Sin llegar a la excelencia de la noruega Borgen, la surcoreana La vorágine tiene la suficiente calidad para que el que la contemple no apague el televisor harto ya de estar harto, que cantaba Serrat. Las dos series se centran en las hipotéticas glorias y las reales miserias de las respectivas clases políticas por más que Oslo y Seúl poco o nada tengan que envidiar a los que se sientan en la madrileña Carrera de San Jerónimo. Por estos pagos el que mejor reflejó lo que las mencionadas series muestran es Rodrigo Sorogoyen con su largometraje El reino.
Esta ficción, como la danesa ‘Borgen’, se centra en las hipotéticas glorias y las reales miserias de las respectivas clases políticas por más que Oslo y Seúl poco o nada tengan que envidiar a los que se sientan en la madrileña Carrera de San Jerónimo
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Esta ficción, como la danesa ‘Borgen’, se centra en las hipotéticas glorias y las reales miserias de las respectivas clases políticas por más que Oslo y Seúl poco o nada tengan que envidiar a los que se sientan en la madrileña Carrera de San Jerónimo
Sin llegar a la excelencia de la noruega Borgen,la surcoreana La vorágine tiene la suficiente calidad para que el que la contemple no apague el televisor harto ya de estar harto, que cantaba Serrat. Las dos series se centran en las hipotéticas glorias y las reales miserias de las respectivas clases políticas por más que Oslo y Seúl poco o nada tengan que envidiar a los que se sientan en la madrileña Carrera de San Jerónimo. Por estos pagos el que mejor reflejó lo que las mencionadas series muestran es Rodrigo Sorogoyen con su largometraje El reino.
Claro que si alguien se animara a realizar una serie sobre los entresijos del poder político en España tendría que echar mano de Valle-Inclán y los hermanos Álvarez Quintero. Al fin y al cabo el Parlamento patrio se asemeja a un esperpéntico sainete. Escuchar en todos los informativos que el Partido Popular denuncia las presuntas corruptelas del PSOE, o su incompetencia al nombrar a los altos cargos de la Administración Pública, es ningunear un dato: el Partido Popular ha participado en el 40,5% de los 3.473 procedimientos de corrupción recopilados por José Abreu, y publicado en 2022 por el Institut de Recerca en Economia Aplicada Regional i Pública de la Universidad de Barcelona, en el que analiza la corrupción que ha sufrido España entre los años 2000 y 2020. Vivir para oír.
En la serie surcoreana la ambición del poder se entremezcla con algún asesinato, con muchas traiciones, alianzas inesperadas y el ferviente deseo del protagonista por limpiar la Casa Azul, la sede de la presidencia gubernamental. 12 capítulos en Netflix en los que la alternancia en el poder de los dos grandes rivales se convierte en una montaña rusa de maniobras políticas en la oscuridad con un añadido: la fácil manipulación de la ciudadanía cuando reina la demagogia. La vorágine, con una muy correcta realización de King Yong-wan, muestra una Seúl esplendorosa, moderna y elegante en la que sus dirigentes actúan con un estilo tradicional basado en el principio de “el fin justifica los medios”, lo que traducido al momento actual por estos pagos lo resumió Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso: “Nuestra obligación es echar a Sánchez del Gobierno, acabar con este Gobierno lo antes posible, y lo vamos a hacer con todos los medios a nuestro alcance”. La obligación es presentar alternativas, pero, claro, eso exige trabajar.
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