El luto oficial por la muerte del Papa Francisco impidió que hoy en el Palacio Real los Reyes pudieran brindar junto a los representantes del mundo de las letras en el almuerzo de entrega del premio Cervantes a Álvaro Pombo, quien recibirá mañana este galardón en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.En el comedor de gala del Palacio Real, durante esta tradicional comida que estaba anunciada en la agenda de los Reyes desde el pasado viernes y al que han asistido escritores, poetas, editores, periodistas y libreros, además de las autoridades habituales, Felipe VI ha ensalzado el «compromiso con los más pobres» del Pontífice y ha recordado también a Mario Vargas Llosa, quien falleció la semana pasada. «Descansen, ambos, en paz», concluyó.Don Felipe ha lamentado que Álvaro Pombo tampoco pudiera asistir a este almuerzo. El ganador del premio Cervantes de este año se encontraba hoy indispuesto y ha preferido descansar, con la intención de poder recoger mañana este galardón, que es el más alto reconocimiento de las letras españolas. «Hoy no podemos disfrutar de su presencia y compañía, en la esperanza de poderlo hacer mañana en Alcalá. Pero aún echándole de menos le sentimos muy cerca y desde aquí le quiero decir: querido Álvaro, con este premio no solo te damos las gracias por lo mucho que aprendemos y disfrutamos con tu literatura; sino que reconocemos –y nos reconocemos– en una voz y una mirada singular», ha destacado el Rey.Precisamente, Pombo dedicará su discurso, entre otras cosas, a la fragilidad física de Cervantes, por motivos evidentes: arrastra desde hace años su mala salud, aunque eso no ha agriado su humor. Como ya avanzó el día de la noticia del premio, Pombo hablará sobre ‘El licenciado vidriera’, una novela ejemplar donde él lee una fenomenología de la fragilidad y no tanto una variación de la locura, una defensa de la razón de los locos, algo que tampoco encuentra en ‘Don Quijote’. «Es una complicación decir que Don Quijote estaba loco: Cervantes no lo dice. Dice que era ingenioso. Y los duques de Villahermosa no entienden del todo la ironía del hombre. Le toman el pelo un poco, o mucho, pero no acaban de salirse con la suya los duques», explicó aquel día el autor.Un recuerdo de la DANAEl primero en saludar a los Reyes en el Palacio Real ha sido el ministro de Cultura, Ernest Urtasun. También se encontraba allí la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el director de ABC Cultural, Jesús García Calero. Al almuerzo han asistido autores como María Dueñas o Virginia Feito . Seis meses después de la catastrófica DANA que afectó a varias localidades de la Comunidad Valenciana, Don Felipe y Doña Letizia han querido que estuvieran presentes algunos libreros de las zonas afectadas, como Guillermina Spikermann, propietaria de la librería Passarella, en Picaña, y María Moliner, directora de la biblioteca pública de Paiporta. También ha asistido la escritora valenciana Elísabet Benavent.En el mundo que vivimos «marcado por la incertidumbre y por la inmediatez», según ha afirmado el Rey, «hay quien alerta de que todo parece diluirse, de manera trepidante y desmemoriada, en una suerte de indiferencia fatalista». En este sentido Don Felipe ha señalado que «los principios que nos vertebran como sociedad» son «nuestra capacidad de discernir lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo verdadero de lo falso».En este contexto de barreras y ante la situación geopolítica actual, Felipe VI ha puesto en valor la importancia de utilizar el lenguaje como una herramienta para el diálogo y ha destacado que «la lengua, nuestra lengua, en la medida en que es vehículo de la comunicación, puede desempeñar un papel fundamental en que eso no sea así» y recordó que el español ya tiene 600 millones de hablantes y es la segunda lengua de comunicación del mundo. «El lenguaje ha de servirnos, también, para decir alto y claro: no es verdad. No es verdad que todo valga, no es verdad que todo sea relativo. No es verdad que mérito y dedicación equivalgan a suerte y oportunismo, ni que el rigor y el conocimiento estén pasados de moda». El luto oficial por la muerte del Papa Francisco impidió que hoy en el Palacio Real los Reyes pudieran brindar junto a los representantes del mundo de las letras en el almuerzo de entrega del premio Cervantes a Álvaro Pombo, quien recibirá mañana este galardón en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.En el comedor de gala del Palacio Real, durante esta tradicional comida que estaba anunciada en la agenda de los Reyes desde el pasado viernes y al que han asistido escritores, poetas, editores, periodistas y libreros, además de las autoridades habituales, Felipe VI ha ensalzado el «compromiso con los más pobres» del Pontífice y ha recordado también a Mario Vargas Llosa, quien falleció la semana pasada. «Descansen, ambos, en paz», concluyó.Don Felipe ha lamentado que Álvaro Pombo tampoco pudiera asistir a este almuerzo. El ganador del premio Cervantes de este año se encontraba hoy indispuesto y ha preferido descansar, con la intención de poder recoger mañana este galardón, que es el más alto reconocimiento de las letras españolas. «Hoy no podemos disfrutar de su presencia y compañía, en la esperanza de poderlo hacer mañana en Alcalá. Pero aún echándole de menos le sentimos muy cerca y desde aquí le quiero decir: querido Álvaro, con este premio no solo te damos las gracias por lo mucho que aprendemos y disfrutamos con tu literatura; sino que reconocemos –y nos reconocemos– en una voz y una mirada singular», ha destacado el Rey.Precisamente, Pombo dedicará su discurso, entre otras cosas, a la fragilidad física de Cervantes, por motivos evidentes: arrastra desde hace años su mala salud, aunque eso no ha agriado su humor. Como ya avanzó el día de la noticia del premio, Pombo hablará sobre ‘El licenciado vidriera’, una novela ejemplar donde él lee una fenomenología de la fragilidad y no tanto una variación de la locura, una defensa de la razón de los locos, algo que tampoco encuentra en ‘Don Quijote’. «Es una complicación decir que Don Quijote estaba loco: Cervantes no lo dice. Dice que era ingenioso. Y los duques de Villahermosa no entienden del todo la ironía del hombre. Le toman el pelo un poco, o mucho, pero no acaban de salirse con la suya los duques», explicó aquel día el autor.Un recuerdo de la DANAEl primero en saludar a los Reyes en el Palacio Real ha sido el ministro de Cultura, Ernest Urtasun. También se encontraba allí la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el director de ABC Cultural, Jesús García Calero. Al almuerzo han asistido autores como María Dueñas o Virginia Feito . Seis meses después de la catastrófica DANA que afectó a varias localidades de la Comunidad Valenciana, Don Felipe y Doña Letizia han querido que estuvieran presentes algunos libreros de las zonas afectadas, como Guillermina Spikermann, propietaria de la librería Passarella, en Picaña, y María Moliner, directora de la biblioteca pública de Paiporta. También ha asistido la escritora valenciana Elísabet Benavent.En el mundo que vivimos «marcado por la incertidumbre y por la inmediatez», según ha afirmado el Rey, «hay quien alerta de que todo parece diluirse, de manera trepidante y desmemoriada, en una suerte de indiferencia fatalista». En este sentido Don Felipe ha señalado que «los principios que nos vertebran como sociedad» son «nuestra capacidad de discernir lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo verdadero de lo falso».En este contexto de barreras y ante la situación geopolítica actual, Felipe VI ha puesto en valor la importancia de utilizar el lenguaje como una herramienta para el diálogo y ha destacado que «la lengua, nuestra lengua, en la medida en que es vehículo de la comunicación, puede desempeñar un papel fundamental en que eso no sea así» y recordó que el español ya tiene 600 millones de hablantes y es la segunda lengua de comunicación del mundo. «El lenguaje ha de servirnos, también, para decir alto y claro: no es verdad. No es verdad que todo valga, no es verdad que todo sea relativo. No es verdad que mérito y dedicación equivalgan a suerte y oportunismo, ni que el rigor y el conocimiento estén pasados de moda».
El luto oficial por la muerte del Papa Francisco impidió que hoy en el Palacio Real los Reyes pudieran brindar junto a los representantes del mundo de las letras en el almuerzo de entrega del premio Cervantes a Álvaro Pombo, quien recibirá mañana este galardón … en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.
En el comedor de gala del Palacio Real, durante esta tradicional comida que estaba anunciada en la agenda de los Reyes desde el pasado viernes y al que han asistido escritores, poetas, editores, periodistas y libreros, además de las autoridades habituales, Felipe VI ha ensalzado el «compromiso con los más pobres» del Pontífice y ha recordado también a Mario Vargas Llosa, quien falleció la semana pasada. «Descansen, ambos, en paz», concluyó.
Don Felipe ha lamentado que Álvaro Pombo tampoco pudiera asistir a este almuerzo. El ganador del premio Cervantes de este año se encontraba hoy indispuesto y ha preferido descansar, con la intención de poder recoger mañana este galardón, que es el más alto reconocimiento de las letras españolas. «Hoy no podemos disfrutar de su presencia y compañía, en la esperanza de poderlo hacer mañana en Alcalá. Pero aún echándole de menos le sentimos muy cerca y desde aquí le quiero decir: querido Álvaro, con este premio no solo te damos las gracias por lo mucho que aprendemos y disfrutamos con tu literatura; sino que reconocemos –y nos reconocemos– en una voz y una mirada singular», ha destacado el Rey.
Precisamente, Pombo dedicará su discurso, entre otras cosas, a la fragilidad física de Cervantes, por motivos evidentes: arrastra desde hace años su mala salud, aunque eso no ha agriado su humor. Como ya avanzó el día de la noticia del premio, Pombo hablará sobre ‘El licenciado vidriera’, una novela ejemplar donde él lee una fenomenología de la fragilidad y no tanto una variación de la locura, una defensa de la razón de los locos, algo que tampoco encuentra en ‘Don Quijote’. «Es una complicación decir que Don Quijote estaba loco: Cervantes no lo dice. Dice que era ingenioso. Y los duques de Villahermosa no entienden del todo la ironía del hombre. Le toman el pelo un poco, o mucho, pero no acaban de salirse con la suya los duques», explicó aquel día el autor.
Un recuerdo de la DANA
El primero en saludar a los Reyes en el Palacio Real ha sido el ministro de Cultura, Ernest Urtasun. También se encontraba allí la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el director de ABC Cultural, Jesús García Calero. Al almuerzo han asistido autores como María Dueñas o Virginia Feito.
Seis meses después de la catastrófica DANA que afectó a varias localidades de la Comunidad Valenciana, Don Felipe y Doña Letizia han querido que estuvieran presentes algunos libreros de las zonas afectadas, como Guillermina Spikermann, propietaria de la librería Passarella, en Picaña, y María Moliner, directora de la biblioteca pública de Paiporta. También ha asistido la escritora valenciana Elísabet Benavent.
En el mundo que vivimos «marcado por la incertidumbre y por la inmediatez», según ha afirmado el Rey, «hay quien alerta de que todo parece diluirse, de manera trepidante y desmemoriada, en una suerte de indiferencia fatalista». En este sentido Don Felipe ha señalado que «los principios que nos vertebran como sociedad» son «nuestra capacidad de discernir lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo verdadero de lo falso».
En este contexto de barreras y ante la situación geopolítica actual, Felipe VI ha puesto en valor la importancia de utilizar el lenguaje como una herramienta para el diálogo y ha destacado que «la lengua, nuestra lengua, en la medida en que es vehículo de la comunicación, puede desempeñar un papel fundamental en que eso no sea así» y recordó que el español ya tiene 600 millones de hablantes y es la segunda lengua de comunicación del mundo. «El lenguaje ha de servirnos, también, para decir algo y claro: no es verdad. No es verdad que todo valga, no es verdad que todo sea relativo. No es verdad que mérito y dedicación equivalgan a suerte y oportunismo, ni que el rigor y el conocimiento estén pasados de moda».
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