Cinco décadas después de su robo en circunstancias dignas de una novela de espías, uno de los cuadros perdidos de Pieter Brueghel el Joven ha sido localizado en los Países Bajos. Se trata de ‘Mujer llevando brasas’ , también conocida como ‘Mujer moviendo una hoguera’, una obra pintada alrededor de 1626 por el célebre maestro flamenco-holandés. La pieza había sido sustraída del Museo Nacional de Gdansk, en Polonia, en plena era comunista, hacia 1974 , y desde entonces su paradero había sido un misterio alimentado por rumores que involucraban incluso al servicio secreto polaco .Durante años, se creyó que el pequeño cuadro circular, de apenas 17 centímetros de diámetro, se había perdido para siempre. Sin embargo, y gracias a una cadena de casualidades y a la intervención de expertos en delitos artísticos, el robo comienza a resolverse medio siglo después.Noticia Relacionada estandar No Descubren que el cuadro colgado detrás de la puerta de su casa es obra de Brueghel el Joven ABC Calificado por los especialistas como «excepcional», ha sido valorado en 800.000 eurosEl caso volvió a cobrar vida cuando periodistas de la revista de arte holandesa ‘Vind’ repararon en una pintura expuesta en una galería de los Países Bajos el año pasado. La obra, que llevaba por título la advertencia «no vista en los últimos 40 años», procedía de una colección privada y había sido cedida temporalmente al Museo Gouda . Intrigados por su posible procedencia, uno de los colaboradores de la revista, John Brozius, rastreó información hasta dar con un antiguo artículo polaco que narraba el robo de dos obras en Gdansk en 1974: un boceto de Anthony van Dyck y un Brueghel.Las sospechas no tardaron en llegar hasta Arthur Brand , conocido como el «Indiana Jones del mundo del arte» por su historial de recuperaciones de piezas robadas. Junto a la policía holandesa, Brand comenzó a tirar del hilo. Localizaron la obra, que había sido trasladada a un museo en la ciudad de Venlo , en la provincia de Limburgo, y contrastaron cada detalle con los registros de Interpol , que aún conservaba una alerta activa sobre la pintura.«Estamos 100% seguros de que se trata del mismo cuadro robado del Museo Nacional de Gdansk en 1974», confirmó Richard Bronswijk, de la unidad de delitos artísticos de la policía holandesa. «Comprobamos todo, incluso las marcas en el reverso de la obra. No hay duda: es un auténtico golpe de suerte».CambiazoLa historia del robo, sin embargo, es tan oscura como fascinante. El 24 de abril de 1974, un empleado del museo polaco descubrió la desaparición casi por accidente: al manipular la obra, la pieza cayó y, en su lugar, apareció pegada al marco una burda reproducción recortada de una revista. Apenas días después, un funcionario de aduanas que investigaba exportaciones ilegales de arte a través del puerto de Gdynia murió en circunstancias sospechosas, presuntamente asesinado antes de ser interrogado . Las pesquisas sobre el crimen y el robo se cerraron poco después, alimentando teorías sobre un encubrimiento.Medio siglo más tarde, el hallazgo del Brueghel reabre no solo el caso de su desaparición, sino también el de cómo acabó en manos privadas en los Países Bajos. Por ahora, la pintura permanece bajo custodia en un museo neerlandés mientras se espera la intervención de las autoridades polacas para formalizar su restitución. Para Brand, no hay duda de cuál debe ser su destino final: «Este cuadro debe volver a Gdansk y exhibirse en un museo. Ahí es donde pertenece». Cinco décadas después de su robo en circunstancias dignas de una novela de espías, uno de los cuadros perdidos de Pieter Brueghel el Joven ha sido localizado en los Países Bajos. Se trata de ‘Mujer llevando brasas’ , también conocida como ‘Mujer moviendo una hoguera’, una obra pintada alrededor de 1626 por el célebre maestro flamenco-holandés. La pieza había sido sustraída del Museo Nacional de Gdansk, en Polonia, en plena era comunista, hacia 1974 , y desde entonces su paradero había sido un misterio alimentado por rumores que involucraban incluso al servicio secreto polaco .Durante años, se creyó que el pequeño cuadro circular, de apenas 17 centímetros de diámetro, se había perdido para siempre. Sin embargo, y gracias a una cadena de casualidades y a la intervención de expertos en delitos artísticos, el robo comienza a resolverse medio siglo después.Noticia Relacionada estandar No Descubren que el cuadro colgado detrás de la puerta de su casa es obra de Brueghel el Joven ABC Calificado por los especialistas como «excepcional», ha sido valorado en 800.000 eurosEl caso volvió a cobrar vida cuando periodistas de la revista de arte holandesa ‘Vind’ repararon en una pintura expuesta en una galería de los Países Bajos el año pasado. La obra, que llevaba por título la advertencia «no vista en los últimos 40 años», procedía de una colección privada y había sido cedida temporalmente al Museo Gouda . Intrigados por su posible procedencia, uno de los colaboradores de la revista, John Brozius, rastreó información hasta dar con un antiguo artículo polaco que narraba el robo de dos obras en Gdansk en 1974: un boceto de Anthony van Dyck y un Brueghel.Las sospechas no tardaron en llegar hasta Arthur Brand , conocido como el «Indiana Jones del mundo del arte» por su historial de recuperaciones de piezas robadas. Junto a la policía holandesa, Brand comenzó a tirar del hilo. Localizaron la obra, que había sido trasladada a un museo en la ciudad de Venlo , en la provincia de Limburgo, y contrastaron cada detalle con los registros de Interpol , que aún conservaba una alerta activa sobre la pintura.«Estamos 100% seguros de que se trata del mismo cuadro robado del Museo Nacional de Gdansk en 1974», confirmó Richard Bronswijk, de la unidad de delitos artísticos de la policía holandesa. «Comprobamos todo, incluso las marcas en el reverso de la obra. No hay duda: es un auténtico golpe de suerte».CambiazoLa historia del robo, sin embargo, es tan oscura como fascinante. El 24 de abril de 1974, un empleado del museo polaco descubrió la desaparición casi por accidente: al manipular la obra, la pieza cayó y, en su lugar, apareció pegada al marco una burda reproducción recortada de una revista. Apenas días después, un funcionario de aduanas que investigaba exportaciones ilegales de arte a través del puerto de Gdynia murió en circunstancias sospechosas, presuntamente asesinado antes de ser interrogado . Las pesquisas sobre el crimen y el robo se cerraron poco después, alimentando teorías sobre un encubrimiento.Medio siglo más tarde, el hallazgo del Brueghel reabre no solo el caso de su desaparición, sino también el de cómo acabó en manos privadas en los Países Bajos. Por ahora, la pintura permanece bajo custodia en un museo neerlandés mientras se espera la intervención de las autoridades polacas para formalizar su restitución. Para Brand, no hay duda de cuál debe ser su destino final: «Este cuadro debe volver a Gdansk y exhibirse en un museo. Ahí es donde pertenece».
Cinco décadas después de su robo en circunstancias dignas de una novela de espías, ‘Mujer llevando brasas’ ha sido localizado en los Países Bajos
Cinco décadas después de su robo en circunstancias dignas de una novela de espías, uno de los cuadros perdidos de Pieter Brueghel el Joven ha sido localizado en los Países Bajos. Se trata de ‘Mujer llevando brasas’, también conocida como ‘Mujer moviendo una hoguera’, una obra pintada alrededor de 1626 por el célebre maestro flamenco-holandés.
La pieza había sido sustraída del Museo Nacional de Gdansk, en Polonia, en plena era comunista, hacia 1974, y desde entonces su paradero había sido un misterio alimentado por rumores que involucraban incluso al servicio secreto polaco.
Durante años, se creyó que el pequeño cuadro circular, de apenas 17 centímetros de diámetro, se había perdido para siempre. Sin embargo, y gracias a una cadena de casualidades y a la intervención de expertos en delitos artísticos, el robo comienza a resolverse medio siglo después.
El caso volvió a cobrar vida cuando periodistas de la revista de arte holandesa ‘Vind’ repararon en una pintura expuesta en una galería de los Países Bajos el año pasado. La obra, que llevaba por título la advertencia «no vista en los últimos 40 años», procedía de una colección privada y había sido cedida temporalmente al Museo Gouda. Intrigados por su posible procedencia, uno de los colaboradores de la revista, John Brozius, rastreó información hasta dar con un antiguo artículo polaco que narraba el robo de dos obras en Gdansk en 1974: un boceto de Anthony van Dyck y un Brueghel.
Las sospechas no tardaron en llegar hasta Arthur Brand, conocido como el «Indiana Jones del mundo del arte» por su historial de recuperaciones de piezas robadas. Junto a la policía holandesa, Brand comenzó a tirar del hilo. Localizaron la obra, que había sido trasladada a un museo en la ciudad de Venlo, en la provincia de Limburgo, y contrastaron cada detalle con los registros de Interpol, que aún conservaba una alerta activa sobre la pintura.
«Estamos 100% seguros de que se trata del mismo cuadro robado del Museo Nacional de Gdansk en 1974», confirmó Richard Bronswijk, de la unidad de delitos artísticos de la policía holandesa. «Comprobamos todo, incluso las marcas en el reverso de la obra. No hay duda: es un auténtico golpe de suerte».
Cambiazo
La historia del robo, sin embargo, es tan oscura como fascinante. El 24 de abril de 1974, un empleado del museo polaco descubrió la desaparición casi por accidente: al manipular la obra, la pieza cayó y, en su lugar, apareció pegada al marco una burda reproducción recortada de una revista. Apenas días después, un funcionario de aduanas que investigaba exportaciones ilegales de arte a través del puerto de Gdynia murió en circunstancias sospechosas, presuntamente asesinado antes de ser interrogado. Las pesquisas sobre el crimen y el robo se cerraron poco después, alimentando teorías sobre un encubrimiento.
Medio siglo más tarde, el hallazgo del Brueghel reabre no solo el caso de su desaparición, sino también el de cómo acabó en manos privadas en los Países Bajos. Por ahora, la pintura permanece bajo custodia en un museo neerlandés mientras se espera la intervención de las autoridades polacas para formalizar su restitución. Para Brand, no hay duda de cuál debe ser su destino final: «Este cuadro debe volver a Gdansk y exhibirse en un museo. Ahí es donde pertenece».
RSS de noticias de cultura