¿Quién se puede interesar por gentes carentes de virtud, valor o recato? Hay algo desajustado, podríamos decir, en aquellos que hicieron de un ‘otro’ lejano y peligroso objeto de coleccionismo, estudio y hasta amor, al tiempo que rechazaron opciones más cómodas, ejemplares y seguras. «Es un país del que sabemos tan poco como de las regiones más salvajes de África, pero no vale la pena conocerlo » señaló el encantador Voltaire en 1766, en referencia a España. Tuvo sus razones, claro. Estaba iracundo y muerto de envidia. ENSAYO ‘Hispanismos’ Editor Antonio Niño Editorial Marcial Pons Año 2024 Páginas 466 Precio 35 euros 4Desde el siglo XVI hasta nuestros días, en el centro de las dinámicas culturales de la globalización, se encuentran representaciones referenciales sobre lo español. Por derivación, existe el hispanismo y ganaron su sustento los hispanistas. En modo alguno, como apunta el gran especialista Antonio Niño en la introducción de este volumen, imprescindible desde ya mismo por su estilo y finura analítica, se puede replicar un prejuicio con otro. Aunque algunos se empeñen, la leyenda negra no se ‘cura’ con la leyenda rosa. Tampoco sirven las banalidades de la deconstrucción, las pedradas del 68, el materialismo histórico en fase terminal, o l a secular autoflagelación hispana. En esa peculiar especie académica que fueron y son los hispanistas, dedicados a estudiar, según el Diccionario de la Academia, «lenguas, literaturas o cultura hispánicas», ha habido de todo: médicos, espías, aventureros, eruditos, sabios, escritoras formidables y arribistas a la caza de gangas. No se puede replicar un prejuicio con otro, la leyenda negra no se ‘cura’ con leyenda rosaLos doce capítulos del volumen repasan trayectorias, problemas e incertidumbres, con la mirada prospectiva puesta en el siglo XXI. Jean-François Botrel se ocupa de las asociaciones y el fomento del hispanismo científico; Miguel Rodríguez, de homenajes y comunidades; Alfonso Botti de historiografía; David Marcilhacy, de Hispanismo y americanismo, que habría antecedido al primero y mantuvo en Francia una proyección de política de Estado, sin menoscabo del interés por la España europea. Sebastiaan Faber aborda con ironía y destreza la noción de civilización hispánica y el impacto de los estudios culturales, valiosos por inclasificables, mientras que John Nieto-Phillips estudia el auge del español en los Estados Unidos, alrededor de la figura fascinante de Aurelio Macedonio Espinosa, adalid de un excepcionalismo estadounidense mas también hispano. Por otra parte, Yolanda Rodríguez Pérez se ocupa de los Países Bajos; Ignacio Peiró, de Rafael Altamira y la historiografía francesa; José Ignacio Pérez Pascual, del Centro de Estudios Históricos y Aurora Díez-Canedo del hispanismo del exilio, desde la aparición en México, ya en 1940, de las revistas ‘España peregrina’ y ‘Romance’. El editor, Antonio Niño, estudia la desconocida ‘ Asociación internacional de hispanismo’ (AHIo)’, organizada en 1950 como parte de la diplomacia cultural oficial española. Por tanto, doce años antes de la fundación en Oxford de la “Asociación internacional de hispanistas” (AHIs), que pervive hasta la actualidad. Tiene todo el sentido que Óscar Loureda concluya el libro con un capítulo dedicado a ‘ El español de Europa, hoy’, retrato de una peripecia que transita en el uso de nuestro idioma de la migración a la academia y se proyecta, con sensatas recomendaciones, sobre el escenario actual. Marcado, más allá del triunfalismo entomológico e institucional de quienes hoy lo gestionan, por la necesidad de preparar el futuro, en vez de seguir viviendo de las rentas de un pasado de exotismo e irrelevancia. ¿Quién se puede interesar por gentes carentes de virtud, valor o recato? Hay algo desajustado, podríamos decir, en aquellos que hicieron de un ‘otro’ lejano y peligroso objeto de coleccionismo, estudio y hasta amor, al tiempo que rechazaron opciones más cómodas, ejemplares y seguras. «Es un país del que sabemos tan poco como de las regiones más salvajes de África, pero no vale la pena conocerlo » señaló el encantador Voltaire en 1766, en referencia a España. Tuvo sus razones, claro. Estaba iracundo y muerto de envidia. ENSAYO ‘Hispanismos’ Editor Antonio Niño Editorial Marcial Pons Año 2024 Páginas 466 Precio 35 euros 4Desde el siglo XVI hasta nuestros días, en el centro de las dinámicas culturales de la globalización, se encuentran representaciones referenciales sobre lo español. Por derivación, existe el hispanismo y ganaron su sustento los hispanistas. En modo alguno, como apunta el gran especialista Antonio Niño en la introducción de este volumen, imprescindible desde ya mismo por su estilo y finura analítica, se puede replicar un prejuicio con otro. Aunque algunos se empeñen, la leyenda negra no se ‘cura’ con la leyenda rosa. Tampoco sirven las banalidades de la deconstrucción, las pedradas del 68, el materialismo histórico en fase terminal, o l a secular autoflagelación hispana. En esa peculiar especie académica que fueron y son los hispanistas, dedicados a estudiar, según el Diccionario de la Academia, «lenguas, literaturas o cultura hispánicas», ha habido de todo: médicos, espías, aventureros, eruditos, sabios, escritoras formidables y arribistas a la caza de gangas. No se puede replicar un prejuicio con otro, la leyenda negra no se ‘cura’ con leyenda rosaLos doce capítulos del volumen repasan trayectorias, problemas e incertidumbres, con la mirada prospectiva puesta en el siglo XXI. Jean-François Botrel se ocupa de las asociaciones y el fomento del hispanismo científico; Miguel Rodríguez, de homenajes y comunidades; Alfonso Botti de historiografía; David Marcilhacy, de Hispanismo y americanismo, que habría antecedido al primero y mantuvo en Francia una proyección de política de Estado, sin menoscabo del interés por la España europea. Sebastiaan Faber aborda con ironía y destreza la noción de civilización hispánica y el impacto de los estudios culturales, valiosos por inclasificables, mientras que John Nieto-Phillips estudia el auge del español en los Estados Unidos, alrededor de la figura fascinante de Aurelio Macedonio Espinosa, adalid de un excepcionalismo estadounidense mas también hispano. Por otra parte, Yolanda Rodríguez Pérez se ocupa de los Países Bajos; Ignacio Peiró, de Rafael Altamira y la historiografía francesa; José Ignacio Pérez Pascual, del Centro de Estudios Históricos y Aurora Díez-Canedo del hispanismo del exilio, desde la aparición en México, ya en 1940, de las revistas ‘España peregrina’ y ‘Romance’. El editor, Antonio Niño, estudia la desconocida ‘ Asociación internacional de hispanismo’ (AHIo)’, organizada en 1950 como parte de la diplomacia cultural oficial española. Por tanto, doce años antes de la fundación en Oxford de la “Asociación internacional de hispanistas” (AHIs), que pervive hasta la actualidad. Tiene todo el sentido que Óscar Loureda concluya el libro con un capítulo dedicado a ‘ El español de Europa, hoy’, retrato de una peripecia que transita en el uso de nuestro idioma de la migración a la academia y se proyecta, con sensatas recomendaciones, sobre el escenario actual. Marcado, más allá del triunfalismo entomológico e institucional de quienes hoy lo gestionan, por la necesidad de preparar el futuro, en vez de seguir viviendo de las rentas de un pasado de exotismo e irrelevancia.
¿Quién se puede interesar por gentes carentes de virtud, valor o recato? Hay algo desajustado, podríamos decir, en aquellos que hicieron de un ‘otro’ lejano y peligroso objeto de coleccionismo, estudio y hasta amor, al tiempo que rechazaron opciones más cómodas, ejemplares y seguras.
«Es un país del que sabemos tan poco como de las regiones más salvajes de África, pero no vale la pena conocerlo» señaló el encantador Voltaire en 1766, en referencia a España. Tuvo sus razones, claro. Estaba iracundo y muerto de envidia.

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Editor
Antonio Niño -
Editorial
Marcial Pons -
Año
2024 -
Páginas
466 -
Precio
35 euros
Desde el siglo XVI hasta nuestros días, en el centro de las dinámicas culturales de la globalización, se encuentran representaciones referenciales sobre lo español. Por derivación, existe el hispanismo y ganaron su sustento los hispanistas. En modo alguno, como apunta el gran especialistaAntonio Niño en la introducción de este volumen, imprescindible desde ya mismo por su estilo y finura analítica, se puede replicar un prejuicio con otro. Aunque algunos se empeñen, la leyenda negra no se ‘cura’ con la leyenda rosa. Tampoco sirven las banalidades de la deconstrucción, las pedradas del 68, el materialismo histórico en fase terminal, o la secular autoflagelación hispana.
En esa peculiar especie académica que fueron y son los hispanistas, dedicados a estudiar, según el Diccionario de la Academia, «lenguas, literaturas o cultura hispánicas», ha habido de todo: médicos, espías, aventureros, eruditos, sabios, escritoras formidables y arribistas a la caza de gangas.
No se puede replicar un prejuicio con otro, la leyenda negra no se ‘cura’ con leyenda rosa
Los doce capítulos del volumen repasan trayectorias, problemas e incertidumbres, con la mirada prospectiva puesta en el siglo XXI. Jean-François Botrel se ocupa de las asociaciones y el fomento del hispanismo científico; Miguel Rodríguez, de homenajes y comunidades; Alfonso Botti de historiografía; David Marcilhacy, de Hispanismo y americanismo, que habría antecedido al primero y mantuvo en Francia una proyección de política de Estado, sin menoscabo del interés por la España europea.
Sebastiaan Faber aborda con ironía y destreza la noción de civilización hispánica y el impacto de los estudios culturales, valiosos por inclasificables, mientras que John Nieto-Phillips estudia el auge del español en los Estados Unidos, alrededor de la figura fascinante de Aurelio Macedonio Espinosa, adalid de un excepcionalismo estadounidense mas también hispano.
Por otra parte, Yolanda Rodríguez Pérez se ocupa de los Países Bajos; Ignacio Peiró, de Rafael Altamira y la historiografía francesa; José Ignacio Pérez Pascual, del Centro de Estudios Históricos y Aurora Díez-Canedo del hispanismo del exilio, desde la aparición en México, ya en 1940, de las revistas ‘España peregrina’ y ‘Romance’.
El editor, Antonio Niño, estudia la desconocida ‘Asociación internacional de hispanismo’ (AHIo)’, organizada en 1950 como parte de la diplomacia cultural oficial española. Por tanto, doce años antes de la fundación en Oxford de la “Asociación internacional de hispanistas” (AHIs), que pervive hasta la actualidad.
Tiene todo el sentido que Óscar Loureda concluya el libro con un capítulo dedicado a ‘El español de Europa, hoy’, retrato de una peripecia que transita en el uso de nuestro idioma de la migración a la academia y se proyecta, con sensatas recomendaciones, sobre el escenario actual. Marcado, más allá del triunfalismo entomológico e institucional de quienes hoy lo gestionan, por la necesidad de preparar el futuro, en vez de seguir viviendo de las rentas de un pasado de exotismo e irrelevancia.
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