«Pero ¿quién conoce el destino de sus huesos o cuántas veces habrá de ser enterrado?». Con esta cita del erudito y complejo Sir Thomas Browne (1605-1682), el filósofo Cristóbal Marín inaugura ‘Huesos sin descanso’, una aventura personal, intelectual e histórica documentando el transitar de los restos de varios originarios de la Tierra del Fuego. El viaje de estos desgraciados, durísimo: el capitán del Beagle, FitzRoy —ese que ofendió a Dios—, los trasplantó —el salvaje, él— desde su tierra al Londres del XIX. El objetivo, aparte de la inmisericorde evangelización, era inocularlos con el virus de la educación occidental y, aunque ferales ellos, se verían entonces iluminados por la sabiduría del pueblo superior y regresarían a los suyos con la verdad, armados con palabras, costumbres y decencias nuevas para convertir a sus semejantes. Sorpresa: no ocurrió nada de lo esperado por estos prohombres. ENSAYO ‘Huesos sin descanso’ Autor Cristóbal Marín Editorial Debate Año 2024 Páginas 300 Precio 19,90 euros 5La obsesión de Marín en conocer el paradero de los huesos de estos cuatro fueguinos revela el horror de su vida . Uno murió al poco de llegar entre terribles fiebres, a otros se les denigró a la categoría de bestias y recorrieron Europa en zoos, y los pocos a los que devolvieron a sus lugares de origen acabaron en sus rutinas anteriores con la orfandad de quien ya no sabe de dónde procede.Se estructura búsqueda a través de bibliotecas de Londres o de Berlín, a lo largo de tiempos innumerables —comienza en los noventa del pasado siglo y salta siglos—, con alguna mentira piadosa —el autor debe, necesita colarse en archivos— y salpicada de azares maravillosamente improbables . Pero, como buen detective, Marín nunca se estanca en su primer sospechoso: del estudio de Jeremías Bentham (1748-1832), Marín nos lleva a los fueguinos, a Darwin, a Descartes , a los exploradores de Tierra del Fuego, a los cazadores de indios, a Freud, a los nazis, a los quehaceres de su propia familia. Pocas veces como lector maduro he sentido tanta emoción y ganas de cambiar de páginaSería injusto desentrañar el apasionante rizoma de ‘Huesos sin descanso’: a medida que te obliga a desanudar una nueva vía —algunas escritas con la desprolijidad propia de la pasión—, salta otra y otras. Calca Wittgenstein su espíritu en la apertura del texto : «La comprensión, que consiste en ver conexiones». Pocas veces como lector maduro —es decir, en asturiano, «refalfiáu», «malcriado»— he sentido tanta emoción y ganas de cambiar de página.«El olvido es insobornable», dejó escrito también Thomas Browne. Vertebrado por una reflexión sobre el olvido y su relación basal con lo humano —por más que los humanos queramos olvidarlo—, este libro funciona en necesaria contradicción con su temática. Funciona de antídoto al olvido. Una de sus múltiples historias —emocionante para cualquiera que se dedique a la palabra— la dedica Marín a la travesía del ‘Diccionario yamana-inglés. Un diccionario de un lenguaje de la Tierra del Fuego’ de Thomas Bridges (1842-1899). Este volumen y las vicisitudes de su publicación (desde la primera versión en 1879 hasta su edición definitiva en 1933) sufrió todos los embates del olvido. Y venció, dejando constancia universal de una lengua, un habla, un pueblo, una época, un algo nuestro. ‘Huesos sin descanso’ merecería el mismo lugar. «Pero ¿quién conoce el destino de sus huesos o cuántas veces habrá de ser enterrado?». Con esta cita del erudito y complejo Sir Thomas Browne (1605-1682), el filósofo Cristóbal Marín inaugura ‘Huesos sin descanso’, una aventura personal, intelectual e histórica documentando el transitar de los restos de varios originarios de la Tierra del Fuego. El viaje de estos desgraciados, durísimo: el capitán del Beagle, FitzRoy —ese que ofendió a Dios—, los trasplantó —el salvaje, él— desde su tierra al Londres del XIX. El objetivo, aparte de la inmisericorde evangelización, era inocularlos con el virus de la educación occidental y, aunque ferales ellos, se verían entonces iluminados por la sabiduría del pueblo superior y regresarían a los suyos con la verdad, armados con palabras, costumbres y decencias nuevas para convertir a sus semejantes. Sorpresa: no ocurrió nada de lo esperado por estos prohombres. ENSAYO ‘Huesos sin descanso’ Autor Cristóbal Marín Editorial Debate Año 2024 Páginas 300 Precio 19,90 euros 5La obsesión de Marín en conocer el paradero de los huesos de estos cuatro fueguinos revela el horror de su vida . Uno murió al poco de llegar entre terribles fiebres, a otros se les denigró a la categoría de bestias y recorrieron Europa en zoos, y los pocos a los que devolvieron a sus lugares de origen acabaron en sus rutinas anteriores con la orfandad de quien ya no sabe de dónde procede.Se estructura búsqueda a través de bibliotecas de Londres o de Berlín, a lo largo de tiempos innumerables —comienza en los noventa del pasado siglo y salta siglos—, con alguna mentira piadosa —el autor debe, necesita colarse en archivos— y salpicada de azares maravillosamente improbables . Pero, como buen detective, Marín nunca se estanca en su primer sospechoso: del estudio de Jeremías Bentham (1748-1832), Marín nos lleva a los fueguinos, a Darwin, a Descartes , a los exploradores de Tierra del Fuego, a los cazadores de indios, a Freud, a los nazis, a los quehaceres de su propia familia. Pocas veces como lector maduro he sentido tanta emoción y ganas de cambiar de páginaSería injusto desentrañar el apasionante rizoma de ‘Huesos sin descanso’: a medida que te obliga a desanudar una nueva vía —algunas escritas con la desprolijidad propia de la pasión—, salta otra y otras. Calca Wittgenstein su espíritu en la apertura del texto : «La comprensión, que consiste en ver conexiones». Pocas veces como lector maduro —es decir, en asturiano, «refalfiáu», «malcriado»— he sentido tanta emoción y ganas de cambiar de página.«El olvido es insobornable», dejó escrito también Thomas Browne. Vertebrado por una reflexión sobre el olvido y su relación basal con lo humano —por más que los humanos queramos olvidarlo—, este libro funciona en necesaria contradicción con su temática. Funciona de antídoto al olvido. Una de sus múltiples historias —emocionante para cualquiera que se dedique a la palabra— la dedica Marín a la travesía del ‘Diccionario yamana-inglés. Un diccionario de un lenguaje de la Tierra del Fuego’ de Thomas Bridges (1842-1899). Este volumen y las vicisitudes de su publicación (desde la primera versión en 1879 hasta su edición definitiva en 1933) sufrió todos los embates del olvido. Y venció, dejando constancia universal de una lengua, un habla, un pueblo, una época, un algo nuestro. ‘Huesos sin descanso’ merecería el mismo lugar.
Crítica de:
ensayo
El filósofo y docente chileno narra en su último libro el desgraciado destino de cuatro fueguinos ‘trasplantados’ a Londres
«Pero ¿quién conoce el destino de sus huesos o cuántas veces habrá de ser enterrado?». Con esta cita del erudito y complejo Sir Thomas Browne (1605-1682), el filósofo Cristóbal Marín inaugura ‘Huesos sin descanso’, una aventura personal, intelectual e histórica documentando el …
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