No ha sido hasta su novela 23 cuando Jo Nesbø ha pisado por primera vez literariamente Estados Unidos. Tras sesenta millones de ejemplares vendidos, ha elegido ‘Minnesota’ (Roja & Negra) para reflejar su visión de la sociedad de aquel país en la actualidad. La fecha escogida es clave, 2016, justo antes de la primera elección de Donald Trump . «Fue un punto de inflexión», explica el escritor noruego durante la rueda de prensa virtual. En su opinión, Estados Unidos había representado «en muchos sentidos, el nacimiento de la democracia moderna», además de ser su gran salvador en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, considera que ese ideal comenzó a resquebrajarse con la llegada de Trump , un personaje «que se hizo famoso por el dinero que heredó y por un ‘reality show’», y cuya elección «parecía casi una broma». «Ahora la pregunta es si veremos una tercera presidencia que convierta a Estados Unidos en una especie de semidictadura», advierte Nesbø, aunque se muestra prudente: «No creo que vaya a suceder, pero ya no podemos estar seguros. Esa incertidumbre era impensable hace diez años». Noticia Relacionada estandar Si Del ‘true crime’ al ‘country noir’: la nueva generación de la novela negra Marina Sanmartín A la primera línea de la ficción criminal en nuestro país se suma un heterogéneo ejército de vocesEl escritor parte de ahí en esta novela en la que da un respiro a su atormentado detective Harry Hole (que Netflix estrenará en formato serie en 2026) para trazar una radiografía de la violencia en un país que tiende a verla como la solución a los problemas . Minnesota es el estado donde es más fácil comprar pistolas y fusiles automáticos y Minneápolis, la ciudad donde George Floyd encontró la muerte a manos de policías. «Tendemos a olvidarnos de lo importante que es la violencia en la cultura norteamericana e históricamente siempre lo ha sido. No es que sea como en lugares como Venezuela o Brasil, pero es algo que no vemos en otros países. Canadá, por ejemplo, teniendo armas, es una sociedad completamente distinta en lo referente a la violencia», indica. Esta se desparrama por toda la novela, desde las luchas entre bandas pasando por una convención de la Asociación Nacional del Rifle en Minneápolis a la dificultad de uno de los protagonistas, Bob Oz, para controlar su ira. Detective suspendido del servicio y con alguna que otra mancha en su historial, queda fascinado con el caso de un delincuente habitual, sospechoso de traficar con armas , que es víctima de un tiroteo y se obsesiona con la idea de dar caza al asesino en serie. El escritor admite que se lo ha pasado bien creando a este personaje, y no descarta darle continuidad, pero no por el momento.«Uno tiene que esforzarse mucho para no criticar lo que la libre circulación de armas causa en la sociedad»Oz es uno de los descendientes de los miles de noruegos que emigraron a Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX. «Minnesota es el estado donde hay más inmigración escandinava. Estuve en Minneápolis cuando era joven, a principios de mi carrera y me fascinó cómo habían mantenido muchas de las tradiciones que en Noruega ya se habían olvidado. Era como volver atrás en una máquina del tiempo y trasladarse a la cultura noruega de hace 30 o 40 años. Siempre había querido escribir sobre este entorno, sobre comunidades más encerradas», puntualizó el escritor, que cuenta que sus abuelos vivieron en Nueva York y que él mismo ha pasado mucho tiempo en el país.Uno de sus asuntos más controvertidos es la libre circulación de armas . Nesbø afirma que ha intentado abordar el tema desde un punto de vista descriptivo. «Obviamente tengo mis opiniones, pero intento que mis novelas no tengan esta orientación política para convencer a las personas en una u otra dirección». Aun así, lamentó que «es imposible no fijarse en las cifras de muertes que hay de forma accidental» debido a ellas. «Uno tiene que esforzarse mucho para no criticar lo que esto provoca en la sociedad», manifiesta. «Es difícil plantear preguntas importantes que tienen que ver con el día a día sin ser entretenido»El autor asevera que el auge que la novela negra está viviendo hoy en día tiene que ver con que «ha ocupado el puesto de la literatura religiosa al hablar de la moral, del bien y del mal, de lo que es correcto o no hacer». Al retratar la sociedad actual, tanto a nivel individual como colectivo, aborda cuestiones clave en el aquí y ahora. «Y es difícil plantear preguntas importantes que tienen que ver con el día a día sin ser entretenido», remata. Con respecto al futuro, «si nos fijamos en las líneas a largo plazo, creo que hay una mejora constante de la situación de la condición de las personas. Hay más gente que deja atrás la pobreza, nos ayudamos entre fronteras… Creo que la civilización va mejorando . Espero que los últimos diez o quince años no sean una señal de que nos estamos desviando de este curso. Quizás soy ingenuo, pero sigo siendo optimista». No ha sido hasta su novela 23 cuando Jo Nesbø ha pisado por primera vez literariamente Estados Unidos. Tras sesenta millones de ejemplares vendidos, ha elegido ‘Minnesota’ (Roja & Negra) para reflejar su visión de la sociedad de aquel país en la actualidad. La fecha escogida es clave, 2016, justo antes de la primera elección de Donald Trump . «Fue un punto de inflexión», explica el escritor noruego durante la rueda de prensa virtual. En su opinión, Estados Unidos había representado «en muchos sentidos, el nacimiento de la democracia moderna», además de ser su gran salvador en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, considera que ese ideal comenzó a resquebrajarse con la llegada de Trump , un personaje «que se hizo famoso por el dinero que heredó y por un ‘reality show’», y cuya elección «parecía casi una broma». «Ahora la pregunta es si veremos una tercera presidencia que convierta a Estados Unidos en una especie de semidictadura», advierte Nesbø, aunque se muestra prudente: «No creo que vaya a suceder, pero ya no podemos estar seguros. Esa incertidumbre era impensable hace diez años». Noticia Relacionada estandar Si Del ‘true crime’ al ‘country noir’: la nueva generación de la novela negra Marina Sanmartín A la primera línea de la ficción criminal en nuestro país se suma un heterogéneo ejército de vocesEl escritor parte de ahí en esta novela en la que da un respiro a su atormentado detective Harry Hole (que Netflix estrenará en formato serie en 2026) para trazar una radiografía de la violencia en un país que tiende a verla como la solución a los problemas . Minnesota es el estado donde es más fácil comprar pistolas y fusiles automáticos y Minneápolis, la ciudad donde George Floyd encontró la muerte a manos de policías. «Tendemos a olvidarnos de lo importante que es la violencia en la cultura norteamericana e históricamente siempre lo ha sido. No es que sea como en lugares como Venezuela o Brasil, pero es algo que no vemos en otros países. Canadá, por ejemplo, teniendo armas, es una sociedad completamente distinta en lo referente a la violencia», indica. Esta se desparrama por toda la novela, desde las luchas entre bandas pasando por una convención de la Asociación Nacional del Rifle en Minneápolis a la dificultad de uno de los protagonistas, Bob Oz, para controlar su ira. Detective suspendido del servicio y con alguna que otra mancha en su historial, queda fascinado con el caso de un delincuente habitual, sospechoso de traficar con armas , que es víctima de un tiroteo y se obsesiona con la idea de dar caza al asesino en serie. El escritor admite que se lo ha pasado bien creando a este personaje, y no descarta darle continuidad, pero no por el momento.«Uno tiene que esforzarse mucho para no criticar lo que la libre circulación de armas causa en la sociedad»Oz es uno de los descendientes de los miles de noruegos que emigraron a Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX. «Minnesota es el estado donde hay más inmigración escandinava. Estuve en Minneápolis cuando era joven, a principios de mi carrera y me fascinó cómo habían mantenido muchas de las tradiciones que en Noruega ya se habían olvidado. Era como volver atrás en una máquina del tiempo y trasladarse a la cultura noruega de hace 30 o 40 años. Siempre había querido escribir sobre este entorno, sobre comunidades más encerradas», puntualizó el escritor, que cuenta que sus abuelos vivieron en Nueva York y que él mismo ha pasado mucho tiempo en el país.Uno de sus asuntos más controvertidos es la libre circulación de armas . Nesbø afirma que ha intentado abordar el tema desde un punto de vista descriptivo. «Obviamente tengo mis opiniones, pero intento que mis novelas no tengan esta orientación política para convencer a las personas en una u otra dirección». Aun así, lamentó que «es imposible no fijarse en las cifras de muertes que hay de forma accidental» debido a ellas. «Uno tiene que esforzarse mucho para no criticar lo que esto provoca en la sociedad», manifiesta. «Es difícil plantear preguntas importantes que tienen que ver con el día a día sin ser entretenido»El autor asevera que el auge que la novela negra está viviendo hoy en día tiene que ver con que «ha ocupado el puesto de la literatura religiosa al hablar de la moral, del bien y del mal, de lo que es correcto o no hacer». Al retratar la sociedad actual, tanto a nivel individual como colectivo, aborda cuestiones clave en el aquí y ahora. «Y es difícil plantear preguntas importantes que tienen que ver con el día a día sin ser entretenido», remata. Con respecto al futuro, «si nos fijamos en las líneas a largo plazo, creo que hay una mejora constante de la situación de la condición de las personas. Hay más gente que deja atrás la pobreza, nos ayudamos entre fronteras… Creo que la civilización va mejorando . Espero que los últimos diez o quince años no sean una señal de que nos estamos desviando de este curso. Quizás soy ingenuo, pero sigo siendo optimista».
No ha sido hasta su novela 23 cuando Jo Nesbø ha pisado por primera vez literariamente Estados Unidos. Tras sesenta millones de ejemplares vendidos, ha elegido ‘Minnesota’ (Roja & Negra) para reflejar su visión de la sociedad de aquel país en la actualidad. La … fecha escogida es clave, 2016, justo antes de la primera elección de Donald Trump.
«Fue un punto de inflexión», explica el escritor noruego durante la rueda de prensa virtual. En su opinión, Estados Unidos había representado «en muchos sentidos, el nacimiento de la democracia moderna», además de ser su gran salvador en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, considera que ese ideal comenzó a resquebrajarse con la llegada de Trump, un personaje «que se hizo famoso por el dinero que heredó y por un ‘reality show’», y cuya elección «parecía casi una broma».
«Ahora la pregunta es si veremos una tercera presidencia que convierta a Estados Unidos en una especie de semidictadura», advierte Nesbø, aunque se muestra prudente: «No creo que vaya a suceder, pero ya no podemos estar seguros. Esa incertidumbre era impensable hace diez años».
El escritor parte de ahí en esta novela en la que da un respiro a su atormentado detective Harry Hole (que Netflix estrenará en formato serie en 2026) para trazar una radiografía de la violencia en un país que tiende a verla como la solución a los problemas. Minnesota es el estado donde es más fácil comprar pistolas y fusiles automáticos y Minneápolis, la ciudad donde George Floyd encontró la muerte a manos de policías. «Tendemos a olvidarnos de lo importante que es la violencia en la cultura norteamericana e históricamente siempre lo ha sido. No es que sea como en lugares como Venezuela o Brasil, pero es algo que no vemos en otros países. Canadá, por ejemplo, teniendo armas, es una sociedad completamente distinta en lo referente a la violencia», indica.
Esta se desparrama por toda la novela, desde las luchas entre bandas pasando por una convención de la Asociación Nacional del Rifle en Minneápolis a la dificultad de uno de los protagonistas, Bob Oz, para controlar su ira. Detective suspendido del servicio y con alguna que otra mancha en su historial, queda fascinado con el caso de un delincuente habitual, sospechoso de traficar con armas, que es víctima de un tiroteo y se obsesiona con la idea de dar caza al asesino en serie. El escritor admite que se lo ha pasado bien creando a este personaje, y no descarta darle continuidad, pero no por el momento.
«Uno tiene que esforzarse mucho para no criticar lo que la libre circulación de armas causa en la sociedad»
Oz es uno de los descendientes de los miles de noruegos que emigraron a Estados Unidos en la segunda mitad del siglo XIX. «Minnesota es el estado donde hay más inmigración escandinava. Estuve en Minneápolis cuando era joven, a principios de mi carrera y me fascinó cómo habían mantenido muchas de las tradiciones que en Noruega ya se habían olvidado. Era como volver atrás en una máquina del tiempo y trasladarse a la cultura noruega de hace 30 o 40 años. Siempre había querido escribir sobre este entorno, sobre comunidades más encerradas», puntualizó el escritor, que cuenta que sus abuelos vivieron en Nueva York y que él mismo ha pasado mucho tiempo en el país.
Uno de sus asuntos más controvertidos es la libre circulación de armas. Nesbø afirma que ha intentado abordar el tema desde un punto de vista descriptivo. «Obviamente tengo mis opiniones, pero intento que mis novelas no tengan esta orientación política para convencer a las personas en una u otra dirección». Aun así, lamentó que «es imposible no fijarse en las cifras de muertes que hay de forma accidental» debido a ellas. «Uno tiene que esforzarse mucho para no criticar lo que esto provoca en la sociedad», manifiesta.
«Es difícil plantear preguntas importantes que tienen que ver con el día a día sin ser entretenido»
El autor asevera que el auge que la novela negra está viviendo hoy en día tiene que ver con que «ha ocupado el puesto de la literatura religiosa al hablar de la moral, del bien y del mal, de lo que es correcto o no hacer». Al retratar la sociedad actual, tanto a nivel individual como colectivo, aborda cuestiones clave en el aquí y ahora. «Y es difícil plantear preguntas importantes que tienen que ver con el día a día sin ser entretenido», remata.
Con respecto al futuro, «si nos fijamos en las líneas a largo plazo, creo que hay una mejora constante de la situación de la condición de las personas. Hay más gente que deja atrás la pobreza, nos ayudamos entre fronteras… Creo que la civilización va mejorando. Espero que los últimos diez o quince años no sean una señal de que nos estamos desviando de este curso. Quizás soy ingenuo, pero sigo siendo optimista».
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