En el día a día, lidiar con un friki puede ser un tormento, pero en una película la presencia de un friki es motivo de alegría. Un padre, un hijo, un cuñado, sobrino o vecino friki es sinónimo de latazo, pero como personaje de una historia de pantalla tiene la posibilidad de estar cargado de interés, de corazón, gracia, ternura, sentimientos y motivos de comprensión. Es lo que ocurre en tres películas que se estrenan este fin de semana, que tienen un personaje principal completamente friki y ‘trabajado’ para que resulte cercano, atractivo, querible. Se utiliza el término friki porque otros como excéntrico, raro o pintoresco suelen ser un recipiente pequeño para ellos.Estas películas son ‘Un like de Bob Trevino’, ‘Diamante en bruto’ y ‘Los domingos mueren más personas’, cuyo protagonista y director, el argentino Iair Said, consigue el imposible de que su ‘bicho raro’ se haga un huequecito en nuestro interior.’Un like de Bob Trevino’Hablemos antes de la encantadora ‘Un like de Bob Trevino’ , de Tracie Laymon, una de esas películas que te desbaratan emocionalmente por la relación conmovedora entre una joven bien cargada de ‘frikismo’, muy extrema y herida y que necesita un padre (el suyo es tremendo, el peor padre del mundo y aún más friki que ella, y lo interpreta con gracia en salmuera French Stewart) y un hombre hundido y que echa de menos un hijo. Dos personajes esculpidos con todo el material bueno que había alrededor y de una calidez extrema; los interpretan la actriz especial Barbie Ferreira y ese actor de perfil duro que es John Leguizamo y que hace aquí el mejor trabajo de su carrera.Aunque tiene aire de cuento, la historia es puro pedernal dramático que la directora y especialmente sus actores consiguen desmoronar con la gracia extrema de esta anti Barbie y con unas situaciones y momentos de alto contenido sentimental y alguno de ellos excesivamente forzado, pero eficaz.’Diamante en bruto»Diamante en bruto’ , drama francés dirigido por Agathe Riedinger, tiene una protagonista, Liane, de 19 años, con la obsesión de acicalarse y ‘tiktokearse’ para ser una estrella de los ‘realitys’ y una influencer admirada. Es una joven muy de extrarradio, con un sentido estético en el vestir y en el adorno tan precario, entre ‘bomby’ y rebosante, que se hace querer. La actriz que encarna a Liane, Malou Khebizi, tiene una fuerza arrasadora y permite que su excesivo e intenso personaje se ponga a tiro de nuestro aprecio y entendimiento.La directora le pone calidez y también furia a esos ambientes de ideas, ropajes y maquillajes que hieren el ojo y alrededores, e intenta darle a su dibujo una manita poética y social, algo primaria en su mirada a lo masculino con tipos babeantes y tirando a simios. Pero ella, Liane, o Malou Khebizi, nos permite estar cómodos y permeables en el pantanoso terreno del ‘frikismo’.’Los domingos mueren más personas»Los domingos mueren más personas’ es mucho más radical, tanto en su retrato familiar y de personajes, como en el sentido del humor cínico, brutal, explosivo sobre asuntos íntimos y sociales, desde el judaísmo a la eutanasia, desde la homosexualidad, a la vejez y la paternidad. El director y protagonista, Iair Said, abandona en la puerta de su película cualquier síntoma de pudor, mesura o armonía, y se lanza a la tremenda empresa de hacer digerible la historia de David, joven judío de físico desparramado y con la veleta de lo moral como el aspa de un ventilador. Un tipo con algún eco de aquel Ignatius J. Reilly de ‘La conjura de los necios’, tan egoísta y cruel como enternecedor y ansioso de cariño. Patético, trágico, cómico…, motor de una película que realmente desconcierta y que propone algún camino, áspero y hasta a veces desagradable, para entender el mundo friki. En el día a día, lidiar con un friki puede ser un tormento, pero en una película la presencia de un friki es motivo de alegría. Un padre, un hijo, un cuñado, sobrino o vecino friki es sinónimo de latazo, pero como personaje de una historia de pantalla tiene la posibilidad de estar cargado de interés, de corazón, gracia, ternura, sentimientos y motivos de comprensión. Es lo que ocurre en tres películas que se estrenan este fin de semana, que tienen un personaje principal completamente friki y ‘trabajado’ para que resulte cercano, atractivo, querible. Se utiliza el término friki porque otros como excéntrico, raro o pintoresco suelen ser un recipiente pequeño para ellos.Estas películas son ‘Un like de Bob Trevino’, ‘Diamante en bruto’ y ‘Los domingos mueren más personas’, cuyo protagonista y director, el argentino Iair Said, consigue el imposible de que su ‘bicho raro’ se haga un huequecito en nuestro interior.’Un like de Bob Trevino’Hablemos antes de la encantadora ‘Un like de Bob Trevino’ , de Tracie Laymon, una de esas películas que te desbaratan emocionalmente por la relación conmovedora entre una joven bien cargada de ‘frikismo’, muy extrema y herida y que necesita un padre (el suyo es tremendo, el peor padre del mundo y aún más friki que ella, y lo interpreta con gracia en salmuera French Stewart) y un hombre hundido y que echa de menos un hijo. Dos personajes esculpidos con todo el material bueno que había alrededor y de una calidez extrema; los interpretan la actriz especial Barbie Ferreira y ese actor de perfil duro que es John Leguizamo y que hace aquí el mejor trabajo de su carrera.Aunque tiene aire de cuento, la historia es puro pedernal dramático que la directora y especialmente sus actores consiguen desmoronar con la gracia extrema de esta anti Barbie y con unas situaciones y momentos de alto contenido sentimental y alguno de ellos excesivamente forzado, pero eficaz.’Diamante en bruto»Diamante en bruto’ , drama francés dirigido por Agathe Riedinger, tiene una protagonista, Liane, de 19 años, con la obsesión de acicalarse y ‘tiktokearse’ para ser una estrella de los ‘realitys’ y una influencer admirada. Es una joven muy de extrarradio, con un sentido estético en el vestir y en el adorno tan precario, entre ‘bomby’ y rebosante, que se hace querer. La actriz que encarna a Liane, Malou Khebizi, tiene una fuerza arrasadora y permite que su excesivo e intenso personaje se ponga a tiro de nuestro aprecio y entendimiento.La directora le pone calidez y también furia a esos ambientes de ideas, ropajes y maquillajes que hieren el ojo y alrededores, e intenta darle a su dibujo una manita poética y social, algo primaria en su mirada a lo masculino con tipos babeantes y tirando a simios. Pero ella, Liane, o Malou Khebizi, nos permite estar cómodos y permeables en el pantanoso terreno del ‘frikismo’.’Los domingos mueren más personas»Los domingos mueren más personas’ es mucho más radical, tanto en su retrato familiar y de personajes, como en el sentido del humor cínico, brutal, explosivo sobre asuntos íntimos y sociales, desde el judaísmo a la eutanasia, desde la homosexualidad, a la vejez y la paternidad. El director y protagonista, Iair Said, abandona en la puerta de su película cualquier síntoma de pudor, mesura o armonía, y se lanza a la tremenda empresa de hacer digerible la historia de David, joven judío de físico desparramado y con la veleta de lo moral como el aspa de un ventilador. Un tipo con algún eco de aquel Ignatius J. Reilly de ‘La conjura de los necios’, tan egoísta y cruel como enternecedor y ansioso de cariño. Patético, trágico, cómico…, motor de una película que realmente desconcierta y que propone algún camino, áspero y hasta a veces desagradable, para entender el mundo friki.
En el día a día, lidiar con un friki puede ser un tormento, pero en una película la presencia de un friki es motivo de alegría. Un padre, un hijo, un cuñado, sobrino o vecino friki es sinónimo de latazo, pero como personaje de una … historia de pantalla tiene la posibilidad de estar cargado de interés, de corazón, gracia, ternura, sentimientos y motivos de comprensión. Es lo que ocurre en tres películas que se estrenan este fin de semana, que tienen un personaje principal completamente friki y ‘trabajado’ para que resulte cercano, atractivo, querible. Se utiliza el término friki porque otros como excéntrico, raro o pintoresco suelen ser un recipiente pequeño para ellos.
Estas películas son ‘Un like de Bob Trevino’, ‘Diamante en bruto’ y ‘Los domingos mueren más personas’, cuyo protagonista y director, el argentino Iair Said, consigue el imposible de que su ‘bicho raro’ se haga un huequecito en nuestro interior.
‘Un like de Bob Trevino’
Hablemos antes de la encantadora ‘Un like de Bob Trevino’, de Tracie Laymon, una de esas películas que te desbaratan emocionalmente por la relación conmovedora entre una joven bien cargada de ‘frikismo’, muy extrema y herida y que necesita un padre (el suyo es tremendo, el peor padre del mundo y aún más friki que ella, y lo interpreta con gracia en salmuera French Stewart) y un hombre hundido y que echa de menos un hijo. Dos personajes esculpidos con todo el material bueno que había alrededor y de una calidez extrema; los interpretan la actriz especial Barbie Ferreira y ese actor de perfil duro que es John Leguizamo y que hace aquí el mejor trabajo de su carrera.
Aunque tiene aire de cuento, la historia es puro pedernal dramático que la directora y especialmente sus actores consiguen desmoronar con la gracia extrema de esta anti Barbie y con unas situaciones y momentos de alto contenido sentimental y alguno de ellos excesivamente forzado, pero eficaz.
‘Diamante en bruto’
‘Diamante en bruto’, drama francés dirigido por Agathe Riedinger, tiene una protagonista, Liane, de 19 años, con la obsesión de acicalarse y ‘tiktokearse’ para ser una estrella de los ‘realitys’ y una influencer admirada. Es una joven muy de extrarradio, con un sentido estético en el vestir y en el adorno tan precario, entre ‘bomby’ y rebosante, que se hace querer. La actriz que encarna a Liane, Malou Khebizi, tiene una fuerza arrasadora y permite que su excesivo e intenso personaje se ponga a tiro de nuestro aprecio y entendimiento.
La directora le pone calidez y también furia a esos ambientes de ideas, ropajes y maquillajes que hieren el ojo y alrededores, e intenta darle a su dibujo una manita poética y social, algo primaria en su mirada a lo masculino con tipos babeantes y tirando a simios. Pero ella, Liane, o Malou Khebizi, nos permite estar cómodos y permeables en el pantanoso terreno del ‘frikismo’.
‘Los domingos mueren más personas’
‘Los domingos mueren más personas’ es mucho más radical, tanto en su retrato familiar y de personajes, como en el sentido del humor cínico, brutal, explosivo sobre asuntos íntimos y sociales, desde el judaísmo a la eutanasia, desde la homosexualidad, a la vejez y la paternidad. El director y protagonista, Iair Said, abandona en la puerta de su película cualquier síntoma de pudor, mesura o armonía, y se lanza a la tremenda empresa de hacer digerible la historia de David, joven judío de físico desparramado y con la veleta de lo moral como el aspa de un ventilador. Un tipo con algún eco de aquel Ignatius J. Reilly de ‘La conjura de los necios’, tan egoísta y cruel como enternecedor y ansioso de cariño. Patético, trágico, cómico…, motor de una película que realmente desconcierta y que propone algún camino, áspero y hasta a veces desagradable, para entender el mundo friki.
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