La tabla de cortar el jamón, con sus tacos bien hermosos, desfilaba por la contrabarrera del 4. Lloviznaba, pero a los de la peña jamonera poco les importaba. Como a la mayoría del público , aunque muchos se subieron a la zona cubierta para no mojarse, que por momentos el cielo apretaba.Se celebraba la matinal de rejones y el tiempo no acompañó lo suficiente, lo que restó afluencia en los tendidos, cubiertos en algo más de su mitad. Poco para la presencia de la máxima figura del toreo a caballo (pero una entrada que hubiesen firmado más de una figura a pie de las que llevan años y años), que lo demostraría nuevamente en el ruedo regalando las faenas que marcaron la diferencia. Abismal con los compañeros que tenía a su lado, Rui Fernandes y Léa Vicens. Suya, de Ventura, sería la única oreja, aunque su ambición aspiraba a dos. Si no se marchó por la puerta grande, fue por culpa del acero.De bandera fue el primer toro de Fermín Bohórquez, Invasor, con el que el Rui Fernandes anduvo desigualote.Noticia Relacionada FERIA DE FALLAS estandar Si Cómo no va a respetar José Tomás a Roca Rey, la bestia que traspasa la pantalla Rosario PérezEl que invadió los terrenos prohibidos fue Ventura, un espectáculo de temple y maestría a lomos de Nómada con un toro que no tuvo las virtudes del inaugural. Hizo un arco con Bronce en el estribo en banderillas, le quitó luego la cabezada y puso a la plaza en pie en el par a dos manos. El bocado y ese abandonar el ruedo marcha atrás desataron el entusiasmo definitivo. Pero faltaban las rosas y esa conferencia telefónica que traía los ecos de «¡torero, torero!». Aunque para el triunfo no fuera lo más deseado, tuvimos la suerte de verlo echarse a pie en dos molinetes ‘made in’ La Puebla, pero falló con el descabello y el presidente no atendió la petición de oreja. Estábamos en una plaza primera…La lección que marcó la diferencia la ofreció en el quinto, que tuve el privilegio de ver a la vera de un jinete jerezano, analista de lo presenciado. a la espera andaba siempre el toro. Sacó Ventura a su revolucionario Lío, con el que se vivió un momento de peligro, peligro cuando de tanto esperar al rival provocó que el caballo se fuera contra las tablas, sin sitio para quebrar. Pareció pasarle factura en varias pasadas en falso con un bohórquez que no regaló absolutamente nada, tan parado. Con su maestría, dándole su terrenos, hizo que el caballo -una estrella consagrada, que si eso pasa con un potro y otras riendas ya veremos qué hubiese pasado…- adquiriese de nuvo confianza. Hasta que no colocó dos banderillas meritísimas no cambió de corcel. Eso es raza de figura, que se prologó cuando un castaño hizo un completo arco y desafió a aquel marmolillo de Guisando. Una constante provocación, un continuo ataque. Hasta montarse encima de este toro. Siguió al violín con un bayo. Y las rosas… Una explosión con un animal tan negado a colaborar. De peso fue el trofeo ganado, aunque, ya está escrito, Diego no quería marcharse a pie.Feria de Fallas Plaza de toros de Valencia. Domingo, 16 de marzo de 2025. Corrida matinal (rejones). Media entrada. Toros de Fermín Bohórquez, reglamentariamente despuntados, bien comidos y de juego dispar. Rui Fernandes, pinchazo y medio rejón (saludos). En el cuarto, rejón trasero y contrario (petición y vuelta al ruedo, bronca al presidente). Diego Ventura, rejón y tres descabellos (petición y saludos). En el quinto, rejón y descabello (oreja). Léa Vicens, pinchazo, medio contrario y caído (silencio). En el sexto, vuelta al ruedo. A la puerta de chiqueros se había ido Léa Vicens en medio de una ovación a recibir al guapo tercero. Qué manera de colocar la cara en los capotes, y eso que parecía tener algún problema en las manos, pero embestía con una clase que incitaba a verlo apie. Se le complicó la cosa en las rosas después de que el toro pegase una arremetida cuando le perdió la cara y luego anduvo a la espera. Aunque anhelaba el premio, la amazona francesa tuvo que conformarse con la vuelta al ruedo en el sexto.También paseó el anillo Rui Fernandes en el cuarto, al que no le sobró la casta y que acabó echándose de aburrimiento. Voluntariosa la faena del luso, que dio una vuelta al ruedo tras su tremendo mosqueo al no estimar suficiente el palco la petición de oreja. Menuda bronca se llevó el presidente. La tabla de cortar el jamón, con sus tacos bien hermosos, desfilaba por la contrabarrera del 4. Lloviznaba, pero a los de la peña jamonera poco les importaba. Como a la mayoría del público , aunque muchos se subieron a la zona cubierta para no mojarse, que por momentos el cielo apretaba.Se celebraba la matinal de rejones y el tiempo no acompañó lo suficiente, lo que restó afluencia en los tendidos, cubiertos en algo más de su mitad. Poco para la presencia de la máxima figura del toreo a caballo (pero una entrada que hubiesen firmado más de una figura a pie de las que llevan años y años), que lo demostraría nuevamente en el ruedo regalando las faenas que marcaron la diferencia. Abismal con los compañeros que tenía a su lado, Rui Fernandes y Léa Vicens. Suya, de Ventura, sería la única oreja, aunque su ambición aspiraba a dos. Si no se marchó por la puerta grande, fue por culpa del acero.De bandera fue el primer toro de Fermín Bohórquez, Invasor, con el que el Rui Fernandes anduvo desigualote.Noticia Relacionada FERIA DE FALLAS estandar Si Cómo no va a respetar José Tomás a Roca Rey, la bestia que traspasa la pantalla Rosario PérezEl que invadió los terrenos prohibidos fue Ventura, un espectáculo de temple y maestría a lomos de Nómada con un toro que no tuvo las virtudes del inaugural. Hizo un arco con Bronce en el estribo en banderillas, le quitó luego la cabezada y puso a la plaza en pie en el par a dos manos. El bocado y ese abandonar el ruedo marcha atrás desataron el entusiasmo definitivo. Pero faltaban las rosas y esa conferencia telefónica que traía los ecos de «¡torero, torero!». Aunque para el triunfo no fuera lo más deseado, tuvimos la suerte de verlo echarse a pie en dos molinetes ‘made in’ La Puebla, pero falló con el descabello y el presidente no atendió la petición de oreja. Estábamos en una plaza primera…La lección que marcó la diferencia la ofreció en el quinto, que tuve el privilegio de ver a la vera de un jinete jerezano, analista de lo presenciado. a la espera andaba siempre el toro. Sacó Ventura a su revolucionario Lío, con el que se vivió un momento de peligro, peligro cuando de tanto esperar al rival provocó que el caballo se fuera contra las tablas, sin sitio para quebrar. Pareció pasarle factura en varias pasadas en falso con un bohórquez que no regaló absolutamente nada, tan parado. Con su maestría, dándole su terrenos, hizo que el caballo -una estrella consagrada, que si eso pasa con un potro y otras riendas ya veremos qué hubiese pasado…- adquiriese de nuvo confianza. Hasta que no colocó dos banderillas meritísimas no cambió de corcel. Eso es raza de figura, que se prologó cuando un castaño hizo un completo arco y desafió a aquel marmolillo de Guisando. Una constante provocación, un continuo ataque. Hasta montarse encima de este toro. Siguió al violín con un bayo. Y las rosas… Una explosión con un animal tan negado a colaborar. De peso fue el trofeo ganado, aunque, ya está escrito, Diego no quería marcharse a pie.Feria de Fallas Plaza de toros de Valencia. Domingo, 16 de marzo de 2025. Corrida matinal (rejones). Media entrada. Toros de Fermín Bohórquez, reglamentariamente despuntados, bien comidos y de juego dispar. Rui Fernandes, pinchazo y medio rejón (saludos). En el cuarto, rejón trasero y contrario (petición y vuelta al ruedo, bronca al presidente). Diego Ventura, rejón y tres descabellos (petición y saludos). En el quinto, rejón y descabello (oreja). Léa Vicens, pinchazo, medio contrario y caído (silencio). En el sexto, vuelta al ruedo. A la puerta de chiqueros se había ido Léa Vicens en medio de una ovación a recibir al guapo tercero. Qué manera de colocar la cara en los capotes, y eso que parecía tener algún problema en las manos, pero embestía con una clase que incitaba a verlo apie. Se le complicó la cosa en las rosas después de que el toro pegase una arremetida cuando le perdió la cara y luego anduvo a la espera. Aunque anhelaba el premio, la amazona francesa tuvo que conformarse con la vuelta al ruedo en el sexto.También paseó el anillo Rui Fernandes en el cuarto, al que no le sobró la casta y que acabó echándose de aburrimiento. Voluntariosa la faena del luso, que dio una vuelta al ruedo tras su tremendo mosqueo al no estimar suficiente el palco la petición de oreja. Menuda bronca se llevó el presidente.
FERIA DE FALLAS
La maestría del caballero de La Puebla del Río marca diferencias y se lleva la única oreja
La tabla de cortar el jamón, con sus tacos bien hermosos, desfilaba por la contrabarrera del 4. Lloviznaba, pero a los de la peña jamonera poco les importaba. Como a la mayoría del público, aunque muchos se subieron a la zona cubierta para … no mojarse, que por momentos el cielo apretaba.
Se celebraba la matinal de rejones y el tiempo no acompañó lo suficiente, lo que restó afluencia en los tendidos, cubiertos en algo más de su mitad. Poco para la presencia de la máxima figura del toreo a caballo (pero una entrada que hubiesen firmado más de una figura a pie de las que llevan años y años), que lo demostraría nuevamente en el ruedo regalando las faenas que marcaron la diferencia. Abismal con los compañeros que tenía a su lado, Rui Fernandes y Léa Vicens. Suya, de Ventura, sería la única oreja, aunque su ambición aspiraba a dos. Si no se marchó por la puerta grande, fue por culpa del acero.
De bandera fue el primer toro de Fermín Bohórquez, Invasor, con el que el Rui Fernandes anduvo desigualote.
El que invadió los terrenos prohibidos fue Ventura, un espectáculo de temple y maestría a lomos de Nómada con un toro que no tuvo las virtudes del inaugural. Hizo un arco con Bronce en el estribo en banderillas, le quitó luego la cabezada y puso a la plaza en pie en el par a dos manos. El bocado y ese abandonar el ruedo marcha atrás desataron el entusiasmo definitivo. Pero faltaban las rosas y esa conferencia telefónica que traía los ecos de «¡torero, torero!». Aunque para el triunfo no fuera lo más deseado, tuvimos la suerte de verlo echarse a pie en dos molinetes ‘made in’ La Puebla, pero falló con el descabello y el presidente no atendió la petición de oreja. Estábamos en una plaza primera…
La lección que marcó la diferencia la ofreció en el quinto, que tuve el privilegio de ver a la vera de un jinete jerezano, analista de lo presenciado. a la espera andaba siempre el toro. Sacó Ventura a su revolucionario Lío, con el que se vivió un momento de peligro, peligro cuando de tanto esperar al rival provocó que el caballo se fuera contra las tablas, sin sitio para quebrar. Pareció pasarle factura en varias pasadas en falso con un bohórquez que no regaló absolutamente nada, tan parado. Con su maestría, dándole su terrenos, hizo que el caballo -una estrella consagrada, que si eso pasa con un potro y otras riendas ya veremos qué hubiese pasado…- adquiriese de nuvo confianza. Hasta que no colocó dos banderillas meritísimas no cambió de corcel. Eso es raza de figura, que se prologó cuando un castaño hizo un completo arco y desafió a aquel marmolillo de Guisando. Una constante provocación, un continuo ataque. Hasta montarse encima de este toro. Siguió al violín con un bayo. Y las rosas… Una explosión con un animal tan negado a colaborar. De peso fue el trofeo ganado, aunque, ya está escrito, Diego no quería marcharse a pie.
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Plaza de toros de Valencia.
Domingo, 16 de marzo de 2025. Corrida matinal (rejones). Media entrada. Toros de Fermín Bohórquez, reglamentariamente despuntados, bien comidos y de juego dispar. -
Rui Fernandes,
pinchazo y medio rejón (saludos). En el cuarto, rejón trasero y contrario (petición y vuelta al ruedo, bronca al presidente). -
Diego Ventura,
rejón y tres descabellos (petición y saludos). En el quinto, rejón y descabello (oreja). -
Léa Vicens,
pinchazo, medio contrario y caído (silencio). En el sexto, vuelta al ruedo.
A la puerta de chiqueros se había ido Léa Vicens en medio de una ovación a recibir al guapo tercero. Qué manera de colocar la cara en los capotes, y eso que parecía tener algún problema en las manos, pero embestía con una clase que incitaba a verlo apie. Se le complicó la cosa en las rosas después de que el toro pegase una arremetida cuando le perdió la cara y luego anduvo a la espera. Aunque anhelaba el premio, la amazona francesa tuvo que conformarse con la vuelta al ruedo en el sexto.
También paseó el anillo Rui Fernandes en el cuarto, al que no le sobró la casta y que acabó echándose de aburrimiento. Voluntariosa la faena del luso, que dio una vuelta al ruedo tras su tremendo mosqueo al no estimar suficiente el palco la petición de oreja. Menuda bronca se llevó el presidente.
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