Lawrence, el Larry David del pop alternativo

Uno de los libros musicales (y no musicales) de 2024 es ‘ Superestrella de las calles: un año con Lawrence ‘, de Will Hodgkinson . El jefe de pop y rock del diario británico ‘The Times’ ha dado paseos durante doce meses con el insufrible líder de Felt, Denim y ahora Mozart Estate por su hogar infantil en los andurriales de Birmingham y también por mercados, tiendas de chuches y varios Costa Café de Londres, donde nuestro antihéroe emite siempre maniáticas directrices a los camareros sobre la leche que quiere o se saluda familiar con los vendedores en los mercadillos… o los adolescentes macarras le vacilan y se ríen de él. Al igual que el Limónov de Carrère , Lawrence funciona como un personaje perfecto y singular . En este caso, un raro interesante. Y la diestra mano del periodista arma un arco narrativo sobre la búsqueda de una galería que quiera mostrar el busto que un escultor ha hecho de esta leyenda del indie de los 80, un artista que rozó el éxito pero quedó en maldito misterioso con aspecto de Nancy Rubia hierática, un poliedro de pocas caras pero originales que fluyen coherentes sin los balbuceos anticlimáticos de la vida real, tan poco narrativa ella, pero que en síntesis podríamos resumir como ‘el Larry David del pop alternativo’. En ‘Curb Your Enthusiasm’, que acabó este año, Larry David creó una serie sobre sí mismo con escenas cotidianas de burbuja neurótica y extravagante que le convertían en un tipo divertidísimo de ver en sus tiranteces con el resto de la humanidad. Lawrence es igual pero en real. Sus excompañeros de grupo, exnovias o (ex)familiares no le hablan en una cuota del 98%. Destacamos dos perlas de intransigencia de este notable letrista, tan directo como poetico, sólo en el primer capítulo. «Me encantaría enseñarle esto a mi novia. Pero entonces caigo en la cuenta de que no tengo novia. Y no la tendré jamás. Y, si la tuviera, cuando la trajera empezaría a hacer todas esas cosas que me sacan de quicio». Esas cosas son… ¡existir! Y otra. Una vez, el líder de The Fall, Mark E. Smith , le dijo que Felt tenía un buen batería. «Pero nunca pude acostumbrarme a su pelo rizado, así que le eché». 63 años de terco anecdotario, una gozada de lectura. Con toda su pena. Uno de los libros musicales (y no musicales) de 2024 es ‘ Superestrella de las calles: un año con Lawrence ‘, de Will Hodgkinson . El jefe de pop y rock del diario británico ‘The Times’ ha dado paseos durante doce meses con el insufrible líder de Felt, Denim y ahora Mozart Estate por su hogar infantil en los andurriales de Birmingham y también por mercados, tiendas de chuches y varios Costa Café de Londres, donde nuestro antihéroe emite siempre maniáticas directrices a los camareros sobre la leche que quiere o se saluda familiar con los vendedores en los mercadillos… o los adolescentes macarras le vacilan y se ríen de él. Al igual que el Limónov de Carrère , Lawrence funciona como un personaje perfecto y singular . En este caso, un raro interesante. Y la diestra mano del periodista arma un arco narrativo sobre la búsqueda de una galería que quiera mostrar el busto que un escultor ha hecho de esta leyenda del indie de los 80, un artista que rozó el éxito pero quedó en maldito misterioso con aspecto de Nancy Rubia hierática, un poliedro de pocas caras pero originales que fluyen coherentes sin los balbuceos anticlimáticos de la vida real, tan poco narrativa ella, pero que en síntesis podríamos resumir como ‘el Larry David del pop alternativo’. En ‘Curb Your Enthusiasm’, que acabó este año, Larry David creó una serie sobre sí mismo con escenas cotidianas de burbuja neurótica y extravagante que le convertían en un tipo divertidísimo de ver en sus tiranteces con el resto de la humanidad. Lawrence es igual pero en real. Sus excompañeros de grupo, exnovias o (ex)familiares no le hablan en una cuota del 98%. Destacamos dos perlas de intransigencia de este notable letrista, tan directo como poetico, sólo en el primer capítulo. «Me encantaría enseñarle esto a mi novia. Pero entonces caigo en la cuenta de que no tengo novia. Y no la tendré jamás. Y, si la tuviera, cuando la trajera empezaría a hacer todas esas cosas que me sacan de quicio». Esas cosas son… ¡existir! Y otra. Una vez, el líder de The Fall, Mark E. Smith , le dijo que Felt tenía un buen batería. «Pero nunca pude acostumbrarme a su pelo rizado, así que le eché». 63 años de terco anecdotario, una gozada de lectura. Con toda su pena.  

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