Crítica de teatro ‘Entre monstres’ Dramaturgia Manel Moreno Dirección Israel Solà Escenografía y vestuario Claudia Vilà Iluminación Sylvia Kuchinow Espacio sonoro David Solans Intérpretes David Bagés, Rafa Delacroix, Montse Esteve, Georgina Latre Lugar Teatre Akadèmia, Barcelona 3Un joven visita un piso y el vendedor utiliza toda su artillería comercial para vendérselo. Solidez de estructuras, ventanas de doble vidrio que preservan del frío y el calor, luz solar en todas las dependencias, amplia cocina… La casa a la que uno deseará siempre volver, embrión enladrillado de la familia feliz que ese joven querrá formar. La palabrería del vendedor, que finge atender llamadas al móvil de otros interesados en comprar ese piso, cesa cuando el cliente pide entrar al lavabo. A partir de ese momento, una densa oscuridad se cierne sobre el joven. Una grieta en la pared nos habla de un pasado traumático y convoca personajes fantasmales de una infancia de maltratos… La luminosa escena del optimismo del vendedor da paso al desasosiego del comprador. Luces rojas, una cortina. Surge una mujer madura de cabello teñido platino, vestido rojo y zapatos de plataforma en un escenario que puede remitir a una película del fallecido David Lynch . El joven se somete a una suerte de disección del pasado familiar que intentaba relegar al olvido. Para quien ha padecido una situación traumática, el olvido puede ser tan pernicioso como el recuerdo torturante del mal. Esos agujeros negros en la memoria de una vida han deglutido lo que fue una infancia para dejar solo la nada absoluta. Recuerdos que no se quieren ir, canta la mujer.’ Entre monstres ‘ (Entre monstruos), de la compañía 42KM, cuestiona el hogar familiar como espacio protector: «El momento que tu casa es un lugar hostil. Quedarse sería perpetuar esa violencia y salir sería la salvación». Para romper ese círculo vicioso, Manel Moreno , el autor de la obra, plantea la catarsis de reconocer personalmente a los maltratadores y no reducirlos al simple papel de ‘monstruos’ de cuento. Una catarsis representada con la atmósfera perturbadora que idea Claudia Vilà y un reparto bien conjuntado en el que destaca el siempre solvente David Bagés en un doble papel y Montse Esteve como la guía del atribulado protagonista ( Rafa Delacroix ) por los laberintos de la oscura memoria familiar que le interpela a través de las paredes. Una obra con tintes de psicodrama sobre los recuerdos que deben ser verbalizados. Crítica de teatro ‘Entre monstres’ Dramaturgia Manel Moreno Dirección Israel Solà Escenografía y vestuario Claudia Vilà Iluminación Sylvia Kuchinow Espacio sonoro David Solans Intérpretes David Bagés, Rafa Delacroix, Montse Esteve, Georgina Latre Lugar Teatre Akadèmia, Barcelona 3Un joven visita un piso y el vendedor utiliza toda su artillería comercial para vendérselo. Solidez de estructuras, ventanas de doble vidrio que preservan del frío y el calor, luz solar en todas las dependencias, amplia cocina… La casa a la que uno deseará siempre volver, embrión enladrillado de la familia feliz que ese joven querrá formar. La palabrería del vendedor, que finge atender llamadas al móvil de otros interesados en comprar ese piso, cesa cuando el cliente pide entrar al lavabo. A partir de ese momento, una densa oscuridad se cierne sobre el joven. Una grieta en la pared nos habla de un pasado traumático y convoca personajes fantasmales de una infancia de maltratos… La luminosa escena del optimismo del vendedor da paso al desasosiego del comprador. Luces rojas, una cortina. Surge una mujer madura de cabello teñido platino, vestido rojo y zapatos de plataforma en un escenario que puede remitir a una película del fallecido David Lynch . El joven se somete a una suerte de disección del pasado familiar que intentaba relegar al olvido. Para quien ha padecido una situación traumática, el olvido puede ser tan pernicioso como el recuerdo torturante del mal. Esos agujeros negros en la memoria de una vida han deglutido lo que fue una infancia para dejar solo la nada absoluta. Recuerdos que no se quieren ir, canta la mujer.’ Entre monstres ‘ (Entre monstruos), de la compañía 42KM, cuestiona el hogar familiar como espacio protector: «El momento que tu casa es un lugar hostil. Quedarse sería perpetuar esa violencia y salir sería la salvación». Para romper ese círculo vicioso, Manel Moreno , el autor de la obra, plantea la catarsis de reconocer personalmente a los maltratadores y no reducirlos al simple papel de ‘monstruos’ de cuento. Una catarsis representada con la atmósfera perturbadora que idea Claudia Vilà y un reparto bien conjuntado en el que destaca el siempre solvente David Bagés en un doble papel y Montse Esteve como la guía del atribulado protagonista ( Rafa Delacroix ) por los laberintos de la oscura memoria familiar que le interpela a través de las paredes. Una obra con tintes de psicodrama sobre los recuerdos que deben ser verbalizados.
Crítica de teatro
La obra cuestiona el hogar familiar como espacio protector, y el autor plantea la catarsis de reconocer personalmente a los maltratadores y no reducirlos al simple papel de ‘monstruos’ de cuento
-
Dramaturgia
Manel Moreno -
Dirección
Israel Solà -
Escenografía y vestuario
Claudia Vilà -
Iluminación
Sylvia Kuchinow -
Espacio sonoro
David Solans -
Intérpretes
David Bagés, Rafa Delacroix, Montse Esteve, Georgina Latre -
Lugar
Teatre Akadèmia, Barcelona
Un joven visita un piso y el vendedor utiliza toda su artillería comercial para vendérselo. Solidez de estructuras, ventanas de doble vidrio que preservan del frío y el calor, luz solar en todas las dependencias, amplia cocina… La casa a la que uno deseará siempre … volver, embrión enladrillado de la familia feliz que ese joven querrá formar. La palabrería del vendedor, que finge atender llamadas al móvil de otros interesados en comprar ese piso, cesa cuando el cliente pide entrar al lavabo. A partir de ese momento, una densa oscuridad se cierne sobre el joven. Una grieta en la pared nos habla de un pasado traumático y convoca personajes fantasmales de una infancia de maltratos…
La luminosa escena del optimismo del vendedor da paso al desasosiego del comprador. Luces rojas, una cortina. Surge una mujer madura de cabello teñido platino, vestido rojo y zapatos de plataforma en un escenario que puede remitir a una película del fallecido David Lynch. El joven se somete a una suerte de disección del pasado familiar que intentaba relegar al olvido. Para quien ha padecido una situación traumática, el olvido puede ser tan pernicioso como el recuerdo torturante del mal. Esos agujeros negros en la memoria de una vida han deglutido lo que fue una infancia para dejar solo la nada absoluta. Recuerdos que no se quieren ir, canta la mujer.
‘Entre monstres‘ (Entre monstruos), de la compañía 42KM, cuestiona el hogar familiar como espacio protector: «El momento que tu casa es un lugar hostil. Quedarse sería perpetuar esa violencia y salir sería la salvación». Para romper ese círculo vicioso, Manel Moreno, el autor de la obra, plantea la catarsis de reconocer personalmente a los maltratadores y no reducirlos al simple papel de ‘monstruos’ de cuento. Una catarsis representada con la atmósfera perturbadora que idea Claudia Vilà y un reparto bien conjuntado en el que destaca el siempre solvente David Bagés en un doble papel y Montse Esteve como la guía del atribulado protagonista (Rafa Delacroix) por los laberintos de la oscura memoria familiar que le interpela a través de las paredes. Una obra con tintes de psicodrama sobre los recuerdos que deben ser verbalizados.
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