El Gran Teatro del Liceu de Barcelona tuvo que cancelar y retirar hace cinco años de cartel el estreno mundial de la ópera Lohengrin, con la firma de la escenógrafa Katharina Wagner, bisnieta del compositor Richard Wagner, por la súbita aparición de la covid que dejó congelado el mundo. El teatro concibió la programación de esta ópera como un momento estelar de la temporada y lo ha acabado haciendo con cierto sinsabor. La dirección ha tenido que modificar el reparto del primer día de función por el conflicto entre la escenógrafa y la soprano sueca Iréne Theorin, que el primer día será suplida por la finlandesa Miina-Liisa Värelä, en el papel de Ortrud. Lohengrin estará en cartel seis días, desde este lunes y hasta el día 30.
Con más del 90% del papel vendido, la presencia de Wagner despertó este jueves expectación, pero no compareció en la presentación ni en el escenario para hacerse la foto con diversos miembros del equipo como el tenor Klaus Florian Vogt (Lohengrin), Elisabeth Teige (Elsa), Miina-Liisa Värelä y el director de la Gran Orquesta del Liceu, Josep Pons. Theorin, muy estimada por el público del teatro, tampoco acudió. “Katharina Wagner no se sentía cómoda para estar en esta rueda de prensa”, afirmó el director general del Liceu, Víctor García de Gomar, quien achacó al final la ausencia de la escenógrafa a una “discrepancia externa” a la institución. El Liceo, dijo, ha heredado una discusión entre la soprano y la bisnieta de Wagner que se remonta a tiempo atrás y ha mediado para no tener que “renunciar” ni “a una producción ni a una reina del teatro”.
El día del estreno actuará Miina Liisa-Värelä en el papel de Ortrud en lugar de la sueca
La situación es un tanto anómala porque el día del estreno, el día grande, actuará Värelä y no Theorin, a quien habían contratado antes del conflicto. “Esto es como tener una mesa preparada y como somos anfitriones, queremos que todo el mundo se sienta cómodo de modo que Värela actuará el primer día y Theorin los otros”, dijo el director general recalcando que el lunes estrenan y que confían en que los problemas se resuelvan en favor de la producción. Ante esa tesitura, el Liceu intenta sobrellevar el conflicto sin olvidar que Barcelona es una ciudad wagneriana por mucho que “coquetee” con compositores italianos y que Lohengrin, la primera ópera que estrenó de ese compositor, es uno de sus títulos más queridos.
No será precisamente un Lohengrin clásico. Directora del Festival de Bayreuth, creado por su bisabuelo y admiradora de Calixto Bieito, Katharina Wagner ofrece otra vez una visión rompedora de esta ópera. Si en 2004 lo concibió como un manipulador líder del partido del cisne, en esta segunda versión, el también hijo de Parsifal, uno de los personajes más blancos de Wagner, es el malo de la película. “Para mí supone descubrir nuevos matices. Adquiere un especial significado con su secreto. Cada vez es una aventura interpretar este papel”, convino el tenor.
El escenario del Liceu estará presidido por un cisne negro gigante robotizado, que mueve las alas, sobre un suelo de pizarra frente a un pequeño lago. Es ahí donde Lohengrin, en el preludio de la ópera, comete el asesinato de Gottfried en un giro a su papel de bueno y protector de Elsa. “Reinterpreta los personajes en una nueva dramaturgia en la que los buenos son los malos y los malos los buenos”, describió García de Gomar. “Es que no hay personajes buenos al 100%. Wagner tiene una cosa fantástica que es que deja grietas”, agregó el director, que afirmó que la música del compositor no es uniforme y supone “un largo viaje”. “No se pueden aplicar los mismos criterios interpretativos a Lohengrin que a Parsifal”, dijo en alusión a que es una de sus obras primeras. “Pero ahí está el leifmotiv, su gran capacidad para hacer dúos deslumbrantes y los elementos mágicos. Wagner siempre es un Himalaya. Todo son 8.000″.
La escenógra, bisnieta del composito, no comparece en la presentación del teatro que admite que ha heredado una discusion entre ella y la soprano Iréne Theorin
La escenógrafa, bisnieta del compositor, no comparece en la presentación y el teatro admite que ha heredado una discusión entre ella y la soprano Iréne Theorin
El Gran Teatro del Liceu de Barcelona tuvo que cancelar y retirar hace cinco años de cartel el estreno mundial de la ópera Lohengrin, con la firma de la escenógrafa Katharina Wagner, bisnieta del compositor Richard Wagner, por la súbita aparición de la covid que dejó congelado el mundo. El teatro concibió la programación de esta ópera como un momento estelar de la temporada y lo ha acabado haciendo con cierto sinsabor. La dirección ha tenido que modificar el reparto del primer día de función por el conflicto entre la escenógrafa y la soprano sueca Iréne Theorin, que el primer día será suplida por la finlandesa Miina Liisa-Värelä, en el papel de Ortrud. Lohengrin estará en cartel seis días, desde este lunes y hasta el día 30.
Con más del 90% del papel vendido, la presencia de Wagner despertó este jueves expectación, pero no compareció en la presentación ni en el escenario para hacerse la foto con diversos miembros del equipo como el tenor Klaus Florian Vogt (Lohengrin), Elisabeth Teige (Elsa), Mila Lisa-Varela y el director de la Gran Orquesta del Liceu, Josep Pons. Theorin, muy estimada por el público del teatro, tampoco acudió. “Katharina Wagner no se sentía cómoda para estar en esta rueda de prensa”, afirmó el director general del Liceu, Víctor García de Gomar, quien achacó al final la ausencia de la escenógrafa a una “discrepancia externa” a la institución. El Liceo, dijo, ha heredado una discusión entre la soprano y la bisnieta de Wagner que se remonta a tiempo atrás y ha mediado para no tener que “renunciar” ni “a una producción ni a una reina del teatro”.
El día del estreno actuará Miina Liisa-Värelä en el papel de Ortrud en lugar de la sueca
La situación es un tanto anómala porque el día del estreno, el día grande, actuará Värelä y no Theorin, a quien habían contratado antes del conflicto. “Esto es como tener una mesa preparada y como somos anfitriones, queremos que todo el mundo se sienta cómodo de modo que Värela actuará el primer día y Theorin los otros”, dijo el director general recalcando que el lunes estrenan y que confían en que los problemas se resuelvan en favor de la producción. Ante esa tesitura, el Liceu intenta sobrellevar el conflicto sin olvidar que Barcelona es una ciudad wagneriana por mucho que “coquetee” con compositores italianos y que Lohengrin, la primera ópera que estrenó de ese compositor, es uno de sus títulos más queridos.
No será precisamente un Lohengrin clásico. Directora del Festival de Bayreuth, creado por su bisabuelo y admiradora de Calixto Bieito, Katharina Wagner ofrece otra vez una visión rompedora de esta ópera. Si en 2004 lo concibió como un manipulador líder del partido del cisne, en esta segunda versión, el también hijo de Parsifal, uno de los personajes más blancos de Wagner, es el malo de la película. “Para mi supone descubrir nuevos matices. Adquiere un especial significado con su secreto. Cada vez es una aventura interpretar este papel”, convino el tenor.
El escenario del Liceu estará presidido por un cisne negro gigante robotizado, que mueve las alas, sobre un suelo de pizarra frente a un pequeño lago. Es ahí donde Lohengrin, en el preludio de la ópera, comete el asesinato de Gottfried en un giro a su papel de bueno y protector de Elsa. “Reinterpreta los personajes en una nueva dramaturgia en la que los buenos son los malos y los malos los buenos”, describió García de Gomar. “Es que no hay personajes buenos al 100%. Wagner tiene una cosa fantástica que es que deja grietas”, agregó el director que afirmó que la música del compositor no es uniforme y supone “un largo viaje”. “No se pueden aplicar los mismos criterios interpretativos a Lohengrin que a Parsifal”, dijo en alusión a que es una de sus obras primeras. “Pero ahí está el leif-motiv, su gran capacidad para hacer dúos deslumbrantes y los elementos mágicos. Wagner siempre es un Himalaya. Todo son 8.000″.
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