Hijo de Carmina y Marcial, emigrantes asturianos, Jorge Fernández Díaz nació con el don de la palabra y la valentía del que decide que no tiene nada que perder. Carecía, según el propio autor, del atroz encanto de ser argentino, porque él, aunque no lo supiera al principio, no era de ninguna parte. El explorador del sótano del 2323 de la calle Ravignani era un pibito tímido que aprendió judo para defenderse de los compañeros en los recreos del León XIII. De su padre heredó la certeza de la vulnerabilidad, que lo hizo prepararse desde chico para recibir, con resignación, todas las balas. De su madre, matriarca de la memoria, obtuvo el más preciado don al que puede aspirar un hombre: la constancia del que lucha sin retaguardia. Y por si eso fuera poco, un día Carmina le hizo el otro gran regalo: su propia vida. Contada a trozos a su hijo en una entrevista improvisada, aquella biografía editada bajo el título ‘ Mamá ‘ (2002) se convirtió en pocos días en un auténtico bestseller editorial; hoy todo un clásico.Ya de muchacho y casi sin salir de Palermo Pobre, fue trazando un mapa de certezas que lo llevaron a conocer deprisa la amistad, el amor y la traición. Vivencias que después desgranaría en aquellas primeras historias de pasión ambientadas en las humildes calles de Santa Fé, Carranza, Paraguay, donde el mundo cobraba sentido, y los vecinos y familiares se iban convirtiendo en personajes literarios: el Viejo Escoba, el gaitero melancólico, la enfermera salvadora, los compañeros de fútbol, la mujer espectral… Todos ellos fueron conformando el mundo de un escritor que se hacía cada vez más potente, más complejo y lleno de cambios : de los poetas del café Montecarlo al bar El Sacromonte; de la calle Ravignani a la mítica redacción de la calle Talcahuano, sede de la revista Noticias , donde todo comenzó.Desde entonces, el proceso de escritura de Jorge Fernández Díaz ha sufrido, podríamos decir, tres fases de maduración ; la primera, apremiada por la adrenalina y cuando la actualidad lo llenaba todo y el joven periodista vivía en un estado de enamoramiento de la palabra al servicio de la verdad que le absorbía la vida como una amante exigente. La segunda fase iría desplazando suavemente a la primera y sería así como paulatinamente surgiría el impulso de escritor, logrando una convergencia gozosa entre periodismo y literatura . Los libros siempre habían sido su gran fuente y en esta etapa de encuentros le ocurre algo curioso que el autor resume así: «cuando era periodista, los recursos informativos los encontraba en los libros y la literatura. Sin embargo, cuando me sentaba a escribir libros, mi fuente era, fundamentalmente, la vida».Noticia Relacionada opinion Si Un periodista valiente, con Kirchner y con Milei Jesús García Calero «Jorge Fernández Díaz es un escritor forjado en el periodismo. Es el maestro de la distancia necesaria frente al poder. Y, por supuesto, el poder -el de antes como el de ahora- nunca se lo ha perdonado»No es de extrañar que, cuando Jorge Fernández Díaz fue nombrado miembro de la Academia Argentina de las Letras (2017) su discurso girase en torno a la teorización sobre el periodismo: «Quería plantear este discurso como la tesis de una llamada al orden dentro del oficio , revisar las funciones; reorganizar la profesión, establecer un campo teórico de diferenciación entre aquellos que hacen periodismo y los que escriben opinión. Qué significa ser articulista hoy en día; en qué se ha convertido (o reconvertido) el periodista» .Los labios de la rubia: la trilogía de RemilEl periodismo tiene límites, reglas éticas; responsabilidades («escribe solo aquello que puedas probar») así que en esta última fase de la escritura en la que el argentino confiesa encontrarse, ha decidido finalmente serenar la pasión de primera juventud y, como el gánster que recorre fríamente la estrecha distancia que lo separa de los labios de la rubia, usar la ficción de la literatura para saltarse los límites de la verdad del periodismo: «La ficción protege a los terceros y en este proceso uno puede hacer crónica de la vida privada; puede incluso hacer novela negra». Sin embargo, cuando al autor se le pregunta por la trilogía de Remil , ese héroe infame y archiconocido, protagonista de ‘El puñal’ (2014), ‘La herida’ (2017) y ‘La traición’ (2020) suele decir que «se trata, en conjunto, de una novela de aventuras del siglo XXI». Para él, el escritor argentino tuvo que crear a La Mujer: Nuria es la versión femenina de Remil.Inspirada en la Julia de Somerset Maugham, es ésta una mujer depredadora; incapaz de amar, pero muy capaz de usar su inteligencia emocional para manipular y convertirse en un ser oscuro, casi letal. Recuerdo que, a propósito de aquello, tuve la ocasión de preguntar al escritor argentino, hoy flamante premio Nadal : ¿Dónde hay más oscuridad, en la novela negra o en una novela de amor? «Desde luego que la negrura del amor es más oscura , más definitiva que la de cualquier otro género -afirmó sin dudar- aunque hay que estar atento a lo que ocurre ahí afuera, pues la realidad es siempre mucho más negra que la ficción, pero lo bueno es que trabaja para el escritor ». Hijo de Carmina y Marcial, emigrantes asturianos, Jorge Fernández Díaz nació con el don de la palabra y la valentía del que decide que no tiene nada que perder. Carecía, según el propio autor, del atroz encanto de ser argentino, porque él, aunque no lo supiera al principio, no era de ninguna parte. El explorador del sótano del 2323 de la calle Ravignani era un pibito tímido que aprendió judo para defenderse de los compañeros en los recreos del León XIII. De su padre heredó la certeza de la vulnerabilidad, que lo hizo prepararse desde chico para recibir, con resignación, todas las balas. De su madre, matriarca de la memoria, obtuvo el más preciado don al que puede aspirar un hombre: la constancia del que lucha sin retaguardia. Y por si eso fuera poco, un día Carmina le hizo el otro gran regalo: su propia vida. Contada a trozos a su hijo en una entrevista improvisada, aquella biografía editada bajo el título ‘ Mamá ‘ (2002) se convirtió en pocos días en un auténtico bestseller editorial; hoy todo un clásico.Ya de muchacho y casi sin salir de Palermo Pobre, fue trazando un mapa de certezas que lo llevaron a conocer deprisa la amistad, el amor y la traición. Vivencias que después desgranaría en aquellas primeras historias de pasión ambientadas en las humildes calles de Santa Fé, Carranza, Paraguay, donde el mundo cobraba sentido, y los vecinos y familiares se iban convirtiendo en personajes literarios: el Viejo Escoba, el gaitero melancólico, la enfermera salvadora, los compañeros de fútbol, la mujer espectral… Todos ellos fueron conformando el mundo de un escritor que se hacía cada vez más potente, más complejo y lleno de cambios : de los poetas del café Montecarlo al bar El Sacromonte; de la calle Ravignani a la mítica redacción de la calle Talcahuano, sede de la revista Noticias , donde todo comenzó.Desde entonces, el proceso de escritura de Jorge Fernández Díaz ha sufrido, podríamos decir, tres fases de maduración ; la primera, apremiada por la adrenalina y cuando la actualidad lo llenaba todo y el joven periodista vivía en un estado de enamoramiento de la palabra al servicio de la verdad que le absorbía la vida como una amante exigente. La segunda fase iría desplazando suavemente a la primera y sería así como paulatinamente surgiría el impulso de escritor, logrando una convergencia gozosa entre periodismo y literatura . Los libros siempre habían sido su gran fuente y en esta etapa de encuentros le ocurre algo curioso que el autor resume así: «cuando era periodista, los recursos informativos los encontraba en los libros y la literatura. Sin embargo, cuando me sentaba a escribir libros, mi fuente era, fundamentalmente, la vida».Noticia Relacionada opinion Si Un periodista valiente, con Kirchner y con Milei Jesús García Calero «Jorge Fernández Díaz es un escritor forjado en el periodismo. Es el maestro de la distancia necesaria frente al poder. Y, por supuesto, el poder -el de antes como el de ahora- nunca se lo ha perdonado»No es de extrañar que, cuando Jorge Fernández Díaz fue nombrado miembro de la Academia Argentina de las Letras (2017) su discurso girase en torno a la teorización sobre el periodismo: «Quería plantear este discurso como la tesis de una llamada al orden dentro del oficio , revisar las funciones; reorganizar la profesión, establecer un campo teórico de diferenciación entre aquellos que hacen periodismo y los que escriben opinión. Qué significa ser articulista hoy en día; en qué se ha convertido (o reconvertido) el periodista» .Los labios de la rubia: la trilogía de RemilEl periodismo tiene límites, reglas éticas; responsabilidades («escribe solo aquello que puedas probar») así que en esta última fase de la escritura en la que el argentino confiesa encontrarse, ha decidido finalmente serenar la pasión de primera juventud y, como el gánster que recorre fríamente la estrecha distancia que lo separa de los labios de la rubia, usar la ficción de la literatura para saltarse los límites de la verdad del periodismo: «La ficción protege a los terceros y en este proceso uno puede hacer crónica de la vida privada; puede incluso hacer novela negra». Sin embargo, cuando al autor se le pregunta por la trilogía de Remil , ese héroe infame y archiconocido, protagonista de ‘El puñal’ (2014), ‘La herida’ (2017) y ‘La traición’ (2020) suele decir que «se trata, en conjunto, de una novela de aventuras del siglo XXI». Para él, el escritor argentino tuvo que crear a La Mujer: Nuria es la versión femenina de Remil.Inspirada en la Julia de Somerset Maugham, es ésta una mujer depredadora; incapaz de amar, pero muy capaz de usar su inteligencia emocional para manipular y convertirse en un ser oscuro, casi letal. Recuerdo que, a propósito de aquello, tuve la ocasión de preguntar al escritor argentino, hoy flamante premio Nadal : ¿Dónde hay más oscuridad, en la novela negra o en una novela de amor? «Desde luego que la negrura del amor es más oscura , más definitiva que la de cualquier otro género -afirmó sin dudar- aunque hay que estar atento a lo que ocurre ahí afuera, pues la realidad es siempre mucho más negra que la ficción, pero lo bueno es que trabaja para el escritor ».
Premio Nadal 2025
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Hijo de Carmina y Marcial, emigrantes asturianos, Jorge Fernández Díaz nació con el don de la palabra y la valentía del que decide que no tiene nada que perder. Carecía, según el propio autor, del atroz encanto de ser argentino, porque él, …
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