Martes, 11 de septiembre de 2001, tres y media de la tarde. Mientras todas las televisiones del mundo cortaban su programación para dar en directo la caída de las Torres Gemelas de Nueva York, Canal 9, la televisión autonómica valenciana emitía un concurso musical grabado, La música es la pista, se llamaba, presentado por Mar Flores. Sí, Mar Flores presentó un concurso en Canal 9, en perfecto castellano. Aquella falta de reflejos la explicó en su momento el jefe de informativos, Pau Pérez Rico: “Fue una cosa inesperada y el protocolo para interrumpir la programación es complejo”.
À Punt emitió toros en lugar de cubrir la manifestación masiva por el aniversario de la dana. Es la culminación de años de manipulación en el canal público
Martes, 11 de septiembre de 2001, tres y media de la tarde. Mientras todas las televisiones del mundo cortaban su programación para dar en directo la caída de las Torres Gemelas de Nueva York, Canal 9, la televisión autonómica valenciana emitía un concurso musical grabado, La música es la pista, se llamaba, presentado por Mar Flores. Sí, Mar Flores presentó un concurso en Canal 9, en perfecto castellano. Aquella falta de reflejos la explicó en su momento el jefe de informativos, Pau Pérez Rico: “Fue una cosa inesperada y el protocolo para interrumpir la programación es complejo”.
Ha habido más ocasiones en las que mientras estaban teniendo lugar asuntos relevantes y no gratos para la derecha que gobernaba, fuera con Eduardo Zaplana, fuera con Francisco Camps, fuera con Alberto Fabra, el hombre que decretó su cierre, la tele se iba a otro sitio, a cualquier cosa menos a lo importante: un concurso irrelevante, un programa de cocina de Bárbara Rey, lo que fuera. No es nuevo para los ciudadanos de la Comunitat Valenciana. Pero esto del fin de semana en À Punt (el nuevo nombre de la cadena, después de que cerrara y volviera a abrir: fuimos la primera televisión pública en irse a negro, hemos sido pioneros en todo lo malo) es diferente, muy diferente. Por muchas razones. Vayamos por partes.
Este sábado, veinticuatro años después, cuando más de 50.000 personas llenaron las calles de Valencia al grito de “Mazón dimisión” en una de las mayores manifestaciones de los últimos tiempos en la ciudad, À Punt, ya sin excusas por lo “inesperado” siguió con su programación como si tal cosa. Mientras la gente colapsaba el centro de la ciudad, la cadena emitía una doble programación taurina rematada por una corrida de 1997 en la que, por cierto, uno de los toreros era Vicente Barrera, dirigente de VOX y que fue durante el primer año de legislatura vicepresidente del Gobierno de Carlos Mazón. No se conectó con la protesta masiva en ningún momento. Hubo que esperar al informativo de la noche para ver lo que había pasado.
Es curioso que el actual jefe de Informativos de À Punt, Josep Magraner, en el cargo desde hace unos meses, formara parte ya del equipo directivo de los Informativos de Canal 9 en 2001, cuando aquel 11-S.
Y qué curioso que ese mismo día de la manifestación, tal y como explicaron los compañeros de la redacción, fuera él quien diera un toque de atención a los periodistas que estaban cubriéndola para los informativos y les advirtiera en un tono amenazante: ojito con decir que es multitudinaria…
No sé qué se ocupa en estos casos el flamante presidente del consejo de Administración, Vicente Ordaz, que por cierto el año pasado, cuando aún era jefe de informativos de Cope Valencia, subió a recoger un premio Ondas colectivo especial que se les concedió a todos los medios radiofónicos de Valencia por la cobertura de la DANA.
Lo que sí sé es que la dirección de informativos también pidió al departamento digital que quitara de la portada de la web (que cubrió, por cierto, ellos sí, de manera impecable la manifestación, creando todavía más confusión por la diferencia entre un soporte y otro) la previa de la protesta, no fuera a ser que incitara a la gente a acudir…
Volvamos al sábado. Como decía, mientras Valencia ardía y gritaba, cuando se cumplía un año de la dana de octubre de 2024 (se sabía que iba a ser una manifestación gigantesca), la cadena valenciana emitía toros, un contenido, por cierto, frecuente en esa tele desde poco después de la llegada de Mazón al poder. Una ponía la BBC y ahí estaba la manifestación de Valencia, por ejemplo. Una ponía su tele pública y ahí estaba Barrera haciendo pases.
Esta vez era difícil justificarlo con lo complicado del “protocolo para interrumpir la programación”. Esta vez la respuesta de la dirección de la cadena ha sido que la manifestación se cubrió de manera “adecuada” y que tuvo mucha presencia en los distintos informativos de la cadena. Que no hacía falta levantar los toros.
Un cambio de contexto
Pero esta vez, al contrario de otras tantas veces, hay otro contexto. Periodistas jóvenes, muchos, nuevos, que consideran intolerable que no se cubriera la manifestación. Redes que lo cuentan todo. Y ciudadanos airados. Y 229 muertos por la dana. Y una nueva versión de los hechos, que ya es más que patética, de Carlos Mazón. Y un aniversario dolorosísimo. Y gente que lo ha perdido todo, además de la vida.
Esta vez, un amplísimo número de periodistas y profesionales de la cadena, el mismo domingo por la mañana empezaron a compartir por redes (benditas sean a veces) un comunicado en el que, bajo el título “la plantilla d’À Punt no es calla” contaban la vergüenza que sentían por la decisión de los directivos. Y por el descrédito que supone para la radiotelevisión pública dar la espalda a una reivindicación tan masiva y tan doliente.
Canal 9 arrastraba de los tiempos de los gobiernos de Eduardo Zaplana y Francisco Camps, ambos del PP, múltiples denuncias por manipulación informativa, persecución de profesionales y casos de censura. Uno de los más sonados, decía, fue como se utilizó la cobertura del viaje del Papa a Valencia en 2006 para tapar el accidente del Metro que se había producido unos días antes y que costó la vida de 46 personas. La tele valenciana de aquellos años ignoró a las víctimas y a sus familiares que, por cierto, nunca fueron recibidas por el entonces presidente Camps, ni entrevistadas en la televisión.
Lo que sucede es que ahora hay muchos más profesionales concienciados, que ya no tienen miedo
Pero el 29 de octubre del año pasado, la cobertura informativa que À Punt hizo de la dana fue impecable, rigurosa. Y como ya gobernaba Mazón y él era el gran responsable de la mala gestión, una pensó, por fin, ya está, ya no hay injerencia, se acabó para siempre el descrédito. Al frente de los informativos estaba Iván Esteve, (destituido en mayo de 2025), y su labor fue elogiada y reconocida. Esteve fue el que ordenó que se cubriera como merecía la primera manifestación contra Mazón en 2024, en protesta por lo que ya entonces se intuía como una desastrosa gestión de la catástrofe. Insistió mucho en ello, en que se contara bien desde todos los soportes de la cadena. Y así se hizo.
Una pensaba que ya estaba, pero no. Tras lo del sábado queda claro que no. Lo que sucede es que ahora hay muchos más profesionales concienciados, que ya no tienen miedo (lo que demostró el cierre de la tele fue que daba igual que fueras un sicario informativo, si llegaba el fundido en negro te ibas a la calle de todas maneras) o que son más honestos, no lo sé. Me da pena, yo pensaba que ya no tendría que escribir más sobre asuntos espinosos y obscenos, sobre escoria, de una cadena que vi nacer, en la que me curtí, pero aquí estoy y aquí voy a estar. Con el resto de colegas.
Otra cosa, el sábado, la audiencia media de los espacios taurinos fue del 1%.
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