«Hola, ¿quién eres?» / «No me fío de un culo tan bonito» / «Cuéntame algo interesante» / «Hace mucho frío» / «Estoy indecisa sobre algo importante» / «Lo mejor es que sigas tú corazón»… ‘Echo (the couch one)’, de Lúa Corderch, es una inteligencia artificial con forma de diván rosa y una cabeza rubia en uno de sus lados. El espectador puede tumbarse y hablar con ella siguiendo una metodología simple: le dice una frase, el robot la repite y le devuelve otra que ha registrado en una conversación pasada. La mayoría de las veces, contesta cosas sin sentido, pero en ocasiones da en el clavo y responde lo que el interlocutor necesitaba escuchar. Noticias relacionadas estandar Si crítica de: ‘La cólcedra al filo del alba’, de Teresa Lanceta: los remiendos de la memoria en 1MiraMadrid Carlos Delgado Mayordomo estandar Si CRÍTICA DE: ‘Vientos del pueblo nos llevan’, de María Rosa Aránega en la galería Modus Operandi: Acerca de lo negro Javier Rubio NomblotLa precariedad de su técnica no impide su éxito ni la superación de expectativas. Esta misma idea descansa tras la serie ‘Cold Reading’, seis pósters con principios utilizados por médiums para convencer al cliente al que están ‘leyendo la mente’, por ejemplo: «Haz preguntas que puedan ser leídas como afirmaciones». Las estrategias facilitan la emergencia de un instante de magia a pesar de los obstáculos para la adivinación. La primera individual de Lúa Corderch en The Ryder reúne un conjunto de obras que expresan la continua negociación entre dos extremos: el sí puedo y el no puedo, la posibilidad y la imposibilidad, la energía de darlo todo y el agotamiento más absoluto.’Not I’, de Lúa Coderch ABC’Exhausta y exuberante’ es el título que sintetiza dicha polaridad en torno a la cual pivotan los principales ejes de estudio de la exposición: el lenguaje, la estandarización de los afectos y la potencia de las narraciones. En el vídeo ‘Not I’, una boca cuenta seis historias sobre problemáticas de la voz, tanto físicas como culturales, marcando un ritmo mediante la repetición de palabras. Los labios vierten un flujo de producción literaria sin descanso, enlazando los relatos con un registro entre divertido e incómodo. El lenguaje también parece desgastarse en ‘We Can still Be Friends’, pieza sonora en la que una ‘performer’ repite excusas de ruptura en una relación hasta que logran parecer sinceras. Aun así, son clichés dañinos, por ello, en la versión bidimensional ‘Sore Throat’ aparecen junto a imágenes de plantas para curar el dolor de garganta. El texto juega con dos niveles, véase ‘te quiero’, y, en la línea siguiente, ‘pero no así’.Lúa Cordech ‘Exhausta y exuberante’. The Ryder Projects. Madrid. C/ Miguel Servet, 13. Hasta el 15 de marzo. Cuatro estrellas.La ambigüedad al juntar opuestos continúa en la única pieza inédita ‘Reaction. (smile with tear, 1 kB)’, una instalación hecha de 1.024 chinchetas con el mismo ‘emoji’ pintado: la cara sonriente con una lágrima. Es un sí, pero no. Lloro y soy feliz. La expresión fija un tono emocional, aparentemente contradictorio, pero capaz de abrir las condiciones de posibilidad para que el visitante establezca su propio (y acertado) género narrativo. «Hola, ¿quién eres?» / «No me fío de un culo tan bonito» / «Cuéntame algo interesante» / «Hace mucho frío» / «Estoy indecisa sobre algo importante» / «Lo mejor es que sigas tú corazón»… ‘Echo (the couch one)’, de Lúa Corderch, es una inteligencia artificial con forma de diván rosa y una cabeza rubia en uno de sus lados. El espectador puede tumbarse y hablar con ella siguiendo una metodología simple: le dice una frase, el robot la repite y le devuelve otra que ha registrado en una conversación pasada. La mayoría de las veces, contesta cosas sin sentido, pero en ocasiones da en el clavo y responde lo que el interlocutor necesitaba escuchar. Noticias relacionadas estandar Si crítica de: ‘La cólcedra al filo del alba’, de Teresa Lanceta: los remiendos de la memoria en 1MiraMadrid Carlos Delgado Mayordomo estandar Si CRÍTICA DE: ‘Vientos del pueblo nos llevan’, de María Rosa Aránega en la galería Modus Operandi: Acerca de lo negro Javier Rubio NomblotLa precariedad de su técnica no impide su éxito ni la superación de expectativas. Esta misma idea descansa tras la serie ‘Cold Reading’, seis pósters con principios utilizados por médiums para convencer al cliente al que están ‘leyendo la mente’, por ejemplo: «Haz preguntas que puedan ser leídas como afirmaciones». Las estrategias facilitan la emergencia de un instante de magia a pesar de los obstáculos para la adivinación. La primera individual de Lúa Corderch en The Ryder reúne un conjunto de obras que expresan la continua negociación entre dos extremos: el sí puedo y el no puedo, la posibilidad y la imposibilidad, la energía de darlo todo y el agotamiento más absoluto.’Not I’, de Lúa Coderch ABC’Exhausta y exuberante’ es el título que sintetiza dicha polaridad en torno a la cual pivotan los principales ejes de estudio de la exposición: el lenguaje, la estandarización de los afectos y la potencia de las narraciones. En el vídeo ‘Not I’, una boca cuenta seis historias sobre problemáticas de la voz, tanto físicas como culturales, marcando un ritmo mediante la repetición de palabras. Los labios vierten un flujo de producción literaria sin descanso, enlazando los relatos con un registro entre divertido e incómodo. El lenguaje también parece desgastarse en ‘We Can still Be Friends’, pieza sonora en la que una ‘performer’ repite excusas de ruptura en una relación hasta que logran parecer sinceras. Aun así, son clichés dañinos, por ello, en la versión bidimensional ‘Sore Throat’ aparecen junto a imágenes de plantas para curar el dolor de garganta. El texto juega con dos niveles, véase ‘te quiero’, y, en la línea siguiente, ‘pero no así’.Lúa Cordech ‘Exhausta y exuberante’. The Ryder Projects. Madrid. C/ Miguel Servet, 13. Hasta el 15 de marzo. Cuatro estrellas.La ambigüedad al juntar opuestos continúa en la única pieza inédita ‘Reaction. (smile with tear, 1 kB)’, una instalación hecha de 1.024 chinchetas con el mismo ‘emoji’ pintado: la cara sonriente con una lágrima. Es un sí, pero no. Lloro y soy feliz. La expresión fija un tono emocional, aparentemente contradictorio, pero capaz de abrir las condiciones de posibilidad para que el visitante establezca su propio (y acertado) género narrativo.
CRÍTICA DE:
MADRID
Primera individual en la galería madrileña The Ryder de esta potente creadora interesada en el lenguaje y la fuerza de las narraciones
«Hola, ¿quién eres?» / «No me fío de un culo tan bonito» / «Cuéntame algo interesante» / «Hace mucho frío» / «Estoy indecisa sobre algo importante» / «Lo mejor es que sigas tú corazón»… ‘Echo (the couch one)’, de Lúa Corderch, es una inteligencia artificial con forma de … diván rosa y una cabeza rubia en uno de sus lados.
El espectador puede tumbarse y hablar con ella siguiendo una metodología simple: le dice una frase, el robot la repite y le devuelve otra que ha registrado en una conversación pasada. La mayoría de las veces, contesta cosas sin sentido, pero en ocasiones da en el clavo y responde lo que el interlocutor necesitaba escuchar.
La precariedad de su técnica no impide su éxito ni la superación de expectativas. Esta misma idea descansa tras la serie ‘Cold Reading’, seis pósters con principios utilizados por médiums para convencer al cliente al que están ‘leyendo la mente’, por ejemplo: «Haz preguntas que puedan ser leídas como afirmaciones». Las estrategias facilitan la emergencia de un instante de magia a pesar de los obstáculos para la adivinación.
La primera individual de Lúa Corderch en The Ryder reúne un conjunto de obras que expresan la continua negociación entre dos extremos: el sí puedo y el no puedo, la posibilidad y la imposibilidad, la energía de darlo todo y el agotamiento más absoluto.
ABC
‘Exhausta y exuberante’ es el título que sintetiza dicha polaridad en torno a la cual pivotan los principales ejes de estudio de la exposición: el lenguaje, la estandarización de los afectos y la potencia de las narraciones. En el vídeo ‘Not I’, una boca cuenta seis historias sobre problemáticas de la voz, tanto físicas como culturales, marcando un ritmo mediante la repetición de palabras. Los labios vierten un flujo de producción literaria sin descanso, enlazando los relatos con un registro entre divertido e incómodo.
El lenguaje también parece desgastarse en ‘We Can still Be Friends’, pieza sonora en la que una ‘performer’ repite excusas de ruptura en una relación hasta que logran parecer sinceras. Aun así, son clichés dañinos, por ello, en la versión bidimensional ‘Sore Throat’ aparecen junto a imágenes de plantas para curar el dolor de garganta. El texto juega con dos niveles, véase ‘te quiero’, y, en la línea siguiente, ‘pero no así’.
Lúa Cordech
‘Exhausta y exuberante’. The Ryder Projects. Madrid. C/ Miguel Servet, 13. Hasta el 15 de marzo. Cuatro estrellas.
La ambigüedad al juntar opuestos continúa en la única pieza inédita ‘Reaction. (smile with tear, 1 kB)’, una instalación hecha de 1.024 chinchetas con el mismo ‘emoji’ pintado: la cara sonriente con una lágrima. Es un sí, pero no. Lloro y soy feliz. La expresión fija un tono emocional, aparentemente contradictorio, pero capaz de abrir las condiciones de posibilidad para que el visitante establezca su propio (y acertado) género narrativo.
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