Jorge Laplace (Jerez de la Frontera, 43 años) atiende a EL PAÍS en pleno viaje a la capital andaluza, de horizonte una mudanza y visita al notario: acaba de vender el primer piso que se compró en el centro de Sevilla hace ahora 10 años. Para él es un símbolo: nunca llegó a vivir allí. Justo cuando tocaba instalarse recibió una llamada de Madrid para un proyecto de cinco meses. No regresó. Aprovechó esta circunstancia para transformarse, 10 años más tarde, en uno de los directores de documentales para plataformas más activo del país. Este miércoles estrena Carlos Alcaraz: A mi manera, para Netflix, y puede decir —como reza en su perfil de Instagram— que su arco narrativo va “del barrio de Jerez” en el que nació “a los Emmy en Nueva York, pasando por los Goya, Iris y Forqué”, porque su nombre se encuentra también detrás de trabajos multipremiados como 100 días con la Tata (2021), guionizado junto a Miguel Ángel Muñoz; y Loco Mía (2022), la docuserie original de Movistar Plus+ que se convirtió en su estreno en el contenido de no ficción más visto en la historia de la plataforma.
El cineasta jerezano se consolida como uno de los directores de documentales para plataformas más activos del país con el estreno este miércoles de ‘Carlos Alcaraz: A mi manera’ en Netflix
Jorge Laplace (Jerez de la Frontera, 43 años) atiende a EL PAÍS en pleno viaje a la capital andaluza, de horizonte una mudanza y visita al notario: acaba de vender el primer piso que se compró en el centro de Sevilla hace ahora 10 años. Para él es un símbolo: nunca llegó a vivir allí. Justo cuando tocaba instalarse recibió una llamada de Madrid para un proyecto de cinco meses. No regresó. Aprovechó esta circunstancia para transformarse, 10 años más tarde, en uno de los directores de documentales para plataformas más activo del país. Este miércoles estrena Carlos Alcaraz: A mi manera, para Netflix, y puede decir —como reza en su perfil de Instagram— que su arco narrativo va “del barrio de Jerez” en el que nació “a los Emmy en Nueva York, pasando por los Goya, Iris y Forqué”, porque su nombre se encuentra también detrás de trabajos multipremiados como 100 días con la Tata (2021), guionizado junto a Miguel Ángel Muñoz; y Loco Mía (2022), la docuserie original de Movistar Plus+ que se convirtió en su estreno en el contenido de no ficción más visto en la historia de la plataforma.

Sin embargo, este andaluz que puso una pica en Madrid ya más difícil de arrancar que la espada de Lancelot, se ha consolidado como el cineasta que ha firmado los últimos grandes documentales del deporte español: la serie Carolina Marín, puedo porque pienso que puedo para Amazon Prime (2020), La absoluta (2022), película original de VIX+; 30 días para ganar (2022), por el que fue nominado a un Premio Emmy; y La Liga (2024), docuserie original de Netflix y producida por Morena Films, su último proyecto antes de toparse con la joven estrella del tenis español que sueña con “ser el mejor de la historia”, como reconoce Alcaraz en un momento del documental.
En algunas imágenes se ha podido ver incluso al tenista con una fecha tatuada en el brazo: 23-4-2025, día del estreno de esta película. “No fue un tatuaje real, duró solo 24 horas. Pero sí es un gesto que indica que para Carlos es un evento importante. No todo el mundo tiene un documental original de Netflix con 21 años”. Marca también la ambición de este niño de Murcia al que Laplace, tras su experiencia con la campeona del Badminton Carolina Marín o multitud de futbolistas de élite, califica como “un deportista totalmente diferente”.
Una sombra alargada
“La herencia que ha recibido Carlos de Nadal o Novak es la de conseguir el éxito a través del sacrificio total, de que el tenis sea lo único en tu vida. Pero él, a pesar de tener la ambición de ser el mejor tenista de la historia, lo quiere hacer a su manera, como se titula este trabajo. Quiere alcanzar el éxito disfrutando del camino y poniendo su felicidad por delante. La serie es un diálogo muy interesante entre un chaval de la generación Z y su equipo, veinte años mayores que él, sobre qué significa tener éxito”.
Sin embargo, Carlos Alcaraz: A mi manera se estrena después de un fin de semana oscuro en su carrera. El domingo caía ante Holger Rune en la final del Trofeo Conde de Godó 2025. “Hace dos semanas estaba levantando la copa de vencedor en el Master 1000 de Montecarlo. Pero es verdad que la expectativa con él es tan alta que parece que si no lo gana todo, no es un buen resultado. Esto tiene mucho que ver con la sombra de Nadal, el público español está acostumbrado a las victorias constantes de Rafa y pide que Carlos sea igual. Esa sombra es uno de los grandes temas de la serie”.
Por detrás, la sombra de Nadal, pero por delante, la felicidad como motor para conseguir sus metas: “Carlos quiere demostrar que se puede ser feliz y a la vez ser un número uno”, sostiene el cineasta. “Tiene un punto de genio. De alguien que ha venido a romper el marco que todos llevamos comprando durante mucho tiempo”.
Para atrapar el alma del deportista, de la estrella, pero también del niño de Murcia, el que reclama a sus amigos y a su familia, Jorge Laplace intenta aportar “una mirada que siempre sea personal”. “Yo siempre busco la autoría hasta en las tripas del mainstream. Obviamente, no es lo mismo hacerle un documental a Locomía que a Alcaraz, los protagonistas marcan, pero el retrato debe estar a la altura del retratado, es una responsabilidad de excelencia enorme”.
“Ahí descubres —insiste el cineasta— que hasta el ser humano con más éxito no deja de ser alguien con sus debilidades, sus miedos y con su necesidad de conectar desde la persona, más allá del personaje. Y el proceso empieza entrando en su mundo con prudencia y respeto, teniendo claro que tú le acompañas, pero no puedes entorpecer ni distraerle de su objetivo principal”.
Inicios en la animación
Jorge Laplace comenzó haciendo películas de animación, un trabajo minucioso “y muy pensado”, que le ocupó casi una década, como si su carrera se midiera en estos ciclos de 10 años: “Esto explica bastante el tipo de documentales que hago, donde la manera de contar es muy importante. La conexión entre todos mis trabajos que van desde lo histórico, lo político o lo deportivo está en la manera de narrar las historias. Me gusta aplicar mecanismos de ficción al documental, tener el control del relato y, sobre todo, sentir que enganchas al espectador”, explica.
Subido a la ola del éxito del documental, con enorme presencia en salas de cine y plataformas digitales —también con presupuestos similares a los millonarios de la ficción—, Laplace asegura que “la gente ve más documentales porque ahora los documentales tienen más en cuenta al espectador. Históricamente se ha percibido como un género con poco enganche. Pero desde hace un tiempo algunos estamos empeñados en demostrar que el documental puede ser igual de entretenido, complejo y emocionante que una ficción”.
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