Esto es una obra basada en hechos reales. Por el contrario, no tan reales eran los “aliades” que Sara García Pereda y Xus de la Cruz pensaban tener de su parte. Si Iñigo Errejón llegó a “confundir” a la persona con el personaje, según dijo él mismo, cualquiera es sospechoso de hacerlo.
]]> El CDN acoge una pieza sobre las distintas formas que tiene el sistema de adueñarse de discursos, testimonios y narrativas de muchas mujeres
Esto es una obra basada en hechos reales. Por el contrario, no tan reales eran los “aliades” que Sara García Pereda y Xus de la Cruz pensaban tener de su parte. Si Iñigo Errejón llegó a “confundir” a la persona con el personaje, según dijo él mismo, cualquiera es sospechoso de hacerlo.
Es inevitable pensar en el expolítico cuando uno escucha a García Pereda hablar de ‘Grrrl’, que no pretende ser un grito, “sino un rugido”, presentan. “¡A rugir, que son dos días!”, invita una de las actrices del montaje, Esperanza Elipe.
Pero de vuelta a la autora y codirectora –junto a De la Cruz– de la función que se estrena en la Sala Princesa del María Guerrero, esta explica cómo una conversación con una amiga sirvió de chispa para escribir un texto que se genera en el marco de la residencia del Dramático: “Me contaba que su pareja no aceptaba que no recurriera a su experiencia y reputación profesional para rodar una serie que había escrito ella y que ahora recibía el apoyo de una productora”.
Fue aquello lo que hizo “reflexionar”, asegura García Pereda, “sobre las distintas formas que tiene el sistema de adueñarse para su propio beneficio de discursos, testimonios y narrativas de muchas mujeres”. Un fenómeno conocido como “purple washing” (cuando el sistema se adueña de sus narrativas para su propio beneficio), pero, matiza, “abordado desde un lugar más cotidiano, sutil, ¿aliado? y no tan fácilmente reconocible”.
Así nacen trece historias que parten de “experiencias reales, de mujeres reales, algunas cercanas a mí, otras referentes, son testimonios que he querido distorsionar a través del humor y la ironía, pero sobre todo, por la convicción de que un profundo cambio es posible”, afirma.
En ese sentido, las dos directoras coinciden en considerar que este espectáculo es “importante, necesario, para hablar de un tema que nos alude a unas y a otras», ya que «es un problema que pasa de madres a hijas y no terminamos de resolver».
A su lado, Eva Santolaria les da la razón: “Con esta obra te das cuenta de esas pequeñas cosas que se habían interiorizado como algo natural y que no lo son. He descubierto que todas somos todos los personajes de la función. No soy la misma en casa que fuera, tengo mi faceta de madre, o depende del trabajo que haga siento que acabo de empezar o no… El rol es distinto en función de las situaciones de la vida. Todos tenemos una máscara con la que salimos a la calle y que nos ayuda a vivir”, sostiene la actriz.
Tanto De la Cruz como García reconocen no tener las respuestas que zanjen el debate, pero sí pretende que, «después de ver la función, nos quedemos de cañas debatiendo qué es lo que hemos visto y que se generen diferentes posturas y puntos de vista. Que la pieza sea un detonante para ellos».
- Dónde: Teatro María Guerrero (Sala Princesa), Madrid. Cuándo: hasta el 2 de marzo. Cuánto: 16 y 25 euros.
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