Cuando tienes de protagonista a un actor que hace papeles de duro como nadie, un tal José Coronado, y le añades el guion y la dirección de un especialista en series, Carlos Montero, es muy difícil que falle la apuesta. Y así la serie ‘Legado’ de Netflix da de lleno en la diana, en el entretenimiento y la calidad. El 22 y el 23 fueron años pésimos en series, mientras que el 24 y el que transcurre están siendo maravillosos. La serie narra las cuchilladas propias y ajenas del primer grupo de comunicación patria, propiedad de Federico Seligman, su exmujer y sus hijos, en el que el padre se enfrenta y machaca a sus hijos. Hay por supuesto injerencia de un gobierno de coalición progresista y de un tipo de policía con métodos franquistas que aparece suicidado. No le den más vueltas, en efecto, es a todas luces el trasunto del gobierno PSOE/SUMAR y del grupo Prisa, solo que aquí los buenos son buenos en aras de un bien mayor, los derechos colectivos, cuando en la realidad los buenos son malo y políticos de pacotilla acostumbrados a la langosta, la coca y las trabajadoras sexuales. En la serie respetan parte de la realidad, los hijos del bien amado se ponen hasta las cejas de coca. No podía faltar un fondo de inversión extranjero, que maneja el malvado inversor protagonizado por Salva Reina, otro actor, como todos aquí, en estado de gracia. Al hijo mayor del patriarca, director del periódico cabecera del grupo, lo interpreta Diego Martin, un tipo que dice haber aprendido todo de su padre mientras le pega caña severa. Luego viene la hija que dirige la cadena de televisión, la actriz guapísima Belén Cuesta. Es la niña de los ojos de papi y casi siempre estará a su favor. A continuación, le sigue la actriz Natalia Huarte, una profesional de la política con las máximas aspiraciones a la que tildan de enchufada. Y después una bellísima cría de diecinueve tacos, la actriz María Morena, estudiante de periodismo que se lía con el hermano de un periodista asesinado en Afganistán en muy oscuras circunstancias. Tampoco se pierdan a las parejas de los hijos famosísimos, los hay para todos los gustos, de lo cabal a lo delincuencial pasando por un director de cine bastante llorica y gilipuertas. Vean la serie, no se la pierdan. Cuando tienes de protagonista a un actor que hace papeles de duro como nadie, un tal José Coronado, y le añades el guion y la dirección de un especialista en series, Carlos Montero, es muy difícil que falle la apuesta. Y así la serie ‘Legado’ de Netflix da de lleno en la diana, en el entretenimiento y la calidad. El 22 y el 23 fueron años pésimos en series, mientras que el 24 y el que transcurre están siendo maravillosos. La serie narra las cuchilladas propias y ajenas del primer grupo de comunicación patria, propiedad de Federico Seligman, su exmujer y sus hijos, en el que el padre se enfrenta y machaca a sus hijos. Hay por supuesto injerencia de un gobierno de coalición progresista y de un tipo de policía con métodos franquistas que aparece suicidado. No le den más vueltas, en efecto, es a todas luces el trasunto del gobierno PSOE/SUMAR y del grupo Prisa, solo que aquí los buenos son buenos en aras de un bien mayor, los derechos colectivos, cuando en la realidad los buenos son malo y políticos de pacotilla acostumbrados a la langosta, la coca y las trabajadoras sexuales. En la serie respetan parte de la realidad, los hijos del bien amado se ponen hasta las cejas de coca. No podía faltar un fondo de inversión extranjero, que maneja el malvado inversor protagonizado por Salva Reina, otro actor, como todos aquí, en estado de gracia. Al hijo mayor del patriarca, director del periódico cabecera del grupo, lo interpreta Diego Martin, un tipo que dice haber aprendido todo de su padre mientras le pega caña severa. Luego viene la hija que dirige la cadena de televisión, la actriz guapísima Belén Cuesta. Es la niña de los ojos de papi y casi siempre estará a su favor. A continuación, le sigue la actriz Natalia Huarte, una profesional de la política con las máximas aspiraciones a la que tildan de enchufada. Y después una bellísima cría de diecinueve tacos, la actriz María Morena, estudiante de periodismo que se lía con el hermano de un periodista asesinado en Afganistán en muy oscuras circunstancias. Tampoco se pierdan a las parejas de los hijos famosísimos, los hay para todos los gustos, de lo cabal a lo delincuencial pasando por un director de cine bastante llorica y gilipuertas. Vean la serie, no se la pierdan.
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Hay por supuesto injerencia de un gobierno de coalición progresista y de un tipo de policía con métodos franquistas que aparece suicidado
Cuando tienes de protagonista a un actor que hace papeles de duro como nadie, un tal José Coronado, y le añades el guion y la dirección de un especialista en series, Carlos Montero, es muy difícil que falle la apuesta. Y así la serie ‘ … Legado’ de Netflix da de lleno en la diana, en el entretenimiento y la calidad. El 22 y el 23 fueron años pésimos en series, mientras que el 24 y el que transcurre están siendo maravillosos.
La serie narra las cuchilladas propias y ajenas del primer grupo de comunicación patria, propiedad de Federico Seligman, su exmujer y sus hijos, en el que el padre se enfrenta y machaca a sus hijos. Hay por supuesto injerencia de un gobierno de coalición progresista y de un tipo de policía con métodos franquistas que aparece suicidado. No le den más vueltas, en efecto, es a todas luces el trasunto del gobierno PSOE/SUMAR y del grupo Prisa, solo que aquí los buenos son buenos en aras de un bien mayor, los derechos colectivos, cuando en la realidad los buenos son malo y políticos de pacotilla acostumbrados a la langosta, la coca y las trabajadoras sexuales. En la serie respetan parte de la realidad, los hijos del bien amado se ponen hasta las cejas de coca. No podía faltar un fondo de inversión extranjero, que maneja el malvado inversor protagonizado por Salva Reina, otro actor, como todos aquí, en estado de gracia.
Al hijo mayor del patriarca, director del periódico cabecera del grupo, lo interpreta Diego Martin, un tipo que dice haber aprendido todo de su padre mientras le pega caña severa. Luego viene la hija que dirige la cadena de televisión, la actriz guapísima Belén Cuesta. Es la niña de los ojos de papi y casi siempre estará a su favor. A continuación, le sigue la actriz Natalia Huarte, una profesional de la política con las máximas aspiraciones a la que tildan de enchufada. Y después una bellísima cría de diecinueve tacos, la actriz María Morena, estudiante de periodismo que se lía con el hermano de un periodista asesinado en Afganistán en muy oscuras circunstancias.
Tampoco se pierdan a las parejas de los hijos famosísimos, los hay para todos los gustos, de lo cabal a lo delincuencial pasando por un director de cine bastante llorica y gilipuertas. Vean la serie, no se la pierdan.
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