Entre las manos, con el cariño que uno dispensa a sus libros más queridos, un ejemplar de ‘Coses vistes’ (Cosas vistas), el título que el 18 de mayo de 1925, se cumple un siglo, inauguró la extensa bibliografía de Josep Pla : más de treinta mil páginas. El volumen es frágil, edición rústica. Lo publicó editorial Diana en la barcelonesa Rambla de Cataluña, 125. Así lo consigna en la portada al pie de una imagen de la diosa Diana. El dibujante Apa presenta a la cazadora, acompañada de un ciervo, arco en mano y paso decidido.El título ‘Cosas vistas’ no es original. Recuerda las ‘Choses vues’ de Víctor Hugo o ‘Las horas solitarias’ de Baroja. En su libro sobre Pla, Arcadi Espada menciona la sección ‘Cose viste’ que el periodista Ugo Ojetti firmaba en ‘Il Corriere della Sera’ y que el escritor ampurdanés leía cuando estuvo en Génova: «Cualquiera de las tres eran lecturas verosímiles del joven Pla. Sin embargo, su proyecto era una novedad absoluta en la literatura catalana», advierte. ‘Coses vistes’ se estructura en cuatro partes: ‘Hombres y paisajes’, ‘Intermezzo’, ‘Capítulos de novela’ y ‘Retratos’. Pla agavilla paisajes, esbozos de novela cargados de autobiografía, reflexiones gastronómicas y retratos de personajes (incluido el autorretrato del autor que cierra el volumen). La semilla de lo que será el Pla escritor. Un escritor formado en el fragmentarismo del dietario que cultivó desde la adolescencia. Muchos lectores creen que el primer Pla es el de su obra más conocida, ‘El cuaderno gris’ , pero aquel dietario del bienio 1918-1919 fue reelaborado a lo largo de los años hasta su publicación en 1966: la primera entrega de la Obra Completa que editó Josep Vergés.Noticia Relacionada reportaje Si Xavier Pla, el biógrafo que se reencarnó en detective Sergi Doria Ha rastreado durante diez años la vida de Josep Pla entre miles de documentos: 1.536 páginas con más de 1.400 personajesEn las ‘Cuatro palabras’ del prólogo Pla torpedea el ‘noucentisme’ de Eugeni d’Ors con su dirigismo cultural y clasicismo impostado. La literatura catalana, escribe, «ha alcanzado un grado de sublimidad, en las obras de los escritores de hoy más celebrados, que los autores pueden prescindir con facilidad y provecho, del odioso problema de hacerse entender». Pla aspira a lo contrario, ser inteligible: «He procurado hacerme entender y he creído necesario respetar la verdad y lo natural». Nacido en Palafrugell, pleno Ampurdán, a Pla le fastidia la «fase ampurdanesa» de un catalanismo «orfeonístico, de mártires incipientes, de poesía con florecita y ruiseñorcito, de sentimentalismo anárquico… Se llegó a decir que si nosotros dejásemos de bailar sardana y de beber en porrón, Cataluña dejaría de ser una nación», ironiza. El autor de ‘Coses vistes’ encarna lo que hoy es el «glocalismo». Local por la evocación de la tierra natal: el ‘genius loci’. Global -universal o cosmopolita- por su periodismo viajero: Barcelona, Madrid, Génova, Lisboa, París, Berlín, Londres y Moscú. Errabundo huésped de pensiones, Pla compila vivencias como su paso por el diario ‘Las Noticias’. Propiedad de la familia Roldós, lo dirigía Juan Barco con Josep Miró i Folguera de redactor jefe. ‘Periódico del Distrito Quinto’, año 1919, sección Judiciales. Modus operandi: fusilar a media tarde el ‘Times’ londinense y ‘El Liberal’ de Madrid. Un día que la sección flojea -había poco que abrevar en las fuentes de papel- Pla sale a darse un garbeo por la Rambla. A la vuelta anuncia un crimen (eran tiempos de pistolerismo) y se pone a escribir: «Era un crimen acabado de inventar, interesante, muy periodístico, fresco como una rosa. No tuvieron más remedio que felicitarme», recuerda. Estuvo poco en ‘Las Noticias’: «No tuve el estómago suficiente para resistir la lectura de lo que escribíamos, cada atardecer, cuatro aficionados en unos bajos de la calle Guardia». Noticia Relacionada estandar No El penúltimo tesoro de Josep Pla: más de 30 manuscritos y mecanoscritos originales ABC La familia del editor Josep M. Cruzet cede a la Fundación Josep Pa los manuscritos originales de una treintena de volúmenes del autor ampurdanés publicados entre 1949 y 1962Lector desordenado, Pla demuestra buen paladar y virtud selectiva, subraya en su ‘Diccionario Pla de literatura’ Valentí Puig: «Había hecho la instrucción militar leyendo la ‘Ética’ de Spinoza. Cuando le preguntan qué significó llegar de joven, como corresponsal a París, sólo habla de libros. Aprende a escribir en las páginas del ‘New Yorker’ y del ‘Corriere della Sera’». Al mismo tiempo era «un hombre de tertulias, un conversador, un periodista de terraza de café, un escritor tan influenciable por los personajes de la tertulia del Ateneo de Barcelona como por la lectura de ‘Maquiavelo’».La vanidad del autorEl Pla veinteañero no desdeña, todavía, la ficción. Antes de publicar ‘Coses vistes’ tiene entre manos una novela, ‘Berlín Oeste’. La novela se quedará en un guion de las aventuras Martí Fus, heterónimo al modo de Pessoa. Pla incluye en ‘Coses vistes’ la necrología de Fus, fallecido en un descarrilamiento ferroviario en el sur de Italia. Su heterónimo lleva una vida desordenada y quiere sentirse escuchado: «Estoy condenado a ser un vanidoso sin vanidad», confiesa Fus-Pla. Falsa humildad, la máscara ante los embates de la vida: «¿Dónde comienza la sinceridad y dónde la comedia?», pregunta retórica. «Existe el peligro de hundirse en la laguna del cinismo y de ser devorado por la ironía», se responde. Su vocación: el periodismo. No un periodismo con «apariencia de cosa precisa, moderada y matemática». Con ese periodismo tramposo «llegará un momento en que nadie podrá tener una idea clara del hecho más simple y reciente». Pla postula un periodismo tan ágil y cambiante como la realidad que pretende contar. En la segunda parte, el ‘intermezzo’, Pla vindica la cocina como seña de identidad. En tiempos de vanguardia deportiva le preocupa más la tradicional ‘escudella i carn d’olla’ que la palabrería del ‘sportman’. Sus ‘Coses vistes’ se completan con retratos que prefiguran sus ‘homenots’. Y concluyen con su autorretrato: «Soy un hombre débil y mísero, cuando tengo una pluma en la mano me vuelvo dionisíaco y ofensivo: me animo y soy capaz de mantener una posición hasta las últimas consecuencias… Busco, acecho, ataco y encuentro hombres de paja que se escurren y personajes inflados que se desinflan al primer pinchazo de aguja».El escritor Josep Pla con su madre, hermano y hermana en la Costa BravaDespués de algunos tumbos, el manuscrito de ‘Coses vistes’ fue a parar a manos de Ignasi Armengou, un abogado socialista que había fundado una editorial para acoger una colección de escritores catalanes independientes. Pla se comunica con él desde París por carta. La editorial es tan nueva que no tiene nombre. Pla propone El Vapor pero al final se impone Diana. Todo lo que escribe pasa por el cedazo de Alexandre Plana, su amigo y mentor literario. Plana mete las tijeras con un propósito moral, apunta Xavier Pla en su biografía del ampurdanés: «Le dice lo que más irrita a Pla: ‘Lo hago por tu bien y porque te aprecio’. Pla intenta revertir algunas correcciones: Llegará a acusar otra vez a Plana de haber cogido sus cuartillas ‘con unas tijeras de podar en la mano derecha y un bote de vaselina en la otra’, pero ya no está a tiempo». Atentado’Coses vistes’ ve la luz el 18 de mayo de 1925 al precio de cuatro pesetas. El libro es un éxito. En junio la edición ya está amortizada, cerca de dos mil ejemplares, una cifra inalcanzable en un título en catalán. ¡Mil setecientas pesetas para el autor! Se anuncia con carteles y la Librería Italiana colabora en las ventas. Pero todo se tuerce: el gerente de la librería que administra y distribuye los libros es Miquel Ferrer Sanxis. Fundador de Estat Català y miembro de la separatista Societat d’Estudis Militars (SEM) ha participado, aquel mismo mes de mayo de 1925, en el atentado fallido contra el Rey Alfonso XIII al paso de su tren por la comarca de Garraf.En septiembre la segunda edición de ‘Coses vistes’ está agotada; se imprime una tercera y se plantea una traducción al castellano. Un Pla eufórico prepara otro libro de su viaje a Rusia… No habrá más ediciones: la policía detiene a los implicados en el atentado terrorista. Ferrer es encarcelado y Armengou expulsado de la Diputación por su relación con Ferrer. El editor pierde gran parte del dinero y los ejemplares en depósito: «Pla nunca cobrará la tercera edición de ‘Coses vistes’ y del libro sobre Rusia solo consigue cobrar unas escasas ciento ocho pesetas», explica Xavier Pla. «Este me ha jodido bien», exclama el escritor al saber del encarcelamiento de Ferrer. Sus siguientes libros aparecerán en Llibreria Catalònia con el sello simbólico de Diana. ‘Coses vistes’ no se reeditó hasta 1949 en la editorial Selecta de Josep M. Cruzet. Una versión «reescrita en muchos capítulos y, sobre todo, reducida solo a las partes narrativas, sin el intermezzo de la cocina ni tampoco los retratos», apunta Xavier Pla. Pese a lo azaroso de su debut editorial, Pla expresa en el prólogo su estima al que fue su primer editor, Ignasi Armengou. ‘Coses vistes’, fue»«en nuestro movimiento editorial, un libro de esperanza, el inicio de una nueva época». La primera piedra de uno de los grandes prosistas españoles y europeos del siglo XX. Entre las manos, con el cariño que uno dispensa a sus libros más queridos, un ejemplar de ‘Coses vistes’ (Cosas vistas), el título que el 18 de mayo de 1925, se cumple un siglo, inauguró la extensa bibliografía de Josep Pla : más de treinta mil páginas. El volumen es frágil, edición rústica. Lo publicó editorial Diana en la barcelonesa Rambla de Cataluña, 125. Así lo consigna en la portada al pie de una imagen de la diosa Diana. El dibujante Apa presenta a la cazadora, acompañada de un ciervo, arco en mano y paso decidido.El título ‘Cosas vistas’ no es original. Recuerda las ‘Choses vues’ de Víctor Hugo o ‘Las horas solitarias’ de Baroja. En su libro sobre Pla, Arcadi Espada menciona la sección ‘Cose viste’ que el periodista Ugo Ojetti firmaba en ‘Il Corriere della Sera’ y que el escritor ampurdanés leía cuando estuvo en Génova: «Cualquiera de las tres eran lecturas verosímiles del joven Pla. Sin embargo, su proyecto era una novedad absoluta en la literatura catalana», advierte. ‘Coses vistes’ se estructura en cuatro partes: ‘Hombres y paisajes’, ‘Intermezzo’, ‘Capítulos de novela’ y ‘Retratos’. Pla agavilla paisajes, esbozos de novela cargados de autobiografía, reflexiones gastronómicas y retratos de personajes (incluido el autorretrato del autor que cierra el volumen). La semilla de lo que será el Pla escritor. Un escritor formado en el fragmentarismo del dietario que cultivó desde la adolescencia. Muchos lectores creen que el primer Pla es el de su obra más conocida, ‘El cuaderno gris’ , pero aquel dietario del bienio 1918-1919 fue reelaborado a lo largo de los años hasta su publicación en 1966: la primera entrega de la Obra Completa que editó Josep Vergés.Noticia Relacionada reportaje Si Xavier Pla, el biógrafo que se reencarnó en detective Sergi Doria Ha rastreado durante diez años la vida de Josep Pla entre miles de documentos: 1.536 páginas con más de 1.400 personajesEn las ‘Cuatro palabras’ del prólogo Pla torpedea el ‘noucentisme’ de Eugeni d’Ors con su dirigismo cultural y clasicismo impostado. La literatura catalana, escribe, «ha alcanzado un grado de sublimidad, en las obras de los escritores de hoy más celebrados, que los autores pueden prescindir con facilidad y provecho, del odioso problema de hacerse entender». Pla aspira a lo contrario, ser inteligible: «He procurado hacerme entender y he creído necesario respetar la verdad y lo natural». Nacido en Palafrugell, pleno Ampurdán, a Pla le fastidia la «fase ampurdanesa» de un catalanismo «orfeonístico, de mártires incipientes, de poesía con florecita y ruiseñorcito, de sentimentalismo anárquico… Se llegó a decir que si nosotros dejásemos de bailar sardana y de beber en porrón, Cataluña dejaría de ser una nación», ironiza. El autor de ‘Coses vistes’ encarna lo que hoy es el «glocalismo». Local por la evocación de la tierra natal: el ‘genius loci’. Global -universal o cosmopolita- por su periodismo viajero: Barcelona, Madrid, Génova, Lisboa, París, Berlín, Londres y Moscú. Errabundo huésped de pensiones, Pla compila vivencias como su paso por el diario ‘Las Noticias’. Propiedad de la familia Roldós, lo dirigía Juan Barco con Josep Miró i Folguera de redactor jefe. ‘Periódico del Distrito Quinto’, año 1919, sección Judiciales. Modus operandi: fusilar a media tarde el ‘Times’ londinense y ‘El Liberal’ de Madrid. Un día que la sección flojea -había poco que abrevar en las fuentes de papel- Pla sale a darse un garbeo por la Rambla. A la vuelta anuncia un crimen (eran tiempos de pistolerismo) y se pone a escribir: «Era un crimen acabado de inventar, interesante, muy periodístico, fresco como una rosa. No tuvieron más remedio que felicitarme», recuerda. Estuvo poco en ‘Las Noticias’: «No tuve el estómago suficiente para resistir la lectura de lo que escribíamos, cada atardecer, cuatro aficionados en unos bajos de la calle Guardia». Noticia Relacionada estandar No El penúltimo tesoro de Josep Pla: más de 30 manuscritos y mecanoscritos originales ABC La familia del editor Josep M. Cruzet cede a la Fundación Josep Pa los manuscritos originales de una treintena de volúmenes del autor ampurdanés publicados entre 1949 y 1962Lector desordenado, Pla demuestra buen paladar y virtud selectiva, subraya en su ‘Diccionario Pla de literatura’ Valentí Puig: «Había hecho la instrucción militar leyendo la ‘Ética’ de Spinoza. Cuando le preguntan qué significó llegar de joven, como corresponsal a París, sólo habla de libros. Aprende a escribir en las páginas del ‘New Yorker’ y del ‘Corriere della Sera’». Al mismo tiempo era «un hombre de tertulias, un conversador, un periodista de terraza de café, un escritor tan influenciable por los personajes de la tertulia del Ateneo de Barcelona como por la lectura de ‘Maquiavelo’».La vanidad del autorEl Pla veinteañero no desdeña, todavía, la ficción. Antes de publicar ‘Coses vistes’ tiene entre manos una novela, ‘Berlín Oeste’. La novela se quedará en un guion de las aventuras Martí Fus, heterónimo al modo de Pessoa. Pla incluye en ‘Coses vistes’ la necrología de Fus, fallecido en un descarrilamiento ferroviario en el sur de Italia. Su heterónimo lleva una vida desordenada y quiere sentirse escuchado: «Estoy condenado a ser un vanidoso sin vanidad», confiesa Fus-Pla. Falsa humildad, la máscara ante los embates de la vida: «¿Dónde comienza la sinceridad y dónde la comedia?», pregunta retórica. «Existe el peligro de hundirse en la laguna del cinismo y de ser devorado por la ironía», se responde. Su vocación: el periodismo. No un periodismo con «apariencia de cosa precisa, moderada y matemática». Con ese periodismo tramposo «llegará un momento en que nadie podrá tener una idea clara del hecho más simple y reciente». Pla postula un periodismo tan ágil y cambiante como la realidad que pretende contar. En la segunda parte, el ‘intermezzo’, Pla vindica la cocina como seña de identidad. En tiempos de vanguardia deportiva le preocupa más la tradicional ‘escudella i carn d’olla’ que la palabrería del ‘sportman’. Sus ‘Coses vistes’ se completan con retratos que prefiguran sus ‘homenots’. Y concluyen con su autorretrato: «Soy un hombre débil y mísero, cuando tengo una pluma en la mano me vuelvo dionisíaco y ofensivo: me animo y soy capaz de mantener una posición hasta las últimas consecuencias… Busco, acecho, ataco y encuentro hombres de paja que se escurren y personajes inflados que se desinflan al primer pinchazo de aguja».El escritor Josep Pla con su madre, hermano y hermana en la Costa BravaDespués de algunos tumbos, el manuscrito de ‘Coses vistes’ fue a parar a manos de Ignasi Armengou, un abogado socialista que había fundado una editorial para acoger una colección de escritores catalanes independientes. Pla se comunica con él desde París por carta. La editorial es tan nueva que no tiene nombre. Pla propone El Vapor pero al final se impone Diana. Todo lo que escribe pasa por el cedazo de Alexandre Plana, su amigo y mentor literario. Plana mete las tijeras con un propósito moral, apunta Xavier Pla en su biografía del ampurdanés: «Le dice lo que más irrita a Pla: ‘Lo hago por tu bien y porque te aprecio’. Pla intenta revertir algunas correcciones: Llegará a acusar otra vez a Plana de haber cogido sus cuartillas ‘con unas tijeras de podar en la mano derecha y un bote de vaselina en la otra’, pero ya no está a tiempo». Atentado’Coses vistes’ ve la luz el 18 de mayo de 1925 al precio de cuatro pesetas. El libro es un éxito. En junio la edición ya está amortizada, cerca de dos mil ejemplares, una cifra inalcanzable en un título en catalán. ¡Mil setecientas pesetas para el autor! Se anuncia con carteles y la Librería Italiana colabora en las ventas. Pero todo se tuerce: el gerente de la librería que administra y distribuye los libros es Miquel Ferrer Sanxis. Fundador de Estat Català y miembro de la separatista Societat d’Estudis Militars (SEM) ha participado, aquel mismo mes de mayo de 1925, en el atentado fallido contra el Rey Alfonso XIII al paso de su tren por la comarca de Garraf.En septiembre la segunda edición de ‘Coses vistes’ está agotada; se imprime una tercera y se plantea una traducción al castellano. Un Pla eufórico prepara otro libro de su viaje a Rusia… No habrá más ediciones: la policía detiene a los implicados en el atentado terrorista. Ferrer es encarcelado y Armengou expulsado de la Diputación por su relación con Ferrer. El editor pierde gran parte del dinero y los ejemplares en depósito: «Pla nunca cobrará la tercera edición de ‘Coses vistes’ y del libro sobre Rusia solo consigue cobrar unas escasas ciento ocho pesetas», explica Xavier Pla. «Este me ha jodido bien», exclama el escritor al saber del encarcelamiento de Ferrer. Sus siguientes libros aparecerán en Llibreria Catalònia con el sello simbólico de Diana. ‘Coses vistes’ no se reeditó hasta 1949 en la editorial Selecta de Josep M. Cruzet. Una versión «reescrita en muchos capítulos y, sobre todo, reducida solo a las partes narrativas, sin el intermezzo de la cocina ni tampoco los retratos», apunta Xavier Pla. Pese a lo azaroso de su debut editorial, Pla expresa en el prólogo su estima al que fue su primer editor, Ignasi Armengou. ‘Coses vistes’, fue»«en nuestro movimiento editorial, un libro de esperanza, el inicio de una nueva época». La primera piedra de uno de los grandes prosistas españoles y europeos del siglo XX.
El 18 de mayo de 1925 vio la luz ‘Coses vistes’ (Cosas vistas), la semilla de lo que será el Josep Pla escritor, un éxito editorial que acabó mal
Entre las manos, con el cariño que uno dispensa a sus libros más queridos, un ejemplar de ‘Coses vistes’ (Cosas vistas), el título que el 18 de mayo de 1925, se cumple un siglo, inauguró la extensa bibliografía de Josep Pla: más de treinta …
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