No puedo evitarlo. Cada vez que me acerco a la obra de Ricard Terré, lo primero que me viene a la cabeza es la imagen de la que posiblemente sea su fotografía más icónica: ‘Niña de Primera Comunión. Sant Boi de Llobregat’ (1958).Pueden llamarme sentimental, pero la visión de esa pequeña con estrabismo vestida de blanco sigue tocando en mí acordes de emoción y ternura al capturar magistralmente la inocencia y la fragilidad de la infancia, sobre todo de ciertas infancias… La historia que hay detrás de esta foto es bien sabida, y si no la conocen les invito a que indaguen un poco. Merece la pena. Además, en mi opinión, sintetiza muchas de las señas de identidad de este notable fotógrafo.Noticias relacionadas estandar Si ARTE David Catá: «El cuerpo es un lienzo de heridas, arrugas y cicatrices» Javier Díaz-Guardiola estandar Si ARTE Cristina García Rodero, sin juicios ni distancias Isabel LázaroLa Academia de Bellas Artes de San Fernando presenta ‘La mirada reflexiva de Ricard Terré’, una exposición breve, casi de gabinete en cuanto al espacio expositivo y al número de obras, sólo catorce (diez de ellas de mediano formato y otras cuatro más reducidas que se muestran en una vitrina, que lamentablemente quedan confundidas entre el variado material documental bibliográfico y hemerógrafico expuesto), pero que, sin embargo, pese a que nos quedamos con ganas de ver más, sí que sirve al menos para trazar una semblanza aproximada de su trabajo. Se trata también del octavo proyecto expositivo que plantea esta institución dentro de la colección ‘Maestros de la fotografía en la Academia de Bellas Artes de San Fernando’. Ricard Terré (Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1928-Vigo, 2009), fue un fotógrafo muy personal – Publio López Mondéjar lo calificó como «un verso suelto» con respecto a otros miembros de su generación–, capaz de aportar una profunda dimensión humana y arrojar una singular mirada, plena de sensibilidad e ironía, a la realidad cotidiana, siempre desde una posición vinculada a la fotografía documental y humanista. El día a día. De arriba abajo, detalle de ‘Semana Santa’ (toma del año 1958. Copia de autor de 1990); ‘Barcelona’ (Fecha de la toma: 1956. Copia de autor: 1988); y ‘Barceona’ (Fecha de la toma: año 1957. Copia de 1991) Ricard TerréDe formación autodidacta dentro de las artes visuales, desde muy temprano mostró un gran interés por la pintura y el dibujo, lo que le llevaría finalmente a encontrar en la cámara fotográfica su medio de expresión definitivo. En 1958 se integró en el grupo AFAL (Agrupación Fotográfica de Almería), movimiento fundamental en la modernización de la por entonces anticuada fotografía española. Persona interesada en diversas facetas de la cultura y de la vida, dedicaría a la fotografía unos primeros años, entre 1955 y 1970, para retomar esta actividad posteriormente a partir de 1982, en gran medida, animado por su hija Laura, la gran especialista en su obra.Sus imágenes fotográficas en blanco y negro siempre buscaron enfocarse, desde el objetivo y también desde su propia emoción, en la condición humana, captando escenas de la vida diaria con una voluntad solidaria y al mismo tiempo crítica. Temas recurrentes en su obra fueron la infancia, la muerte, la religión e igualmente las fiestas populares. La composición intuitiva y la sensibilidad especial con la que impregnó sus fotos le sirvieron para representar la auténtica esencia de los sujetos fotografiados.Ricard Terré ‘La mirada reflexiva de Ricard Terré’. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. (Sala de Fotografía). Madrid. C/ Alcalá, 13. Hasta el 19 de octubre. Tres estrellas.Influido por maestros como Robert Frank y Henri Cartier-Bresson, supo desplegar una visión propia y personal, siempre al servicio de capturar las mil facetas de la naturaleza humana. Dejemos al fin que él mismo nos lo confirme: « Lo que busco es el espíritu del hombre, esa esencia fundamental que permanece en el tiempo y que está en todos los lugares». No puedo evitarlo. Cada vez que me acerco a la obra de Ricard Terré, lo primero que me viene a la cabeza es la imagen de la que posiblemente sea su fotografía más icónica: ‘Niña de Primera Comunión. Sant Boi de Llobregat’ (1958).Pueden llamarme sentimental, pero la visión de esa pequeña con estrabismo vestida de blanco sigue tocando en mí acordes de emoción y ternura al capturar magistralmente la inocencia y la fragilidad de la infancia, sobre todo de ciertas infancias… La historia que hay detrás de esta foto es bien sabida, y si no la conocen les invito a que indaguen un poco. Merece la pena. Además, en mi opinión, sintetiza muchas de las señas de identidad de este notable fotógrafo.Noticias relacionadas estandar Si ARTE David Catá: «El cuerpo es un lienzo de heridas, arrugas y cicatrices» Javier Díaz-Guardiola estandar Si ARTE Cristina García Rodero, sin juicios ni distancias Isabel LázaroLa Academia de Bellas Artes de San Fernando presenta ‘La mirada reflexiva de Ricard Terré’, una exposición breve, casi de gabinete en cuanto al espacio expositivo y al número de obras, sólo catorce (diez de ellas de mediano formato y otras cuatro más reducidas que se muestran en una vitrina, que lamentablemente quedan confundidas entre el variado material documental bibliográfico y hemerógrafico expuesto), pero que, sin embargo, pese a que nos quedamos con ganas de ver más, sí que sirve al menos para trazar una semblanza aproximada de su trabajo. Se trata también del octavo proyecto expositivo que plantea esta institución dentro de la colección ‘Maestros de la fotografía en la Academia de Bellas Artes de San Fernando’. Ricard Terré (Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1928-Vigo, 2009), fue un fotógrafo muy personal – Publio López Mondéjar lo calificó como «un verso suelto» con respecto a otros miembros de su generación–, capaz de aportar una profunda dimensión humana y arrojar una singular mirada, plena de sensibilidad e ironía, a la realidad cotidiana, siempre desde una posición vinculada a la fotografía documental y humanista. El día a día. De arriba abajo, detalle de ‘Semana Santa’ (toma del año 1958. Copia de autor de 1990); ‘Barcelona’ (Fecha de la toma: 1956. Copia de autor: 1988); y ‘Barceona’ (Fecha de la toma: año 1957. Copia de 1991) Ricard TerréDe formación autodidacta dentro de las artes visuales, desde muy temprano mostró un gran interés por la pintura y el dibujo, lo que le llevaría finalmente a encontrar en la cámara fotográfica su medio de expresión definitivo. En 1958 se integró en el grupo AFAL (Agrupación Fotográfica de Almería), movimiento fundamental en la modernización de la por entonces anticuada fotografía española. Persona interesada en diversas facetas de la cultura y de la vida, dedicaría a la fotografía unos primeros años, entre 1955 y 1970, para retomar esta actividad posteriormente a partir de 1982, en gran medida, animado por su hija Laura, la gran especialista en su obra.Sus imágenes fotográficas en blanco y negro siempre buscaron enfocarse, desde el objetivo y también desde su propia emoción, en la condición humana, captando escenas de la vida diaria con una voluntad solidaria y al mismo tiempo crítica. Temas recurrentes en su obra fueron la infancia, la muerte, la religión e igualmente las fiestas populares. La composición intuitiva y la sensibilidad especial con la que impregnó sus fotos le sirvieron para representar la auténtica esencia de los sujetos fotografiados.Ricard Terré ‘La mirada reflexiva de Ricard Terré’. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. (Sala de Fotografía). Madrid. C/ Alcalá, 13. Hasta el 19 de octubre. Tres estrellas.Influido por maestros como Robert Frank y Henri Cartier-Bresson, supo desplegar una visión propia y personal, siempre al servicio de capturar las mil facetas de la naturaleza humana. Dejemos al fin que él mismo nos lo confirme: « Lo que busco es el espíritu del hombre, esa esencia fundamental que permanece en el tiempo y que está en todos los lugares».
No puedo evitarlo. Cada vez que me acerco a la obra de Ricard Terré, lo primero que me viene a la cabeza es la imagen de la que posiblemente sea su fotografía más icónica: ‘Niña de Primera Comunión. Sant Boi de Llobregat’ (1958).
Pueden … llamarme sentimental, pero la visión de esa pequeña con estrabismo vestida de blanco sigue tocando en mí acordes de emoción y ternura al capturar magistralmente la inocencia y la fragilidad de la infancia, sobre todo de ciertas infancias… La historia que hay detrás de esta foto es bien sabida, y si no la conocen les invito a que indaguen un poco. Merece la pena. Además, en mi opinión, sintetiza muchas de las señas de identidad de este notable fotógrafo.
La Academia de Bellas Artes de San Fernando presenta ‘La mirada reflexiva de Ricard Terré’, una exposición breve, casi de gabinete en cuanto al espacio expositivo y al número de obras, sólo catorce (diez de ellas de mediano formato y otras cuatro más reducidas que se muestran en una vitrina, que lamentablemente quedan confundidas entre el variado material documental bibliográfico y hemerógrafico expuesto), pero que, sin embargo, pese a que nos quedamos con ganas de ver más, sí que sirve al menos para trazar una semblanza aproximada de su trabajo. Se trata también del octavo proyecto expositivo que plantea esta institución dentro de la colección ‘Maestros de la fotografía en la Academia de Bellas Artes de San Fernando’.
Ricard Terré (Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1928-Vigo, 2009), fue un fotógrafo muy personal –Publio López Mondéjar lo calificó como «un verso suelto» con respecto a otros miembros de su generación–, capaz de aportar una profunda dimensión humana y arrojar una singular mirada, plena de sensibilidad e ironía, a la realidad cotidiana, siempre desde una posición vinculada a la fotografía documental y humanista.



De arriba abajo, detalle de ‘Semana Santa’ (toma del año 1958. Copia de autor de 1990); ‘Barcelona’ (Fecha de la toma: 1956. Copia de autor: 1988); y ‘Barceona’ (Fecha de la toma: año 1957. Copia de 1991)
Ricard Terré
De formación autodidacta dentro de las artes visuales, desde muy temprano mostró un gran interés por la pintura y el dibujo, lo que le llevaría finalmente a encontrar en la cámara fotográfica su medio de expresión definitivo.
En 1958 se integró en el grupo AFAL (Agrupación Fotográfica de Almería), movimiento fundamental en la modernización de la por entonces anticuada fotografía española. Persona interesada en diversas facetas de la cultura y de la vida, dedicaría a la fotografía unos primeros años, entre 1955 y 1970, para retomar esta actividad posteriormente a partir de 1982, en gran medida, animado por su hija Laura, la gran especialista en su obra.
Sus imágenes fotográficas en blanco y negro siempre buscaron enfocarse, desde el objetivo y también desde su propia emoción, en la condición humana, captando escenas de la vida diaria con una voluntad solidaria y al mismo tiempo crítica.
Temas recurrentes en su obra fueron la infancia, la muerte, la religión e igualmente las fiestas populares. La composición intuitiva y la sensibilidad especial con la que impregnó sus fotos le sirvieron para representar la auténtica esencia de los sujetos fotografiados.
Ricard Terré
‘La mirada reflexiva de Ricard Terré’. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. (Sala de Fotografía). Madrid. C/ Alcalá, 13. Hasta el 19 de octubre. Tres estrellas.
Influido por maestros como Robert Frank y Henri Cartier-Bresson, supo desplegar una visión propia y personal, siempre al servicio de capturar las mil facetas de la naturaleza humana. Dejemos al fin que él mismo nos lo confirme: «Lo que busco es el espíritu del hombre, esa esencia fundamental que permanece en el tiempo y que está en todos los lugares».
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