Decía C.S. Lewis que los que desean más el Cielo, han servido mejor a la Tierra. La frase condensa el pensamiento de este escritor británico de cuya imaginación salió hace 75 años una de las mejores sagas de todos los tiempos, ‘Las crónicas de Narnia’. En plena posguerra tras la caída de Hitler , defendía que la fantasía que daba el pistoletazo de salida con ‘El león, la bruja y el armario’ no facilitaba una evasión de la realidad a los niños, sino que la transformaba con una esperanza que no se apaga, incluso en tiempos oscuros.Hoy, siete décadas y media después y tras más de 115 millones de ejemplares vendidos, Narnia vuelve a abrir sus puertas, tanto literarias como cinematográficas. HarperCollins Ibérica ha iniciado la publicación de una edición conmemorativa de los siete libros de la serie, con nuevas cubiertas de Owen Richardson y traducciones de Gemma Gallart. Incluso la Royal Mail británica se ha sumado a la celebración con una colección de sellos que celebran la efeméride, dedicados a personajes y escenas emblemáticas de la saga. Un primer lote de cuatro estampas recupera las ilustraciones originales de Pauline Baynes para los libros de Lewis; otro está compuesto por ocho sellos dibujados por Keith Robinson. Y la vuelta de este clásico no se limita al papel. Greta Gerwig , directora de ‘Barbie’, prepara una nueva adaptación para Netflix que promete llevar el universo de Aslan a una nueva generación de espectadores no sin cierto revuelo en redes, donde el rumor de que Meryl Streep pondría voz al león generó gran controversia.Noticia Relacionada estandar Si Brandon Sanderson, el rey de la fantasía: «Leer una novela es tan valioso como levantar pesas» Bruno Pardo Porto La gran estrella mundial de la fantasía visita el Festival Celsius de Avilés entre miles de lectoresDetrás de los libros y las películas proyectos está Douglas Gresham , hijastro del escritor y al frente de The C.S. Lewis Company, la sociedad que gestiona su legado. Él mismo tuvo varios cameos en la trilogía producida por Disney entre 2005 y 2010, que arrancó con ‘El león, la bruja y el armario’. Recaudó más de 700 millones de dólares en todo el mundo, pero el interés por las adaptaciones fue decayendo y no llegaron a filmarse las de los otros cuatro libros. «Al contrario de Estados Unidos y el Reino Unido, donde las ventas se han mantenido constantes, en España bajó un poco el ‘boom’ después. Pero nos escribían desde los colegios preguntando dónde estaban los libros de Narnia porque ya se habían agotado los ejemplares . Por eso sentíamos que teníamos que lanzarlos ya y no esperar al 2026», señala Rocío de Isasa , editora de la edición conmemorativa.Se refiere De Isasa a la fecha de estreno elegida para el primer filme, que los medios especializados sitúan en el Día de Acción de Gracias de ese año (26 de noviembre). «Tiene todo el sentido: es una fecha emblemática en el calendario de estrenos familiares», subraya y añade que «parece que no va a ser una sola película, sino el comienzo de una nueva saga para el cine». Todo indica también que la primera historia que verá la luz será ‘El sobrino del mago’ , la sexta en ser publicada en orden de aparición (1955), pero la primera en orden cronológico, ya que se trata de una precuela que narra la creación del mundo y los orígenes del famoso armario. El relato sigue a Digory y Polly, dos niños que descubren mundos paralelos gracias a unos anillos mágicos, y que acaban liberando sin querer a la futura Bruja Blanca (interpretada por Tilda Swinton en la adaptación de hace veinte años). Además de presentar al león Aslan por primera vez en su faceta de creador, el libro siembra claves narrativas y simbólicas que florecen a lo largo de toda la serie. Es, en muchos sentidos, el origen del mito .No es de extrañar, pues, que esa misma historia haya sido el punto de partida de la edición conmemorativa en España. «Nos parecía importante empezar por el origen, por ese momento fundacional en el que Narnia cobra vida», explica De Isasa. Aunque originalmente C.S. Lewis no publicó los libros en ese orden, años más tarde, cuando un joven lector escribió al autor preguntando qué cuál era mejor, respondió en una carta diciendo que el cronológico «parece tener más sentido». Ese comentario ha sido interpretado por The C.S. Lewis Company como una señal de que aprobaba ese enfoque, y desde hace ya bastante tiempo, las ediciones internacionales lo siguen. C. S. LewisHarper Collins Ibérica publicó ‘El sombrero del mago’ en mayo y tras él salieron ‘El león, la bruja y el armario’ en junio y ‘El caballo y el muchacho’ en julio. ‘El príncipe Caspian’, ‘La travesía del Viajero del Alba’, ‘La silla de plata’ y ‘La última batalla’ vienen después. Todos incorporan otro de los elementos clave de esta nueva etapa de Narnia en España: las cubiertas ilustradas por el diseñador estadounidense Owen Richardson, también escogido por The C.S. Lewis Company . «Era fan del escritor y la verdad es que el trabajo que ha hecho es extraordinario», precisa la editora, que indica que ese rediseño obedece a esa mencionada estrategia de relanzamiento. «Nosotros llevábamos dos años con los derechos, pero no publicábamos porque considerábamos que era muy importante que conectaran con los lectores de ahora ». Aunque reconoce que las ilustraciones originales de Pauline Baynes eran buenas, «los lectores actuales necesitaban otra aproximación a ‘Las crónicas de Narnia’. Ahora mismo estamos en otro momento gráfico». Esta edición conmemorativa, también por decisión de The C.S. Lewis Company, no incluye ilustraciones en su interior. «Probablemente las recuperaremos en alguna edición coleccionista, pero ahora mismo no aportaban tanto y necesitábamos algo más fresco », precisa.Hoy, como hace 75 años, conectar con la infancia es una de las prioridades de la obra. En plena posguerra, cuando la literatura infantil no solía tomarse en serio, C. S. Lewis escribió para los niños con un respeto que Rocío de Isasa considera revolucionario. «En lugar de hacer una novela realista, inventa todo este mundo fantástico lleno de alegría, de fertilidad… Porque Narnia es un territorio riquísimo, con unos personajes extraordinarios: caballos que hablan, faunos… es que hay de todo». La editora afirma que, en contra de lo que predominaba en una época en la que los mundos de los adultos y los pequeños estaban separados, para él la infancia era el futuro . «Había que cuidarla. Es su mensaje de esperanza en el fondo».Sabía de lo que hablaba. Su propia infancia no fue especialmente feliz: perdió a su madre cuando tenía diez años y su padre lo envió a un internado junto a su hermano. Aquella experiencia, dura y solitaria, le hizo renegar del cristianismo durante años. Tal vez por eso, en sus libros, C. S. Lewis trató la infancia con un respeto inusual para su época. Entendía que al cuidar a un niño también se cuida al adulto que será. Por eso dedicó el primer libro de ‘Las crónicas de Narnia’ a su ahijada Lucy -nombre que luego heredaría uno de los personajes centrales- con una dedicatoria que es casi una declaración de principios: «Pasará el tiempo y algún día serás lo bastante mayor como para añorar tu infancia y querrás volver a leer cuentos de hadas . Entonces, lo sacarás del estante, le quitarás el polvo y entrarás por las puertas del mundo mágico de sus tapas».Solo cuando se convirtió en profesor en Oxford pudo reconciliarse con su fe. Y lo hizo de la mano de J.R.R. Tolkien . En torno a ellos nació un círculo de escritores y académicos, los Inklings , que se reunían semanalmente en un pub llamado The Eagle and Child para leer en voz alta sus manuscritos, debatir ideas y, sobre todo, imaginar mundos. Fue durante una caminata nocturna en 1931, con Tolkien y el también académico Hugo Dyson, cuando Lewis vivió una especie de revelación . Hablaban de mitología, del poder de los relatos, de Cristo como el «mito verdadero», y aquella conversación fue interrumpida por una ráfaga de viento entre hojas secas. A Lewis le pareció una señal y, poco después, abrazó el cristianismo.Aquella amistad cambió el curso de la literatura fantástica del siglo XX. Mientras Tolkien moldeaba la Tierra Media, Lewis comenzaba a soñar con un reino donde los animales hablaran, los faunos bailaran y los niños fueran reyes. Según cuenta la leyenda, fue cuando volvía de un pub en Malvern con el autor de ‘El señor de los anillos’ y su antiguo alumno George Sayer cuando Lewis se detuvo entre la nieve frente a una farola victoriana y dijo: «Eso sería un buen comienzo para un libro». Hoy, en su honor, puede recorrerse en la localidad inglesa la llamada ruta de las farolas, un mapa con más de 80 lámparas encendidas que recuerdan el lugar donde pudo empezar la historia de Narnia. Decía C.S. Lewis que los que desean más el Cielo, han servido mejor a la Tierra. La frase condensa el pensamiento de este escritor británico de cuya imaginación salió hace 75 años una de las mejores sagas de todos los tiempos, ‘Las crónicas de Narnia’. En plena posguerra tras la caída de Hitler , defendía que la fantasía que daba el pistoletazo de salida con ‘El león, la bruja y el armario’ no facilitaba una evasión de la realidad a los niños, sino que la transformaba con una esperanza que no se apaga, incluso en tiempos oscuros.Hoy, siete décadas y media después y tras más de 115 millones de ejemplares vendidos, Narnia vuelve a abrir sus puertas, tanto literarias como cinematográficas. HarperCollins Ibérica ha iniciado la publicación de una edición conmemorativa de los siete libros de la serie, con nuevas cubiertas de Owen Richardson y traducciones de Gemma Gallart. Incluso la Royal Mail británica se ha sumado a la celebración con una colección de sellos que celebran la efeméride, dedicados a personajes y escenas emblemáticas de la saga. Un primer lote de cuatro estampas recupera las ilustraciones originales de Pauline Baynes para los libros de Lewis; otro está compuesto por ocho sellos dibujados por Keith Robinson. Y la vuelta de este clásico no se limita al papel. Greta Gerwig , directora de ‘Barbie’, prepara una nueva adaptación para Netflix que promete llevar el universo de Aslan a una nueva generación de espectadores no sin cierto revuelo en redes, donde el rumor de que Meryl Streep pondría voz al león generó gran controversia.Noticia Relacionada estandar Si Brandon Sanderson, el rey de la fantasía: «Leer una novela es tan valioso como levantar pesas» Bruno Pardo Porto La gran estrella mundial de la fantasía visita el Festival Celsius de Avilés entre miles de lectoresDetrás de los libros y las películas proyectos está Douglas Gresham , hijastro del escritor y al frente de The C.S. Lewis Company, la sociedad que gestiona su legado. Él mismo tuvo varios cameos en la trilogía producida por Disney entre 2005 y 2010, que arrancó con ‘El león, la bruja y el armario’. Recaudó más de 700 millones de dólares en todo el mundo, pero el interés por las adaptaciones fue decayendo y no llegaron a filmarse las de los otros cuatro libros. «Al contrario de Estados Unidos y el Reino Unido, donde las ventas se han mantenido constantes, en España bajó un poco el ‘boom’ después. Pero nos escribían desde los colegios preguntando dónde estaban los libros de Narnia porque ya se habían agotado los ejemplares . Por eso sentíamos que teníamos que lanzarlos ya y no esperar al 2026», señala Rocío de Isasa , editora de la edición conmemorativa.Se refiere De Isasa a la fecha de estreno elegida para el primer filme, que los medios especializados sitúan en el Día de Acción de Gracias de ese año (26 de noviembre). «Tiene todo el sentido: es una fecha emblemática en el calendario de estrenos familiares», subraya y añade que «parece que no va a ser una sola película, sino el comienzo de una nueva saga para el cine». Todo indica también que la primera historia que verá la luz será ‘El sobrino del mago’ , la sexta en ser publicada en orden de aparición (1955), pero la primera en orden cronológico, ya que se trata de una precuela que narra la creación del mundo y los orígenes del famoso armario. El relato sigue a Digory y Polly, dos niños que descubren mundos paralelos gracias a unos anillos mágicos, y que acaban liberando sin querer a la futura Bruja Blanca (interpretada por Tilda Swinton en la adaptación de hace veinte años). Además de presentar al león Aslan por primera vez en su faceta de creador, el libro siembra claves narrativas y simbólicas que florecen a lo largo de toda la serie. Es, en muchos sentidos, el origen del mito .No es de extrañar, pues, que esa misma historia haya sido el punto de partida de la edición conmemorativa en España. «Nos parecía importante empezar por el origen, por ese momento fundacional en el que Narnia cobra vida», explica De Isasa. Aunque originalmente C.S. Lewis no publicó los libros en ese orden, años más tarde, cuando un joven lector escribió al autor preguntando qué cuál era mejor, respondió en una carta diciendo que el cronológico «parece tener más sentido». Ese comentario ha sido interpretado por The C.S. Lewis Company como una señal de que aprobaba ese enfoque, y desde hace ya bastante tiempo, las ediciones internacionales lo siguen. C. S. LewisHarper Collins Ibérica publicó ‘El sombrero del mago’ en mayo y tras él salieron ‘El león, la bruja y el armario’ en junio y ‘El caballo y el muchacho’ en julio. ‘El príncipe Caspian’, ‘La travesía del Viajero del Alba’, ‘La silla de plata’ y ‘La última batalla’ vienen después. Todos incorporan otro de los elementos clave de esta nueva etapa de Narnia en España: las cubiertas ilustradas por el diseñador estadounidense Owen Richardson, también escogido por The C.S. Lewis Company . «Era fan del escritor y la verdad es que el trabajo que ha hecho es extraordinario», precisa la editora, que indica que ese rediseño obedece a esa mencionada estrategia de relanzamiento. «Nosotros llevábamos dos años con los derechos, pero no publicábamos porque considerábamos que era muy importante que conectaran con los lectores de ahora ». Aunque reconoce que las ilustraciones originales de Pauline Baynes eran buenas, «los lectores actuales necesitaban otra aproximación a ‘Las crónicas de Narnia’. Ahora mismo estamos en otro momento gráfico». Esta edición conmemorativa, también por decisión de The C.S. Lewis Company, no incluye ilustraciones en su interior. «Probablemente las recuperaremos en alguna edición coleccionista, pero ahora mismo no aportaban tanto y necesitábamos algo más fresco », precisa.Hoy, como hace 75 años, conectar con la infancia es una de las prioridades de la obra. En plena posguerra, cuando la literatura infantil no solía tomarse en serio, C. S. Lewis escribió para los niños con un respeto que Rocío de Isasa considera revolucionario. «En lugar de hacer una novela realista, inventa todo este mundo fantástico lleno de alegría, de fertilidad… Porque Narnia es un territorio riquísimo, con unos personajes extraordinarios: caballos que hablan, faunos… es que hay de todo». La editora afirma que, en contra de lo que predominaba en una época en la que los mundos de los adultos y los pequeños estaban separados, para él la infancia era el futuro . «Había que cuidarla. Es su mensaje de esperanza en el fondo».Sabía de lo que hablaba. Su propia infancia no fue especialmente feliz: perdió a su madre cuando tenía diez años y su padre lo envió a un internado junto a su hermano. Aquella experiencia, dura y solitaria, le hizo renegar del cristianismo durante años. Tal vez por eso, en sus libros, C. S. Lewis trató la infancia con un respeto inusual para su época. Entendía que al cuidar a un niño también se cuida al adulto que será. Por eso dedicó el primer libro de ‘Las crónicas de Narnia’ a su ahijada Lucy -nombre que luego heredaría uno de los personajes centrales- con una dedicatoria que es casi una declaración de principios: «Pasará el tiempo y algún día serás lo bastante mayor como para añorar tu infancia y querrás volver a leer cuentos de hadas . Entonces, lo sacarás del estante, le quitarás el polvo y entrarás por las puertas del mundo mágico de sus tapas».Solo cuando se convirtió en profesor en Oxford pudo reconciliarse con su fe. Y lo hizo de la mano de J.R.R. Tolkien . En torno a ellos nació un círculo de escritores y académicos, los Inklings , que se reunían semanalmente en un pub llamado The Eagle and Child para leer en voz alta sus manuscritos, debatir ideas y, sobre todo, imaginar mundos. Fue durante una caminata nocturna en 1931, con Tolkien y el también académico Hugo Dyson, cuando Lewis vivió una especie de revelación . Hablaban de mitología, del poder de los relatos, de Cristo como el «mito verdadero», y aquella conversación fue interrumpida por una ráfaga de viento entre hojas secas. A Lewis le pareció una señal y, poco después, abrazó el cristianismo.Aquella amistad cambió el curso de la literatura fantástica del siglo XX. Mientras Tolkien moldeaba la Tierra Media, Lewis comenzaba a soñar con un reino donde los animales hablaran, los faunos bailaran y los niños fueran reyes. Según cuenta la leyenda, fue cuando volvía de un pub en Malvern con el autor de ‘El señor de los anillos’ y su antiguo alumno George Sayer cuando Lewis se detuvo entre la nieve frente a una farola victoriana y dijo: «Eso sería un buen comienzo para un libro». Hoy, en su honor, puede recorrerse en la localidad inglesa la llamada ruta de las farolas, un mapa con más de 80 lámparas encendidas que recuerdan el lugar donde pudo empezar la historia de Narnia.
Decía C.S. Lewis que los que desean más el Cielo, han servido mejor a la Tierra. La frase condensa el pensamiento de este escritor británico de cuya imaginación salió hace 75 años una de las mejores sagas de todos los tiempos, ‘Las crónicas de … Narnia’. En plena posguerra tras la caída de Hitler, defendía que la fantasía que daba el pistoletazo de salida con ‘El león, la bruja y el armario’ no facilitaba una evasión de la realidad a los niños, sino que la transformaba con una esperanza que no se apaga, incluso en tiempos oscuros.
Hoy, siete décadas y media después y tras más de 115 millones de ejemplares vendidos, Narnia vuelve a abrir sus puertas, tanto literarias como cinematográficas. HarperCollins Ibérica ha iniciado la publicación de una edición conmemorativa de los siete libros de la serie, con nuevas cubiertas de Owen Richardson y traducciones de Gemma Gallart. Incluso la Royal Mail británica se ha sumado a la celebración con una colección de sellos que celebran la efeméride, dedicados a personajes y escenas emblemáticas de la saga. Un primer lote de cuatro estampas recupera las ilustraciones originales de Pauline Baynes para los libros de Lewis; otro está compuesto por ocho sellos dibujados por Keith Robinson.
Y la vuelta de este clásico no se limita al papel. Greta Gerwig, directora de ‘Barbie’, prepara una nueva adaptación para Netflix que promete llevar el universo de Aslan a una nueva generación de espectadores no sin cierto revuelo en redes, donde el rumor de que Meryl Streep pondría voz al león generó gran controversia.
Detrás de los libros y las películas proyectos está Douglas Gresham, hijastro del escritor y al frente de The C.S. Lewis Company, la sociedad que gestiona su legado. Él mismo tuvo varios cameos en la trilogía producida por Disney entre 2005 y 2010, que arrancó con ‘El león, la bruja y el armario’. Recaudó más de 700 millones de dólares en todo el mundo, pero el interés por las adaptaciones fue decayendo y no llegaron a filmarse las de los otros cuatro libros. «Al contrario de Estados Unidos y el Reino Unido, donde las ventas se han mantenido constantes, en España bajó un poco el ‘boom’ después. Pero nos escribían desde los colegios preguntando dónde estaban los libros de Narnia porque ya se habían agotado los ejemplares. Por eso sentíamos que teníamos que lanzarlos ya y no esperar al 2026», señala Rocío de Isasa, editora de la edición conmemorativa.
Se refiere De Isasa a la fecha de estreno elegida para el primer filme, que los medios especializados sitúan en el Día de Acción de Gracias de ese año (26 de noviembre). «Tiene todo el sentido: es una fecha emblemática en el calendario de estrenos familiares», subraya y añade que «parece que no va a ser una sola película, sino el comienzo de una nueva saga para el cine». Todo indica también que la primera historia que verá la luz será ‘El sobrino del mago’, la sexta en ser publicada en orden de aparición (1955), pero la primera en orden cronológico, ya que se trata de una precuela que narra la creación del mundo y los orígenes del famoso armario.
El relato sigue a Digory y Polly, dos niños que descubren mundos paralelos gracias a unos anillos mágicos, y que acaban liberando sin querer a la futura Bruja Blanca (interpretada por Tilda Swinton en la adaptación de hace veinte años). Además de presentar al león Aslan por primera vez en su faceta de creador, el libro siembra claves narrativas y simbólicas que florecen a lo largo de toda la serie. Es, en muchos sentidos, el origen del mito.
No es de extrañar, pues, que esa misma historia haya sido el punto de partida de la edición conmemorativa en España. «Nos parecía importante empezar por el origen, por ese momento fundacional en el que Narnia cobra vida», explica De Isasa.
Aunque originalmente C.S. Lewis no publicó los libros en ese orden, años más tarde, cuando un joven lector escribió al autor preguntando qué cuál era mejor, respondió en una carta diciendo que el cronológico «parece tener más sentido». Ese comentario ha sido interpretado por The C.S. Lewis Company como una señal de que aprobaba ese enfoque, y desde hace ya bastante tiempo, las ediciones internacionales lo siguen.
Harper Collins Ibérica publicó ‘El sombrero del mago’ en mayo y tras él salieron ‘El león, la bruja y el armario’ en junio y ‘El caballo y el muchacho’ en julio. ‘El príncipe Caspian’, ‘La travesía del Viajero del Alba’, ‘La silla de plata’ y ‘La última batalla’ vienen después. Todos incorporan otro de los elementos clave de esta nueva etapa de Narnia en España: las cubiertas ilustradas por el diseñador estadounidense Owen Richardson, también escogido por The C.S. Lewis Company. «Era fan del escritor y la verdad es que el trabajo que ha hecho es extraordinario», precisa la editora, que indica que ese rediseño obedece a esa mencionada estrategia de relanzamiento. «Nosotros llevábamos dos años con los derechos, pero no publicábamos porque considerábamos que era muy importante que conectaran con los lectores de ahora».
Aunque reconoce que las ilustraciones originales de Pauline Baynes eran buenas, «los lectores actuales necesitaban otra aproximación a ‘Las crónicas de Narnia’. Ahora mismo estamos en otro momento gráfico». Esta edición conmemorativa, también por decisión de The C.S. Lewis Company, no incluye ilustraciones en su interior. «Probablemente las recuperaremos en alguna edición coleccionista, pero ahora mismo no aportaban tanto y necesitábamos algo más fresco», precisa.
Hoy, como hace 75 años, conectar con la infancia es una de las prioridades de la obra. En plena posguerra, cuando la literatura infantil no solía tomarse en serio, C. S. Lewis escribió para los niños con un respeto que Rocío de Isasa considera revolucionario. «En lugar de hacer una novela realista, inventa todo este mundo fantástico lleno de alegría, de fertilidad… Porque Narnia es un territorio riquísimo, con unos personajes extraordinarios: caballos que hablan, faunos… es que hay de todo». La editora afirma que, en contra de lo que predominaba en una época en la que los mundos de los adultos y los pequeños estaban separados, para él la infancia era el futuro. «Había que cuidarla. Es su mensaje de esperanza en el fondo».
Sabía de lo que hablaba. Su propia infancia no fue especialmente feliz: perdió a su madre cuando tenía diez años y su padre lo envió a un internado junto a su hermano. Aquella experiencia, dura y solitaria, le hizo renegar del cristianismo durante años. Tal vez por eso, en sus libros, C. S. Lewis trató la infancia con un respeto inusual para su época. Entendía que al cuidar a un niño también se cuida al adulto que será. Por eso dedicó el primer libro de ‘Las crónicas de Narnia’ a su ahijada Lucy -nombre que luego heredaría uno de los personajes centrales- con una dedicatoria que es casi una declaración de principios: «Pasará el tiempo y algún día serás lo bastante mayor como para añorar tu infancia y querrás volver a leer cuentos de hadas. Entonces, lo sacarás del estante, le quitarás el polvo y entrarás por las puertas del mundo mágico de sus tapas».
Solo cuando se convirtió en profesor en Oxford pudo reconciliarse con su fe. Y lo hizo de la mano de J.R.R. Tolkien. En torno a ellos nació un círculo de escritores y académicos, los Inklings, que se reunían semanalmente en un pub llamado The Eagle and Child para leer en voz alta sus manuscritos, debatir ideas y, sobre todo, imaginar mundos. Fue durante una caminata nocturna en 1931, con Tolkien y el también académico Hugo Dyson, cuando Lewis vivió una especie de revelación. Hablaban de mitología, del poder de los relatos, de Cristo como el «mito verdadero», y aquella conversación fue interrumpida por una ráfaga de viento entre hojas secas. A Lewis le pareció una señal y, poco después, abrazó el cristianismo.
Aquella amistad cambió el curso de la literatura fantástica del siglo XX. Mientras Tolkien moldeaba la Tierra Media, Lewis comenzaba a soñar con un reino donde los animales hablaran, los faunos bailaran y los niños fueran reyes. Según cuenta la leyenda, fue cuando volvía de un pub en Malvern con el autor de ‘El señor de los anillos’ y su antiguo alumno George Sayer cuando Lewis se detuvo entre la nieve frente a una farola victoriana y dijo: «Eso sería un buen comienzo para un libro». Hoy, en su honor, puede recorrerse en la localidad inglesa la llamada ruta de las farolas, un mapa con más de 80 lámparas encendidas que recuerdan el lugar donde pudo empezar la historia de Narnia.
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