que a Pombo le vendría muy bien el teatro, es más, esta novela se desarrolla en escenarios reducidos en la que todo transcurre en conversaciones de los cuatro. Podría parecer que su género mejor sería la escena dramática. Es esta novela una guerra de dos colosos de la mente, Cabrera de setenta y dos años, Rubial ya cincuentón, que manipulan a los dos jóvenesDe hecho, junto a Sartre el otro (más) grande citado es Shakespeare . No trató de igual modo el Bardo el rencor, esa pasión anidada años que guarda hacia el denunciante Cabrera, Antón, Rubial, aquel novicio expulsado por impúdico, ahora intelectual universitario, profesor de Filosofía del Derecho.Es esta novela una guerra de dos colosos de la mente, Cabrera de setenta y dos años, Rubial ya cincuentón, que manipulan a los dos jóvenes, uno con nombre Jaime, el guapo sobrino, y la otra Petri, la joven ingenua a pesar de una ida sexual desinhibida, víctima inocente de unas diatribas de dominio masculino en varias generaciones que no alcanza a entender en toda la obra. No en vano tras haber servido copas en un antro llamado El Machupichu trabaja ordenando ropa en una boutique . Y se deslumbra con la labia de los dos mayores, Antón Rubial con quien llega a casarse y Juan Cabrera que la acoge en su huida. Las relaciones son raras, y raras son las disyuntivas morales de la lucha establecida que Pombo recorre con un pormenor argumentativo insólito en la novela española. Seductor y seducidoAhora alcanzo a saber por qué no pudo ser teatro, porque todo es interioridad vista desde un narrador demiurgo. Elucubraciones sobre lo que es y lo que cada uno supone, la diferencia entre ser en si y ser para otro, lo que es temor, odio, rencor, esperanza, denuedo, duda. Van las páginas de Pombo distribuyendo debates escolásticos (hasta Bernardo de Claraval aparece) sobre la materia del alma humana, de si hay o no libertad en ella, sobre la capacidad que cada uno no tiene de desasirse del papel en que el gran demiurgo (Pombo también lo es) lo ha situado, para que las contradicciones terminen siendo el nudo central del espíritu de sus criaturas, ahogadas en él. Cabrera es a la vez seductor y seducido, como Petri o Jaime. Solo Rubial, un Yago, queda fuera porque encarna lo demoniaco del rencor. He dicho mundo interior, porque apenas hay otra cosa. Tanto que el lector toma como un alivio una escena en la Casa de Campo, al aire libre, fuera de esa diatriba a veces angustiosa en la que la novela lo atrapa. Es Pombo en estado puro. Lo de colgar los hábitos es asunto que sonará a raro, antiguo, a las actuales generaciones de lectores. También que se expulse a tres novicios de la vida monástica por haber sido sorprendidos jugando al futbol desnudos en una playa. Esos dos anacronismos son punto de partida de la trama ideada por Álvaro Pombo en esta novela, aparecida poco antes de recibir el Premio Cervantes. Pero anacrónico es tener tan presente a Jean-Paul Sartre , no tanto el de ‘La náusea’, como el de ‘El ser y la nada’. Para la generación de Pombo el existencialismo sartreano era casi biblia y su autor un sacerdote laico que oficiaba de modo más claro (aunque lo de claro es un modo de hablar) todo lo que Heidegger había abierto. NOVELA ‘El exclaustrado’ Autor Álvaro Pombo Editorial Anagrama Año 2024 Páginas 232 Precio 17,90 euros 4Porque esta también otro anacronismo, como es Dios, mejor, la conversación sobre Dios, el libre albedrio, la capacidad de elegir o no entre el bien o el mal. Si somos o no criaturas de un teatro del mundo, que oficiamos papeles repartidos por ese demiurgo que es luz pero que ciega a los hombres, y permanece escondido, turbado por una Iglesia de la que abomina el protagonista, Juan Cabrera, el exclaustrado al que Pombo ha prestado muchos de sus atributos (vida solitaria encerrada entre libros, piso en Argüelles, algún paisaje del Oeste madrileño). Pero lo que Pombo presta a Cabrera es principalmente los temas de su conversación, donde la religión y el vivir la congoja de saberse anacrónico en un mundo que ya no entiende pero que se esfuerza en representar, quizá porque sepa que lo fundamental no ha cambiado tanto entre él y los tres jóvenes que comparten reparto de este drama, casi tragedia . Alguna vez escribí que a Pombo le vendría muy bien el teatro, es más, esta novela se desarrolla en escenarios reducidos en la que todo transcurre en conversaciones de los cuatro. Podría parecer que su género mejor sería la escena dramática. Es esta novela una guerra de dos colosos de la mente, Cabrera de setenta y dos años, Rubial ya cincuentón, que manipulan a los dos jóvenesDe hecho, junto a Sartre el otro (más) grande citado es Shakespeare . No trató de igual modo el Bardo el rencor, esa pasión anidada años que guarda hacia el denunciante Cabrera, Antón, Rubial, aquel novicio expulsado por impúdico, ahora intelectual universitario, profesor de Filosofía del Derecho.Es esta novela una guerra de dos colosos de la mente, Cabrera de setenta y dos años, Rubial ya cincuentón, que manipulan a los dos jóvenes, uno con nombre Jaime, el guapo sobrino, y la otra Petri, la joven ingenua a pesar de una ida sexual desinhibida, víctima inocente de unas diatribas de dominio masculino en varias generaciones que no alcanza a entender en toda la obra. No en vano tras haber servido copas en un antro llamado El Machupichu trabaja ordenando ropa en una boutique . Y se deslumbra con la labia de los dos mayores, Antón Rubial con quien llega a casarse y Juan Cabrera que la acoge en su huida. Las relaciones son raras, y raras son las disyuntivas morales de la lucha establecida que Pombo recorre con un pormenor argumentativo insólito en la novela española. Seductor y seducidoAhora alcanzo a saber por qué no pudo ser teatro, porque todo es interioridad vista desde un narrador demiurgo. Elucubraciones sobre lo que es y lo que cada uno supone, la diferencia entre ser en si y ser para otro, lo que es temor, odio, rencor, esperanza, denuedo, duda. Van las páginas de Pombo distribuyendo debates escolásticos (hasta Bernardo de Claraval aparece) sobre la materia del alma humana, de si hay o no libertad en ella, sobre la capacidad que cada uno no tiene de desasirse del papel en que el gran demiurgo (Pombo también lo es) lo ha situado, para que las contradicciones terminen siendo el nudo central del espíritu de sus criaturas, ahogadas en él. Cabrera es a la vez seductor y seducido, como Petri o Jaime. Solo Rubial, un Yago, queda fuera porque encarna lo demoniaco del rencor. He dicho mundo interior, porque apenas hay otra cosa. Tanto que el lector toma como un alivio una escena en la Casa de Campo, al aire libre, fuera de esa diatriba a veces angustiosa en la que la novela lo atrapa. Es Pombo en estado puro.
CRÍTICA DE:
Narrativa
El Premio Cervantes 2024 nos propone elucubraciones sobre lo que es y lo que cada uno supone, la diferencia entre ser en sí y ser para otro, lo que es temor, odio, rencor, esperanza, denuedo, duda
Lo de colgar los hábitos es asunto que sonará a raro, antiguo, a las actuales generaciones de lectores. También que se expulse a tres novicios de la vida monástica por haber sido sorprendidos jugando al futbol desnudos en una playa. Esos dos anacronismos son …
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