Dicen en México que cuando está para ti, ni aún quitándote. Y cuando no está para ti, ni aún poniéndote. Ayer la tarde de los Parralejos estaba para David de Miranda, al que más falta le hacía. Y David amarró el triunfo grande y rotundo.Cayetano mató su lote de dos estocadas y se despidió oyendo el pasodoble ‘Juncal’. Curro Vázquez descansará como apoderado y podrá disfrutar de su gran obra. Y Roca tragó quina con el quinto, áspero y mentiroso. No redondeó la feria como sería su deseo porque la tarde estaba para el torero de Huelva, que aparte de cortar tres orejas e irse por la Puerta del Príncipe se echó el capote a la espalda en el toro de Roca y le enseñó los dientes con un quite por su palo. Se presentó a la gloria y la ganó. El de Huelva es torero, ya lo ha dicho Sevilla. Dicen en México que cuando está para ti, ni aún quitándote. Y cuando no está para ti, ni aún poniéndote. Ayer la tarde de los Parralejos estaba para David de Miranda, al que más falta le hacía. Y David amarró el triunfo grande y rotundo.Cayetano mató su lote de dos estocadas y se despidió oyendo el pasodoble ‘Juncal’. Curro Vázquez descansará como apoderado y podrá disfrutar de su gran obra. Y Roca tragó quina con el quinto, áspero y mentiroso. No redondeó la feria como sería su deseo porque la tarde estaba para el torero de Huelva, que aparte de cortar tres orejas e irse por la Puerta del Príncipe se echó el capote a la espalda en el toro de Roca y le enseñó los dientes con un quite por su palo. Se presentó a la gloria y la ganó. El de Huelva es torero, ya lo ha dicho Sevilla.
Dicen en México que cuando está para ti, ni aún quitándote. Y cuando no está para ti, ni aún poniéndote. Ayer la tarde de los Parralejos estaba para David de Miranda, al que más falta le hacía. Y David amarró el triunfo grande y rotundo.
Cayetano mató su lote de dos estocadas y se despidió oyendo el pasodoble ‘Juncal’. Curro Vázquez descansará como apoderado y podrá disfrutar de su gran obra. Y Roca tragó quina con el quinto, áspero y mentiroso. No redondeó la feria como sería su deseo porque la tarde estaba para el torero de Huelva, que aparte de cortar tres orejas e irse por la Puerta del Príncipe se echó el capote a la espalda en el toro de Roca y le enseñó los dientes con un quite por su palo. Se presentó a la gloria y la ganó. El de Huelva es torero, ya lo ha dicho Sevilla.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Volver a intentar
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Sigue navegando
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de cultura