El trastorno obsesivo-compulsivo es una afección mental que puede llegar a condicionar por completo el día a día de aquellos que lo padecen. Para entenderlo mejor, nada como contar con el testimonio de alguien que está diagnosticada de TOC, como es el caso de Magdalena Valera. Ella ha visitado el plató de ‘ Y Ahora Sonsoles ‘ (Antena 3) para contar de qué forma lo vive, como ha llegado a normalizarlo y en qué medida le ha afectado a su actividad cotidiana. El caso de Magdalena es relativamente frecuente entre quienes presentan TOC y es la obsesión por el orden y la limpieza. «Desde pequeña me pasaba, que necesitaba tenerlo todo controlado, orden en mis cosas y así. Cuando fui creciendo se fue acentuando y, una vez me casé, empecé a tener situaciones y actitudes muy claras con mi marido», ha contado a Sonsoles Ónega . Concretamente ha apuntado que le exigía que se quitara los zapatos al llegar, se lavaba las manos constantemente, tardaba más de cuatro horas en limpiar la cocina diariamente, después de almorzar… «Lo peor llegó cuando nacieron mis hijos, porque todo se acentuó aún más», ha señalado. Es madre de dos, que son ya adultos, y ha sido al hacerse mayores que ha tomado especial conciencia de lo que le estaba pasando y ha buscado ayuda. La señal de alarma y el punto de inflexión llegó justo con el nacimiento del primero: «Me horrorizaba tener que limpiarle cuando se hacía caca o si vomitaba. Necesitaba bañarlo todo el rato. Tanto es así que mi marido incluso me prohibió que yo los cambiara. Creo que no los cambié de pañal más de tres o cuatro veces entre los dos». Comenzaron otras situaciones evidentes: «Prefería que no vinieran a cenar para poder limpiar y los mandaba fuera, los obligaba a ducharse nada más llegar a casa y así otras prácticas que no eran normales». Si ella considera que todo se acentuó en 1992, fue en 2019 que finalmente pidió ayuda, algo que ha recomendado «a todas aquellas personas que crean que padecen un TOC ». Actualmente está en tratamiento psiquiátrico y con apoyo psicológico y la terapia afirma que la ha ayudado especialmente a mejorar todo. «Ahora tardo hora u hora y media en limpiar la cocina, y el resto de la tarde lo dedico a entretenerme como mis hobbies», ha sentenciado. Magdalena ha insistido en que los afectados deben acudir a buscar apoyo, que «hay muchas asociaciones y entidades que permiten salir de esto y mejorar la calidad de vida». El trastorno obsesivo-compulsivo es una afección mental que puede llegar a condicionar por completo el día a día de aquellos que lo padecen. Para entenderlo mejor, nada como contar con el testimonio de alguien que está diagnosticada de TOC, como es el caso de Magdalena Valera. Ella ha visitado el plató de ‘ Y Ahora Sonsoles ‘ (Antena 3) para contar de qué forma lo vive, como ha llegado a normalizarlo y en qué medida le ha afectado a su actividad cotidiana. El caso de Magdalena es relativamente frecuente entre quienes presentan TOC y es la obsesión por el orden y la limpieza. «Desde pequeña me pasaba, que necesitaba tenerlo todo controlado, orden en mis cosas y así. Cuando fui creciendo se fue acentuando y, una vez me casé, empecé a tener situaciones y actitudes muy claras con mi marido», ha contado a Sonsoles Ónega . Concretamente ha apuntado que le exigía que se quitara los zapatos al llegar, se lavaba las manos constantemente, tardaba más de cuatro horas en limpiar la cocina diariamente, después de almorzar… «Lo peor llegó cuando nacieron mis hijos, porque todo se acentuó aún más», ha señalado. Es madre de dos, que son ya adultos, y ha sido al hacerse mayores que ha tomado especial conciencia de lo que le estaba pasando y ha buscado ayuda. La señal de alarma y el punto de inflexión llegó justo con el nacimiento del primero: «Me horrorizaba tener que limpiarle cuando se hacía caca o si vomitaba. Necesitaba bañarlo todo el rato. Tanto es así que mi marido incluso me prohibió que yo los cambiara. Creo que no los cambié de pañal más de tres o cuatro veces entre los dos». Comenzaron otras situaciones evidentes: «Prefería que no vinieran a cenar para poder limpiar y los mandaba fuera, los obligaba a ducharse nada más llegar a casa y así otras prácticas que no eran normales». Si ella considera que todo se acentuó en 1992, fue en 2019 que finalmente pidió ayuda, algo que ha recomendado «a todas aquellas personas que crean que padecen un TOC ». Actualmente está en tratamiento psiquiátrico y con apoyo psicológico y la terapia afirma que la ha ayudado especialmente a mejorar todo. «Ahora tardo hora u hora y media en limpiar la cocina, y el resto de la tarde lo dedico a entretenerme como mis hobbies», ha sentenciado. Magdalena ha insistido en que los afectados deben acudir a buscar apoyo, que «hay muchas asociaciones y entidades que permiten salir de esto y mejorar la calidad de vida».
Y Ahora Sonsoles
«Tuve que pedir ayuda porque estaba dándole de comer a mi TOC». Impactante testimonio de Magdalena Valeria, diagnosticada con esta afección mental, en tratamiento para convivir con lo que conlleva.
El trastorno obsesivo-compulsivo es una afección mental que puede llegar a condicionar por completo el día a día de aquellos que lo padecen. Para entenderlo mejor, nada como contar con el testimonio de alguien que está diagnosticada de TOC, como es el caso de Magdalena Valera. Ella ha visitado el plató de ‘Y Ahora Sonsoles‘ (Antena 3) para contar de qué forma lo vive, como ha llegado a normalizarlo y en qué medida le ha afectado a su actividad cotidiana.
El caso de Magdalena es relativamente frecuente entre quienes presentan TOC y es la obsesión por el orden y la limpieza. «Desde pequeña me pasaba, que necesitaba tenerlo todo controlado, orden en mis cosas y así. Cuando fui creciendo se fue acentuando y, una vez me casé, empecé a tener situaciones y actitudes muy claras con mi marido», ha contado a Sonsoles Ónega. Concretamente ha apuntado que le exigía que se quitara los zapatos al llegar, se lavaba las manos constantemente, tardaba más de cuatro horas en limpiar la cocina diariamente, después de almorzar… «Lo peor llegó cuando nacieron mis hijos, porque todo se acentuó aún más», ha señalado. Es madre de dos, que son ya adultos, y ha sido al hacerse mayores que ha tomado especial conciencia de lo que le estaba pasando y ha buscado ayuda.
La señal de alarma y el punto de inflexión llegó justo con el nacimiento del primero: «Me horrorizaba tener que limpiarle cuando se hacía caca o si vomitaba. Necesitaba bañarlo todo el rato. Tanto es así que mi marido incluso me prohibió que yo los cambiara. Creo que no los cambié de pañal más de tres o cuatro veces entre los dos». Comenzaron otras situaciones evidentes: «Prefería que no vinieran a cenar para poder limpiar y los mandaba fuera, los obligaba a ducharse nada más llegar a casa y así otras prácticas que no eran normales».
Si ella considera que todo se acentuó en 1992, fue en 2019 que finalmente pidió ayuda, algo que ha recomendado «a todas aquellas personas que crean que padecen un TOC». Actualmente está en tratamiento psiquiátrico y con apoyo psicológico y la terapia afirma que la ha ayudado especialmente a mejorar todo. «Ahora tardo hora u hora y media en limpiar la cocina, y el resto de la tarde lo dedico a entretenerme como mis hobbies», ha sentenciado. Magdalena ha insistido en que los afectados deben acudir a buscar apoyo, que «hay muchas asociaciones y entidades que permiten salir de esto y mejorar la calidad de vida».
RSS de noticias de play