En pleno barrio de Santa Cruz de Sevilla y a escasos metros de la Hostería del Laurel, espacio fundacional donde nació el mito de Don Juan, se ha visto pasear estos días a otro caballero y su escudero. Visten prendas ligeras, blancas, que el sol aprieta. Los geranios en los balcones y el albero sobre sus pies dan una sensación de tiempo detenido. Y se confirma: “Seguimos siendo Don Juan y Ciutti [su criado] por las calles de Sevilla”. Así se ve, casi sin significar esos dos siglos de diferencia, el actor Pedro Alonso (Vigo, 53 años) en su relación con Tristán Ulloa (Orleans, Francia, 54) que, nada más lejos que estar sumergidos en el clásico de Zorrilla, ruedan estos días en la capital andaluza la segunda temporada de Berlín, la exitosa serie de Netflix derivada de La casa de papel y centrada en el personaje de Andrés de Fonollosa (Pedro Alonso), alias Berlín, antes de la historia que narra la serie original.
La ficción derivada de ‘La casa de papel’, una de las más vistas de la plataforma en el mundo, rueda estos días su segunda temporada en la capital andaluza
En pleno barrio de Santa Cruz de Sevilla y a escasos metros de la Hostería del Laurel, espacio fundacional donde nació el mito de Don Juan, se ha visto pasear estos días a otro caballero y su escudero. Visten prendas ligeras, blancas, que el sol aprieta. Los geranios en los balcones y el albero sobre sus pies dan una sensación de tiempo detenido. Y se confirma: “Seguimos siendo Don Juan y Ciutti [su criado] por las calles de Sevilla”. Así se ve, casi sin significar esos dos siglos de diferencia, el actor Pedro Alonso (Vigo, 53 años) en su relación con Tristán Ulloa (Orleans, Francia, 54) que, nada más lejos que estar sumergidos en el clásico de Zorrilla, ruedan estos días en la capital andaluza la segunda temporada de Berlín, la exitosa serie de Netflix derivada de La casa de papel y centrada en el personaje de Andrés de Fonollosa (Pedro Alonso), alias Berlín, antes de la historia que narra la serie original.
Ciertamente desprende el personaje que encarna Alonso un aire donjuanesco. “Yo le llamo el muñeco, va siempre tan guapo, tan bien plantado y tan peinado”, bromea la actriz Inma Cuesta (Valencia, 44 años), que se incorpora en esta segunda temporada de la serie en el papel de Candela, una joven sevillana que es “puro temperamento, puro fuego” y que viene “a dinamitar” los cimientos sobre los que se ha construido la relación entre Berlín y Damián (Tristán Ulloa).
Alonso, Ulloa y Cuesta hacen un descanso del rodaje en el Patio de Banderas de Sevilla, junto a la puerta del Alcázar, donde se agolpan los turistas —entre las colas para entrar en el monumento y la expectación que causa todo el dispositivo de un rodaje— para explicar cómo están siendo estos días en una ciudad que, puesto el foco sobre sus tópicos (hay trajes de flamenca colgados de los balcones, tiendas pintorescas, sillas de enea y estrechas calles con casas encaladas), pretende convertirse “en un personaje más” en esta segunda temporada, tras el protagonismo de París en la primera. De partida, es el punto del mapa elegido por Berlín y su banda para un nuevo golpe millonario.
“Al final eso [elegir un lugar tan concreto como Sevilla] también creo que modifica la historia, porque hay un tempo, una manera de contar las cosas, por ejemplo, a través de mi personaje, que es un poco una representación típica de lo que fuera de nuestras fronteras se entiende como España”, asegura Inma Cuesta.
Así, el rodaje ha capitalizado estas semanas la vida de una ciudad que, entre su bullicio habitual y el crecimiento exponencial de turistas, se acostumbra ahora también a ser escenario de grandes producciones audiovisuales. A Berlín se le ha visto ya entrar y salir del Palacio de los Marqueses de la Motilla, cerca de la Facultad de Bellas Artes; a bordo de un barco recorriendo el río Guadalquivir, y callejeando sin más entre el paisanaje local. Casi desafiando a la ubicuidad, es captado por las cámaras de los teléfonos móviles de los transeúntes, viralizado en vídeos de Instagram y TikTok.
La expectación es evidente, a pesar de que, como reconoce Pedro Alonso, no estaba tan claro que la serie sobreviviera a la primera temporada “con un cambio de género tan razonado, pero tan peligroso”, dice, como fue meterse en los derroteros narrativos de una comida romántica. Para esta segunda entrega, Berlín vuelve a virar, “aunque sin negar esa parte”, hacia una serie “con más rock and roll, más peligro, se pone más oscura”, ha explicado el actor protagonista, a quien apostilla su escudero Tristán Ulloa: “Jugamos con un tono más de género, con más salsa para la historia”.
Pero por encima de las localizaciones y la trama “que engancha siempre”, Berlín es, a juicio de Tristán Ulloa, “una serie muy de personajes. Están muy bien creados, muy bien desarrollados”. Y ahonda Pedro Alonso en ese paralelismo del mito sevillano de Don Juan y la relación del protagonista con su criado Ciutti: “Están ahí. Los jugamos de una forma muy sutil, pero están ahí, en la literatura nuestra española de siempre. Son como don Quijote y Sancho, el personaje que vive en el aire y el que tiene los pies en la tierra… No, mi señor, no son gigantes, son molinos… Y yo creo que un poco la relación para bien o para mal que tienen estos dos es así”, reflexiona el actor gallego. Junto a ellos, también se incorporan en esta segunda temporada los actores Marta Nieto y José Luis García Pérez que, en otro guiño hacia Sevilla como punto de referencia de la serie, interpretan a una pareja de la aristocracia andaluza.
Berlín continúa actualmente entre las 10 series de habla no inglesa más vistas de la plataforma Netflix. Es una creación de Álex Pina y Esther Martínez Lobato que, tras abandonar Sevilla, continuará su rodaje en Jerez de la Frontera, Madrid y San Sebastián. “Son rodajes muy intensos, de muchas horas, muy largos. Casi nueve meses para hacer ocho capítulos”, explica Pedro Alonso.
Todo ello, para defender el éxito incuestionable de este producto: “Hay una conciencia de que lo que se está haciendo es entretenimiento puro y duro, pero con una excelencia y un plus de calidad que decir entretenimiento no tiene por qué tener ningún tipo de connotación menor, todo lo contrario. Al final tienes que hacer las cosas con mucho rigor y sin subestimar al espectador”, subraya el actor protagonista.
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