Tengo tres libros de Mario Praz en mi biblioteca, los tres situados en el lugar prominente reservado a los libros favoritos. El libro que ahora comentamos, ‘La voz tras el escenario’, es una antología de sus escritos preparada por el propio Praz y nutrida con t extos provenientes de sus libros principales (algunos, como ‘El jardín de los sentidos’, ‘Gusto neoclásico’, ‘La casa de la fama’, que yo no conocía) y de diversas fuentes difíciles de encontrar. Estos ensayos sobre arte y literatura, que a veces son fragmentos de memorias, de viajes, de vivencias y en otras ocasiones se acercan a la literatura de ficción, forman una especie de autorretrato moral y estético del que fue, quizá, el último decadentista de Europa. En ‘La casa de la vida’ acaba confesando una sensación de íntimo fracaso ante la vida rea l al haberse refugiado en cámaras llenas de espejos, de estatuillas, de muebles de estilo Imperio (su favorito), de pinturas de palacios y paisajes, de libros raros.ENSAYO ‘La voz tras el escenario’ Autor Mario Praz Editorial Atalanta Año 2025 Páginas 549 Precio 49 euros 5Pero creo que en ningún otro libro de Praz me he sentido tan cerca de comprender el enigma de su sensibilidad torturada por imágenes de insólita belleza que se mezclan y arraciman con imágenes de sórdido horror, en una síntesis que para él era, quizá, el significado de la palabra ‘romántico’. Ya que el ‘romanticismo’ de Praz, que se extiende desde la estética contrarreformista hasta el simbolismo y tiene un gran jardín neoclásico en medio, el estilo Imperio (que él mismo define como triste, hierático y funéreo), es sobre todo una atracción por lo que él mismo llama «la belleza de Medusa» , y mezcla el lado más siniestro de la estética católica, con su sangre y sus torturas, con una pasión parnasiana con lo mitológico y las artes decorativas, particularmente muebles y espejos, de los que siempre tiene cosas maravillosas que decir, porque siempre los que escriben sobre espejos ven este tema reflejado muchas veces y no es posible escribir sobre espejos solo una vez. En ningún otro libro de Praz me he sentido tan cerca de comprender el enigma de su sensibilidad torturada Uno de los textos más asombrosos de esta antología, infinitamente fascinante incluso en sus rincones más oscuros, es el texto ‘Sangre, voluptuosidad, muerte’, de 1928, dedicado a la tauromaquia , que todos en este país, los que están a favor y los que estamos en contra de este antiguo ritual, deberíamos leer. Es este, por lo demás, un verdadero jardín de los sentidos de la lectura y del arte, una aventura de la inteligencia y de la sensibilidad. La imagen de Carlos V en el monasterio de Yuste obsesionado con los autómatas y los relojes. La pasión por la literatura y la cultura inglesas. La cálida evocación de la escritora Vernon Lee. El placer de pasear por los suburbios de las grandes ciudades. Una conversación misteriosa oída por teléfono. El «no sé qué» de Tasso como origen de la sensibilidad romántica. La atracción por las operetas y por las ropas elegantes. Una descripción de las riberas del río Mersey. Las ‘sillas voladoras’ de los tiovivo s . El extraordinario ensayo ‘Las figuras de cera en la literatura’. La fascinación por las burbujas y las gotas de rocío. Tengo tres libros de Mario Praz en mi biblioteca, los tres situados en el lugar prominente reservado a los libros favoritos. El libro que ahora comentamos, ‘La voz tras el escenario’, es una antología de sus escritos preparada por el propio Praz y nutrida con t extos provenientes de sus libros principales (algunos, como ‘El jardín de los sentidos’, ‘Gusto neoclásico’, ‘La casa de la fama’, que yo no conocía) y de diversas fuentes difíciles de encontrar. Estos ensayos sobre arte y literatura, que a veces son fragmentos de memorias, de viajes, de vivencias y en otras ocasiones se acercan a la literatura de ficción, forman una especie de autorretrato moral y estético del que fue, quizá, el último decadentista de Europa. En ‘La casa de la vida’ acaba confesando una sensación de íntimo fracaso ante la vida rea l al haberse refugiado en cámaras llenas de espejos, de estatuillas, de muebles de estilo Imperio (su favorito), de pinturas de palacios y paisajes, de libros raros.ENSAYO ‘La voz tras el escenario’ Autor Mario Praz Editorial Atalanta Año 2025 Páginas 549 Precio 49 euros 5Pero creo que en ningún otro libro de Praz me he sentido tan cerca de comprender el enigma de su sensibilidad torturada por imágenes de insólita belleza que se mezclan y arraciman con imágenes de sórdido horror, en una síntesis que para él era, quizá, el significado de la palabra ‘romántico’. Ya que el ‘romanticismo’ de Praz, que se extiende desde la estética contrarreformista hasta el simbolismo y tiene un gran jardín neoclásico en medio, el estilo Imperio (que él mismo define como triste, hierático y funéreo), es sobre todo una atracción por lo que él mismo llama «la belleza de Medusa» , y mezcla el lado más siniestro de la estética católica, con su sangre y sus torturas, con una pasión parnasiana con lo mitológico y las artes decorativas, particularmente muebles y espejos, de los que siempre tiene cosas maravillosas que decir, porque siempre los que escriben sobre espejos ven este tema reflejado muchas veces y no es posible escribir sobre espejos solo una vez. En ningún otro libro de Praz me he sentido tan cerca de comprender el enigma de su sensibilidad torturada Uno de los textos más asombrosos de esta antología, infinitamente fascinante incluso en sus rincones más oscuros, es el texto ‘Sangre, voluptuosidad, muerte’, de 1928, dedicado a la tauromaquia , que todos en este país, los que están a favor y los que estamos en contra de este antiguo ritual, deberíamos leer. Es este, por lo demás, un verdadero jardín de los sentidos de la lectura y del arte, una aventura de la inteligencia y de la sensibilidad. La imagen de Carlos V en el monasterio de Yuste obsesionado con los autómatas y los relojes. La pasión por la literatura y la cultura inglesas. La cálida evocación de la escritora Vernon Lee. El placer de pasear por los suburbios de las grandes ciudades. Una conversación misteriosa oída por teléfono. El «no sé qué» de Tasso como origen de la sensibilidad romántica. La atracción por las operetas y por las ropas elegantes. Una descripción de las riberas del río Mersey. Las ‘sillas voladoras’ de los tiovivo s . El extraordinario ensayo ‘Las figuras de cera en la literatura’. La fascinación por las burbujas y las gotas de rocío.
CRÍTICA DE:
Ensayo
Magnífica antología de ensayos sobre arte y literatura preparada por su propio autor, el último decadentista de Europa
Tengo tres libros de Mario Praz en mi biblioteca, los tres situados en el lugar prominente reservado a los libros favoritos. El libro que ahora comentamos, ‘La voz tras el escenario’, es una antología de sus escritos preparada por el propio Praz y nutrida … con textos provenientes de sus libros principales (algunos, como ‘El jardín de los sentidos’, ‘Gusto neoclásico’, ‘La casa de la fama’, que yo no conocía) y de diversas fuentes difíciles de encontrar.
Estos ensayos sobre arte y literatura, que a veces son fragmentos de memorias, de viajes, de vivencias y en otras ocasiones se acercan a la literatura de ficción, forman una especie de autorretrato moral y estético del que fue, quizá, el último decadentista de Europa. En ‘La casa de la vida’ acaba confesando una sensación de íntimo fracaso ante la vida real al haberse refugiado en cámaras llenas de espejos, de estatuillas, de muebles de estilo Imperio (su favorito), de pinturas de palacios y paisajes, de libros raros.

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Autor
Mario Praz -
Editorial
Atalanta -
Año
2025 -
Páginas
549 -
Precio
49 euros
Pero creo que en ningún otro libro de Praz me he sentido tan cerca de comprender el enigma de su sensibilidad torturada por imágenes de insólita belleza que se mezclan y arraciman con imágenes de sórdido horror, en una síntesis que para él era, quizá, el significado de la palabra ‘romántico’.
Ya que el ‘romanticismo’ de Praz, que se extiende desde la estética contrarreformista hasta el simbolismo y tiene un gran jardín neoclásico en medio, el estilo Imperio (que él mismo define como triste, hierático y funéreo), es sobre todo una atracción por lo que él mismo llama «la belleza de Medusa», y mezcla el lado más siniestro de la estética católica, con su sangre y sus torturas, con una pasión parnasiana con lo mitológico y las artes decorativas, particularmente muebles y espejos, de los que siempre tiene cosas maravillosas que decir, porque siempre los que escriben sobre espejos ven este tema reflejado muchas veces y no es posible escribir sobre espejos solo una vez.
En ningún otro libro de Praz me he sentido tan cerca de comprender el enigma de su sensibilidad torturada
Uno de los textos más asombrosos de esta antología, infinitamente fascinante incluso en sus rincones más oscuros, es el texto ‘Sangre, voluptuosidad, muerte’, de 1928, dedicado a la tauromaquia, que todos en este país, los que están a favor y los que estamos en contra de este antiguo ritual, deberíamos leer.
Es este, por lo demás, un verdadero jardín de los sentidos de la lectura y del arte, una aventura de la inteligencia y de la sensibilidad. La imagen de Carlos V en el monasterio de Yuste obsesionado con los autómatas y los relojes. La pasión por la literatura y la cultura inglesas. La cálida evocación de la escritora Vernon Lee. El placer de pasear por los suburbios de las grandes ciudades. Una conversación misteriosa oída por teléfono. El «no sé qué» de Tasso como origen de la sensibilidad romántica.
La atracción por las operetas y por las ropas elegantes. Una descripción de las riberas del río Mersey. Las ‘sillas voladoras’ de los tiovivos. El extraordinario ensayo ‘Las figuras de cera en la literatura’. La fascinación por las burbujas y las gotas de rocío.
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