Puede decirse que lo que vemos aquí, más que estampas de la Europa -del Este y del Oeste- de los años 60, es un homenaje a una exposición mítica, ‘My European Trip’, que Joel Meyerowitz (Nueva York, 1938) realizó en el MoMA de Nueva York en 1968, es decir nada más regresar de su decisivo viaje de un año por Europa a la ciudad en la que aún hoy reside. El texto que se publicó entonces -evocado en la correspondiente cartela- es uno de los primeros dedicados al modo en que el automóvil cambió nuestra forma de percibir el paisaje, acelerándolo todo y acortándolo todo. Noticias relacionadas estandar Si CRÍTICA DE: ‘Europa 1966-1967’, de Joel Meyerowitz : Un ‘¡olé!’ entendido como ‘instante decisivo’ Juan Francisco Rueda reportaje Si Joel Meyerowitz regresa a Málaga 60 años después Natividad PulidoUna selección de copias originales de aquella cita, la mayoría tituladas simplemente con el nombre de la carretera remota en la que fueron tomadas, abre un recorrido bastante complejo (puede considerarse que Meyerowitz es un pionero de la foto documental en color, pero importa qué documenta y cómo, y en sus imágenes sucede algo donde no ocurre nada) que prosigue con las series dedicadas a una decena de países y se cierra con un amplio conjunto dedicado a Málaga, donde el artista se detuvo durante seis meses y que es el episodio más importante de aquel periplo. Por eso el Museo Picasso de Málaga produjo el año pasado esta exposición, que ahora podemos ver en Madrid en el marco de PHotoEspaña.Lo que no era bien aceptadoMeyerowitz estudió Bellas Artes en Ohio en los años 50 y, tras conocer a Robert Frank en 1962, optó por dedicarse a la foto en la estela de los Street Photographers (aunque su obra más celebrada acaso sea la paisajística) y bajo la influencia de Cartier-Bresson; es conocido por haber introducido tempranamente el color en la fotografía de reportaje (a finales de los sesenta, aunque en la serie malagueña ya hay bastantes), lo cual no se aceptaba bien en la época; ha trabajado para numerosas revistas, expuesto en museos de todo el mundo y otro hito en su brillante carrera es el trabajo que realizó para el Departamento de Estado sobre la Zona 0 tras los atentados del 11-S.Eran otros tiempos. En las imágenes, distintas obras de Joel Meyerowitz del proyecto ‘My European Trip’, de los años sesenta Joel MeyerowitzGracias a una beca Guggenheim, Meyerowitz y su esposa Vivian recorrieron, pues, durante un año 30.000 kilómetros por carreteras de Inglaterra, Irlanda, Escocia, Francia, España, Alemania, Austria, Grecia, Italia, Yugoslavia y Bulgaria, además de Turquía y Marruecos. Esta gran exposición le dedica una sala a cada país pero en ningún caso se encontrarán aquí concesiones al costumbrismo o el pintoresquismo. Realmente, Meyerowitz narra el afinamiento de su propia sensibilidad, que es especial y aún secreta. Para él, se trataba de «desprenderse de los métodos y respuestas tradicionales»: «Europa me dio la oportunidad de andar solo por mi cuenta y experimentar la libertad de explorar lugares desconocidos, de abandonar los enfoques que ya me eran familiares y empezar a reconocer mi identidad visual». Joel Meyerowitz ‘Europa (1966-1967)’. Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa. Madrid. Plaza de Colón, s/n. Comisario: Miguel López-Remiro. Colabora: Museo Picasso-Málaga. Hasta el 13 de julio. Cuatro estrellas.Pero en realidad, lo que descubrió fue el modo de lidiar con el azar: «Veía la fotografía como un medio azaroso, en el que nunca sabes qué va a pasar a continuación o qué te va a interesar». O sea, la vida misma: «Ser consciente, estar alerta y preparado para responder con prontitud a los estímulos que uno encuentra a lo largo del viaje». Puede que el único lugar donde realmente quedó fascinado y donde la realidad -y desde luego, la gente- pudo más que el arte fue Málaga. Puede decirse que lo que vemos aquí, más que estampas de la Europa -del Este y del Oeste- de los años 60, es un homenaje a una exposición mítica, ‘My European Trip’, que Joel Meyerowitz (Nueva York, 1938) realizó en el MoMA de Nueva York en 1968, es decir nada más regresar de su decisivo viaje de un año por Europa a la ciudad en la que aún hoy reside. El texto que se publicó entonces -evocado en la correspondiente cartela- es uno de los primeros dedicados al modo en que el automóvil cambió nuestra forma de percibir el paisaje, acelerándolo todo y acortándolo todo. Noticias relacionadas estandar Si CRÍTICA DE: ‘Europa 1966-1967’, de Joel Meyerowitz : Un ‘¡olé!’ entendido como ‘instante decisivo’ Juan Francisco Rueda reportaje Si Joel Meyerowitz regresa a Málaga 60 años después Natividad PulidoUna selección de copias originales de aquella cita, la mayoría tituladas simplemente con el nombre de la carretera remota en la que fueron tomadas, abre un recorrido bastante complejo (puede considerarse que Meyerowitz es un pionero de la foto documental en color, pero importa qué documenta y cómo, y en sus imágenes sucede algo donde no ocurre nada) que prosigue con las series dedicadas a una decena de países y se cierra con un amplio conjunto dedicado a Málaga, donde el artista se detuvo durante seis meses y que es el episodio más importante de aquel periplo. Por eso el Museo Picasso de Málaga produjo el año pasado esta exposición, que ahora podemos ver en Madrid en el marco de PHotoEspaña.Lo que no era bien aceptadoMeyerowitz estudió Bellas Artes en Ohio en los años 50 y, tras conocer a Robert Frank en 1962, optó por dedicarse a la foto en la estela de los Street Photographers (aunque su obra más celebrada acaso sea la paisajística) y bajo la influencia de Cartier-Bresson; es conocido por haber introducido tempranamente el color en la fotografía de reportaje (a finales de los sesenta, aunque en la serie malagueña ya hay bastantes), lo cual no se aceptaba bien en la época; ha trabajado para numerosas revistas, expuesto en museos de todo el mundo y otro hito en su brillante carrera es el trabajo que realizó para el Departamento de Estado sobre la Zona 0 tras los atentados del 11-S.Eran otros tiempos. En las imágenes, distintas obras de Joel Meyerowitz del proyecto ‘My European Trip’, de los años sesenta Joel MeyerowitzGracias a una beca Guggenheim, Meyerowitz y su esposa Vivian recorrieron, pues, durante un año 30.000 kilómetros por carreteras de Inglaterra, Irlanda, Escocia, Francia, España, Alemania, Austria, Grecia, Italia, Yugoslavia y Bulgaria, además de Turquía y Marruecos. Esta gran exposición le dedica una sala a cada país pero en ningún caso se encontrarán aquí concesiones al costumbrismo o el pintoresquismo. Realmente, Meyerowitz narra el afinamiento de su propia sensibilidad, que es especial y aún secreta. Para él, se trataba de «desprenderse de los métodos y respuestas tradicionales»: «Europa me dio la oportunidad de andar solo por mi cuenta y experimentar la libertad de explorar lugares desconocidos, de abandonar los enfoques que ya me eran familiares y empezar a reconocer mi identidad visual». Joel Meyerowitz ‘Europa (1966-1967)’. Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa. Madrid. Plaza de Colón, s/n. Comisario: Miguel López-Remiro. Colabora: Museo Picasso-Málaga. Hasta el 13 de julio. Cuatro estrellas.Pero en realidad, lo que descubrió fue el modo de lidiar con el azar: «Veía la fotografía como un medio azaroso, en el que nunca sabes qué va a pasar a continuación o qué te va a interesar». O sea, la vida misma: «Ser consciente, estar alerta y preparado para responder con prontitud a los estímulos que uno encuentra a lo largo del viaje». Puede que el único lugar donde realmente quedó fascinado y donde la realidad -y desde luego, la gente- pudo más que el arte fue Málaga.
Puede decirse que lo que vemos aquí, más que estampas de la Europa -del Este y del Oeste- de los años 60, es un homenaje a una exposición mítica, ‘My European Trip’, que Joel Meyerowitz (Nueva York, 1938) realizó en el MoMA de … Nueva York en 1968, es decir nada más regresar de su decisivo viaje de un año por Europa a la ciudad en la que aún hoy reside.
El texto que se publicó entonces -evocado en la correspondiente cartela- es uno de los primeros dedicados al modo en que el automóvil cambió nuestra forma de percibir el paisaje, acelerándolo todo y acortándolo todo.
Una selección de copias originales de aquella cita, la mayoría tituladas simplemente con el nombre de la carretera remota en la que fueron tomadas, abre un recorrido bastante complejo (puede considerarse que Meyerowitz es un pionero de la foto documental en color, pero importa qué documenta y cómo, y en sus imágenes sucede algo donde no ocurre nada) que prosigue con las series dedicadas a una decena de países y se cierra con un amplio conjunto dedicado a Málaga, donde el artista se detuvo durante seis meses y que es el episodio más importante de aquel periplo.
Por eso el Museo Picasso de Málaga produjo el año pasado esta exposición, que ahora podemos ver en Madrid en el marco de PHotoEspaña.
Lo que no era bien aceptado
Meyerowitz estudió Bellas Artes en Ohio en los años 50 y, tras conocer a Robert Frank en 1962, optó por dedicarse a la foto en la estela de los Street Photographers (aunque su obra más celebrada acaso sea la paisajística) y bajo la influencia de Cartier-Bresson; es conocido por haber introducido tempranamente el color en la fotografía de reportaje (a finales de los sesenta, aunque en la serie malagueña ya hay bastantes), lo cual no se aceptaba bien en la época; ha trabajado para numerosas revistas, expuesto en museos de todo el mundo y otro hito en su brillante carrera es el trabajo que realizó para el Departamento de Estado sobre la Zona 0 tras los atentados del 11-S.



En las imágenes, distintas obras de Joel Meyerowitz del proyecto ‘My European Trip’, de los años sesenta
Joel Meyerowitz
Gracias a una beca Guggenheim, Meyerowitz y su esposa Vivian recorrieron, pues, durante un año 30.000 kilómetros por carreteras de Inglaterra, Irlanda, Escocia, Francia, España, Alemania, Austria, Grecia, Italia, Yugoslavia y Bulgaria, además de Turquía y Marruecos. Esta gran exposición le dedica una sala a cada país pero en ningún caso se encontrarán aquí concesiones al costumbrismo o el pintoresquismo.
Realmente, Meyerowitz narra el afinamiento de su propia sensibilidad, que es especial y aún secreta. Para él, se trataba de «desprenderse de los métodos y respuestas tradicionales»: «Europa me dio la oportunidad de andar solo por mi cuenta y experimentar la libertad de explorar lugares desconocidos, de abandonar los enfoques que ya me eran familiares y empezar a reconocer mi identidad visual».
Joel Meyerowitz
‘Europa (1966-1967)’. Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa. Madrid. Plaza de Colón, s/n. Comisario: Miguel López-Remiro. Colabora: Museo Picasso-Málaga. Hasta el 13 de julio. Cuatro estrellas.
Pero en realidad, lo que descubrió fue el modo de lidiar con el azar: «Veía la fotografía como un medio azaroso, en el que nunca sabes qué va a pasar a continuación o qué te va a interesar». O sea, la vida misma: «Ser consciente, estar alerta y preparado para responder con prontitud a los estímulos que uno encuentra a lo largo del viaje». Puede que el único lugar donde realmente quedó fascinado y donde la realidad -y desde luego, la gente- pudo más que el arte fue Málaga.
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