La propuesta de Universal Music Group lanzada el pasado diciembre de adquirir Downtown Music Holdings por 775 millones de dólares (unos 660 millones de euros, al cambio actual) ha puesto en alerta a parte de la industria musical ante el posible monopolio del gigante discográfico. La asociación Wordwide Independent Network (WIN), la organización internacional que agrupa a 37 asociaciones de empresas musicales independientes (25 de ellas europeas) y que representa a miles de pymes y autónomos del sector en todo el mundo, ha enviado una carta a la vicepresidenta primera y comisaria de Competencia de la Comisión Europea, Teresa Ribera, para pedir que no dé luz verde a la operación sin hacer un análisis en profundidad de lo que supondrá que la conocida multinacional integre en su negocio a la compañía que gestiona los derechos de músicos independientes.
En la misiva, enviada el pasado viernes y a la que ha tenido acceso este periódico, la consejera delegada de WIN, Noemí Planas, advierte de que la operación, canalizada a través de su división de música independiente Virgin Music, no puede ser analizada “meramente como una adquisición de cuota de mercado”, sino teniendo en cuenta la estructura completa de la industria musical que se mueve en un contexto digitalizado, puesto que el streaming (reproducción por internet) supone en Europa más de dos tercios de los ingresos de la música grabada. “Creemos que deben examinarse detenidamente los efectos a medio y largo plazo de esta adquisición sobre las pymes y emprendedores en relación con las barreras de entrada, los conflictos de intereses, y el uso y control de los datos, así como con el poder de negociación de Universal sobre los servicios de streaming”, señala el texto.
Aunque la operación no alcanza los niveles de facturación que obligan a notificar a las autoridades de Competencia de la Unión Europea, la Comisión Europea ha iniciado un examen para comprobar si la transacción puede afectar de forma significativa a la competencia en los mercados europeos, atendiendo así a la petición realizada por Países Bajos (donde tiene sede social Universal) y Austria, donde las cifras sí superan los límites establecidos. En este contexto es en el que la asociación internacional de compañías de músicos independientes ha presentado sus alegaciones para reclamar un análisis pormenorizado de la situación, al igual que también lo ha hecho la Unión Fonográfica Independiente (UFi), que representa a los sellos y empresas de música independiente en España entre los que se encuentran artistas como Vetusta Morla, Xoel López, Zahara o Kiko Veneno.
Control de la distribución
Las tres grandes casas discográficas, Sony, Warner y Universal, se reparten más de 70% del mercado mundial y el 80% del europeo, siendo la última la mayor firma de la industria musical, contando en su portfolio con artistas como Taylor Swift, Adele, Bad Bunny, Elton John o Coldplay. La compra de Downtown —fundada en 2007 por Justin Kalifowitz— le otorgará el control de importantes plataformas de distribución digital, como FUGA y CD Baby; de edición musical, como Songtrust, Sheer Music y Downtown Music Publising; y servicios de gestión de regalías, como Curve; que se sumarán a otras líneas de la cadena de valor a su disposición como puede ser la venta al por mayor o distribución, venta al por menor, edición musical, management de artistas, merchandising, y audiovisual.
A juicio de WIN la compra de la compañía que gestiona los derechos de más de 50 millones de canciones en más de 145 países, le dará mayor poder, limitará la competencia, la diversidad y “consolidará su papel de intermediario crítico en el mercado de la música grabada”. “Esto le permitirá influir en el mercado imponiendo condiciones a los principales canales de comercialización”, advierte la asociación, que subraya que los distribuidores digitales son esenciales para proporcionar la música a plataformas digitales (Spotify, Apple Music, Deezer), que ya de por sí trabajan con un número limitado de proveedores.
Y este es uno de los principales puntos de preocupación de los músicos independientes, ya que Universal, cuenta con participaciones en Spotify y adquirió PIAS, uno de los mayores sellos independientes de Europa. “Universal Music Group opera su propia distribución, lo que le da una ventaja competitiva frente a los productores independientes, que dependen de terceros para distribuir, con el coste asociado que ello conlleva”. Y añade que “esta estrategia de adquisición contribuye a crear más barreras de entrada al limitar las opciones disponibles. Al operar la distribución para los independientes, recibe negocio de sus rivales y se convierte en el socio comercial de las mismas empresas que pretenden competir con ella”.
Tal y como recuerda la carta, en los últimos años las plataformas de streaming han introducido cambios en sus sistemas de remuneración, basándose ahora en un modelo “centrado en el artista”, impulsado por las grandes discográficas, que favorece a los artistas que superan un umbral de reproducciones u oyentes anuales. Para WIN, esta es “una política anticompetitiva que perjudica claramente a los pequeños artistas y productores independientes”.
Por último, la asociación también alerta de que la compra de Downtown da “ventaja competitiva” a Universal en materia de información comercial privilegiada, ya que recibirá datos de las empresas rivales que utilizan los servicios de la firma de música independiente, que podrá ser usada para “perjudicarlas como competidoras, reforzando aún más su posición dominante”.
La propuesta de Universal Music Group lanzada el pasado diciembre de adquirir Downtown Music Holdings por 775 millones de dólares (unos 660 millones de euros, al cambio actual) ha puesto en alerta a parte de la industria musical ante el posible monopolio del gigante discográfico. La asociación Wordwide Independent Network (WIN), la organización internacional que agrupa a 37 asociaciones de empresas musicales independientes (25 de ellas europeas) y que representa a miles de pymes y autónomos del sector en todo el mundo, ha enviado una carta a la vicepresidenta primera y comisaria de Competencia de la Comisión Europea, Teresa Ribera, para pedir que no dé luz verde a la operación sin hacer un análisis en profundidad de lo que supondrá que la conocida multinacional integre en su negocio a la compañía que gestiona los derechos de músicos independientes.En la misiva, enviada el pasado viernes y a la que ha tenido acceso este periódico, la consejera delegada de WIN, Noemí Planas, advierte de que la operación, canalizada a través de su división de música independiente Virgin Music, no puede ser analizada “meramente como una adquisición de cuota de mercado”, sino teniendo en cuenta la estructura completa de la industria musical que se mueve en un contexto digitalizado, puesto que el streaming (reproducción por internet) supone en Europa más de dos tercios de los ingresos de la música grabada. “Creemos que deben examinarse detenidamente los efectos a medio y largo plazo de esta adquisición sobre las pymes y emprendedores en relación con las barreras de entrada, los conflictos de intereses, y el uso y control de los datos, así como con el poder de negociación de Universal sobre los servicios de streaming”, señala el texto.Aunque la operación no alcanza los niveles de facturación que obligan a notificar a las autoridades de Competencia de la Unión Europea, la Comisión Europea ha iniciado un examen para comprobar si la transacción puede afectar de forma significativa a la competencia en los mercados europeos, atendiendo así a la petición realizada por Países Bajos (donde tiene sede social Universal) y Austria, donde las cifras sí superan los límites establecidos. En este contexto es en el que la asociación internacional de compañías de músicos independientes ha presentado sus alegaciones para reclamar un análisis pormenorizado de la situación, al igual que también lo ha hecho la Unión Fonográfica Independiente (UFi), que representa a los sellos y empresas de música independiente en España entre los que se encuentran artistas como Vetusta Morla, Xoel López, Zahara o Kiko Veneno.Control de la distribuciónLas tres grandes casas discográficas, Sony, Warner y Universal, se reparten más de 70% del mercado mundial y el 80% del europeo, siendo la última la mayor firma de la industria musical, contando en su portfolio con artistas como Taylor Swift, Adele, Bad Bunny, Elton John o Coldplay. La compra de Downtown —fundada en 2007 por Justin Kalifowitz— le otorgará el control de importantes plataformas de distribución digital, como FUGA y CD Baby; de edición musical, como Songtrust, Sheer Music y Downtown Music Publising; y servicios de gestión de regalías, como Curve; que se sumarán a otras líneas de la cadena de valor a su disposición como puede ser la venta al por mayor o distribución, venta al por menor, edición musical, management de artistas, merchandising, y audiovisual.A juicio de WIN la compra de la compañía que gestiona los derechos de más de 50 millones de canciones en más de 145 países, le dará mayor poder, limitará la competencia, la diversidad y “consolidará su papel de intermediario crítico en el mercado de la música grabada”. “Esto le permitirá influir en el mercado imponiendo condiciones a los principales canales de comercialización”, advierte la asociación, que subraya que los distribuidores digitales son esenciales para proporcionar la música a plataformas digitales (Spotify, Apple Music, Deezer), que ya de por sí trabajan con un número limitado de proveedores.Y este es uno de los principales puntos de preocupación de los músicos independientes, ya que Universal, cuenta con participaciones en Spotify y adquirió PIAS, uno de los mayores sellos independientes de Europa. “Universal Music Group opera su propia distribución, lo que le da una ventaja competitiva frente a los productores independientes, que dependen de terceros para distribuir, con el coste asociado que ello conlleva”. Y añade que “esta estrategia de adquisición contribuye a crear más barreras de entrada al limitar las opciones disponibles. Al operar la distribución para los independientes, recibe negocio de sus rivales y se convierte en el socio comercial de las mismas empresas que pretenden competir con ella”. Tal y como recuerda la carta, en los últimos años las plataformas de streaming han introducido cambios en sus sistemas de remuneración, basándose ahora en un modelo “centrado en el artista”, impulsado por las grandes discográficas, que favorece a los artistas que superan un umbral de reproducciones u oyentes anuales. Para WIN, esta es “una política anticompetitiva que perjudica claramente a los pequeños artistas y productores independientes”.Por último, la asociación también alerta de que la compra de Downtown da “ventaja competitiva” a Universal en materia de información comercial privilegiada, ya que recibirá datos de las empresas rivales que utilizan los servicios de la firma de música independiente, que podrá ser usada para “perjudicarlas como competidoras, reforzando aún más su posición dominante”. Seguir leyendo
La propuesta de Universal Music Group lanzada el pasado diciembre de adquirir Downtown Music Holdings por 775 millones de dólares (unos 660 millones de euros, al cambio actual) ha puesto en alerta a parte de la industria musical ante el posible monopolio del gigante discográfico. La asociación Wordwide Independent Network (WIN), la organización internacional que agrupa a 37 asociaciones de empresas musicales independientes (25 de ellas europeas) y que representa a miles de pymes y autónomos del sector en todo el mundo, ha enviado una carta a la vicepresidenta primera y comisaria de Competencia de la Comisión Europea, Teresa Ribera, para pedir que no dé luz verde a la operación sin hacer un análisis en profundidad de lo que supondrá que la conocida multinacional integre en su negocio a la compañía que gestiona los derechos de músicos independientes.
En la misiva, enviada el pasado viernes y a la que ha tenido acceso este periódico, la consejera delegada de WIN, Noemí Planas, advierte de que la operación, canalizada a través de su división de música independiente Virgin Music, no puede ser analizada “meramente como una adquisición de cuota de mercado”, sino teniendo en cuenta la estructura completa de la industria musical que se mueve en un contexto digitalizado, puesto que el streaming (reproducción por internet) supone en Europa más de dos tercios de los ingresos de la música grabada. “Creemos que deben examinarse detenidamente los efectos a medio y largo plazo de esta adquisición sobre las pymes y emprendedores en relación con las barreras de entrada, los conflictos de intereses, y el uso y control de los datos, así como con el poder de negociación de Universal sobre los servicios de streaming”, señala el texto.
Aunque la operación no alcanza los niveles de facturación que obligan a notificar a las autoridades de Competencia de la Unión Europea, la Comisión Europea ha iniciado un examen para comprobar si la transacción puede afectar de forma significativa a la competencia en los mercados europeos, atendiendo así a la petición realizada por Países Bajos (donde tiene sede social Universal) y Austria, donde las cifras sí superan los límites establecidos. En este contexto es en el que la asociación internacional de compañías de músicos independientes ha presentado sus alegaciones para reclamar un análisis pormenorizado de la situación, al igual que también lo ha hecho la Unión Fonográfica Independiente (UFi), que representa a los sellos y empresas de música independiente en España entre los que se encuentran artistas como Vetusta Morla, Xoel López, Zahara o Kiko Veneno.
Control de la distribución
Las tres grandes casas discográficas, Sony, Warner y Universal, se reparten más de 70% del mercado mundial y el 80% del europeo, siendo la última la mayor firma de la industria musical, contando en su portfolio con artistas como Taylor Swift, Adele, Bad Bunny, Elton John o Coldplay. La compra de Downtown —fundada en 2007 por Justin Kalifowitz— le otorgará el control de importantes plataformas de distribución digital, como FUGA y CD Baby; de edición musical, como Songtrust, Sheer Music y Downtown Music Publising; y servicios de gestión de regalías, como Curve; que se sumarán a otras líneas de la cadena de valor a su disposición como puede ser la venta al por mayor o distribución, venta al por menor, edición musical, management de artistas, merchandising, y audiovisual.
A juicio de WIN la compra de la compañía que gestiona los derechos de más de 50 millones de canciones en más de 145 países, le dará mayor poder, limitará la competencia, la diversidad y “consolidará su papel de intermediario crítico en el mercado de la música grabada”. “Esto le permitirá influir en el mercado imponiendo condiciones a los principales canales de comercialización”, advierte la asociación, que subraya que los distribuidores digitales son esenciales para proporcionar la música a plataformas digitales (Spotify, Apple Music, Deezer), que ya de por sí trabajan con un número limitado de proveedores.
Y este es uno de los principales puntos de preocupación de los músicos independientes, ya que Universal, cuenta con participaciones en Spotify y adquirió PIAS, uno de los mayores sellos independientes de Europa. “Universal Music Group opera su propia distribución, lo que le da una ventaja competitiva frente a los productores independientes, que dependen de terceros para distribuir, con el coste asociado que ello conlleva”. Y añade que “esta estrategia de adquisición contribuye a crear más barreras de entrada al limitar las opciones disponibles. Al operar la distribución para los independientes, recibe negocio de sus rivales y se convierte en el socio comercial de las mismas empresas que pretenden competir con ella”.
Tal y como recuerda la carta, en los últimos años las plataformas de streaming han introducido cambios en sus sistemas de remuneración, basándose ahora en un modelo “centrado en el artista”, impulsado por las grandes discográficas, que favorece a los artistas que superan un umbral de reproducciones u oyentes anuales. Para WIN, esta es “una política anticompetitiva que perjudica claramente a los pequeños artistas y productores independientes”.
Por último, la asociación también alerta de que la compra de Downtown da “ventaja competitiva” a Universal en materia de información comercial privilegiada, ya que recibirá datos de las empresas rivales que utilizan los servicios de la firma de música independiente, que podrá ser usada para “perjudicarlas como competidoras, reforzando aún más su posición dominante”.
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