John Boyne comienza ‘Una escalera hacia el cielo’, que Salamandra publica en España este 4 de septiembre, con una cita del líder nazi Heinrich Himmler . «Todo lo que sucede en la esfera sexual no es un asunto privado del individuo, sino que afecta a la vida y la muerte de la nación». El autor de ‘El niño con el pijama de rayas’ está convencido de que todo el mundo busca sexo de una manera u otra y que esa necesidad nos hace vulnerables a la manipulación. A partir de ahí, crea a Maurice Swift, un sociópata literario que suple su falta de talento con un indudable atractivo físico y gran instinto, tanto para detectar debilidades ajenas como para relacionarse con la gente adecuada. Boyne hace planear sobre él la sombra de Tom Ripley , el célebre asesino de Patricia Highsmith , pero también confiesa que la idea parte de una experiencia personal: intentar comprender cómo él mismo cayó en la trampa. Noticia Relacionada reportaje Si El nuevo rostro de la censura: los lectores de sensibilidad Ivannia Salazar Esta figura, nacida en el mundo anglosajón, está detrás de las polémicas revisiones de Ian Fleming y Roald Dahl«Un escritor que conocí hace tiempo que resultaba muy inspirador asumía algunas conductas e ideas de Maurice. Estaba desesperado por ser escritor, pero no era lo bastante bueno como para inventarse historias y usaba su encanto para conocer amigos poderosos», explica a ABC. Con una dilatada y exitosa trayectoria como escritor, Boyne se sorprendió sucumbiendo a sus halagos a las primeras de cambio. «Pero este libro no es una venganza, diría yo, sino más bien una exploración, intentar entenderlo».Maurice va destruyendo vidas para alcanzar el éxito y Boyne hace que el lector vaya unos pasos por delante de sus víctimas. Es su forma de construir la narración desde ‘El niño con el pijama de rayas’ , pero aquí parece buscar cierta complicidad, aunque sea involuntaria. «Un poco, sí –admite entre risas–. Maurice conquista también al lector, ¿no?». Sin embargo, sus maniobras seductoras comienzan a ser visibles desde fuera antes de que sus objetivos se percaten. «El lector querría decirles: ‘¡Por favor, aléjate de este hombre tan terrible!’. Pero solo se dan cuenta de que han sido manipulados cuando se les cae el velo de los ojos».’Una escalera hacia el cielo’ Salamandra. 427 páginasPor ejemplo, Erich Ackerman, un escritor alemán homosexual ya consagrado, enseguida se siente irremediablemente atraído por Maurice. «No ha podido realizar las conexiones románticas que hubiera querido en su vida. Llega este joven tan hermoso y, por un momento, Erich piensa que le están dando una segunda oportunidad», afirma el autor. Digno y decente, pero con un pasado complejo ligado a las Juventudes Hitlerianas, va cayendo en las redes de Maurice y baja la guardia, confesando sus emociones. «Busco que el lector sienta lo mismo con el fin de que comprenda la razón por la que Erich acoge a este chaval y por qué pasa de ser su maestro a su servidor», indica.Aunque ha sido objeto de controversia por algunas de sus opiniones acerca de los niños y la identidad de género y su defensa pública de J.K. Rowling (la creadora de Harry Potter ha sido acusada de tránsfoba), Boyne no ha dejado de explorar el poder de la sexualidad en sus novelas: «Hace cinco años quizá me estresaba un poco más la reacción negativa a las cosas que escribía, pero ahora ya no me importa tanto. Todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones y hacerlo de una manera respetuosa, que es como yo creo que lo hago, y eso no ha afectado en absoluto a la venta de mis libros, así que yo hablo claro cuando pienso que necesito hacerlo».«Los actores jóvenes de Harry Potter han criticado demasiado a J.K. Rowling y sin ella hubieran estado trabajando en una tienda de chuches»El único personaje que cala a Maurice a la primera es la única persona real de la novela: Gore Vidal . «Fue un escritor gay y yo quería que fuera el único que podía mirar a Maurice y descubrirle. A diferencia de los demás, él está de vuelta, ya lo ha visto todo. De joven era increíblemente guapo y seguro que también utilizó sus propios atractivos». El autor se reconoce gran admirador de su figura y de su obra. «Era cortante como un cuchillo y no quería ceñirse a lo que la sociedad le pedía. Creo que los pasajes de Vidal son mis favoritos de todo lo que he escrito, de todos mis libros. Me siento muy orgulloso y quiero creer que, si hubiera estado vivo, hubiera reconocido una parte de sí mismo en ellos. Fue divertido poner palabras en su boca e ir haciendo que cada vez fuera más agudo».Sátira del mundo literarioImplacable, Vidal dominaba como pocos el arte de insultar con un cumplido y Boyne extiende su habilidad sobre la sátira literaria que dibuja en el libro. Las luchas de egos y ambiciones en los festivales literarios, las fluctuaciones en los premios, la cantidad de libros en busca de patrocinio… Todo está basado en vivencias personales. «Me he pasado toda la vida en el mundo literario, me gusta y estoy orgulloso de ser un escritor, pero está lleno de fallos. Muchas veces vemos a autores que reciben alabanzas sin mesura por las razones equivocadas y otros que las merecerían son ignorados». En ese reflejo mordaz se ha visto reconocido más de un colega, según ellos mismos han confesado. «Son cosas que son una tontería, como estar en un evento con otro escritor y ver cómo se toma la decisión de quién va a leer primero. Son momentos de gran tensión hasta que se dirime cuál va a ser el ego que se imponga en el escenario, pero la mayoría de las veces acaba en unas risas y ya está», precisa. En definitiva, para el autor el mundo literario «no es ni maravilloso ni terrible, es complicado. En general, lo gestionan personas a quienes les importan los buenos libros y que quieren llevarlos al público, pero también hay algunas manzanas podridas por el camino. He conocido a varias y Maurice es, desde luego, una de ellas».J.K. RowlingAl autor le gusta hablar claro y con ironía. En una entrevista reciente, cuando le preguntaron quién querría que lo interpretara en una película sobre su vida respondió: «Cualquiera menos Daniel Radcliffe», en referencia al actor que ha interpretado a Harry Potter en la gran pantalla. El motivo, reconoce, está en su apoyo a J.K. Rowling : «He sido bastante directo en su defensa. Debo admitir que yo pienso que los actores jóvenes de sus películas no tienen por qué estar de acuerdo con ella, pero creo que han criticado demasiado a una persona sin la cual ellos hubieran estado trabajando en una tienda de chuches o lo que sea». John Boyne comienza ‘Una escalera hacia el cielo’, que Salamandra publica en España este 4 de septiembre, con una cita del líder nazi Heinrich Himmler . «Todo lo que sucede en la esfera sexual no es un asunto privado del individuo, sino que afecta a la vida y la muerte de la nación». El autor de ‘El niño con el pijama de rayas’ está convencido de que todo el mundo busca sexo de una manera u otra y que esa necesidad nos hace vulnerables a la manipulación. A partir de ahí, crea a Maurice Swift, un sociópata literario que suple su falta de talento con un indudable atractivo físico y gran instinto, tanto para detectar debilidades ajenas como para relacionarse con la gente adecuada. Boyne hace planear sobre él la sombra de Tom Ripley , el célebre asesino de Patricia Highsmith , pero también confiesa que la idea parte de una experiencia personal: intentar comprender cómo él mismo cayó en la trampa. Noticia Relacionada reportaje Si El nuevo rostro de la censura: los lectores de sensibilidad Ivannia Salazar Esta figura, nacida en el mundo anglosajón, está detrás de las polémicas revisiones de Ian Fleming y Roald Dahl«Un escritor que conocí hace tiempo que resultaba muy inspirador asumía algunas conductas e ideas de Maurice. Estaba desesperado por ser escritor, pero no era lo bastante bueno como para inventarse historias y usaba su encanto para conocer amigos poderosos», explica a ABC. Con una dilatada y exitosa trayectoria como escritor, Boyne se sorprendió sucumbiendo a sus halagos a las primeras de cambio. «Pero este libro no es una venganza, diría yo, sino más bien una exploración, intentar entenderlo».Maurice va destruyendo vidas para alcanzar el éxito y Boyne hace que el lector vaya unos pasos por delante de sus víctimas. Es su forma de construir la narración desde ‘El niño con el pijama de rayas’ , pero aquí parece buscar cierta complicidad, aunque sea involuntaria. «Un poco, sí –admite entre risas–. Maurice conquista también al lector, ¿no?». Sin embargo, sus maniobras seductoras comienzan a ser visibles desde fuera antes de que sus objetivos se percaten. «El lector querría decirles: ‘¡Por favor, aléjate de este hombre tan terrible!’. Pero solo se dan cuenta de que han sido manipulados cuando se les cae el velo de los ojos».’Una escalera hacia el cielo’ Salamandra. 427 páginasPor ejemplo, Erich Ackerman, un escritor alemán homosexual ya consagrado, enseguida se siente irremediablemente atraído por Maurice. «No ha podido realizar las conexiones románticas que hubiera querido en su vida. Llega este joven tan hermoso y, por un momento, Erich piensa que le están dando una segunda oportunidad», afirma el autor. Digno y decente, pero con un pasado complejo ligado a las Juventudes Hitlerianas, va cayendo en las redes de Maurice y baja la guardia, confesando sus emociones. «Busco que el lector sienta lo mismo con el fin de que comprenda la razón por la que Erich acoge a este chaval y por qué pasa de ser su maestro a su servidor», indica.Aunque ha sido objeto de controversia por algunas de sus opiniones acerca de los niños y la identidad de género y su defensa pública de J.K. Rowling (la creadora de Harry Potter ha sido acusada de tránsfoba), Boyne no ha dejado de explorar el poder de la sexualidad en sus novelas: «Hace cinco años quizá me estresaba un poco más la reacción negativa a las cosas que escribía, pero ahora ya no me importa tanto. Todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones y hacerlo de una manera respetuosa, que es como yo creo que lo hago, y eso no ha afectado en absoluto a la venta de mis libros, así que yo hablo claro cuando pienso que necesito hacerlo».«Los actores jóvenes de Harry Potter han criticado demasiado a J.K. Rowling y sin ella hubieran estado trabajando en una tienda de chuches»El único personaje que cala a Maurice a la primera es la única persona real de la novela: Gore Vidal . «Fue un escritor gay y yo quería que fuera el único que podía mirar a Maurice y descubrirle. A diferencia de los demás, él está de vuelta, ya lo ha visto todo. De joven era increíblemente guapo y seguro que también utilizó sus propios atractivos». El autor se reconoce gran admirador de su figura y de su obra. «Era cortante como un cuchillo y no quería ceñirse a lo que la sociedad le pedía. Creo que los pasajes de Vidal son mis favoritos de todo lo que he escrito, de todos mis libros. Me siento muy orgulloso y quiero creer que, si hubiera estado vivo, hubiera reconocido una parte de sí mismo en ellos. Fue divertido poner palabras en su boca e ir haciendo que cada vez fuera más agudo».Sátira del mundo literarioImplacable, Vidal dominaba como pocos el arte de insultar con un cumplido y Boyne extiende su habilidad sobre la sátira literaria que dibuja en el libro. Las luchas de egos y ambiciones en los festivales literarios, las fluctuaciones en los premios, la cantidad de libros en busca de patrocinio… Todo está basado en vivencias personales. «Me he pasado toda la vida en el mundo literario, me gusta y estoy orgulloso de ser un escritor, pero está lleno de fallos. Muchas veces vemos a autores que reciben alabanzas sin mesura por las razones equivocadas y otros que las merecerían son ignorados». En ese reflejo mordaz se ha visto reconocido más de un colega, según ellos mismos han confesado. «Son cosas que son una tontería, como estar en un evento con otro escritor y ver cómo se toma la decisión de quién va a leer primero. Son momentos de gran tensión hasta que se dirime cuál va a ser el ego que se imponga en el escenario, pero la mayoría de las veces acaba en unas risas y ya está», precisa. En definitiva, para el autor el mundo literario «no es ni maravilloso ni terrible, es complicado. En general, lo gestionan personas a quienes les importan los buenos libros y que quieren llevarlos al público, pero también hay algunas manzanas podridas por el camino. He conocido a varias y Maurice es, desde luego, una de ellas».J.K. RowlingAl autor le gusta hablar claro y con ironía. En una entrevista reciente, cuando le preguntaron quién querría que lo interpretara en una película sobre su vida respondió: «Cualquiera menos Daniel Radcliffe», en referencia al actor que ha interpretado a Harry Potter en la gran pantalla. El motivo, reconoce, está en su apoyo a J.K. Rowling : «He sido bastante directo en su defensa. Debo admitir que yo pienso que los actores jóvenes de sus películas no tienen por qué estar de acuerdo con ella, pero creo que han criticado demasiado a una persona sin la cual ellos hubieran estado trabajando en una tienda de chuches o lo que sea».
Siempre claro en su defensa a la escritora, el autor de ‘El niño con el pijama de rayas’ crea a un sociópata literario que usa su atractivo para ascender en su última novela
John Boyne comienza ‘Una escalera hacia el cielo’, que Salamandra publica en España este 4 de septiembre, con una cita del líder nazi Heinrich Himmler. «Todo lo que sucede en la esfera sexual no es un asunto privado del individuo, sino que afecta a la vida y la muerte de la nación». El autor de ‘El niño con el pijama de rayas’ está convencido de que todo el mundo busca sexo de una manera u otra y que esa necesidad nos hace vulnerables a la manipulación.
A partir de ahí, crea a Maurice Swift, un sociópata literario que suple su falta de talento con un indudable atractivo físico y gran instinto, tanto para detectar debilidades ajenas como para relacionarse con la gente adecuada. Boyne hace planear sobre él la sombra de Tom Ripley, el célebre asesino de Patricia Highsmith, pero también confiesa que la idea parte de una experiencia personal: intentar comprender cómo él mismo cayó en la trampa.
«Un escritor que conocí hace tiempo que resultaba muy inspirador asumía algunas conductas e ideas de Maurice. Estaba desesperado por ser escritor, pero no era lo bastante bueno como para inventarse historias y usaba su encanto para conocer amigos poderosos», explica a ABC. Con una dilatada y exitosa trayectoria como escritor, Boyne se sorprendió sucumbiendo a sus halagos a las primeras de cambio. «Pero este libro no es una venganza, diría yo, sino más bien una exploración, intentar entenderlo».
Maurice va destruyendo vidas para alcanzar el éxito y Boyne hace que el lector vaya unos pasos por delante de sus víctimas. Es su forma de construir la narración desde ‘El niño con el pijama de rayas’, pero aquí parece buscar cierta complicidad, aunque sea involuntaria. «Un poco, sí –admite entre risas–. Maurice conquista también al lector, ¿no?». Sin embargo, sus maniobras seductoras comienzan a ser visibles desde fuera antes de que sus objetivos se percaten. «El lector querría decirles: ‘¡Por favor, aléjate de este hombre tan terrible!’. Pero solo se dan cuenta de que han sido manipulados cuando se les cae el velo de los ojos».
‘Una escalera hacia el cielo’
Salamandra. 427 páginas
Por ejemplo, Erich Ackerman, un escritor alemán homosexual ya consagrado, enseguida se siente irremediablemente atraído por Maurice. «No ha podido realizar las conexiones románticas que hubiera querido en su vida. Llega este joven tan hermoso y, por un momento, Erich piensa que le están dando una segunda oportunidad», afirma el autor. Digno y decente, pero con un pasado complejo ligado a las Juventudes Hitlerianas, va cayendo en las redes de Maurice y baja la guardia, confesando sus emociones. «Busco que el lector sienta lo mismo con el fin de que comprenda la razón por la que Erich acoge a este chaval y por qué pasa de ser su maestro a su servidor», indica.
Aunque ha sido objeto de controversia por algunas de sus opiniones acerca de los niños y la identidad de género y su defensa pública de J.K. Rowling (la creadora de Harry Potter ha sido acusada de tránsfoba), Boyne no ha dejado de explorar el poder de la sexualidad en sus novelas: «Hace cinco años quizá me estresaba un poco más la reacción negativa a las cosas que escribía, pero ahora ya no me importa tanto. Todos tenemos derecho a expresar nuestras opiniones y hacerlo de una manera respetuosa, que es como yo creo que lo hago, y eso no ha afectado en absoluto a la venta de mis libros, así que yo hablo claro cuando pienso que necesito hacerlo».
«Los actores jóvenes de Harry Potter han criticado demasiado a J.K. Rowling y sin ella hubieran estado trabajando en una tienda de chuches»
El único personaje que cala a Maurice a la primera es la única persona real de la novela: Gore Vidal. «Fue un escritor gay y yo quería que fuera el único que podía mirar a Maurice y descubrirle. A diferencia de los demás, él está de vuelta, ya lo ha visto todo. De joven era increíblemente guapo y seguro que también utilizó sus propios atractivos». El autor se reconoce gran admirador de su figura y de su obra. «Era cortante como un cuchillo y no quería ceñirse a lo que la sociedad le pedía. Creo que los pasajes de Vidal son mis favoritos de todo lo que he escrito, de todos mis libros. Me siento muy orgulloso y quiero creer que, si hubiera estado vivo, hubiera reconocido una parte de sí mismo en ellos. Fue divertido poner palabras en su boca e ir haciendo que cada vez fuera más agudo».
Sátira del mundo literario
Implacable, Vidal dominaba como pocos el arte de insultar con un cumplido y Boyne extiende su habilidad sobre la sátira literaria que dibuja en el libro. Las luchas de egos y ambiciones en los festivales literarios, las fluctuaciones en los premios, la cantidad de libros en busca de patrocinio… Todo está basado en vivencias personales. «Me he pasado toda la vida en el mundo literario, me gusta y estoy orgulloso de ser un escritor, pero está lleno de fallos. Muchas veces vemos a autores que reciben alabanzas sin mesura por las razones equivocadas y otros que las merecerían son ignorados».
En ese reflejo mordaz se ha visto reconocido más de un colega, según ellos mismos han confesado. «Son cosas que son una tontería, como estar en un evento con otro escritor y ver cómo se toma la decisión de quién va a leer primero. Son momentos de gran tensión hasta que se dirime cuál va a ser el ego que se imponga en el escenario, pero la mayoría de las veces acaba en unas risas y ya está», precisa. En definitiva, para el autor el mundo literario «no es ni maravilloso ni terrible, es complicado. En general, lo gestionan personas a quienes les importan los buenos libros y que quieren llevarlos al público, pero también hay algunas manzanas podridas por el camino. He conocido a varias y Maurice es, desde luego, una de ellas».
J.K. Rowling
Al autor le gusta hablar claro y con ironía. En una entrevista reciente, cuando le preguntaron quién querría que lo interpretara en una película sobre su vida respondió: «Cualquiera menos Daniel Radcliffe», en referencia al actor que ha interpretado a Harry Potter en la gran pantalla. El motivo, reconoce, está en su apoyo a J.K. Rowling: «He sido bastante directo en su defensa. Debo admitir que yo pienso que los actores jóvenes de sus películas no tienen por qué estar de acuerdo con ella, pero creo que han criticado demasiado a una persona sin la cual ellos hubieran estado trabajando en una tienda de chuches o lo que sea».
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