En Maastricht se puede cantar ‘Torna a Surriento’, ‘Libiamo ne’ lieti calici’ de ‘La Traviata’ y la ‘La Macarena’ en un mismo escenario. Lo hace André Rieu cada año con la Johan Strauss Orchestra, su conjunto con el que desde hace 38 años se unió para siempre con el fin de acercar la música clásica a las calles sin ningún tipo de pudor ni encorsetamiento. «La música no tiene límites, ya lo has visto esta noche. No conoce ningún tipo de límite. Es así, es libre», reconocía el violinista y director a ABC algo exhausto, después de un concierto de más de tres horas en la plaza Vrijthof con 11.000 asistentes. Aunque horas antes lo que hacía era desfilar por las calles de Maastricht junto a la orquesta y a los bailarines que le acompañaban.Noticia Relacionada reportaje Si Los hermanos Jussen: con el piano en las manos y el balón en los pies Los pianistas neerlandeses de 31 y 28 años visitaron el Auditorio Nacional con la Gewandhausorchester Leipzig de la mano de Ibermúsica, y ABC Cultural les acompañó durante sus ensayos y preparación para el conciertoLa música, en cuestión de segundos, invadía la conocida plaza de la ciudad con miles de espectadores y curiosos que se animaban a dar palmas y disfrutar de las marchas que sonaban. El concierto es un acontecimiento total para la ciudad. Muchos de sus establecimientos tienen carteles del concierto donde recomiendan su restaurante para tomar algo antes del concierto de Rieu. Este artista neerlandés era consciente de que para acercar la música clásica a la gente de a pie era sacarla de los auditorios y desplazarla a los lugares que los jóvenes y el resto de personas frecuentan: la calle. Desde los años noventa, el director ha recorrido el mundo con su orquesta con un show de música en directo con valses, extractos de óperas, canciones modernas y muchos bailes con el único fin de trasladar la belleza de la música clásica a toda la humanidad. «Ahí va André», exclama una pequeña niña que señala al artista mientras sacude la chaqueta de su madre para que también lo vea.El desfile de André Rieu, los fans, y los bailarines del conjunto bailando un vals durante el concierto André Rieu ProductionsLa gente se agolpa para encontrar sus butacas en la plaza y mientras tanto las pantallas hacen una cuenta atrás. Entre el público hay jóvenes, familias, abuelos con sus nietos, amigas que se reúnen después de un largo tiempo. La marcha de la orquesta poco a poco va acercándose y la gente comienza a ponerse de pie para dar la bienvenida a André Rieu. «La música une, nos tenemos que acoger a ella», exclama el director mientras la gente se pone en pie a aplaudir. La velada empieza fuerte, con los Platin tenors: Serge Bosch, Béla Mavrak y Gary Bennett. ‘Torna a Surriento’ genera suspiros y algún que otro pañuelo para secar las lágrimas. La distancia de los espectadores al escenario no impide emocionar a los presentes. Dos ancianos se miran y sonríen, ella le seca las lágrimas a él mientras el hombre aplaude sin fin. Sus nietos lo graban emocionado. «Soy John, de Irlanda. Hace unos años vi el espectáculo y quedé algo decepcionado. Pero lo de hoy ha sido de otro mundo. Me ha impactado. Qué nivel, qué calidad, qué manera de poner en pie al público», comentaba un anciano mientras hacía gestos a su mujer para que esperara porque quería seguir comentando el concierto. «Es como un milagro», añadía.Rieu sabe cómo despertar el oído de los presentes y cambiar la dinámica del concierto por algo más animado. Por eso suena la polka ‘Feuerfest’ de Strauss, que pone al público en pie. «No sabes nunca lo que va a ocurrir a pesar de que muchas veces son las mismas canciones de siempre. Cada día lo sientes de una manera», exclama Mery, una espectadora que viajó desde Reino Unido para escuchar a Rieu. El director saluda a cada uno de los países que han acudido al concierto, y a lo lejos se alza un conjunto de turistas de Corea, con banderas en la cabeza en forma de diadema que saludan emocionados. Y de nuevo, la emoción llega con Emma Kok, una joven que ha crecido con los conciertos de Rieu. «Kok tiene gastroparesia y ha dependido de una sonda de alimentación desde los nueve meses de edad», explica el violinista. La cantante interpreta ‘Earth song’ y ‘Voilà’, que hace estallar aplausos con gente emocionada. La joven ha cantado con Rieu desde hace ya unos años. En la gran noche de Rieu hay tiempo para emocionarse, reír, cantar y también bailar. El director alza la batuta para que la orquesta arranque los compases de ‘El Danubio azul’, de Strauss, mientras los bailarines llenan las filas para bailar un vals. Pero el orden dura poco porque los espectadores son los que comienzan también a ponerse de pie para bailarlo. Los ancianos emocionados de antes son los que ahora se levantan para salir a la fila y bailar. Aunque no solo Maastricht puede disfrutar de este deleite. El artista visitará el palacio de los deportes Martín Carpena de Málaga el 27 de enero de 2026 con el mismo show, el Movistar Arena de Madrid el 29, el recién estrenado Roig Arena de Valencia el 30 y pondrá el broche de oro en su gira por España en el Palau Sant Jordi de Barcelona el 31. ‘La Macarena’, el broche de oro Los espectadores han saltado de un ‘Torna a Surriento’ a ‘Libiamo ne’ lieti calici’ de ‘La Traviata’ pasando por ‘Un bel dì, vedremo’ de ‘Madame Butterfly’. Valses no faltan, espontáneos que bailan tampoco. Aunque Maatricht se rompe. Sobre las doce de la noche, haciendo honor a lo que el tema ha suscitado en fiestas y ferias, Los del Río entran al gigante escenario de Maastricht al sonar los primeros compases del famoso remix de Bayside Boys. El público, en pie automáticamente, comienza a bailar la mítica coreografía entre risas. Neerlandeses, irlandeses, alemanes, españoles, franceses y todo ser viviente de la plaza mueve el esqueleto mientras Los del Río lanzan su grito: «…Ehhhh Macarena, aaaaaaay». Antonio le pide al violinista que le siga con un movimiento que hace con los pies propio de las ferias y el desmelene flamenco, pero Rieu solo es capaz de saltar con el violín en mano mientras Rafael repite su ‘aaaaaay’.Los del Río y André Rieu durante el concierto André Rieu ProductionsAunque han pasado más de treinta años desde aquél tema, Los del Río se ven en la necesidad de volver a explicar el sentido y origen del tema. «Este movimiento musical se inspiró en Venezuela cuando le dije una mujer ‘Dale a tu cuerpo alegría Magdalena’ y después la Magdalena la cambié por Macarena porque yo tengo una hija que se llama Esperanza Macarena y entonces a la canción le puse Macarena por mi hija, sin saber que esto podía llevar la campaña electoral de Clinton. Es la satisfacción más grande de mi vida y que se entere la gente que Macarena está en la casa de la gente y ‘La Macarena’ se llama y por dar la Esperanza Macarena Romero Serralle», suelta Antonio con un olé, a continuación, de Rafael, después del concierto. En Maastricht se puede cantar ‘Torna a Surriento’, ‘Libiamo ne’ lieti calici’ de ‘La Traviata’ y la ‘La Macarena’ en un mismo escenario. Lo hace André Rieu cada año con la Johan Strauss Orchestra, su conjunto con el que desde hace 38 años se unió para siempre con el fin de acercar la música clásica a las calles sin ningún tipo de pudor ni encorsetamiento. «La música no tiene límites, ya lo has visto esta noche. No conoce ningún tipo de límite. Es así, es libre», reconocía el violinista y director a ABC algo exhausto, después de un concierto de más de tres horas en la plaza Vrijthof con 11.000 asistentes. Aunque horas antes lo que hacía era desfilar por las calles de Maastricht junto a la orquesta y a los bailarines que le acompañaban.Noticia Relacionada reportaje Si Los hermanos Jussen: con el piano en las manos y el balón en los pies Los pianistas neerlandeses de 31 y 28 años visitaron el Auditorio Nacional con la Gewandhausorchester Leipzig de la mano de Ibermúsica, y ABC Cultural les acompañó durante sus ensayos y preparación para el conciertoLa música, en cuestión de segundos, invadía la conocida plaza de la ciudad con miles de espectadores y curiosos que se animaban a dar palmas y disfrutar de las marchas que sonaban. El concierto es un acontecimiento total para la ciudad. Muchos de sus establecimientos tienen carteles del concierto donde recomiendan su restaurante para tomar algo antes del concierto de Rieu. Este artista neerlandés era consciente de que para acercar la música clásica a la gente de a pie era sacarla de los auditorios y desplazarla a los lugares que los jóvenes y el resto de personas frecuentan: la calle. Desde los años noventa, el director ha recorrido el mundo con su orquesta con un show de música en directo con valses, extractos de óperas, canciones modernas y muchos bailes con el único fin de trasladar la belleza de la música clásica a toda la humanidad. «Ahí va André», exclama una pequeña niña que señala al artista mientras sacude la chaqueta de su madre para que también lo vea.El desfile de André Rieu, los fans, y los bailarines del conjunto bailando un vals durante el concierto André Rieu ProductionsLa gente se agolpa para encontrar sus butacas en la plaza y mientras tanto las pantallas hacen una cuenta atrás. Entre el público hay jóvenes, familias, abuelos con sus nietos, amigas que se reúnen después de un largo tiempo. La marcha de la orquesta poco a poco va acercándose y la gente comienza a ponerse de pie para dar la bienvenida a André Rieu. «La música une, nos tenemos que acoger a ella», exclama el director mientras la gente se pone en pie a aplaudir. La velada empieza fuerte, con los Platin tenors: Serge Bosch, Béla Mavrak y Gary Bennett. ‘Torna a Surriento’ genera suspiros y algún que otro pañuelo para secar las lágrimas. La distancia de los espectadores al escenario no impide emocionar a los presentes. Dos ancianos se miran y sonríen, ella le seca las lágrimas a él mientras el hombre aplaude sin fin. Sus nietos lo graban emocionado. «Soy John, de Irlanda. Hace unos años vi el espectáculo y quedé algo decepcionado. Pero lo de hoy ha sido de otro mundo. Me ha impactado. Qué nivel, qué calidad, qué manera de poner en pie al público», comentaba un anciano mientras hacía gestos a su mujer para que esperara porque quería seguir comentando el concierto. «Es como un milagro», añadía.Rieu sabe cómo despertar el oído de los presentes y cambiar la dinámica del concierto por algo más animado. Por eso suena la polka ‘Feuerfest’ de Strauss, que pone al público en pie. «No sabes nunca lo que va a ocurrir a pesar de que muchas veces son las mismas canciones de siempre. Cada día lo sientes de una manera», exclama Mery, una espectadora que viajó desde Reino Unido para escuchar a Rieu. El director saluda a cada uno de los países que han acudido al concierto, y a lo lejos se alza un conjunto de turistas de Corea, con banderas en la cabeza en forma de diadema que saludan emocionados. Y de nuevo, la emoción llega con Emma Kok, una joven que ha crecido con los conciertos de Rieu. «Kok tiene gastroparesia y ha dependido de una sonda de alimentación desde los nueve meses de edad», explica el violinista. La cantante interpreta ‘Earth song’ y ‘Voilà’, que hace estallar aplausos con gente emocionada. La joven ha cantado con Rieu desde hace ya unos años. En la gran noche de Rieu hay tiempo para emocionarse, reír, cantar y también bailar. El director alza la batuta para que la orquesta arranque los compases de ‘El Danubio azul’, de Strauss, mientras los bailarines llenan las filas para bailar un vals. Pero el orden dura poco porque los espectadores son los que comienzan también a ponerse de pie para bailarlo. Los ancianos emocionados de antes son los que ahora se levantan para salir a la fila y bailar. Aunque no solo Maastricht puede disfrutar de este deleite. El artista visitará el palacio de los deportes Martín Carpena de Málaga el 27 de enero de 2026 con el mismo show, el Movistar Arena de Madrid el 29, el recién estrenado Roig Arena de Valencia el 30 y pondrá el broche de oro en su gira por España en el Palau Sant Jordi de Barcelona el 31. ‘La Macarena’, el broche de oro Los espectadores han saltado de un ‘Torna a Surriento’ a ‘Libiamo ne’ lieti calici’ de ‘La Traviata’ pasando por ‘Un bel dì, vedremo’ de ‘Madame Butterfly’. Valses no faltan, espontáneos que bailan tampoco. Aunque Maatricht se rompe. Sobre las doce de la noche, haciendo honor a lo que el tema ha suscitado en fiestas y ferias, Los del Río entran al gigante escenario de Maastricht al sonar los primeros compases del famoso remix de Bayside Boys. El público, en pie automáticamente, comienza a bailar la mítica coreografía entre risas. Neerlandeses, irlandeses, alemanes, españoles, franceses y todo ser viviente de la plaza mueve el esqueleto mientras Los del Río lanzan su grito: «…Ehhhh Macarena, aaaaaaay». Antonio le pide al violinista que le siga con un movimiento que hace con los pies propio de las ferias y el desmelene flamenco, pero Rieu solo es capaz de saltar con el violín en mano mientras Rafael repite su ‘aaaaaay’.Los del Río y André Rieu durante el concierto André Rieu ProductionsAunque han pasado más de treinta años desde aquél tema, Los del Río se ven en la necesidad de volver a explicar el sentido y origen del tema. «Este movimiento musical se inspiró en Venezuela cuando le dije una mujer ‘Dale a tu cuerpo alegría Magdalena’ y después la Magdalena la cambié por Macarena porque yo tengo una hija que se llama Esperanza Macarena y entonces a la canción le puse Macarena por mi hija, sin saber que esto podía llevar la campaña electoral de Clinton. Es la satisfacción más grande de mi vida y que se entere la gente que Macarena está en la casa de la gente y ‘La Macarena’ se llama y por dar la Esperanza Macarena Romero Serralle», suelta Antonio con un olé, a continuación, de Rafael, después del concierto.
En Maastricht se puede cantar ‘Torna a Surriento’, ‘Libiamo ne’ lieti calici’ de ‘La Traviata’ y la ‘La Macarena’ en un mismo escenario. Lo hace André Rieu cada año con la Johan Strauss Orchestra, su conjunto con el que desde hace 38 años se … unió para siempre con el fin de acercar la música clásica a las calles sin ningún tipo de pudor ni encorsetamiento. «La música no tiene límites, ya lo has visto esta noche. No conoce ningún tipo de límite. Es así, es libre», reconocía el violinista y director a ABC algo exhausto, después de un concierto de más de tres horas en la plaza Vrijthof con 11.000 asistentes. Aunque horas antes lo que hacía era desfilar por las calles de Maastricht junto a la orquesta y a los bailarines que le acompañaban.
La música, en cuestión de segundos, invadía la conocida plaza de la ciudad con miles de espectadores y curiosos que se animaban a dar palmas y disfrutar de las marchas que sonaban. El concierto es un acontecimiento total para la ciudad. Muchos de sus establecimientos tienen carteles del concierto donde recomiendan su restaurante para tomar algo antes del concierto de Rieu. Este artista neerlandés era consciente de que para acercar la música clásica a la gente de a pie era sacarla de los auditorios y desplazarla a los lugares que los jóvenes y el resto de personas frecuentan: la calle. Desde los años noventa, el director ha recorrido el mundo con su orquesta con un show de música en directo con valses, extractos de óperas, canciones modernas y muchos bailes con el único fin de trasladar la belleza de la música clásica a toda la humanidad. «Ahí va André», exclama una pequeña niña que señala al artista mientras sacude la chaqueta de su madre para que también lo vea.



André Rieu Productions
La gente se agolpa para encontrar sus butacas en la plaza y mientras tanto las pantallas hacen una cuenta atrás. Entre el público hay jóvenes, familias, abuelos con sus nietos, amigas que se reúnen después de un largo tiempo. La marcha de la orquesta poco a poco va acercándose y la gente comienza a ponerse de pie para dar la bienvenida a André Rieu. «La música une, nos tenemos que acoger a ella», exclama el director mientras la gente se pone en pie a aplaudir. La velada empieza fuerte, con los Platin tenors: Serge Bosch, Béla Mavrak y Gary Bennett. ‘Torna a Surriento’ genera suspiros y algún que otro pañuelo para secar las lágrimas. La distancia de los espectadores al escenario no impide emocionar a los presentes. Dos ancianos se miran y sonríen, ella le seca las lágrimas a él mientras el hombre aplaude sin fin. Sus nietos lo graban emocionado. «Soy John, de Irlanda. Hace unos años vi el espectáculo y quedé algo decepcionado. Pero lo de hoy ha sido de otro mundo. Me ha impactado. Qué nivel, qué calidad, qué manera de poner en pie al público», comentaba un anciano mientras hacía gestos a su mujer para que esperara porque quería seguir comentando el concierto. «Es como un milagro», añadía.
Rieu sabe cómo despertar el oído de los presentes y cambiar la dinámica del concierto por algo más animado. Por eso suena la polka ‘Feuerfest’ de Strauss, que pone al público en pie. «No sabes nunca lo que va a ocurrir a pesar de que muchas veces son las mismas canciones de siempre. Cada día lo sientes de una manera», exclama Mery, una espectadora que viajó desde Reino Unido para escuchar a Rieu. El director saluda a cada uno de los países que han acudido al concierto, y a lo lejos se alza un conjunto de turistas de Corea, con banderas en la cabeza en forma de diadema que saludan emocionados. Y de nuevo, la emoción llega con Emma Kok, una joven que ha crecido con los conciertos de Rieu. «Kok tiene gastroparesia y ha dependido de una sonda de alimentación desde los nueve meses de edad», explica el violinista. La cantante interpreta ‘Earth song’ y ‘Voilà’, que hace estallar aplausos con gente emocionada. La joven ha cantado con Rieu desde hace ya unos años.
En la gran noche de Rieu hay tiempo para emocionarse, reír, cantar y también bailar. El director alza la batuta para que la orquesta arranque los compases de ‘El Danubio azul’, de Strauss, mientras los bailarines llenan las filas para bailar un vals. Pero el orden dura poco porque los espectadores son los que comienzan también a ponerse de pie para bailarlo. Los ancianos emocionados de antes son los que ahora se levantan para salir a la fila y bailar. Aunque no solo Maastricht puede disfrutar de este deleite. El artista visitará el palacio de los deportes Martín Carpena de Málaga el 27 de enero de 2026 con el mismo show, el Movistar Arena de Madrid el 29, el recién estrenado Roig Arena de Valencia el 30 y pondrá el broche de oro en su gira por España en el Palau Sant Jordi de Barcelona el 31.
‘La Macarena’, el broche de oro
Los espectadores han saltado de un ‘Torna a Surriento’ a ‘Libiamo ne’ lieti calici’ de ‘La Traviata’ pasando por ‘Un bel dì, vedremo’ de ‘Madame Butterfly’. Valses no faltan, espontáneos que bailan tampoco. Aunque Maatricht se rompe. Sobre las doce de la noche, haciendo honor a lo que el tema ha suscitado en fiestas y ferias, Los del Río entran al gigante escenario de Maastricht al sonar los primeros compases del famoso remix de Bayside Boys. El público, en pie automáticamente, comienza a bailar la mítica coreografía entre risas. Neerlandeses, irlandeses, alemanes, españoles, franceses y todo ser viviente de la plaza mueve el esqueleto mientras Los del Río lanzan su grito: «…Ehhhh Macarena, aaaaaaay». Antonio le pide al violinista que le siga con un movimiento que hace con los pies propio de las ferias y el desmelene flamenco, pero Rieu solo es capaz de saltar con el violín en mano mientras Rafael repite su ‘aaaaaay’.
André Rieu Productions
Aunque han pasado más de treinta años desde aquél tema, Los del Río se ven en la necesidad de volver a explicar el sentido y origen del tema. «Este movimiento musical se inspiró en Venezuela cuando le dije una mujer ‘Dale a tu cuerpo alegría Magdalena’ y después la Magdalena la cambié por Macarena porque yo tengo una hija que se llama Esperanza Macarena y entonces a la canción le puse Macarena por mi hija, sin saber que esto podía llevar la campaña electoral de Clinton. Es la satisfacción más grande de mi vida y que se entere la gente que Macarena está en la casa de la gente y ‘La Macarena’ se llama y por dar la Esperanza Macarena Romero Serralle», suelta Antonio con un olé, a continuación, de Rafael, después del concierto.
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